viernes, 28 de septiembre de 2012

Fatiga crónica, el síndrome del cansancio extremo II. la enfermedad de las mil causas



Síndrome de Fatiga Crónica II, la enfermedad de las mil causas
(Foto: REVISTA NUEVA).

Ya analizamos el Síndrome de Fatiga Crónica desde sus orígenes sicológicos. Ahora vamos con las causas físicas. Sus síntomas se mimetizan con los de otras enfermedades y es usual que las razones de su aparición no dejen huella en los exámenes médicos.


Para muchos, la enfermedad es un síntoma de salud. Aseguran que a través de la primera, el organismo humano comienza a elaborar su propio lenguaje “para contar”, realmente, cómo se encuentra. Lo cierto es que nuestro propio lenguaje es tan viejo, que ya nadie sabe con certeza cómo o quién lo inició. Y desde siempre, todo lo que pasa a nuestro alrededor ha sido narrado con palabras dichas o escritas


Pero en los últimos tiempos, al parecer la gran mayoría tiene problemas de comunicación con alguien. No importa qué tan novedosos sean los celulares o qué tan ancha sea la ‘banda’; la mayor parte de las veces la interrupción en el canal es prolongada.

Algo así pasa con las personas que sufren Síndrome de Fatiga Crónica (SFC). Aunque su cuerpo sigue comunicándose a través de los síntomas -precedidos por un cansancio extremo y prolongado en el tiempo-, no les deja saber a ciencia cierta qué está fallando.

Algunas veces, sin importar si son sofisticados los exámenes o amplios los recursos médicos, la enfermedad avanza e incapacita a la persona de tal forma que rutinas diarias como vestirse constituyen una verdadera odisea. Algunos pacientes llevan meses enfermos. A otros, les cuestan más de diez años de su vida encontrar la causa y cuando la resuelven logran superar el síndrome. Por eso, una actitud positiva al respecto y el apoyo incondicional de la familia y amigos, es indispensable en la recuperación.

Pescando en río revuelto

Hace algunas ediciones hablamos sobre las causas sicológicas que influyen en este padecimiento. Ahora, en esta segunda parte, quisimos analizar las razones biológicas que pueden conducir a un diagnóstico de Síndrome de Fatiga Crónica.

“Es la falta de energía que se siente de manera constante y que perdura varios meses sin tener una explicación muy clara desde el punto de vista médico o sicológico. Pero lo importante es revisar todas las posibles causas asociadas, asegura el doctor Carlos Alfonso Builes, médico endocrinólogo de adultos y docente de Endocrinología en la Universidad de Antioquia.

Infecciones como la tuberculosis y el VIH, trastornos neurológicos como la esclerosis múltiple o problemas hematológicos como la anemia, deben tenerse en mente a la hora de diagnosticar a un paciente con falta de energía”.

Sin embargo, la comunidad científica lleva más de 20 años buscando una respuesta certera sobre este síndrome. Y aun así, la última palabra parece alejarse al mismo lugar en el que reside el porqué de nuestra fallida comunicación, a pesar de los Iphone y la increíble labor social de Skype.

Por supuesto, eso no significa que si a una persona le diagnostican o sufre de este mal hace algún tiempo, esté totalmente perdida. El abordaje médico es claro, y son muchos los casos en los