domingo, 6 de mayo de 2012

El rayo de Dios y el rayo del Diablo (II) ―electrosmog, o el nacimiento de la contaminación electromagnética





Por primera vez en nuestra historia evolutiva, hemos generado un entorno completamente secundario, virtual, densamente complejo ―una sopa electromagnética― que esencialmente se superpone al sistema nervioso humano.

(Dr. Michael Persinger, neurocientífico en la Laurentian University que ha estudiado los efectos de los campos electromagnéticos en células cancerosas).


Tras ver en la primera parte de este artículo cómo el sistema bioeléctrico humano necesita de las influencias de la Tierra y de la atmósfera para estar sano, en esta segunda parte vamos a ver un ejemplo perfecto de los horrores que se desatan cuando el hombre deja de ser el centro del mundo y de su propia obra, abriendo la caja de Pandora y confiriéndole el protagonismo a la materia inerte y al beneficio económico. Actualmente tendemos a pensar que lo hacemos todo bien, que existe un progreso lineal e indefinido y que somos "civilizados", cuando lo cierto es que nunca antes se había tratado al cuerpo humano con el salvajismo y el desprecio con el que se lo trata ahora. Posiblemente, para un cazador-recolector del Paleolítico, los bárbaros seríamos nosotros, que estamos atacando sin cuartel la biología humana, dilapidando la herencia genética de innumerables milenios y quemando los recursos finitos del planeta, todo ello sin dejar de auto-considerarnos la cumbre de la evolución.

Antes de que Thomas Edison y Nikola Tesla descubriesen cómo utilizar la electricidad, los únicos campos electromagnéticos a los que estaba expuesto el hombre eran:

• El campo geomagnético de la Tierra, con una fuerza de 0,5 miligauss y frecuencias de entre 1 y 30 herzios (ciclos) por segundo (varía por zonas y épocas). La mayor potencia y amplitud del campo se produce entre los 7 y 10 Hz. Curiosamente, las ondas cerebrales humanas también van de 1 a 30 Hz, y a las de 10 Hz se les llama ondas alfa, propias de un buen estado de salud.


• Las radiaciones electromagnéticas naturales y campos gravitatorios procedentes del Sol, otros cuerpos astrales y el espacio exterior.



• Los campos electromagnéticos naturales procedentes de otros seres humanos, animales, plantas, minerales, vientos y condiciones atmosféricas, que básicamente son un producto de la interacción entre la Tierra y el espacio.


Durante millones de años, el cerebro, el cuerpo y el código genético de nuestros antepasados evolucionaron en plena sintonía con el campo geomagnético de la Tierra, del cielo y otras fuentes menores naturales. Sin embargo, desde que la industrialización favoreció la construcción y el empleo de aparatos eléctricos, cada vez estamos más expuestos a campos electromagnéticos artificiales. Dichos campos son cada vez más potentes, y sumamente prejudiciales, ya que funcionan en potencias y frecuencias artificiales a las que nuestra biología no está en absoluto adaptada.


Que no podamos ver todo lo infrarrojo o ultravioleta con nuestros ojos no significa que no exista, o que no nos afecte. Como hemos visto en la primera parte, la glándula pituitaria y la pineal son sensibles a estas oscilaciones. Actualmente el espacio aéreo del planeta entero está totalmente infestado de ondas electromagnéticas de todo tipo: radio, telecomunicaciones, señales por satélite, microondas, radares, etc. Hemos creado una diabólica red de millones y millones de campos electromagnéticos cuyas frecuencias y potencias no existen en la Naturaleza, que surcan el aire y que anulan el suave pulso natural del campo terrestre.


Antes de meternos de lleno en el tema, veremos cómo se divide el espectro electromagnético.


TIPOS DE RACIACIONES ELECTROMAGNÉTICAS

La potencia de un campo magnético (la llamada "densidad de flujo magnético" o "inducción magnética") se mide por gauss (G) y miligauss (mG), en honor al genio alemán Karl F. Gauss. Para hacernos una idea, el campo geomagnético de la Tierra ronda los 0,5 miligauss. Las zonas urbanas suelen rondar los 3 mG, las suburbanas entre 1 y 3 mG, y el campo de una maquinilla de afeitar eléctrica puede alcanzar los 400 mG (!).


La frecuencia de una radiación electromagnética se refiere al "pulso" de la vibración, es decir, su longitud de onda. "Baja frecuencia" significa que la onda es larga, que la señal es "lenta" y que la radiación es más intensa cuanto más baja sea la temperatura del objeto afectado. "Alta frecuencia" significa que la onda es corta, que la señal es "rápida" y que la radiación es más intensa cuanto más alta sea la temperatura del objeto afectado. La frecuencia se mide en herzios (Hz, en honor al físico alemán Heinrich Hertz), megaherzios (MHz, un millón), gigaherzios (GHz, mil millones), o teraherzios (THz, un billón), y que se refieren a la cantidad de "ciclos" o repeticiones de la señal en un segundo. Un herzio significaría un "parpadeo" u oscilación por segundo. El campo geomagnético de la Tierra anda entre 1 y 30 Hz, y el del ser humano sano, entre 7 y 10, como hemos visto antes.


Atendiendo a la frecuencia, el espectro electromagnético está dividido en bandas o "sectores", cada uno con unas características determinadas. A continuación veremos las diversas bandas, de menor a mayor frecuencia.





Click para agrandar. Las bandas del espectro electromagnético.


• ELF (Extremely Low Frequency, o frecuencia extremadamente baja). Entre 0 y 30 Hz. Longitudes de onda de más de diez mil km. Considerada frecuencia de "sub-radio". Torres y tendidos eléctricos, cables domésticos, ordenadores, etc. Pueden causar que corrientes eléctricas recorran el cuerpo. Algunos programas militares utilizan esta frecuencia para manipular la ionosfera, encontrar hidrocarburos, depósitos de armas, instalaciones subterráneas enemigas, etc. Uno de los principales problemas planteados por los ELF es que sus frecuencias incluyen aquellas a las que funciona el cerebro humano y la Tierra. Esto explica que la presencia de instalaciones de ELF se relacione con una serie de males cerebrales como la leucemia (especialmente infantil), la demencia, los dolores de cabeza, interrupciones del sueño, los mareos o el alzheimer, así como que existan armas basadas en radiaciones EMF, capaces de manipular hasta cierto punto el comportamiento humano y la corteza terrestre.





Artefactos de ELF del programa HAARP.


• ONDAS DE RADIO. Entre 30 Hz y 300 MHz. Longitudes de onda de entre 10.000 km y un metro. Muy utilizadas por la civilización moderna en emisiones de radiofonía, televisión, teléfonos y otras comunicaciones inalámbricas, antenas, navegaciones, etc. A continuación una tabla con diversas frecuencias electromagnéticas, algunas de las cuales le sonarán a cualquiera de haberlas visto en artefactos eléctricos. La exposición a estas ondas se asocia con el "mal de radio", el Síndrome de Hipersensibilidad Eléctrica (EHS) y perturbaciones en las interacciones celulares del cuerpo.





Las frecuencias más empleadas por la tecnología moderna.

LF: Low Frequency. MF: Medium Frequency. HF: High Frequency.

E: extremely. S: super. U: ultra. V: very.


• MICROONDAS. Entre 300 MHz y 300 GHz. Longitudes de onda de entre un metro y un milímetro. Las microondas están incluidas en las bandas de radiofrecuencia más altas (UHF, SHF, EHF). Se utilizan en televisión (para transmitir señales desde un lugar remoto a una emisora), televisión por cable, aparatos LAN (Bluetooth, WiFi), Internet vía cable coaxial, telefonía móvil, satélites, torres de comunicaciones, radares (incluyendo los de tráfico), hornos, etc. La exposición a las microondas está asociada al cáncer de cerebro, la demencia, el alzheimer y los ataques cardiacos.


• RAYOS T. También llamada ondas de teraherzio, radiación submilimétrica o simplemente "microondas de alta frecuencia". Entre 300 y 3000 GHz. Comparte con las microondas la capacidad para penetrar gran variedad de materiales no-conductores, incluyendo papel, ropa, cartón, madera, piedras, plásticos, cerámicas, niebla y nubes. Sin embargo no es capaz de atravesar los metales o el agua. Las únicas fuentes de rayos T suelen ser algunos tipos de láser, el girotrón y otros artefactos artificiales.


• RAYOS INFRARROJOS. De 1 a 430 THz. La frecuencia de los infrarrojos se encuentra justo por encima de la radio y, como su nombre indica, justo por debajo del rojo, que es la frecuencia electromagnética más baja del espectro visible. Los infrarrojos son los que transmiten el calor de fuentes como el Sol, el fuego, los radiadores, etc. Sin infrarrojos, la vida no sería posible. Se utiliza en mandos a distancia, así como en material fotográfico y de vídeo para detectar calor. Hay algunos animales que tienen sistemas biológicos receptivos de las radiaciones infrarrojas, como ciertas vívoras, pitones, boas, mariposas de pigmentación oscura, una variedad de escarabajos, el murciélago-vampiro y otros. Los infrarrojos tienen extensas aplicaciones militares como la adquisición de objetivos, la visión nocturna o el rastreo. Pueden dañar la vista si la exposición es fuerte y concentrada.





Imágenes de espectro infrarrojo. Arriba, un perro. Abajo, la estrella Beta Pictoris.


• LUZ VISIBLE. De 400 a 790 THz. El único campo electromagnético visible a simple vista. La estrecha gama electromagnética que se encuentra entre lo infrarrojo y lo ultravioleta, que somos capaces de percibir con los ojos y que no constituye más que una pequeña fracción del espectro electromagnético total. Un ojo humano sano tiene su máxima sensibilidad a unos 540 THz, en la zona verde de la escala de colores, justo en la mitad de todo el espectro electromagnético. Los siete colores del arco-iris no contienen todos los colores visibles para el ojo humano. Por ejemplo, el rosa o el magenta son visibles al ojo humano pero no se encuentran representados en el arco iris, ya que son colores insaturados que se obtienen mezclando distintas longitudes de onda. Lo mismo reza para los colores neutros como el blanco, el negro y los grises. Del mismo modo que las distintas frecuencias electromagnéticas tienen efectos en el cuerpo humano, también los distintos colores tienen sus efectos, ya que cada cual estimula la retina de una manera, y ésta a su vez envía una señal diferente a las glándulas cerebrales. Todos sabemos que el rojo es un color estimulante, que el verde o el azul claro son colores relajantes, o que el violeta, el color de mayor frecuencia, era asociado en otros tiempos al poder imperial. Se le llama cromoterapia a la utilización de los colores para influir en los estados de ánimo.


• RAYOS ULTRAVIOLETA. Se encuentran justo por encima del espectro visible, más allá del violeta. De menor a mayor frecuencia, se dividen en A, B y C. El 98,7% de los ultravioleta que llegan a la superficie de la Tierra son A (rayos UVA), muy necesarios para la vida y para el equilibrio endocrino humano, como hemos visto en la primera parte de este artículo. La pequeña porción restante son rayos UVB, que son dañinos, producen quemaduras y son filtrados en su mayor parte por la capa de ozono. Los UVC directamente son perniciosos para la vida y son filtrados por la magnetosfera y la atmósfera de nuestro planeta. Debido a la creciente suciedad de la atmósfera y la degradación de la capa de ozono, la proporción de rayos UVA está disminuyendo y la de rayos UVB aumentando. Existen mayores frecuencias de ultravioleta, denominadas en siglas inglesas FUV, VUV, LUV, SUV, EUV. Los rayos ultravioleta en general son considerados mutagénicos, es decir, que pueden producir mutaciones genéticas, tanto ventajosas como desventajosas o neutras. Agunos científicos relacionan las condiciones de excentricidad de la órbita terrestre, cambios del campo geomagnético y en la disposición del eje de rotación, con variaciones en la cantidad y de rayos UV que alcanzan la superficie, influyendo en la evolución de las especies.






• RAYOS X. De 3 × 1016 (un 1 seguido de 16 ceros) a 3 × 1019 Hz. Se producen cuando algunos gases se calientan a millones de grados, por reacciones nucleares (como en el caso de las estrellas) o por un voltaje eléctrico (como en el caso de las placas de radiografía médica). Son emitidos por electrones y son capaces de penetrar la mayor parte de materiales sólidos, salvo los más densos (como el plomo). Los rayos X son considerados carcinógenos (producen cáncer) y dañan los tejidos celulares rompiendo los enlaces. Los padres expuestos a rayos X tienen más posibilidades de tener hijos con leucemia, especialmente si la zona expuesta ha sido el bajo abdomen.





Doble riesgo: rayos X y radiaciones de teléfono inalámbrico.


• RAYOS GAMMA. Por encima de 1019 Hz. Proceden de eventos cósmicos violentos y destructivos (como las supernovas o las tormentas solares) o reacciones atómicas artificiales (plantas y bombas nucleares, residuos radiactivos). A diferencia de los rayos X ―que proceden de electrones lejos del núcleo atómico―, los rayos gamma son emitidos por el núcleo en sí. Dependiendo del tiempo de exposición y la potencia de la fuente, los síntomas pueden variar desde cambios de composición sanguínea, náuseas, caída de pelo, hemorragia, cáncer, mutaciones genéticas y la muerte. Los efectos a largo plazo de las detonaciones nucleares de Hiroshima y Nagasaki dan una idea de las consecuencias. A unos niveles muy altos, los rayos gamma dan lugar a la creación de parejas de partículas y antipartículas. A pesar de que son cancerígenos, los rayos gamma se usan para tratar tumores, así como para esterilizar material médico y hasta comida. El científico ruso Krill Zybin, del Instituto Lebedev (Moscú) asocia las intensidades de radiación gamma cósmica con el desarrollo de la vida en la Tierra y la aceleración de las mutaciones, por ende, de la evolución.


Proyectos militares involucrando manipulación electromagnética


En tiempos de tremendo avance tecnológico como los que vivimos, una fuerza que domina el núcleo terrestre, los desplazamientos de corteza, el clima, el cerebro humano, etc., no podía pasar desapercibida para los complejos militares-industriales de los Estados más poderosos. Tanto Estados Unidos (con el HAARP) como Rusia (SURA, Scalar) tienen emisores de ondas electromagnéticas que utilizan la ionosfera para cambiar el clima de una zona o para rebotar las ondas hacia el suelo y producir una serie de efectos, como la desestabilización de la corteza (tanto el magma como el hierro del núcleo terrestre son materiales conductores) o hasta de la mente de los habitantes de una región. Las posibilidades de este tipo de guerra son muy amplias: terremotos, maremotos, sequías, inundaciones, huracanes, incendios, maremotos, actividad volcánica, manipulación psicológica, etc.


No se trata ciencia-ficción ni de conspiranoia. En una resolución del 28 de Enero de 1999 (A4-0005/1999), el Parlamento europeo señaló que HAARP manipulaba el medio ambiente con fines militares, y solicitaba que fuese evaluado por parte del STOA (organismo encargado de mensurar opciones científicas y tecnológicas) en cuanto a sus repercusiones ambientales y sanitarias. En la misma resolución, se pedía prohibir el desarrollo de armas que conllevasen la manipulación de seres humanos, guiño al desarrollo de proyectos de ELF, que operan a la misma frecuencia que el cerebro y que pueden afectar claramente la conducta humana. En Agosto de 2002, la Duma (Parlamento ruso) sacó un comunidado de prensa sobre el HAARP, elaborado por comités de defensa y asuntos internacionales, y presentado por 90 representantes al entonces Presidente Vladimir Putin. El informe establecía que las instalaciones de HAARP podían ser utilizadas como armamento, y especificaba que:


Los Estados Unidos están creando nuevas armas integrales de carácter geofísico que puede influir en la troposfera con ondas de radio de baja frecuencia... La importancia de este salto cualitativo es comparable a la transición de las armas blancas a las armas de fuego, o de las armas convencionales a las armas nucleares. Este nuevo tipo de armas difiere de las de cualquier otro tipo conocido en que la troposfera y sus componentes se convierten en objetos sobre los cuales se puede influir.


Tanto EEUU como Rusia han cruzado mutuamente acusaciones de guerra climática. Hubo sospechas de intervención rusa en la inaudita sequía de California de 1988-1992. En Enero de 2010, un informe de la Flota Rusa del Norte señalaba al programa de guerra sísmica del Pentágono como causante intencionado del terremoto de Haití, isla que Washington quería ocupar militarmente por motivos geoestratégicos. El Presidente de Venezuela Hugo Chávez acusó claramente al Gobierno de Estados Unidos de emplear armas sísmicas para causar el terremoto. Siete meses después, algunos científicos rusos hicieron acusaciones similares durante los incendios en Rusia y las inundaciones en China y Pakistán. En Noviembre de 2011, el teniente general ruso Nikolai Rodionov acusó al HAARP de provocar el fracaso de la misión sino-rusa "Phobos-Grunt", que proyectaba mandar una nave a Fobos, una de las lunas de Marte. Los medios de comunicación rusos denuncian esporádicamente los programas de guerra climatológica y sísmica del Pentágono.






Instalaciones del proyecto HAARP en Gakona (Alaska).


Existen otros sistemas ofensivos basados en el electromagnetismo, como el EMP(Electromagnetic Pulse), capaz de destruir todos los sistemas eléctricos y electrónicos de un territorio determinando, mandándolo prácticamente a la Edad Media. La Fuerza Aérea de los Estados Unidos ha desarrollado por su parte un arma de control de masas llamada ADS, basada en la irradiación de microondas del espectro EHF (Extremely High Frequency) para excitar las moléculas de agua y grasa subcutáneas del cuerpo, que se calientan hasta producir un intenso dolor.





El Active Denial System o "Pain Ray" (rayo del dolor) fue desplegado por primera vez en Afganistán, en verano de 2010.



Sobre las transientes, o electricidad sucia
Las transientes son un tipo poco conocido de campos electromagnéticos que juegan un papel increíblemente perjudicial en la salud humana y que merecen ser tomadas muy en serio. Se crean cuando la corriente eléctrica es interrumpida continuamente como en un rápido parpadeo, a fin de ahorrar energía. Las transientes se encuentran en ordenadores, neveras, televisores de plasma, bombillas CFL, sistemas de aire acondicionado, tubos fluorescentes, motores (por ejemplo de ascensores) y en aparatos reguladores del "volumen de luz" (rheostats). Una bombilla CFL, por ejemplo, se enciente y se apaga unas cien mil veces por segundo (!). Las transientes suelen encuadrarse en la banda ELF (frecuencia extremadamente baja) del espectro electromagnético, pero como sus señales se acumulan y fortalecen, pueden pasar fácilmente a bandas de radiofrecuencia más elevadas.


Los efectos biológicos de esta diabólica invención son devastadores. Pensemos en un imán: las cargas semejantes se repelen y las cargas opuestas se atraen. Por tanto, cuando una transiente está en estado "positivo", los electrones de nuestro cuerpo (de carga negativa) se mueven hacia esa carga positiva. Cuando la transiente pasa a "negativo", todos los electrones del cuerpo se repelen hacia el sentido opuesto. Esta fluctuante manipulación electromagnética (miles de veces por segundo) implica que todos los electrones de nuestro organismo están bailando al son de la transiente y que todo nuestro cuerpo se carga y se vuelve inestable porque está totalmente "acoplado" al ritmo de la máquina.





Algunos países quieren hacer obligatorio el uso de bombillas CFL.


Hablando en plata, las transientes están suplantando, en nuestro sistema nervioso, el pulso suave y constante de la Tierra, manipulando salvajemente nuestras células y ondas cerebrales con frecuencias para las cuales no están evolutivamente diseñadas, destruyendo el funcionamiento de nuestro importantísimo sistema endocrino, saboteando nuestra inmunología y contaminando todo nuestro sistema bioeléctrico con pavorosos efectos para nuestra salud. La Dra. Magda Havas, de la Trent University (Canadá) ha publicado numerosos estudios en los que se demuestra cómo la exposición a las transientes aumenta los niveles de azúcar en sangre en diabéticos y pre-diabéticos, y que las personas con esclerosis múltiple mejoran su equilibrio y tienen menos temblores simplemente con pasar unos días en un entorno libre de electricidad sucia. También demostró que en todas las escuelas donde se instalaron filtros para limpiar los efectos de las transientes, los profesores inmediatamente experimentaron un descenso de síntomas desagradables como dolores de cabeza, irritaciones cutáneas, ojos secos, asma y depresión.


¿AFECTAN A LA SALUD LOS CAMPOS ELECTROMAGNÉTICOS ARTIFICIALES?


Lo primero que todos tenemos que tener siempre presente es que el cuerpo humano, al estar hecho de materia y por tanto átomos, tiene electrones y partículas subatómicas susceptibles de ser perturbadas por una influencia electromagnética externa. Todas las células del cuerpo, ya sean células pancreáticas esperando una señal para fabricar insulina, o leucocitos desplazándose a la zona de una herida, usan electricidad (o una "carga de electrón") para comunicarse entre ellas. Si los transientes y otras fuentes de campos electromagnéticos artificiales suplantan los mecanismos de señales nerviosas del organismo, ¿no podrían interferir con la secreción de hormonas, ahogar el sistema de llamada y respuesta del sistema inmunológico y causar muchísimos otros trastornos físicos?


Segundo, si el ser humano tiene probadamente un campo magnético sensible a los campos naturales, ¿no sería lógico pensar que los campos artificiales producidos por cables eléctricos, radios, microondas, antenas, satélites, etc., también pueden influir sobre él? ¿Es posible que la civilización tecnológica haya anulado nuestra capacidad magnética, y que seamos, tal y como hemos visto en la primera parte de este artículo, como desorientadas palomas mensajeras que se pasan la vida entera con imanes artificiales atados a la cabeza, sin encontrar nunca el camino a casa?


En este apartado brindaré una pormenorizada cronología de investigaciones sobre campos electromagnéticos y salud, investigaciones que son sólo la punta del iceberg, ya que se trata de un tema relativamente reciente y en el que no se ha profundizado lo bastante por culpa de los enormes intereses económicos que hay en juego.


• Los soviéticos se dieron cuenta durante la II Guerra Mundial de que los operadores de radares a menudo sufrían de síntomas (fatiga, irritación facial, tinitus o pitidos en los oídos, mareos, trastornos digestivos y del sueño, etc.) ahora atribuidos al síndrome de hipersensibilidad eléctrica (EHS por sus siglas inglesas). Los expertos dicen ahora que un 3% de la población puede ser clínicamente hipersensible, y alrededor de un 30% puede tener sensibilidad alta.


• Desde los años 50, el Dr. Kyoshi Nakagawa estuvo investigando en el Hospital Isuzu de Tokio sobre los efectos del magnetismo en el cuerpo. En 1976 publicaría en el Jornal Médico Japonés un extenso estudio en el que muestra los beneficiosos efectos de la magnetoterapia sobre el organismo humano. Los campos magnéticos de frecuencia y potencia adecuadas ejercen un beneficioso efecto sobre las glándulas centrales del cerebro, estimulando la secreción de beneficiosas neurohormonas. El Dr. Robert Becker confirmaría esto cuando descubrió que ciertas estimulaciones magnéticas pueden curar totalmente fracturas óseas consideradas definitivas e incluso regenerar miembros amputados en animales que no tienen esa facultad, como las ranas.


• Cuando se introdujo la televisión en Australia en 1956, los investigadores enseguida documentaron un rápido aumento de casos de cáncer entre personas que vivían cerca de torres de transmisiones.


• En los años 60, en plena Guerra Fría, los soviéticos bombardearon clandestinamente la embajada de EEUU en Moscú con radiación de microondas (una RF de más alta frecuencia, utilizada para transmitir señales inalámbricas), enfermando al personal del edificio. El personal de la embajada comenzó a quejarse de problemas cognitivos, mareos, dolores de cabeza, etc., a lo largo del resto de la Guerra Fría. Aunque los soviéticos nunca dieron una explicación, se conjetura que buscaban confundir y manipular las mentes de los espías y diplomáticos americanos. El mal de ondas de radio (también llamado mal de microondas) es ahora un diagnóstico comúnmente aceptado.


• En los años 70, la doctora Nancy Wertheimer, una epidemióloga de Denver, dedectó un aumento en leucemia infantil (una enfermedad muy poco común) entre niños que vivían cerca de líneas eléctricas de alta tensión, iniciando todo un rosario de estudios que llegaron a conclusiones similares.


• En Suecia y Reino Unido se realizaron estudios que notaban un importante aumento de suicidios en jóvenes que viven y estudian cerca de cables de alta tensión y estaciones de radar. Entre 1950 y 1977, los casos de suicidios entre jóvenes de entre 15 y 19 años se multiplicaron por 4 en el caso de chicos y por 2 en el caso de chicas. La depresión maniaca y las tendencias suicidas suelen estar relacionadas con bajos niveles de serotonina, una sustancia neuroquímica fabricada por la glándula pituitaria.






Complejidad tecnológica: el orgullo de la civilización moderna y la perdición de la biología humana.


• En 1980, los investigadores concluyeron que los trabajadores oficinistas con alta exposición a campos electromagnéticos tenían mayor índice de melanoma (cáncer de piel, una enfermedad generalmente asociada a la exposición solar) que los obreros que trabajaban al aire libre. Entre 1973 y 1980, los casos de melanoma en EEUU aumentaron un espectacular 80%. En el Laboratorio Nacional Lawrence Livermore (California), la incidencia de melanoma es cuatro veces superior a la media nacional americana. Dicho laboratorio está involucrado en asuntos de seguridad nacional de EEUU y la producción de armas ultramodernas que involucran campos electromagnéticos y microondas de alta intensidad.


• En 1980, la Comisión de Servicio Público del Estado de Nueva York encargó al Dr. David Savitz que estudiase los efectos producidos por los campos electromagnéticos de los cables normales. Cinco años y medio millón de dólares más tarde, el Dr. Savitz concluyó que "al menos" un 20% de cánceres en niños de las zonas estudiadas, se debían a la exposición a los campos (¡de "sólo" 3 miligauss!) de los cables eléctricos. Su estudio demostró además que dichos campos no sólo favorecen el cáncer, sino que también inhiben la producción de importantes neurohormonas en el cerebro, transtornando el comportamiento y minando la capacidad de aprendizaje. En un radio de 15 metros alrededor de los cables eléctricos estándar en EEUU, el campo magnético es de una potencia de 100 miligauss ―más de 30 veces la magnitud de los cables que el Dr. Savitz asoció con el cáncer infantil. A la Comisión de Servicio Público no le gustaron los resultados del estudio; declararon "seguro" un campo magnético de hasta 100 miligauss y alegaron que el público ya había "aceptado" el riesgo para la salud. Obviamente, el público nunca ha sido informado de esto, así que difícilmente ha podido "aceptarlo".


• Vernon, una población de 25.000 habitantes de Nueva Jersey, ocupa el quinto lugar de EEUU en el número de transmisores de microondas. La cifra de casos de síndrome de Down es diez veces superior al promedio nacional de EEUU. El síndrome de Down es un defecto de nacimiento, causado por un daño genético en el feto y/o en los padres. Otros estudios han encontrado altas incidencias de este mal en niños cuyos padres son operadores de radar o trabajan en importantes bases aéreas.


• En 1988, la doctora Marjorie Speers informó de los resultados de un estudio de tumores en personas que, por motivos de trabajo, se hallaban habitualmente expuestas a un campo electromagnético de 50 Hz de frecuencia. La conclusión resultó rotunda: estos desafortunados trabajadores tenían 13 veces más casos de tumores cerebrales que los individuos del grupo de control, formado por personas no expuestas a campos de semejante frecuencia. Según el Dr. Becker, en "Cross Currents":


En estos momentos las pruebas científicas son absolutamente concluyentes: los campos magnéticos de 60 Hz inducen a las células cancerosas humanas a aumentar permanentemente su velocidad de crecimiento en un 1600% y a desarrollar características aun más malignas.



En suma, este tipo de campos electromagnéticos afecta particularmente a dos tipos de tejidos: los del cerebro y los de crecimiento rápido (fetos, niños pequeños, tumores).


• También en 1988, el Dr. Daniel B. Lyle, bajo la dirección de Ross Adey, realizó un cultivo de células T (un tipo de linfocitos o glóbulos blancos con un importante papel inmunológico) y durante 48 horas las expuso a un campo electromagnético de 60 Hz, similar al que desprenden en EEUU los cables eléctricos públicos. Constató un importante debilitamiento de la capacidad de las células para reproducirse y defenderse de agentes extraños (microbios, virus, mitógenos, etc.), hasta el punto de que la citotoxicidad de las células se inhibió en un 40%. La conclusión final del estudio fue que los campos electromagnéticos artificiales son peligrosamente inmunosupresores y debilitan la capacidad de las células T para diferenciar entre agentes invasores y tejido "amigo".





Alguna ciudad china en pleno boom económico. Actualmente, este conjunto de contaminación, masificación, deshumanización e interferencias electromagnéticas, recibe el nombre de "civilización".


• En Junio de 1989, la revista "New Yorker" publicó un artículo de Paul Brodeur, basado en varios estudios científicos, sobre los riesgos para la salud que suponía exponerse a cables eléctricos y terminales de ordenador. Aquí se reveló que la leucemia infantil y otros tipos de cáncer en niños, estaba directamente relacionada con la exposición a campos eléctricos. También se informó de que las mujeres embarazadas que trabajaban con ordenadores tenían un índice de abortos espontáneos más elevado. Este artículo desencadenó una oleada de preocupación e investigaciones por parte de otros especialistas. Paul Brodeur publica "Currents of death, the attempt to cover up the threat to your health", y Cyril W. Smith y Simon Best escriben "Electromagnetic man health & hazard in the electrical environment".


• De nuevo en 1989, la Dra. Cornelia O’Leary, del Real Instituto de Cirujanos de Londres, informó de ocho casos de muerte súbita de bebés durante un fin de semana. "Casualmente", todos estos casos se encontraban en un radio de 11 km de una base militar de alta seguridad donde, justo ese fin de semana, se estaba probando un nuevo sistema de radar. La muerte súbita en bebes se ha relacionado con niveles bajos de melatonina y otras sustancias neuroquímicas fabricadas por la glándula pineal. Ésta es extremadamente sensible a las oscilaciones electromagnéticas, y en el caso de los bebés, la sensibilidad se dispara. Este mismo año, el Departamento de Energía reconocerá que "ahora se acepta generalmente que existen, ciertamente, efectos biológicos debido a la exposición a campos electromagnéticos".


• Para 1990, se habían llevado al cabo más de cien estudios en todo el mundo. Gracias a periodistas como Ted Koppel y Dan Rather, parecieron informes alarmantes en "Time", "The Wall Street Journal", "Business Week" y otras publicaciones. En respuesta a las presiones públicas, la EPA (Agencia de Protección Ambiental) elaboró un informe en Marzo de ese año, recomendando que los campos electromagnéticos se clasificasen como carcinógenos (provocadores de cáncer) de clase B (como el DDT, las dioxinas y los PCBs). Sin embargo, cuando se publicó el informe, la EPA fue duramente presionada por grupos de las industrias eléctrica, informática y militar. Tras ser doblegada por intereses políticos y económicos, la EPA dio marcha atrás en su declaración. Robert O. Becker y Jeremy P. Tarcher publican "Cross currents, the perils of electropollution".


• En Silicon Valley (California), la Meca de la investigación informática, se observó que los trabajadores tienen altísimos índices de cansancio crónico, depresión crónica, hipersensibilidad, alergias variadas, dolores de cabeza y "síntomas de gripe".


• En 1998, los investigadores, trabajando con el National Cancer Institute de EEUU, informaron que los riesgos de leucemia infantil eran "significativamente elevados" en niños cuyas madres habían usado mantas eléctricas durante el embarazo, y en niños que usaban secadores eléctricos y videojuegos conectados al televisor.


• En los años 90, se han investigado a fondo los casos de cáncer en Cape Cod, que tiene una inmensa base de radar de la Fuerza Aérea llamada PAVE PAWS, y en Nantucket, que alberga un poderoso transmisor LORAN-C (un sistema de navegación que está empezando a caer en desuso debido al auge del GPS). Los condados de ambas zonas tienen las mayores incidencias de todos los cánceres en el Estado de Massachusetts.


• En Julio de 2001 hubo violentas protestas en Chipre, cuando los ingleses decidieron construir nuevas antenas en sus importantes enclaves estratégicos de Akrotiri y Dhekelia. La población local dijo, correctamente, que estas instalaciones pondrían en peligro la vida de los habitantes de la zona, y que perjudicaría los ecosistemas.


• En 2007, el Bioinitiative Working Group (un conglomerado de científicos y expertos en política de salud pública de EEUU, Suecia, Dinamarca, Austria y China), publicó un informe de 650 páginas en el que se citaban minuciosamente más de 2000 estudios (muchos muy recientes) que detallaban el efecto tóxico de los campos electromagnéticos. Según las conclusiones derivadas de la comisión, exponerse incluso a radiaciones de bajo nivel (como las de los teléfonos móviles), podía causar una gran variedad de cánceres, sabotear el sistema inmunológico y contribuir a la demencia, la enfermedad cardiaca, el alzheimer y muchos otros males.





No todo en los campos electromagnéticos artificiales es negativo. Los efectos beneficiosos sobre la salud de los campos artificiales de frecuencias determinadas se utilizan a menudo para promover la curación de heridas y fracturas óseas. Los estudios experimentales con campos bien controlados y de ciertas frecuencias incluso muestran buenos resultados en tratamientos contra el dolor y la depresión. Recientemente, el Dr. Michael Persinger, un neurocientífico de la Laurentian University (Canadá) ha encontrado que ciertos campos magnéticos pulsados detenían el crecimiento de células de melanoma en ratones. Esto viene a continuar la obra de eminencias que hemos visto más arriba, como los doctores Kyoshi Nakagawa y Robert Becker, y confirma que los campos electromagnéticos artificiales son un arma de doble filo, que puede usarse tanto para enfermar profundamente como para curar.


El efecto Jaula de Faraday


Si bien estar sometidos a campos electromagnéticos artificiales ya es lo bastante perjudicial, hay otro factor igualmente pernicioso, e incluso peor: no estar sometido a campo alguno. Todo el mundo habrá observado que en ascensores, coches, submarinos, tanques, aviones, trenes y en general recintos cerrados y/o con muebles de plástico, la gente se queda "frita" con suma rapidez, recobrando la energía sólo cuando les da el aire y al ser posible el Sol y algo de agua. Esto sucede porque las estructuras hechas con material conductor (como metal) se polarizan en presencia de un campo externo y quedan cargados negativamente en el sentido opuesto, repeliendo todos sus electrones e iones negativos al exterior, y dejando el interior "vacío" energéticamente. Dentro de una jaula de Faraday no hay electrosmog, no hay cobertura de móvil, el GPS no da señal y no se puede escuchar la radio. Pero tampoco entran las fuerzas de la Tierra y del cielo, y por tanto no se da ese "gradiente de potencial", polaridad o tensión vital absolutamente necesarias para la vida y el flujo de bioelectricidad.


El efecto Faraday se comenzó a tomar con seriedad durante la carrera espacial. Tanto la NASA americana como el diversificado programa espacial ruso, se dieron cuenta enseguida de que ni siquiera un ratón podía permanecer en el espacio más de 24 horas sin perder el juicio, y que sus astronautas comenzaban a manifestar cansancio, apatía y falta de energía cuando llevaban tiempo en las cápsulas. Glenn y Carpenter mostraron una pronunciada y prematura fatiga, y en el caso del cosmonauta ruso Titov, los trastornos psicofísicos fueron tan pronunciados que quedó totalmente agotado y mareado después de seis órbitas en torno a la Tierra. Téngase en cuenta que estamos hablando de hombres con una preparación mental y física extraordinaria, y que estos efectos se daban dentro de la cápsula, tanto en órbita como durante los entrenamientos en tierra. La situación desconcertó a los científicos durante años, aunque la solución estaba delante de sus narices y hubieran dado con ella si hubiesen tenido la modestia de consultar con un adepto taoísta, un yogui hindú o un lama budista.


Un informe de una empresa que fabricaba generadores de iones negativos para el programa espacial americano ―citado por André van Lysebeth en su "Pranayama" (obra altamente recomendable), citado a su vez por Daniel Reid en "El tao de la salud, el sexo y la larga vida" (ídem)―, acabó explicando la causa: "Al ser completamente metálica, la cápsula espacial se comporta como una perfecta jaula de Faraday en la que hasta el piloto mejor entrenado no tarda en mostrar signos de perturbaciones fisiológicas, especialmente cansancio y agotamiento prematuro". El informe concluye impecablemente:


La corriente eléctrica causada por la presencia de un campo eléctrico recorre todas las células y órganos y todo el sistema nervioso, estimulando asimismo el metabolismo y todas las funciones fisiológicas de los organismos vivos… Si el campo es demasiado débil, se manifiestan cansancio, indolencia y falta de vitalidad. Ésta es la causa principal de la fatiga y el entumecimiento que se sienten en automóviles, aviones, tanques, submarinos y trenes, y ahora en las cápsulas espaciales.





El mejor aire del mundo se encuentra en zonas de alta montaña del planeta, donde la incidencia de los rayos cósmicos y fuerzas magnéticas telúricas es mayor, donde el frío hace que la suciedad se pegue al suelo y donde la atmósfera está fuertemente ionizada. Pero según los materiales con los que nos vistamos y calcemos, podemos estar aislándonos de este fabuloso campo eléctrico natural.


Finalmente los científicos se dieron cuenta de que, por mucho que el aire de las cápsulas tuviese la composición ideal (nitrógeno, oxígeno, etc.), necesitaba ser ionizado: no era una cuestión química, sino física. En cuanto se instalaron generadores y el aire de las cápsulas se ionizó fuertemente, todos los síntomas de agotamiento y lentitud desaparecieron de golpe, y desde entonces los astronautas pueden permanecer en el espacio días, semanas, meses y años. Si se hiciera lo propio en los aviones, el "jet-lag" y el cansancio de vuelo se reducirían enormemente.


El efecto Faraday no se limita a cápsulas, vehículos y espacios cerrados. La ropa puede ejercer una función exactamente igual, hecho que científicamente se ha sabido desde, como poco, 1964 ―aunque los sufíes persas y los brahmanes hindúes entre otros, lo conocían empíricamente desde siempre. La revista "Aerospace Medicine" explica, en un artículo de Enero de ese año, que "ciertas telas sintéticas producen las suficientes cargas electrostáticas negativas como para repeler los iones negativos de la persona que vista esas prendas". No importa que nos encontremos en la cumbre de una enorme montaña, rodeados de una atmósfera privilegiada, un poderoso campo eléctrico natural y respirando los mejores aires del planeta: si estamos vestidos con prendas de orlón, nailon, poliéster y similares, y utilizando calzado con suela de goma, estamos aislándonos del fabuloso campo eléctrico natural que nos rodea, del mismo modo que los recubrimientos de goma aíslan el cobre conductor de los cables eléctricos. Lo mismo pasa en estancias con las ventanas cerradas y lugares con demasiados objetos de plástico. La revista americana "Product Engineering", habla sobre esto en su número del 13 de Febrero de 1967, cuando el tema era novedad:


Determinados espacios formados de plástico, como las carrocerías de los automóviles, pueden incluso producir campos eléctricos negativos (campos que repelen los iones negativos y atraen los positivos). Los muebles de plástico, al igual que las tapicerías y los revestimientos murales de plástico, aceleran la fatiga mental en los ocupantes de la habitación o del vehículo. Los objetos y revestimientos de polietileno, por ejemplo, producen campos eléctricos negativos de entre 5.000 y 10.000 voltios/metro. En un recinto completamente rodeado de polietileno, el campo negativo puede alcanzar los 100.000 voltios/metro.


El mencionado informe no habla de otro problema de las tapicerías y muebles de plástico, y es que despiden vapores y olores tóxicos. Queda claro, en todo caso, que el mundo moderno no sólo está lleno de campos electromagnéticos "farsantes" que suplantan la interacción tierra-cielo que se da a través de nuestros cuerpos, sino de elementos que directamente nos arrancan y marginan del concierto universal, aislándonos de todo campo, robándonos la bioelectricidad y dejándonos, literalmente, con las pilas agotadas y sin sustancia vital para acometer ninguna empresa. Difícilmente puede negarse que en muchos sentidos, la civilización tecnológica ―un ente abstracto y sin vida― se alimenta vampíricamente de las sustancias vitales ―muy reales y muy vivas― del hombre y del planeta.


ASESINOS RESPETADOS





En los artículos Venenos cotidianos y La maldición oriental vimos que existen envenenadores que están empezando a ser desenmascarados, como los disruptores endocrinos, los plásticos, la leche, la comida basura, la televisión, los aditivos, los cosméticos, los almidones, los productos de limpieza, etc. Deberíamos añadir una serie de artefactos que producen campos electromagnéticos (algunos extremadamente fuertes) y electricidad sucia, y que deberíamos intentar evitar a toda costa. Después de ver esta fatídica lista, pocos se preguntarán de dónde viene la epidemia de infertilidad que está asolando la Civilización Occidental, así como que el cáncer haya superado a los accidentes como principal causa de mortandad de los niños de menos de 15 años. Aunque hay innumerables factores relacionados con esto, no cabe duda que los campos electromagnéticos tienen el macabro honor de jugar un papel muy importante.


• TUBOS FLUORESCENTES. Este tipo de iluminación usa la ionización de vapor de mercurio, altamente tóxico, para desprender luz, con un consumo menor que las incandescentes, y fue comercializada en los años 30 por la poderosa multinacional americana General Electric. Pero un tubo fluorescente de sólo 10 vatios produce un campo electromagnético 20 veces más fuerte que el de una bombilla convencional (incandescente) de 60 vatios, y a 2,5 cm la potencia del campo electromagnético ronda los 160-200 mG (miligauss). Las luces fluorescentes son una verdadera plaga de electricidad sucia, especialmente en cuartos de baño, cocinas, guarderías, escuelas, institutos, universidades y lugares de trabajo. En muchos lugares públicos (escuelas, hospitales, oficinas, centros deportivos) hay baterías enteras de tubos fluorescentes en el techo, que están irradiando basura eléctrica sobre países enteros.



• BOMBILLAS CFL. La primera bombilla CFL en espiral fue inventada en 1976 en respuesta a la crisis petrolera de 1973, que había dejado claro que la energía barata era cosa del pasado. Las luces CFL ahorran energía encendiéndose y apagándose unas cien mil veces por segundo, y son por tanto una fabulosa fuente de electricidad sucia. La frecuencia del campo electromagnético que producen estas bombillas supera los 25.000 Hz ―cien veces el de una bombilla LED― y afectan a todo el mundo, pero especialmente a los niños.





Las luces CFL son una grave amenaza para la salud humana. ¿Por qué se están promoviendo por tanto? Porque consumen menos que las bombillas convencionales. Sin embargo, ¿acaso atacar la salud de un pueblo no supone a largo plazo pérdidas económicas? En realidad eso es muy relativo. Primero, lo que al sistema le importa es el beneficio económico inmediato y a corto plazo de unos pocos individuos. Segundo, las enfermedades de la gente son el motor de la industria sanitaria, que es uno de los mayores negocios del planeta junto con el mundo mediático y los hidrocarburos. Para aquellos que no quieren caer en esta red, las bombillas LED consumen incluso menos que las CFL y sus radiaciones son menores, si bien el alumbrado es algo más débil.



• TELEVISOR. Además del consabido campo electromagnético, la TV emite rayos X capaces de penetrar de 5 a 8 cm en el cuerpo humano, causando esterilidad y otros males. Las radiaciones perjudiciales de la TV se expanden en todas direcciones y atraviesan paredes. Es preciso tener cuidado de no instalar camas o escritorios contra una pared al otro lado de la cual haya un televisor. Además, muchas pantallas de TV parpadean erráticamente, produciendo una estimulación irregular y antinatural de la retina. Dichas estimulaciones se transmiten a lo largo del nervio ocular e irritan al hipotálamo. En algunos experimentos científicos realizados en EEUU y silenciados por la industria mediática, se observaron que las ratas expuestas a una pantalla de TV en color 6 horas al día se volvían hiperactivas y violentas durante una semana. Después de esa semana, se tornaban letárgicas y apáticas, y dejaban de criar: su sistema endocrino se había quedado seco. Los resultados de este experimento son tanto más graves por cuanto la pantalla de TV fue cubierta por papel oscuro. El efecto pernicioso del aparato, por tanto, se debía a las ondas invisibles. En un artículo publicado el 24 de abril de 1970 por Ben Frank, de Associated Press, se citan las siguientes palabras del Dr. H. D. Youmans, de la Oficina de Salud Radiológica:


Comprobamos que los rayos emitidos por los tubos catódicos eran más duros y con mayor energía media de lo que habíamos supuesto. Estos rayos penetraban varias pulgadas en el cuerpo, tan profundamente como la radiación de una pantalla de rayos X de 100 kilovatios. La persona sentada ante el aparato recibe una dosis uniforme en los ojos, los testículos y la médula ósea.


Este mismo artículo señala que el Dr. Robert Elder, director de la Oficina de Salud Radiológica, declaró ante el congreso de los Estados Unidos que incluso dosis pequeñísimas de radiación, muy por debajo de los límites legales, penetran profundamente en los tejidos humanos, y que los daños que causan son acumulativos. Entre estos daños hay que citar lesiones genéticas que pueden afectar a la fertilidad y transmitirse a futuras generaciones.






• ORDENADORES Y VÍDEOS. Se les ha relacionado en una duplicación del índice de abortos espontáneos, así como una elevación enorme de defectos de nacimiento en mujeres que usaban frecuentemente estos aparatos estando embarazadas. Las mujeres no-embarazadas han acusado cansancio, depresión, irregularidades menstruales y dolores de cabeza. El estándar de seguridad de Suecia (711/90) especifica un máximo de 0,25 mG a 50 cm de la pantalla. Muchos PCs fabricados en EEUU tienen tranquilamente 5-100 mG a esta distancia. Hay que tener en cuenta que las radiaciones electromagnéticas irradian desde el PC en todas las direcciones, y que las pantallas filtradoras NO las bloquean (ni siquiera una pantalla de plomo podría bloquear las radiaciones de banda EMF y VLF de un ordenador). Y puesto que añadir un filtro modesto supondría aumentar los costes de producción de un ordenador en 5 céntimos de dólar, la mayoría de compañías no están por la labor.


• WIFI, BLUETOOTH, WLAN Y SIMILARES. Estos aparatos funcionan en la frecuencia de microondas, que están más que relacionados con graves problemas de salud. Claro que los efectos del WiFi (que tiene unos cientos de metros de radio como mucho) palidecen ante el nuevo WiMAX, cuyo radio de alcance llega a la friolera de 48 km.





• MÓVILES. El problema con las investigaciones sobre los efectos de la telefonía móvil e inalámbrica sobre la salud suele ser el mismo que con cualquier problema en el que metan sus narices las corporaciones multinacionales: al menos el 87% de las investigaciones al respecto han estado patrocinadas por empresas de telecomunicaciones a las que no les interesa que se concluya que la telefonía móvil es una grave amenaza para la salud. Desarrollar un cáncer puede ser cosa de 25 años, más o menos el tiempo que llevan los teléfonos móviles en circulación. Los campos electromagnéticos de los móviles, que generalmente funcionan en frecuencias de microondas, penetran directamente en el cerebro cuando el móvil se pega al oído. Si meter la cabeza en un horno microondas te parece mal negocio, pasarte la vida con la oreja pegada a uno tampoco es una buena inversión de futuro. La Dra. Elisabeth Cardis llevó al cabo un estudio en 13 países, y concluyó que el uso de teléfonos móviles, especialmente durante más de 10 años, estaba asociado a un gran aumento de las probabilidades de contraer un tumor cerebral. El problema, por desgracia, no se circunscribe a los móviles en sí, sino que abarca también las torres de telefonía móvil. Previsiblemente, si la gente supiese estas cosas, reducirían tanto el uso del móvil que más de una compañía telefónica quebraría, y el resto sufriría enormes pérdidas.





La ignorancia es atrevida y asesina. Antes de informarse, esta mujer inconsciente podía alegar desconocimiento (cosa que no justificaría su desinterés a la hora de informarse sobre cómo proteger a su hijo), pero después de leer este artículo, nadie tiene excusa. Por culpa de "madres" como ésta, existe la leucemia infantil.



• MAQUINILLAS DE AFEITAR ELECTRICAS. Su campo electromagnético puede llegar a potencias de 200-400 mG, una verdadera y auténtica burrada. Sin embargo, aunque pueda parecer alarmante (y lo es), no sabemos si una exposición breve a esta potencia es peor que una exposición más prolongada a un campo de ―por ejemplo― 2 a 4 mG.


• SECADORAS DE PELO. Producen un campo de 50 mG a 15 cm de distancia, más que suficiente para aumentar el riesgo de tumores y daños genéticos, tanto en quien los usa como en el feto en el caso de mujeres embarazadas. Hace tiempo que se ha observado un índice anormalmente alto de incidencia de cáncer de mama en peluqueras. Esto se debe al empleo frecuente y prolongado de secadoras cerca del pecho.



• AUTOMÓVILES. El coche, aunque es presentado en la publicidad fetichista como una ninfa virginal y prístina, es realmente una gran jaula de Faraday móvil, además de una máquina de matar. Nos aísla del suelo, e impide que transmitamos a la Tierra la electricidad que absorbemos de la atmósfera. Además el motor y la batería producen un campo electromagnético propio. Para colmo, los materiales del parabrisas no permiten la entrada del espectro solar ultravioleta, y los materiales de la tapicería, el salpicadero, etc., producen fácilmente electricidad estática y despiden aromas fuertemente estrogenizantes y tóxicos. Buena parte de los accidentes de carretera se deben a síntomas (estrés, cansancio, fatiga visual, pérdida de atención, sueño, disminución del tiempo de reacción) directamente derivados de la chapuza electromagnética que es el automóvil.


• HORNOS MICROONDAS Y RADARES. Estos artefactos producen dos tipos de radiaciones, las microondas y las ELF. Las microondas se miden en miliwatios por centímetro cuadrado, y el límite de seguridad en Rusia, donde las investigaciones están más avanzadas, están en 0,1 mW/cm². En EEUU, están en 1 mW/ cm² (antes era de 10). Todos los hornos microondas exceden con creces el límite ruso. Antes ya hemos visto la cantidad de males asociados a personas y regiones expuestas a ondas de radar. Además, estudios recientes en Rusia han encontrado que las radiaciones de hornos microondas convierten a las moléculas de proteínas de la comida en sustancias cancerígenas como nitrosaminas. Lo mismo sucede con los azúcares de las frutas o los minerales y alcaloides de las verduras. Las microondas transforman las moléculas alimenticias en isómeros (misma fórmula química, distinta disposición molecular) que el sistema digestivo humano no reconoce, y que a menudo son neurotóxicos. Todo el mundo sabe que calentar una taza de café o chocolate caliente al microondas hace que sepan a rayos, pero no saben hasta qué punto llega la perversión química. Baste hacer una prueba: caliéntese un puñado de arroz en agua caliente, y otro puñado en microondas, poco tiempo, sólo lo necesario para calentarse. Luego siémbrese el arroz. Se verá que el arroz hervido conseguirá germinar, el calentado por microondas, no.


• MANTAS ELÉCTRICAS. La Dra. Nancy Wertheimer y Ed Leeper, de la Universidad de Colorado, estudiaron a fondo los efectos de las mantas eléctricas en un estudio ("Possible Effects of Electric Blankets and Heated Water Beds on Fetal Development", Bioelectromagnetics, Vol. 7) de 1986. Concluyeron que el empleo de mantas eléctricas por parte de mujeres estaba relacionado con una mayor incidencia de defectos genéticos en sus hijos, problemas de embarazo y leucemia infantil. Los campos electromagnéticos producidos por mantas eléctricas penetran entre 14 y 18 cm en el cuerpo humano, y los artilugios siguen produciendo campos aunque estén apagados.



• RELOJES ELÉCTRICOS. Estos aparatos, cuando están conectados a una toma de corriente ordinaria, tienen un campo electromagnético de una potencia muy alta, de entre 5 y 10 mG a 60-90 cm. Dado que muchos de ellos permanecen muy cerca de nuestras cabezas 8 horas cada noche, es importante usar un modelo a pilas o, mejor aun, a cuerda.


CONCLUSIÓN

En los años 20, poco tiempo después de que se inventasen los aparatos de radiografía, los médicos solían entretener a sus invitados haciéndoles rayos X en fiestas de jardín. En los años 30, los científicos a menudo guardaban radio (un material altísimamente radiactivo) en bandejas sobre sus escritorios. Incluso se vendían jarras radiadoras de agua para niños, que contenían uranio que contaminaba el agua volviéndola radioactiva. En los años 40, las zapaterías utilizaban máquinas de rayos X para encajar los zapatos en los pies de los niños, y en los años 50 hasta se pusieron de moda los relojes de muñeca con manecillas brillantes gracias a sustancias radiactivas. La estupidez y la ignorancia duraron más de treinta años. Durante esos treinta años, hubo gente jugando inocentemente con peligrosísimos materiales radiactivos, hasta que alguien se preocupó y se demostró de una manera fehaciente que sus efectos podían ser mortales. Del mismo modo que se desentrañaron los peligros de ciertas zonas del espectro electromagnético, considero que acabarán dándose a conocer los peligros de otras bandas distintas. O una de dos: o se acaban tomando medidas para terminar con los perniciosos efectos de ciertos inventos, o las sociedades que los empleen se enfrentan a la degradación de su sustancia reproductiva, la esterilidad y, finalmente, la extinción.


Ningún invento es rentable si deviene en el fin de la sociedad. Mientras el crecimiento financiero y el beneficio económico inmediato y puntual de unos pocos codiciosos siga estando por encima de la salud del pueblo en la escala de valores de nuestra civilización, no habrá nada que hacer. Mientras los presupuestos para investigación sanitaria se dilapiden buscando maneras de tratar enfermedades, en lugar de buscar qué es lo que las causa y cómo prevenirlas, los avances serán muy lentos. Aunque hay algunos signos y algunos países (como Suecia) han reconocido oficialmente el problema, no es suficiente para enfrentarnos a la plaga que nos rodea, ya que la mayor parte de gobiernos están comprados por las corporaciones multinacionales y se niegan a tomar medidas. El individuo, por tanto, tiene que alzarse para toma cartas en su propia seguridad, en su propia salud y en las de su gente, y extender la palabra todo lo que pueda.



SOLUCIONES COTIDIANAS PARA PROTEGER EL SISTEMA BIOELÉCTRICO HUMANO




No se puede hacer nada con la sopa electromagnética que flota en el espacio aéreo del mundo entero veinticuatro horas al día en forma de ondas de radio, telecomunicaciones, microondas de satélites, etc. Sin embargo, sí se puede hacer mucho en la vida cotidiana para minimizar los perniciosos efectos de las fuentes más inmediatas de electrosmog.


Telefonía


- Cuando no necesites el móvil, tenlo apagado.


- Utiliza una funda de electrosmog para el móvil.


- No utilices el móvil por placer o por diversión, sino sólo cuando sea necesario. Muchas personas prácticamente hablan por el móvil como pasatiempo.


- El mejor lugar para un móvil o BlackBerry es el bolsillo exterior de una mochila, bolso, cartera, etc. Si no te queda más remedio que llevarlo en el bolsillo o en el cinturón, guarda el móvil con el teclado hacia tu cuerpo y la bateria hacia el exterior, en una funda aislante y al ser posible, lo más alejado de los genitales que se pueda.


- Utiliza los mensajes de SMS salvo cuando no haya más remedio que llamar.


- Durante las llamadas, utiliza el altavoz o el manos libres. No utilices un Bluetooth inalámbrico, ya que combinado con el móvil hasta puede exceder los límites de radiación habituales. Para el manos libres, es buena idea que emplees un cable adecuado (material aislante y "tubo de aire" o hueco para amortiguar las radiaciones). Infórmate en tu establecimiento habitual o busca por Internet.


- Jamás permitas que los niños utilicen teléfonos inalámbricos ni móviles, salvo para emergencias. Si quieres que tu hijo salude a alguien por teléfono o lo que sea, que sea un teléfono alámbrico normal.





La mayor sensibilidad de los niños a las radiaciones electromagnéticas se debe a la escasa anchura de los huesos craneales, cuatro veces más finos que los de un adulto.


- Cuando notes que la cobertura del móvil se vuelve borrosa, cuelga inmediatamente el aparato hasta que estés seguro de que la cobertura es buena. La razón es que cuando el móvil detecta una señal débil, la "compensa" aumentando su potencia al máximo y por tanto incrementando la radiación sobre ti y quienes te rodean.


- Cambia de vez en cuando el lado de la cabeza que utilizas para hablar por el móvil. Esto evitará concentrar excesivos daños en una zona localizada del cerebro y reducirá las probabilidades de un tumor.


- No permitas que tu hija duerma con el móvil bajo la almohada bajo ningún concepto.


- En tu casa, utiliza teléfonos alámbricos. Los teléfonos inalámbricos pueden emitir tanta radiación como los móviles, aunque sólo durante su utilización. Evita los potentes teléfonos de telecomunicaciones inalámbricas digitales por satélite con estación-base.





Ordenadores e Internet

- El PC portátil es mucho más peligroso cuando está conectado a una toma de corriente. Úsalo siempre en el modo batería. Enchúfalo sólo para recargar la batería, y mantente lejos de él mientras se recarga.


- Compra un filtro para la pantalla de tu PC. Puedes cubrir tanto la pantalla como el teclado, monitor, CPU, etc., del PC con un material adecuado, y conectar el material protector al suelo con un cable conductor, para descargar la radiación. Esto es particularmente recomendable si eres un profesional que trabaja con ordenadores, o si los usas durante tiempos muy prolongados.


- No utilices el PC portátil sobre tus rodillas. Las radiaciones se proyectan directamente sobre los genitales y provocan la degradación de los gametos y de la sustancia reproductiva, cuando no esterilidad o cáncer. Incluso perjudican la calidad del semen y por tanto la fertilidad (ver aquí).


- No uses WiFi. Si por cualquier desafortunado motivo sigues teniendo que usar WiFi, tenlo encendido sólo cuando lo estés utilizando. Mantenlo apagado el resto del tiempo, especialmente mientras duermas, y ten el router lo más lejos que puedas. Di lo mismo a tus vecinos, ya que sus WiFi también te afectan.


- No permitas bajo ningún concepto que tus niños se enganchen a los videojuegos.


- Si tienes WiFi, abre las redes disponibles y comprueba la cobertura de cada una. A más cobertura, más intensa es la señal y por lo tanto la radiación. Te harás una idea de todos los aparatos que envían ondas UHF y/o SHF a tu casa. Si tu PC es portátil, podrás saber también cuáles son las habitaciones más contaminadas de tu casa.


Iluminación


- Evita cualquier tipo de luces fluorescentes todo lo que puedas, ya sea en casa, el trabajo, el centro de formación, tu centro deportivo, etc.


- Tira a la basura las nuevas bombillas CFL.


- La electricidad sucia viaja fácilmente. Convence a tus vecinos para que tiren sus bombillas CFL.






- Utiliza bombillas LED o, en su defecto, incandescentes convencionales. Convence a tus vecinos para que hagan lo mismo.


- No utilices rheostats (interruptores difuminadores de luz que permiten ajustar manualmente la intensidad del brillo, normalmente con una rueda de volumen).


- No tengas luces encendidas innecesariamente.


- Considera adquirir lámparas de espectro completo (incluyendo ultravioleta).



Televisión

- No tengas la televisión encendida constantemente. Muchas personas la mantienen encendida aunque no le presten atención, como durante la hora de comer. Limita drásticamente la cantidad de tiempo que ves la TV cada día.


- Mejor pantalla de LCD que de plasma o CRT. Las pantallas LCD emiten mucha menos radiación, mientras que las de plasma producen electricidad sucia y las convencionales electricidad estática.


- Considera seriamente desechar la TV. Si lo que buscas es información actual, en Internet hay páginas de noticias bastante más fiables que las agencias televisivas, y si lo que buscas es entretenimiento prefabricado, más te valdría encontrar entretenimiento auténtico. El efecto de dejar la TV puede ser tan beneficioso para tu cuerpo como lo sería dejar el tabaco o cualquier otro vicio pernicioso.


- No permitas que tus hijos tengan televisor en su dormitorio ni que vean la TV a menudo.


Hogar

- Ten plantas verdes y frondosas. Cuantas más, mejor. Si además tienes la fortuna de que tu casa esté rodeada de árboles y vegetación, no la tales. Aquí un enlace con las mejores plantas para limpiar el aire del hogar.


- No te instales en una casa cercana a una torre de WiFi, una torre eléctrica, antena de telecomunicaciones o torres, transformadores y/o cables de alta tensión, y similares. Infórmate de las infraestructuras eléctricas de tu zona.


- No vivas en una población cercana a una base aérea o aeropuerto, o a una estación de radar, militar o civil.


- Sé consciente de que los edificios con abundantes partes metálicas (especialmente acero y aluminio) y artificiales, tienden a desangrar el cuerpo de su bioelectricidad. Los mejores materiales para un hogar y para los muebles son la madera y la piedra natural.


- No tengas la cabecera de la cama cerca de la pared si al otro lado hay algún aparato eléctrico (televisor, microondas, nevera, etc.).


- Si en las proximidades de tu casa hay un árbol cuyas ramas tocan una línea de alta tensión, haz que las poden, ya que tenderá a conducir el electrosmog hacia tu hogar y además será una fuente de malestar para el árbol.


- No uses horno microondas.


- Usa cocina de gas en lugar de eléctrica.


- Los paneles eléctricos (la "caja de plomos" de cada casa) irradian intensos campos electromagnéticos a entre 0,9 y 1,2 metros. Aléjate de ellos y ten presente que sus campos atraviesan paredes, techos y suelos.


- Los aparatos eléctricos, aunque se apaguen, siguen produciendo un campo electromagnético mientras estén enchufados. Desenchufa cualquier cosa que no estés utilizando: tostadoras, licuadoras, batidoras, lavadoras, relojes, secadoras de pelo, radiadores eléctricos, maquinillas de afeitar eléctricas, máquinas de rapar el pelo, DVDs, radios, televisores, lámparas, módems, cargadores de iPod, videoconsolas, etc.


- Considera la utilización de cables especiales o materiales aislantes para cables, enchufes, tomas de corriente, etc. Los más eficaces son los que incorporan un tubo hueco con "cámara de aire".


- No uses maquinilla de afeitar eléctrica.


- No uses secadora de pelo.


- Los muebles de plástico (también tapicerías, revestimientos murales de plástico) son sumamente perniciosos, ya que forman campos electromagnéticos negativos, despiden sustancias tóxicas y potencian el efecto jaula de Faraday. Los muebles de metal también son excesivamente conductores. Utiliza muebles de madera.


- Las alfombras y moquetas actúan como esponjas que retienen burbujas de aire caliente y viciado, iones positivos, bacterias, partículas de polvo, ácaros, productos químicos de limpieza, electricidad estática y otros agentes indeseables. Son una causa de peso en muchos malestares, especialmente respiratorios y relacionados con alergias. Desazte de todas las alfombras y moquetas de tu casa. Un suelo duro y liso puede ser barrido y fregado a conciencia y fácilmente.


- Desconfía de los radiadores eléctricos.


- No uses una cama hecha de materiales metálicos (captan la electricidad de los aparatos eléctricos) ni plásticos, sino de madera. Evita los colchones de muelle. Las camas tal y como las conocemos hoy nacieron para aislar a las personas de chinches, ratas y otros bichos. Si eres una persona limpia, considera dormir boca arriba sobre el suelo encima de una esterilla y con saco o manta americana. En Japón se dormía así hasta hace no mucho, eso es lo natural, y tu columna te lo agradecerá.


- Los relojes eléctricos y despertadores producen un importante campo electromagnético. Para colmo, se suelen colocar cerca de la cabecera de la cama. Para despertarte, emplea un reloj de cuerda, o coloca el despertador lo más lejos de tu cama que puedas. Considera desarrollar tu propio reloj biológico.


- Puedes hacer que una compañía haga mediciones en tu casa para detectar fuentes de contaminación electromagnética. Es posible que haya alguna fuente importante de la que no te hayas percatado y que esté arruinando la salud física y mental de tu familia.


- Instala ionizadores (generadores de iones negativos) en las habitaciones donde suela pasar la gente más tiempo.



Ropa y calzado
- Caminar descalzo ayuda a descargar voltaje a la Tierra. Cuando caminamos descalzos, la Tierra absorbe el voltaje atmosférico utilizando a nuestro cuerpo de conductor. La energía atmosférica entra por nuestra coronilla y sale por nuestros pies. Las personas altas tienen un mayor gradiente de potencial (diferencia de polos) y por tanto son mejores conductoras. Por ejemplo, en una zona natural particularmente limpia y plena de energía tanto atmosférica como telúrica, el gradiente de potencial puede ser de varios centenares de voltios por metro; una persona de dos metros de estatura estaría sometida a un gradiente de 400-500 voltios entre la cabeza y los pies, lo cual favorece enormemente la libre circulación de bioelectricidad, energía vital o como se la quiera llamar. Este efecto conductor del cuerpo es más fuerte por la madrugada, en torno al amanecer, y especialmente cuando se trata de un suelo de hierba cubierto de rocío, ya que en tal situación el suelo tiene un fortísimo efecto conductor como polo negativo. En cambio, cuando nos encontramos aislados del suelo, acumulamos electricidad estática, lo que se traduce en estrés, insomnio, calambres, fatiga, disminución de los reflejos, irritabilidad, dolores de cabeza, mareos, trastornos del sueño, disminución de la memoria y de la capacidad de concentración, etc. Por tanto, camina descalzo siempre que puedas. La calle no es un buen lugar, pero el hogar o las salidas al campo son ideales.


- Si pasas tiempo sin descalzarte, toca el suelo, preferiblemente suelo natural, con ambas manos para descargarte.


- No uses calzado de suela de goma. Usa calzado de suela de cuero.


- Procura utilizar calzado abierto (sandalias, chanclas) todos los meses del año salvo los fríos.


- Los acrílicos y otros tejidos artificiales producen electricidad estática al frotarse con nuestro cuerpo, llegando a chispear y a producir campos eléctricos negativos detectables al tacto. Estos campos repelen los beneficiosos iones negativos de nuestro cuerpo y atraen pelos de animales y personas, fibras, partículas de polvo, humo, pelusas, polen, telarañas y suciedad en general, que pueden producir alergias y reacciones, además de ensuciar nuestra ropa. Por añadidura, los materiales sintéticos nos aíslan de las fuerzas de la Tierra y de la atmósfera. Utiliza materiales naturales como el algodón, el cuero, la lana virgen, el lino o las pieles naturales. Evita materiales artificiales como el nailon, el orlón, el poliéster y los acrílicos en general.


- No uses gorra, boinas, gorros, sombreros y similares salvo en condiciones de insolación o frío que requieran proteger la cabeza. En el resto de situaciones, este tipo de accesorios, por imprescindibles que puedan ser para estar a la moda en un momento dado, no lo son para tu supervivencia ni tu salud. Además aceleran la calvicie en personas con predisposición.


- No emplees prendas de cabeza de materiales sintéticos. Si empleas una prenda de cabeza ligera, de tipo chambergo, para protegerte de la insolación, mójala en agua; tendrá un efecto conductor además de refrescante.


- Cuando metas la ropa en la lavadora, puedes añadir esferas iónicas para el lavado de ropa. Es más saludable que los productos químicos que impregnan la ropa y que luego se pegan a nuestra piel, y además ayuda a prevenir la formación de campos eléctricos negativos a nuestro alrededor.


Luz solar y otras radiaciones cósmicas

- NO mires al Sol directamente y sin protección, salvo durante el amanecer y el atardecer, cuando los rayos llegan muy mitigados.


- Sé consciente de la reacción de tu piel ante la luz solar. Si eres una persona muy colorada o muy pálida, que reacciona fuertemente ante la exposición solar, desciendes de individuos que tenían que protegerse del frío abrigándose. Para seguir absorbiendo sol, maximizaron la pérdida de eumelanina en la piel. Con una exposición solar mínima cada día, puedes tener más que suficiente. Tu mejor opción puede ser taparte con ropas ligeras para no quemarte.


- Maximiza la superficie de tu piel expuesta a la luz del Sol. Usa prendas ligeras siempre que puedas y considera practicar el nudismo, ya que existen zonas de la piel a las que rara vez les llega la luz solar.


- Hay un término medio entre la insolación del playero perpetuo y la deficiencia solar crónica del emo o gótico. Por tanto, evita pasarte con el tiempo de exposición solar.


- Las cremas solares no son una opción, por mucho que favorezcan el bronceo. Actúan de pantalla e impiden que tu cuerpo absorba rayos ultravioleta. Es mejor tomar el sol media hora sin crema y luego cubrirse para no quemarse, que tomar el sol con crema durante horas y horas, aunque te broncees mejor.


- No uses gafas de sol salvo que sea necesario (deportes de nieve, conducción, luminosidad fuerte, exposición prolongada, etc.), ya que filtran los rayos UV e impiden la carga del hipotálamo al cerebro a través de los nervios ópticos. Quienes usan constantemente gafas de sol por moda están maltratando su cuerpo e incurriendo en consumismo. Las megacorporaciones multinacionales te bendicen en la medida que tu salud y tu especie te maldicen.


- Si utilizas gafas o lentillas de contacto, encárgalas de un vidrio o plástico que deje pasar la radiación ultravioleta. De lo contrario, puedes estar seguro de que la radiación UV no llega NUNCA a tus nervios ópticos.


- Si pasas mucho tiempo entre cuatro paredes y bajo luz artificial, tómate descansos para salir al aire libre y permitir que a tus ojos les dé la luz solar (sin mirar al Sol directamente).


- Considera la instalación de lámparas de espectro completo en casa y en el lugar de trabajo.


- En las habitaciones donde pases más tiempo, considera sustituir los vidrios convencionales por láminas de plástico transparente que permitan el paso de la radiación ultravioleta.


- Lleva un ritmo diario circadiano (sueño en horas oscuras, vigilia en horas luminosas). Parpadear con el ojo desnudo hacia el cielo luminoso te ayudará a despertarte, al favorecer la segregación de ciertas sustancias endocrinas. Si duermes de día y actúas de noche, sembrarás el caos en tu sistema endocrino y tu salud se deteriorará rápidamente.


- Existen ejercicios de baños de sol oculares, parpadeos selectivos y helioterapias para absorber energía solar de forma efectiva y segura. Internet es una mina,infórmate.


- Las palmas de las manos tienen alta sensibilidad a la luz solar y son zonas tanto de proyección como de absorción de bioelectricidad. Asegúrate de darles un baño solar o sideral de vez en cuando. "Saludar al Sol", o a los astros, no le hace daño a nadie.


- Evita pasar la vida mirando al suelo. Acostúmbrate a mirar al cielo. Con el simple hecho de mirar al cielo con los ojos desnudos, tanto de día como de noche, tu nervio ocular absorbe rayos cósmicos y los manda directamente a tu cerebro y sistema endocrino.



Coche

No se puede hacer nada para remediar los perniciosos efectos electromagnéticos del motor o de los materiales plásticos de la tapicería, el salpicadero, etc., pero hay medidas que pueden ayudar a amortiguar el impacto que producen en nuestra salud y la de nuestros acompañantes.


- Instala un ionizador (generador de iones negativos) en tu coche. Los ionizadores de automóvil son aparatos baratos que se encajan en el hueco del encendedor de cigarrillos y que, al solucionar el "cansancio de carretera", podrían prevenir muchos accidentes.


- Muchas veces te habrás bajado del coche después de rodar bastantes horas y, al tocar la chapa, te habrá dado calambre o chispazo (descarga electrostática). Esto se debe a que el coche ha ido acumulando voltaje (roce con aire a altas velocidades, frenos, correas de transmisión) sin poder descargarlo, debido a que los neumáticos, como nuestras suelas de goma, lo aíslan del suelo. En días de lluvia o humedad esto no pasa, ya que el agua es conductora. Instala una tira anti-estática en la parte de atrás del vehículo, rozando el suelo. La mayoría de los camioneros suelen llevar una o varias. Si te preocupa que además sea anti-estética, colócala en el centro del bajo del coche y no se verá.


- "Aire acondicionado" es un eufemismo políticamente correcto para "aire enlatado, plastificado y desnaturalizado". Preferible abrir la ventana.


- No abuses de la calefacción si puedes abrigarte.


- No uses GPS a menos que sea necesario.


- Desenchufa cualquier aparato eléctrico que no estés utilizando.


- Las tapicerías de cuero son más beneficiosas que las de materiales sintéticos.


- El roce de los discos de freno produce electricidad estática. Usa más el freno motor.


Otros

- Cualquier lugar desde el cual puedas llamar con el móvil, utilizar el GPS, escuchar la radio, conectarte a Internet, ver la TV, etc., es un lugar sometido a radiaciones electromagnéticas perniciosas para la salud humana. Tenlo presente.


- Evita hacerte rayos X, salvo extrema necesidad. La mejor baza para no necesitar más radiografías de la cuenta es tener una salud de acero.


- Si eres soldador, maquinista, electricista, trabajador de líneas eléctricas, peluquera, operador de radar o similar, o te encuentras expuesto a los mismos factores de riesgo que los profesionales mencionados, plantéate cambiar de trabajo o adoptar medidas de protección en forma de materiales especiales aislantes.


- No te expongas innecesariamente a artilugios eléctricos potentes. Desconfía de cualquier armatoste lleno de antenas, cables, transformadores, generadores, transmisores, electrodos, vibraciones, parpadeos, luces artificiales y demás estructuras eléctricas.


- El campo electromagnético de un reloj de muñeca no es muy fuerte. Aun así, no hay ninguna necesidad de llevarlo encima las 24 horas al día, y menos a la hora de dormir.


- ¿Recuerdas esa colina a la que te gusta subir habitualmente para disfrutar de la vista y respirar aire puro? Piensa otra vez. Probablemente dicha colina tenga una o varias antenas de telefonía, telecomunicación o lo que sea, y el paraje sea menos sano de lo que suponías.


- El agua es conductora de electricidad y ayuda a descargar la estática acumulada en nuestro cuerpo. El efecto relajante de los baños y las duchas (especialmente de agua fría) se debe a esto, entre otras cosas. También es la causa de que cuando tengamos mucho voltaje acumulado casi nos apetezca más tirarnos el agua por encima que beberla. Considera ducharte con agua fría y si puedes, hazlo más de una vez al día, al poder ser después de trabajar y antes de dormir.


- Lávate la cara con agua fría varias veces al día, especialmente al despertarte y después de trabajar.


- Poner tus pies en contacto con una plancha metálica (por ejemplo, un radiador) también tiene un efecto descargador de estática y puede aliviar mucho los síntomas de acumulación de voltaje.


- Cuando te sientes, procura mantener tus dos pies en contacto con el suelo. No cruces las piernas.


- Practica alguna forma de disciplina respiratoria. El buen aire está totalmente repleto de electromagnetismo beneficioso, que pasa a la sangre a través de la "esponja" de los pulmones. El chi-kung (o qigong), el pranayama, el hatha-yoga y otros, tienen, entre muchos beneficios, el de equilibrar las corrientes electromagnéticas del cuerpo. Aléjate de sensacionalismos nuevaeristas y concéntrate en lo que funciona.


- Cuando estamos expuestos a pantallas (PC, TV, videojuegos), la vista tiende a fijarse y parpadeamos menos, exponiendo peligrosamente la retina y todo el nervio óptico hasta las glándulas pituitaria y pineal a radiaciones erráticas y perniciosas. Asegúrate de parpadear regularmente para lubricar los ojos y mitigar estos efectos, y aparta la vista de la pantalla con frecuencia.


- Considera aprender algunos puntos de acupresión en manos y pies. Presionar ciertas zonas envía impulsos eléctricos beneficiosos al cerebro, que pueden ayudar a reestablecer el equilibrio del biocampo humano.


- Nunca olvides que a fin de cuentas estamos hechos de átomos, electricidad y partículas subatómicas, y que estos elementos en nuestros cuerpos siempre serán susceptibles a fuerzas exteriores de tipo similar, ya sean radiaciones astrales, otras personas o artefactos artificiales.


- Compra un ionizador de agua y úsalo.


- Infórmate. Aquí hay una excelente biblioteca con estudios y material de investigación sobre campos electromagnéticos y salud, y aquí una página de noticias. Ésta es una página en español.


- El cuerpo humano no es una máquina defectuosa que deba ser enmendada, tuneada y parcheada por toda una industria sanitaria. El cuerpo humano es el resultado de decenas, centenares de milenios de selección natural y sabiduría reproductiva. Atendiendo a este hecho, deberías considerar cuidadosamente la posibilidad de que gran parte de los males "comunes" que puedas estar sufriendo, aceptando y dando por sentados (dolores de cabeza, mareos, falta de concentración, letargo, melancolía, depresión, apatía, irritabilidad, pérdida de cabello, estreñimiento, fatiga, mal humor, halitosis, disminución de la memoria, conducta errática, insomnio, retención de líquidos, pitidos en los oídos, trastornos digestivos, granos, desorientación, irritaciones cutáneas, pesimismo, impotencia, caries, alergias, miopía, dolor de muelas, frigidez, sinusitis, dificultades para respirar, visión borrosa, desmayos, calambres, mal equilibrio, asma, diabetes, dolores de espalda, ateísmo, enfermedades estacionales como la gripe, resfriados, irregularidades menstruales, tics nerviosos, abortos espontáneos y un largo etc.) puedan en gran parte no ser defectos "de fábrica" de tu cuerpo, sino el resultado de condiciones ambientales (dieta, ejercicio, aire, luz, agua, sustancias químicas, campos electromagnéticos, adoctrinamiento, aislamiento, etc.) a las que has sido expuesto desde que eras pequeño, y que tienen que ver invariablemente con el estilo de vida civilizado. Del mismo modo, tenemos que ponderar que seguramente el enorme declive de la salud humana no se deba necesariamente al "estrés y ajetreo" de la vida moderna (más estrés y ajetreo tenían los antiguos cazadores y guerreros), sino a las condiciones perniciosas a las que la vida moderna somete la biología humana. Que el cuerpo esté siempre molestándote NO es natural. Lo que sí es natural es que si tú maltratas tu cuerpo, tu cuerpo de maltrate a ti.





Atendiendo a su relación con las fuerzas de la vida y del mundo, existen dos tipos humanos. El primero está agradecido a la vida y siente que le debe algo al mundo. El segundo está resentido con la vida y quiere arrebatarle cosas al mundo, saquear sus recursos, construir una monstruosa y herética torre de Babel tecnológica y excluir a la Naturaleza de su siniestra ecuación. Las megacorporaciones multinacionales capitalistas representan esta segunda voluntad, para la cual el mundo es un negocio, un conjunto matemático de números, rutas, materias primas, capital, mano de obra y medios de producción. Si se permite que la voluntad comercial, banquera, usurera, fría, calculadora, mecánica, robótica y deshumanizante continúe ejerciendo el vampirismo sobre la sustancia vital de la Tierra y del hombre, el resultado inevitable será una gran destrucción que reestablecerá dolorosamente el equilibrio del orden natural eterno.



PROTECTORES

Existen personas que, por motivos de profesión o por su interés en su salud, se toman muy en serio el problema de los campos electromagnéticos. Tanto es así que se fabrican objetos de lo más variopinto, hechos con materiales aislantes para defenderse de esta amenaza. Algunos de ellos pueden resultar particularmente interesantes para personas que trabajan expuestas a campos electromagnéticos fuertes, otros pueden ser una buena idea para absolutamente cualquier persona, y otros son una extravagancia, casi un lujo. Dejo al lector con una selección de imágenes que he encontrado en lessemf.com





Pantalla anti-radiación.






Ídem.






Muy recomendable para peluqueras, mujeres embarazadas o profesionales que trabajan con artefactos electromagnéticos de forma prolongada.






Funda para el móvil.






Protección para el cerebro y zona de la glándula tiroides para profesionales expuestos.






Saco de dormir anti-microondas. Algunas personas notan una enorme mejoría en la calidad de su sueño con este invento.





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El rayo de Dios y el rayo del Diablo (I) ―bioelectricidad y magnetismo astral


La vida no es posible sin campos electromagnéticos, y la salud óptima no es posible si los campos electromagnéticos están desequilibrados durante largos periodos de tiempo. La energía magnética es la energía de la Naturaleza en equilibrio.

(Doctor Richard Broeringmeyer, editor de "Bio-Energy Health Newsletter").

Cuando consideramos la vida orgánica a la luz de la biofísica, encontramos que los fenómenos eléctricos se hallan en la raíz de toda la vida celular y llegamos a la conclusión de que al final de todo hay una carga eléctrica.

(Dr. J. Bellot).

Los tipos de contaminación que suelen acaparar más la atención del público son la contaminación atmosférica, la acuática, la acústica y las diversas formas de intoxicación por productos químicos, comida inapropiada, productos de limpieza y similares. Sin embargo, hay una forma de contaminación de la que casi nadie es consciente, a pesar de que sus efectos son igual de graves o más que las formas antes mencionadas: la contaminación electromagnética o electrosmog. Para comprender la gravedad del problema, en este artículo comenzaremos dando un repaso a la importancia de los campos magnéticos y la bioelectricidad humana, y en la segunda parte nos meteremos de lleno en los efectos perniciosos de los campos electromagnéticos artificiales.


LA IMPORTANCIA DE LOS CAMPOS MAGNÉTICOS NATURALES EN EL ORDEN CÓSMICO
Las fuerzas universales de atracción y repulsión entre dos polos son las que mantienen la materia en orden, soldando las partículas atómicas, moviendo los electrones, rigiendo las reacciones químicas y cohesionando el sistema solar, las galaxias y toda estructura material. Cuando el Big Bang dividió la unidad primigenia, surgieron espontáneamente las dos fuerzas opuestas, como polo positivo y negativo de un inmenso campo electromagnético. A partir de ahí, la interacción entre esos dos polos moldeó al Universo tal y como lo conocemos hoy.

Por tanto, los campos electromagnéticos son tan antiguos como el mismo Cosmos y están relacionados con esta interacción entre dos extremos energéticos. El mundo material perceptible por los cinco sentidos convencionales se caracteriza por ser una encrucijada entre estos dos mundos, uno "oscuro" y otro "luminoso". Las tradiciones antiguas han identificado estos extremos de muchas maneras distintas: los taoístas hablaban de Yin-Yang, los antiguos germanos de hielo-fuego, los hindúes de Prakriti-Purusha, los cristianos de infierno-cielo, los maniqueístas de oscuridad-luz, y otros han hecho diversas contraposiciones igualmente válidas, como caos-orden, dionisiaco-apolíneo o devenir-ser. En los seres vivos más evolucionados, la polaridad esencial para la vida se manifiesta en la relación sexual entre macho y hembra, mientras que en química y alimentación, tenemos la contraposición alcalino-ácido. En el microcosmos, la polaridad viene representada por electrones, protones, iones y otras partículas, y hasta la informática se rige a día de hoy por un sistema polar llamado "binario", que emplea el 0 (la nada) y el 1 (el ser absoluto). Del mismo modo que una corriente eléctrica necesita dos polos para fluir (gradiente de potencial), también la vida y cualquier sistema precisa de dos extremos para desarrollarse, bajo un equilibrio similar al de una balanza. Sin tensión, no hay vida.

En lo que al espectro electromagnético se refiere, hablamos de una dimensión "infrarroja" y una "ultravioleta". En el lugar donde se cruzan y se mezclan estas dos dimensiones, surge la luz del espectro visible, es decir, los siete colores del arco iris, donde el rojo es el más "bajo" y oscuro, el violeta el más "elevado" y luminoso, y el verde ocupando una posición intermedia. Los hindúes y budistas consideran que la disposición de los plexos nerviosos humanos, llamados por ellos chakras, refleja un orden de existencia piramidal, en el que el primer chakraes la raíz en contacto con el mundo (infrarrojo) de la Madre Tierra, y el séptimo el receptor del mundo (ultravioleta) del cielo, el firmamento y el resto del Universo. Bajo este punto de vista, el ser humano es literalmente un conductor entre ambos mundos, en el que ambas fuerzas opuestas fluyen, se mezclan, coinciden y se concilian, particularmente a la altura del corazón.





El espectro de luz visible es sólo una pequeña porción del espectro electromagnético total, y se corresponde con la minúscula zona intermedia (el frente de batalla, si se quiere), donde se cruza lo ultravioleta con lo infrarrojo. El cuerpo humano, dispuesto verticalmente con sus siete principales plexos nerviosos, aparece como conductor de fuerzas entre ambas dimensiones, absorbiendo energías de la atmósfera a través de la respiración, la piel y los ojos, y pasándola a la Tierra a través de los pies. El color verde, elemento central de este espectro, se corresponde con la biosfera terrestre. Todo lo que hay por debajo de él está relacionado con la Tierra, y lo que hay por encima, con la atmósfera y el espacio.

Como todo el mundo sabe, nuestro planeta es un enorme imán, con "positivo" en el polo norte magnético, y "negativo" en el polo sur magnético. Esta polaridad se manifiesta, entre otras cosas, en la tendencia de las brújulas a apuntar al Norte, así como en fenómenos atmosféricos como las auroras. Los acontecimientos sísmicos y climatológicos también están estrechamente relacionados con el electromagnetismo, ya que el hierro del núcleo terrestre, así como el magma, son materiales altamente conductores, y el viento solar excita las partículas de la atmósfera volviéndolas reactivas y poniéndolas en movimiento. Los polos han cambiado de lugar innumerables veces a lo largo de la historia geológica de la Tierra. Se cree que el último cambio de polos pudo haberse dado hace 12.500 años, y que la desglaciación fue un efecto derivado. Algunos relacionan los cambios en el campo geomagnético con la aparición y desaparición de ciertos homínidos.






Las auroras polares (boreal y austral) son el fenómeno atmosférico más representativo de la condición magnética de la Tierra. Suceden cuando un viento solar cargado eléctricamente es captado por la ionosfera y guiado hacia los polos. Cuando las partículas del viento solar chocan contra los átomos y moléculas del aire terrestre, los vuelven reactivos y se libera energía en forma de luz. Las auroras presentan más actividad cuando las temperaturas son bajas, por lo que durante la última edad de hielo debieron ser más intensas y probablemente se dieron en latitudes más alejadas de los polos.



Pero la polaridad de la Tierra no sólo se manifiesta en la oposición Norte-Sur. El suelo en sí es un polo negativo con respecto a la atmósfera. Un informe de una empresa que fabricaba ionizadores para la NASA escribía que:

Se ha determinado con plena certeza que existe un campo eléctrico entre la Tierra y la atmósfera. Este campo eléctrico natural es normalmente positivo en relación con la Tierra, y su fuerza suele ser del orden de varios centenares de voltios por metro.


Dice Daniel Reid, en "El tao de la salud, el sexo y la larga vida":

El gradiente de potencial es mayor en lugares como las montañas, las playas, los parques y otros espacios abiertos, donde los iones negativos fluyen libremente desde el polo Yang positivo de la atmósfera al polo Yin negativo de la Tierra. Todos los organismos vivos situados entre ambos polos actúan como conductores de esta energía.

Victor F. Hess ganó el premio Nobel en 1912 por haber descubierto que el origen de los rayos cósmicos, responsables de la ionización de la atmósfera, no sólo estaba exclusivamente en el Sol, sino en toda la galaxia, notablemente debido a las supernovas y el viento estelar o galáctico. En 1980, la misión espacial MAGSAT confirmó que la Tierra recibe influencias magnéticas del Sol y el resto del mundo sideral. El biólogo ruso Aleksandr Petrovich Dubrov realizó 1228 experimentos basándose en los efectos del magnetismo sobre seres humanos, animales, aves, insectos y plantas. Vio claramente que existía una correlación directa entre el bombardeo de rayos cósmicos procedentes de protuberancias solares y los ataques al corazón, accidentes industriales y de carretera, y episodios de esquizofrenia aguda. Concluyó que toda la materia, incluyendo la no-orgánica, se veía fuertemente influenciada por los rayos cósmicos, y que los seres vivos se veían afectados de tal modo que hasta cambiaba la sustancia reproductiva, el material hereditario y la estructura del ADN. En "The Geomagnetic Field and Life: Geomagnetology" (1978), Dubrov concluye que las fuerzas geomagnéticas y cósmicas son un importantísimo factor evolutivo, y que las formas de vida se encuentran sintonizadas con los ritmos magnéticos de la Tierra y el firmamento. Dubrov propuso profundizar en una rama científica a la que llamó "astrobiología" (no confundir con el mismo término acuñado por la NASA, que se refiere al estudio de posible vida extraterrestre). Dubrov tiene libros muy interesantes y sigue activo en conferencias e investigaciones. Por su parte, el Dr. Robert O. Becker (1923-2008, autor de "Electromagnetism and life", "Cross currents" y "The body electric") comprobó que las tempestades magnéticas coinciden siempre en un aumento en el ingreso de pacientes en hospitales mentales, y en brotes psicóticos inexplicables por parte de pacientes ya hospitalizados.

Actualmente conocemos bien el efecto que tienen los campos magnéticos, no sólo sobre la Tierra (velocidad a la que gira, actividad sísmica, gravedad, órbita, climatología, etc.) sino también sobre el comportamiento y la salud del ser humano. Sabemos, por ejemplo, que ciertos vientos (como el Levante en Cádiz) provocan estrés, que algunos acontecimientos astrales (como eclipses) van seguidos de un aumento de crímenes e ingresos en psiquiátricos, que el ciclo lunar (además de regir las mareas) está relacionado con el ciclo reproductivo de la mujer, o que cuando la Luna está llena, el vello facial y corporal crece más de lo habitual. La influencia de los campos magnéticos astrales, rige hasta cierto punto los biorritmos o biociclos (como el de sueño-vigilia), la conducta y la orientación, ya que en nuestros cuerpos hay electrones, iones y metales que son sensibles a estas fuerzas.

Pero la influencia de los astros no se detiene aquí. Las tormentas solares pueden causar interrupciones totales en todos los sistemas terrestres que empleen un campo electromagnético. Así sucedió en 1859 y en 1921, años en los que se registraron graves apagones e interrupciones de la telegrafía (la tormenta magnética de 1859 atacó los cables telegráficos con tal fuerza que prendió fuego al papel telegráfico y electrocutó trabajadores). Actualmente, en un mundo mucho más dependiente de la tecnología, los efectos de una tormenta solar fuerte serían bastante más dramáticos. El apagón de Quebec de 1989, causado por una tormenta solar, dejó a seis millones de personas sin electricidad.






La magnetosfera terrestre, causada por el hierro del núcleo, ayuda a amortiguar, en conjunción con la atmósfera, los efectos del constante bombardeo cósmico, "seleccionando" los rayos y logrando unas condiciones idóneas para la vida. Es un hecho bien conocido que las tormentas, erupciones, vientos y manchas solares tienen un fuerte efecto en el campo magnético de la Tierra (llegando a causar tormentas magnéticas, apagones eléctricos, interrupción de telecomunicaciones, etc.) y en el comportamiento humano. Sin embargo, el Sol y la Tierra no son los únicos cuerpos astrales a cuya influencia está sujeto el ser humano. La Luna, Marte, Venus, todos los cuerpos del sistema solar, los cometas y las estrellas del espacio exterior, tienen también, en mayor o menor medida, efectos electromagnéticos sobre nuestro planeta y sobre nosotros mismos.

Nuestros antepasados fueron plenamente conscientes de todos estos asuntos ya durante el Paleolítico, y de la necesidad de interpretarlos y explicarlos, nacieron la astrología y la astronomía. Los hombres y mujeres antiguos sabían que los primeros días y meses de un niño lo marcan para el resto de su vida, y que no sería igual un niño que había nacido bajo la influencia de Marte, con luna llena, en plena primavera y con la nieve derritiéndose, que un niño nacido bajo la influencia de Venus, con luna nueva y en otra época del año abundante en nevadas ―por mucho que ambos niños compartiesen la misma carga genética. Éste es el significado originario del zodiaco, así como de la simbología astral presente en la alquimia, que con el paso del tiempo y el desarrollo de la civilización humana, se han ido distorsionando hasta convertirse en caricaturas sensacionalistas de lo que antaño fueron.

De ese reconocimiento instintivo de la influencia astral proceden las tradiciones rituales, con sus calendarios, fiestas, acontecimientos programados y la división del firmamento en doce "parcelas": los signos del zodiaco. La mejor época para casarse, para librar una guerra o un torneo, para promulgar una ley, para construir un templo, para cortar madera, para concebir un hijo, para cazar, para sembrar, para cosechar y un larguísimo etc., venía determinada por la configuración astral y la influencia de la Tierra. Los chinos elevaron esto a la categoría de ciencia con el Feng-Shui. Puede decirse que el baile de los astros en el firmamento y el estado de la Tierra regían el "tempo" de las sociedades tradicionales. Para corroborarlo, los dioses y los planetas compartían nombres en Roma, y a día de hoy seguimos llamando a los días de la semana por el nombre de los antiguos dioses paganos.











Planetas con nombres de dioses, o dioses con nombres de planetas. La Tierra no es el único cuerpo del Sistema Solar que tiene auroras boreales. Los gigantes gaseosos (Júpiter, Saturno, Urano, Neptuno) tienen campos magnéticos muchísimo más poderosos que el terrestre, enormes cinturones de energía y atmósferas gaseosas altamente reactivas, a menudo plagadas de vientos y tormentas (como el famoso "ojo de Júpiter"). Mercurio también tiene campo magnético, y en Marte se han observado asimismo auroras. Arriba, aurora boreal de Júpiter. El telescopio Chandra captó los rayos X y los coloreó de magenta, y el Hubble captó los ultravioleta, coloreándolos de azul. Centro, aurora austral en el polo sur magnético de Saturno, fotografiada por el Hubble el 28 de Enero de 2004. Abajo, aurora magnética en Urano, captada por el NICMOS (astronomía infrarroja) desde el Hubble, en 1998.


POR QUÉ EL SOL ES LA VIDA


Los chinos denominan Yang a la energía positiva y atribuyen su origen al Sol y las estrellas, la energía negativa la denominan Yin, y atribuyen su origen a la Tierra.

(Soulié de Morant, cónsul francés en Shanghai, 1919).


El Sol manda a nuestra atmósfera radiaciones ultravioleta y vientos solares consistentes en partículas cargadas eléctricamente (protones, electrones, helio y otros iones), que alcanzan velocidades de 400 a 500 km por segundo. La interacción del hombre con el Sol procede de los albores de nuestra especie y ha modelado enormemente nuestra evolución. Hay una relación comprobada científicamente entre la luz solar que penetra por el nervio óptico y las secreciones químicas del cerebro. Los factores clave en este proceso son los rayos ultravioleta A (UVA) y la retina, cuyas células epiteliales se vuelven altamente neuroactivas en presencia de los ultravioleta, transmitiendo las radiaciones a través del nervio óptico como un poderoso impulso nervioso directamente a las glándulas pituitaria y pineal, que a su vez segregan una serie de sustancias químicas. A esto se le llama "sistema oculoendocrino" y ha dado lugar a una rama científica llamada fotobiología.


De esto se desprende que la cantidad y la calidad de la luz que llega a los ojos y a la piel es tan importante como las características del aire que se respira, el agua que se bebe, los alimentos que se comen y las sustancias químicas a las que estamos expuestos. Del mismo modo que el hombre no puede esperar mantener una salud excelente comiendo comida desnaturalizada y despojada de sus nutrientes, ni respirando aire contaminado, tampoco puede sostenerse a base de luz desprovista de sus "nutrientes" ultravioleta.





Es difícil encontrar una tradición ancestral que no rinda culto de alguna forma al Sol como fuente de vida, salud y energía. Los rituales de muerte y resurrección del Sol Invicto han pasado a prácticamente todas las religiones y han marcado el imaginario colectivo de civilizaciones enteras. Ahora sabemos que las radiaciones y el viento solares, literalmente rigen la mayor parte de fenómenos de nuestro planeta, desde terremotos y la climatología, hasta el comportamiento y las mutaciones genéticas y la aparición de nuevas razas, especies y formas de vida.

En tiempos paleolíticos, las razas humanas nórdicas tuvieron menor exposición al Sol debido a su necesidad de abrigarse por el frío, de modo que lo compensaron reduciendo drásticamente la pigmentación de su piel y de sus ojos para permitir la entrada de los beneficiosos rayos cósmicos a su cuerpo y a su cerebro. Gracias a esto y a su alimentación rica en grasas animales saturadas, nuestros antepasados no sólo pudieron seguir sintetizando con éxito la vitamina D necesaria para sobrevivir a los rigores del último máximo glacial, sino también para construir los cuerpos más grandes y los esqueletos más sólidos (Neandertal y Cromagnon) de todo el registro fósil humano.

Cuando, como resultado de cambios en la actividad solar, advino el cambio climático hace unos 12.000 años, hubo enormes trastornos metabólicos en el cuerpo humano, no sólo debido al calor, sino también a la agricultura, que tuvo un impacto catastrófico en los hábitos alimenticios humanos. La síntesis de vitamina D cayó en picado debido a la sustitución de las grasas saturadas animales por hidratos de carbono complejos, y esta deficiencia de vitamina D no se compensó aumentando la exposición del cuerpo al Sol. Comenzó la degeneración, lenta pero inexorable, de la calidad biológica humana en las sociedades civilizadas.

Con el auge de la civilización industrial, el problema del contacto con la luz del Sol se agravó. La densa capa de contaminación que ahora rodea el planeta ha reducido la intensidad solar, tendiendo a eliminar concretamente la banda ultravioleta del espectro. En el observatorio de Mount Wilson (California) los astrónomos han constatado una reducción del 10% en la intensidad media de la luz a lo largo de la segunda mitad del Siglo XX, y una espectacular reducción del 26% (!) en la llegada de radiaciones ultravioleta. Sin embargo, así como ha disminuido la cantidad de rayos UVA debido a la capa de porquería atmosférica, el deterioro de la capa de ozono ha aumentado la cantidad de rayos UVB, dañinos para la vida. Este trastorno en la composición de las radiaciones solares ha tenido consecuencias inmediatas sobre la biosfera, por ejemplo en la agricultura, reduciendo las cosechas y la resistencia de las plantas a las plagas, hasta el punto de que muchos agricultores llegan a cubrir el suelo de sus cultivos con papel de aluminio, a fin de incrementar la radiación. Sin embargo, si la decadencia de la luz solar ha producido estos efectos en la agricultura, deberíamos preguntarnos seriamente qué efectos estará ejerciendo sobre el sistema oculoendocrino humano, y qué se puede hacer para luchar contra ellos.

Desgraciadamente, el problema de la deficiencia de rayos ultravioleta no se limita a la contaminación atmosférica ni a la manía de abrigarse demasiado debido a hábitos sedentarios, mala alimentación y un metabolismo deprimido. Las ventanas de vidrio, los parabrisas de automóvil, las gafas (transparentes u oscuras) y las lentillas de contacto, eliminan buena parte de la porción ultravioleta del espectro solar. Del mismo modo, la iluminación artificial que utilizamos en nuestros hogares, lugares de trabajo, hospitales, centros educativos, etc., carece totalmente de la banda ultravioleta. La gente suele pasar la mayor parte de su tiempo bajo techo, entre cristales y paredes, y cuando salen a la calle a menudo es con gafas de sol. El ocio ha dejado de consistir en actividades deportivas o salidas al campo, y se ha sustituido por las compras, la televisión, los videojuegos y las reuniones en lugares cerrados y aislados de la atmósfera y la Tierra. El sistema de vida actual nos está sometiendo, por tanto, a un régimen de exposición de luz totalmente alejado de lo que nuestro cuerpo realmente necesita para estar sano.





Imagen del Sol en espectro ultravioleta.

Los soviéticos estaban muy adelantados en el estudio de la fotobiología y la helioterapia (utilización del Sol con fines curativos, actualmente existen prácticas similares como el sungazing o el yoga solar). En 1967, en una reunión del Comité Internacional de Iluminación en Washington, tres científicos rusos presentaron el resultado de sus investigaciones:

Si la piel humana no permanece expuesta a las radiaciones solares (directas o dispersas) durante largos períodos de tiempo, se presentan alteraciones en el equilibrio fisiológico del organismo humano. Los resultados son perturbaciones funcionales del sistema nervioso y deficiencia de vitamina D, con un debilitamiento de las defensas del cuerpo y una agravación de las enfermedades crónicas.


Por su parte, el Dr. Michael Gitlin (Institudo Neuropsiquiátrico de la Universidad de California), comprobó que cuando faltaba la luz solar, el cerebro comenzaba a segregar melatonina, una hormona que en condiciones normales sólo se reserva para las horas de poca luz, y que produce somnolencia, letargo, apatía y depresión ("tristeza invernal"). El 70% de sus pacientes respondió positivamente a un tratamiento a base de luz artificial de espectro completo (incluyendo ultravioleta). Con luz solar los resultados habrían sido, a no dudarlo, incluso mejores. También se experimentó en algunos institutos: la instalación de luces de espectro completo brindaba resultados inmediatos, como el descenso de los dolores de cabeza, mareos, fatiga, irritabilidad, depresión e incluso la mejora de los resultados académicos.






Imágenes del Sol capturadas en distintas longitudes de onda. Desde arriba a la izquierda y en el sentido de las agujas del reloj: radio, microondas (el punto negro es Venus), rayos X e infrarrojos. El Sol manda radiaciones de todo el espectro electromagnético. Del mismo modo que el útero de la mujer ejerce una labor seleccionadora sobre el semen del hombre, también la magnetosfera y la atmósfera terrestres "filtran" la luz y el viento solar de sus elementos perniciosos para la vida (rayos gamma, rayos X, rayos ultravioleta C y B, microondas).


EL CAMPO ELECTROMAGNÉTICO DE LOS SERES VIVOS
Dado que nuestros cuerpos están hechos de material conductor y estamos dentro del campo magnético de la Tierra, es lógico suponer que nuestros cuerpos son como imanes. Un imán tiene dos polos que deben estar ubicados en la línea central del imán, de lo que se puede deducir fácilmente que los polos de nuestro cuerpo han de estar en algún lugar de la cabeza y en la base del abdomen.

(Dr. Yang Jwing-Min, "The root of chinese Chi-Kung").


La ciencia no ha hecho más que confirmar aquello que las tradiciones más avanzadas han sabido desde siempre: que en los seres vivos hay una fuerza vital invisible que se manifiesta en todo un sistema bioelectromagnético. Los chinos llamaron Qi o Chi a esta fuerza, los japoneses Ki, los koreanos Gi, los egipcios Ka,los hindúes Prana, los polinesios Maná, Aristóteles "éter", los maniqueos "luz" y los cabalistas judíos "luz astral". Los pitagóricos griegos ya hablaron de una energía que todo lo impregna, los hipnotistas Van Helmont y Franz Anton Mesmer reconocieron el "magnetismo animal", el Dr. Reichenbach habló de "fuerza ódica", Wilhelm Reich del "orgón", Von Liebenfels del "elektron de los dioses", los nazis del "vril" y los científicos soviéticos de la "energía bioplásmica". La lista se dilata, evidenciando que la bioenergía (como soy partidario de llamarla) se trata de una noción universal perfectamente explicable por la ciencia, no un delirio de cuatro místicos aislados. En India y en China, el arte de absorber energía de la atmósfera mediante ejercicios respiratorios (Pranayama y Chi-Kung) es considerado una ciencia, en cambio actualmente en Occidente no existe ninguna disciplina comparable.


Igual que el planeta, el cuerpo humano posee un campo electromagnético y precisa por tanto de dos polos magnéticos para tener equilibrio. Nuestro polo positivo se encuentra en el centro del cerebro, a la altura del entrecejo (plexo cavernoso), y nuestro polo negativo, en el centro del bajo vientre (plexo prostático o uterino), coincidiendo con el centro de gravedad de nuestro cuerpo. Ambos "polos" coinciden con zonas anatómicas de estructura laberíntica y un enorme gasto metabólico. De hecho, en el artículo sobre la revolución carnívoraya hemos visto cómo el cerebro sólo pudo crecer y desarrollarse cuando rebajamos el gasto metabólico del sistema digestivo gracias a la consumición de carne cocinada. Ambos sistemas, por tanto, forman parte de una balanza metabólica y magnética, y determinan el equilibrio de nuestra salud.





El campo electromagnético humano como una batería con sus dos polos. La antropología evolutiva demuestra que, en el cuerpo humano, el desarrollo del "laberinto superior" (el cerebro) se llevó al cabo reduciendo el gasto metabólico y simplificando la estructura del "laberinto inferior" (los intestinos) gracias a la revolución carnívora y otros efectos evolutivos del frío.


El campo electromagnético más fuerte del cuerpo humano es el corazón, órgano al que en diversas tradiciones se le ha concedido una importancia enorme como centro del ser del individuo. Se ha determinado que el corazón emite un campo que es 100 veces más poderoso en lo eléctrico y 5.000 veces más poderoso en lo magnético, que el campo electromagnético del cerebro. Este campo cardíaco está en continua interacción con el cerebro y se acopla a (además de influir en) los diversos biorritmos, latidos, estados de ánimo, etc., tanto nuestros como de las personas que nos rodean.




Campo electromagnético del corazón. El corazón viene a ser el intermediario que concilia los poderes del cerebro y los del vientre.

Muchos animales hacen extenso uso del magnetismo y/o de la electricidad. Por ejemplo, las palomas mensajeras se orientan sintonizando los cristales de magnetita de su corteza cerebral con el campo magnético de la Tierra. Gracias a esto, son capaces de encontrar su camino a través de la niebla o en noches oscuras, sin absolutamente ningún punto de referencia visual. Sin embargo, cuando se les atan a la cabeza pequeñas barras de imán, pierden su capacidad magnética, y su sentido de la orientación queda anulado. También se han encontrado diminutas partículas superparamagnéticas en las vellosidades del abdomen de las abejas, y que se cree son responsables de su capacidad para encontrar sus fuentes de alimentación incluso en días de densa niebla. Los tiburones, rayas y otros animales marinos, poseen las llamadas ampollas de Lorenzini, órganos sensoriales con los que se detectan campos magnéticos. De hecho, los buzos y surfistas a menudo utilizan dispositivos electromagnéticos para aturdir estos órganos y prevenir ataques violentos. Las anguilas eléctricas, capaces de producir descargas de hasta 600 voltios, son otro buen ejemplo de bioelectricidad. Es conocida la susceptibilidad de los animales en general, que a menudo se adelantan instintivamente a ciertas catástrofes naturales como los terremotos, las inundaciones o las erupciones volcánicas, relacionadas con la actividad del subsuelo ―que a su vez se halla influido por los metales del núcleo terrestre, el magma, la magnetosfera y la actividad solar. Los bebés, que nacen en gran medida intactos de los estragos causados por la vida civilizada y que tienen un cráneo más delgado, así como muchos niños, suelen mantener también una alta sensibilidad magnética. Esto dura generalmente hasta que los huesos se fortalecen, las suturas craneales se sueldan, el sistema endocrino va cambiando y la vida moderna va erosionando el organismo a todos los niveles.


Hoy sabemos que el ser humano tiene un órgano bioelectromagnético sensorial comparable, que se relaciona con dos importantes glándulas del centro del cerebro (la pituitaria y la pineal) y que, antes del advenimiento de la sociedad tecnologizada, los humanos tuvimos, seguramente más que los animales, ciertas facultades relacionadas con esto. El británico Dr. Richard Baker descubrió (y ver aquí) que existe una masa de cristales de magnetita ligeramente por encima y por debajo del pasaje nasal, justo delante de la glándula pituitaria. Esto fue definitivamente corroborado en 1992 por Joe L. Kirschvink, en su estudio "Magnetite biomineralization in the human brain". Sin embargo, este hecho ya era conocido en la práctica desde hacía mucho tiempo. En Oriente, donde han florecido las tradiciones (hinduísmo, taoísmo, budismo, etc.) que mejor conocen el cuerpo humano, esta zona era llamada "campo del elixir superior", "ojo celestial", "saber" (ajña), "perla de la sabiduría", urna, "ojo de Shiva", "ojo de fuego de la percepción trascendental", "punto brillante", y otros muchos sobrenombres de connotaciones claramente metafísicas. Se consideraba que aquí residía un centro energético importante que, al ser activado, brindaba al adepto percepciones más allá de los cinco sentidos convencionales. Por su parte, los hipnotistas han intuido desde su origen que por encima de la nariz hay un poderoso campo magnético, y siempre han dirigido hacia él su atención y concentración.


La glándula pineal produce neurohormonas como la melatonina y la serotonina, dos sustancias que rigen prácticamente nuestro estado de ánimo influyendo sobre nuestras funciones vitales (apetito, sueño-vigilia, libido, etc.). Se sabe que la pineal es altamente sensible hasta a las más leves oscilaciones del campo magnético de la Tierra, y que éstas influyen en sus secreciones. Por tanto, no hay ningún motivo para no pensar que es igualmente sensible a los campos electromagnéticos astrales y a los nuevos campos artificiales ―muchos de los cuales son infinitamente más potentes que los naturales.

Las corrientes directas que circulan por el cerebro humano y el sistema nervioso gracias a la actividad cerebral, también causan un campo magnético: se trata del aura representada en torno a las cabezas de los santos, dioses y ángeles, tanto en Occidente como en Oriente. Existen seres particularmente perceptivos (como los niños, muchos animales, y personas que han cultivado esta facultad o que la han conservado) a los campos magnéticos; algunos todavía llegan a verlos a simple vista.





Como la Tierra, el cuerpo humano está surcado por infinidad de canales de energía que no necesariamente coinciden con los nervios ni con los vasos sanguíneos. Las corrientes eléctricas naturales del cuerpo están tan reconocidas que se emplean en electrocardiogramas, encefalogramas, detectores de mentiras que miden el potencial eléctrico de la piel, etc., y se sabe que un shock eléctrico aplicado a tiempo puede solucionar una parada cardiaca. 

También sabemos (Dr. Dimier y Dr. E. Biancini) que en personas de buena salud, la carga eléctrica ronda un promedio de 8 microamperios, y en personas fatigadas, 1 ó 2, mientras que por el contrario, las personas sobreexcitadas o hiperactivas se encuentran en un estado de "cortocircuito", a 15 microamperios. Todo el sistema nervioso viene a ser un árbol bioeléctrico que rige nuestro organismo desde su "cuartel general" cerebral. La acupuntura china conoce al dedillo estos canales (a los que llama "meridianos"), buena parte de los cuales termina en las plantas de los pies y en las palmas de las manos, y ha fusionado este conocimiento con la ciencia occidental para producir la electroacupuntura, un eficaz método de terapia de lesiones y otros males. El Hospital General de Veteranos de Taipei (Taiwán) ha llevado al cabo con mucho éxito diagnósticos precoces (antes de la manifestación sintomática) de enfermedades con hasta un 80% de éxito, sin emplear ninguno de los métodos (análisis de sangre, rayos X, estetoscopios, etc.) asociados a la medicina moderna occidental, totalmente basada en una perspectiva química y mecanicista (por no mencionar económica) del hombre, e ignorante en cambio de la física del cuerpo, o biofísica. En Korea del Sur, China, Taiwán y Japón, los métodos que aunan lo tradicional y lo moderno, están a la orden del día, y sus especialistas tienen gran éxito cuando se mudan a Occidente.

Si el cuerpo humano es como un circuito surcado por corrientes eléctricas, ¿dónde y cómo se almacena la energía absorbida de la atmósfera a través de la respiración, los ojos y la piel? Como en una batería, la bioenergía se guarda en los electrolitos de los fluidos vitales, asociados al bajo vientre, nuestro "polo sur" negativo. Los electrolitos (conductores eléctricos en los que la corriente se transmite por iones en lugar de por electrones), se almacenan en estos fluidos hasta que son liberados en forma de impulsos nerviosos, a instancias del cerebro. Esto explica la importancia que dan las religiones orientales al cultivo y conservación de "esencias" del organismo, especialmente del semen.




La serpiente del cielo. El relámpago es la manifestación más obvia y puntual de la interacción electromagnética natural entre la Tierra y el cielo. También se da cuando las erupciones volcánicas o los incendios forestales lanzan grandes cantidades de partículas ionizadas al aire. Los pueblos indoeuropeos lo relacionaban con dioses masculinos de la atmósfera, como Thor, Zeus, Júpiter, Perun o Indra. Algunos consideran que las primeras formas de vida surgieron cuando cayeron rayos sobre el mar, ionizando el agua, transmitiéndole energía y separando lo ácido de lo alcalino.


Las investigaciones de von Reichenbach y Wilhelm Reich
A mediados del Siglo XIX, el barón alemán Dr. Karl Ludwig von Reichenbach dedicó tres décadas a la investigación de campos magnéticos. Von Reichenbach, un verdadero superdotado y genio de su tiempo, respetado químico, geólogo, metalurgo, naturalista, filósofo y miembro de la Academia Prusiana de Ciencias, había descubierto varios productos químicos derivados del alquitrán y económicamente importantes, contribuyendo enormemente a la industria química de su país, que tanto influyó en el impresionante boom alemán. Sin embargo, sus aportes más notables iban a venir por su interés en profundizar en una teoría de Galileo, según la cual la Tierra estaba magnéticamente conectada a una fuerza central universal en el espacio exterior. Reichenbach, metalurgo experimentado, consideraba que esto se debía al hierro del núcleo terrestre.

En 1839, se retiró del mundo industrial y comenzó una investigación de las patologías del sistema nervioso humano, concluyendo que estaban en buena medida influenciadas por la Luna. Influenciado por la obra de Mesmer, postuló que el sistema nervioso humano era susceptible a los entornos magnéticos, pero sus investigaciones acabaron llevándole mucho más lejos. En todo imán detectó, tras pasar tiempo a oscuras para sensibilizar los ojos, un brillo rojo en su polo sur o negativo, y un brillo azul en su polo norte o positivo, y acabó dando con la existencia de una fuerza universal que fluía entre estos dos polos, que impregnaba a todo ser vivo y que se manifestaba como una combinación de electricidad, magnetismo, calor y finalmente luz. A esta energía la llamó "fuerza ódica" u Od (curiosamente, ése es el nombre que daban los antiguos escandinavos a la energía que inspiraba a los bersekers o guerreros poseídos). Von Reichenbach expuso con detalle su teoría en un largo artículo titulado "Investigaciones sobre magnetismo, electricidad, calor y luz en relación a las fuerzas vitales", que apareció en un número especial de un prestigioso jornal científico, "Annalen der Chemie und Physik". Entre otras cosas, dijo que el Odtenía un flujo negativo y positivo, un lado oscuro y otro luminoso, y que los individuos podían emanarlo voluntariamente de las manos, la boca y la frente.





Barón Dr. Karl Ludwig von Reichenbach (1788-1869).


Otro caso que confirmó la misma idea, vendría al siglo siguiente, de la mano de un judío austriaco (aunque no fue educado en el judaísmo y él mismo no se consideraba judío), el Dr. Wilhelm Reich. Como Freud y Karl G. Jung en un comienzo, Reich perteneció al círculo de psicoanálisis freudiano de Vienna. Acabaría rompiendo con el círculo, pero nunca llegaría a desprenderse de su obsesión freudiana con la sexualidad como causa subyacente de todos los trastornos psicológicos. Tras haber coqueteado con el marxismo, y tras ser rechazado por los freudianos, sería rechazado también por los nazis. Las extravagantes teorías de Reich (quien en su afán de "disparar la energía sexual" consideraba que todo el mundo estaba "sexualmente reprimido" y propugnaba cosas como la sexualidad adolescente, la extensión de los anticonceptivos, la emancipación de la mujer y el aborto) no cuajaron en la sociedad nazi, que defendía la familia a ultranza y que atacó su artículo "La lucha sexual de la juventud". En Oslo también sería rechazado, y en EEUU fue condenado a dos años de prisión. Varias toneladas de sus publicaciones fueron quemadas a instancias de la FDA (Food and Drug Administration, poderoso organismo que domina la industria alimentaria y sanitaria) en 1956, en un inaudito acto de censura, quizás el más notable de toda la historia americana.


Reich declaraba haber descubierto el "orgón", una fuerza que él describía como omnipresente, azul, y responsable del clima, la gravedad, la formación de las galaxias y la expresión biológica de las emociones y la sexualidad, especialmente durante el orgasmo. Según su teoría, expuesta en "La biopatía del cáncer", el cuerpo humano recibía el orgón del Sol y la atmósfera. Su invención de acumuladores de orgón atmosférico en 1940 y sus declaraciones de poder curar el cáncer con ellos, supuestamente fueron la causa de que la industria sanitaria americana le censurase. Reich moriría en la cárcel en 1957, unos días antes de pedir libertad condicional.


El efecto Kirlian


La cámara Kirlian toma su nombre de un matrimonio ruso, Semyon Davidovich Kirlian y su mujer Valentina, que la inventaron accidentalmente en 1939, mientras experimentaban en el laboratorio del Hospital de Alma-Ata (Kazajstán) con campos electromagnéticos de alto voltaje. De forma parecida al Dr. William Kilner en 1911, descubrieron que aplicando un campo electromagnético entre el objeto a fotografiar y el papel fotosensible, quedaba plasmada una especie de aureola de energía. El régimen soviético (que a pesar de su materialismo cientifista siempre concedió importancia a los asuntos "paranormales", las medicinas tradicionales y la curación de enfermedades por ayunos y dietas) se interesó por este descubrimiento y financió las investigaciones del matrimonio.


Durante los años 60, junto con el Dr. Inyushin (Universidad de Kazajstán) y el Dr. Grishchenko (Universidad de Moscú), el matrimonio Kirlian ayudó a dar forma a la teoría de una sustancia biológica sutil a la que los soviéticos llamaron en 1967 "energía bioplásmica", bioplasmática, plasma biológico o plasma cósmico. Llegaron a la conclusión de que este "halo" de energía era una especie de flujo movedizo y radiante compuesto de electrones, protones e iones libres, y que podía considerarse un "quinto estado de la materia" (por encima de sólido, líquido, gas y plasma), dentro del cual el equilibrio entre partículas de carga positiva y negativa es relativamente estable. Cuando el equilibrio se trastorna, aparecen las enfermedades tanto psicológicas como físicas.






La efluviografía Kirlian no es una patraña pseudocientífica ni un fenómeno paranormal, sino un sistema electrográfico probadamente real, capaz de plasmar lo que se conoce en física como efecto corona (también llamado descarga de corona) de objetos tanto vivos como inanimados. Arriba, la contraposición entre el "aura" de un champiñón cultivado por métodos orgánicos y uno cultivado por métodos comerciales de producción en masa. Las raíces son visibles aunque se hayan arrancado, lo mismo pasa en el caso de miembros humanos mutilados: el aura de la pierna, el dedo o la mano, permanece tras su amputación. Las investigaciones están actualmente a cargo del Dr. Konstantin Korotkov, de la Universidad de San Petersburgo.


Que el método Kirlian "funciona" es algo aceptado. Donde sí hay polémica es en la naturaleza del campo energético fotografiado, así como en las diversas aplicaciones que esta fotografía podría tener. Sus partidarios afirman que se puede utilizar para conocer el estado de ánimo de una persona, para diagnosticar y hasta anticipar enfermedades, para saber si se miente, etc. Los certeros juicios de las personas con sensibilidad "psíquica" supuestamente vendrían dados por su capacidad para ver el aura humana, y por tanto para comprender directamente la esencia de un individuo, ya que hasta ahora es fácil actuar, fingir y mentir, pero nuestro campo electromagnético es infalsificable.


Actualmente las investigaciones al respecto están a cargo del físico Dr. Konstantin G. Korotkov, de la Universidad de San Petersburgo. Korotkov posee las patentes de 12 invenciones del campo de la biofísica, ha publicado más de 70 estudios en publicaciones científicas importantes, sus conferencias lo han llevado a 24 países y además es un avezado montañero con dos décadas de experiencia. Korotkov ha perfeccionado la técnica Kirlian con un invento suyo, el GDV (Gas Discharge Visualizations), otra cámara de bioelectrografía con la que se puede analizar y monitorizar muy pormenorizadamente los campos electromagnéticos vivos para conocer la salud de órganos, las características psicológicas de un individuo, el estado anímico y otros factores. En la Federación Rusa esta técnica está totalmente aceptada por el Ministerio de Salud, y el GDV catalogado como instrumento médico. En el mundo más occidental, en cambio, la sanidad está en manos de poderosas megacorporaciones privadas para las cuales las enfermedades son un enorme negocio, con lo cual una población totalmente sana sería la ruina para ellos. Aunque se dan conferencias y se empieza tímidamente a introducir esta nueva rama científica, el progreso en Occidente es más lento, y seguirá siéndolo hasta que el obsoleto sistema económico cleptocrático, usurero y supra-estatal sea cambiado.


El Neandertal y el campo magnético de la Tierra

El geofísico Jean Pierre Valet habla sobre la posible relación entre la desaparición del Neandertal con un fenómeno que afecta al campo magnético de la Tierra:


Hemos propuesto muchos escenarios para explicar la desaparición de los neandertales y ninguno de ellos es muy convincente actualmente. Hay una cosa que nadie ha notado y es que en el momento de la desaparición del hombre de neandertal que se produjo más o menos entre 40 mil o 35 mil años antes de nuestra era, el campo magnético de la tierra ha tenido una característica muy peculiar, su intensidad era muy débil y su dirección ha evolucionado considerablemente. Voy a explicar un poco de qué se trata. Cuando se coge una brújula actualmente, ésta va a apuntar hacia el polo norte magnético, que está muy cerca del polo norte geográfico, pero hace 40 mil años el polo norte magnético se encontraba cerca del polo sur geográfico. Se produjo lo que llamamos una inversión. Es probablemente lo que ocurrió durante el "evento Laschamp", que es cuando hace 35 mil años el campo magnético se hizo muy débil y dio lugar a una inversión.


Son fenómenos que ocurren con frecuencia a lo largo de la historia de la Tierra, la última inversión se produjo hace 780.000 años pero también hay eventos mucho más rápidos durante los cuales el campo se desestabiliza durante un corto periodo para después volver a la polaridad inicial. Esto es justo lo que sucedió hace 40 mil años. Durante este periodo el campo se debilitó y permitió la entrada de radiación cósmica ya que la protección magnética del planeta estaba alterada. Debido a esto, muchas partículas provenientes del espacio van a alcanzar las capas bajas de la atmósfera y desencadenar una avalancha de reacciones químicas muy concentradas que van a atacar la capa de ozono destruyéndola parcialmente, en especial en la zona cercana a los polos. Ahora tenemos únicamente dos polos magnéticos pero durante el evento Laschamp sabemos que pudo tener muchos más. Debido a esta multipolaridad los ataques a la capa de ozono fueron más significativos.


La capa de ozono nos protege de los rayos ultravioletas, especialmente de los B (UV-B), que son los que dañan la piel, y cuando la capa de ozono es afectada penetran más rayos ultravioletas. Actualmente observamos esto en el sur de Chile. En la ciudad de Punta Arenas, donde se han hecho numerosos experimentos, vimos que se ha producido un aumento alarmante del cáncer de piel y del número de melanomas malignos.


El hombre de neandertal tenía una morfología que no era tan alejada de la nuestra y contrariamente a lo que pensamos durante tiempo no estaba cubierto de pelos. Hemos demostrado mediante análisis genéticos que los individuos eran de piel clara y potencialmente con ojos azules o claros. El neandertal era un cazador y necesitaba facultades visuales muy importantes como para apuntar mejor a sus presas y cazar correctamente.


Sabemos que en Europa hubo un agujero en la capa de ozono entre los años 35 mil y 40 mil gracias a los datos obtenidos de cálculos y análisis sobre rocas de la zona, en particular las rocas volcánicas en las que se acumulan diminutas partículas magnéticas después de que la lava se enfriase sobre ellas.


No sabemos si en otros lugares hubo más extinciones, hemos calculado que como quiera que sea el campo magnético, bipolar o multipolar, la disminución de la capa de ozono será en latitudes elevadas, entre 45 y 90 grados norte o sur.


El hombre de neandertal empezó a desaparecer hace unos 40 mil años, su población disminuyó y suponemos que hubo reagrupamientos en el sur de España, en los alrededores de Gibraltar y habrían desaparecido hace 32 mil años. Suponemos que la desaparición se hizo en dos etapas, primero en Europa occidental y finalmente los últimos en Gibraltar. El campo magnético tuvo esas características especiales durante todos esos años.


Pensamos que el hombre moderno cohabitó con el Neandertal en las mismas áreas geográficas que éste, pero fue más resistente al campo magnético y no toda la población fue afectada.



No hemos podido encontrar una correlación directa entre la desaparición de los insectos y la inversión del campo magnético. Dicho esto, hay extinciones masivas que se producen en fechas cercanas, la duda sigue en curso y muchos investigadores estudian sobre este problema.

En cuanto a los homínidos, se encontraban principalmente en África, en una latitud demasiado baja y los grandes monos no fueron afectados ya que estaban recubiertos de pelo.


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http://europa-soberana.blogia.com/2011/071607-el-rayo-de-dios-y-el-rayo-del-diablo-i-8213-bioelectricidad-y-magnetismo-astral.php 



En la segunda parte de este artículo veremos el ascenso de la contaminación electromagnética y cómo afecta a la salud humana y al equilibrio del planeta.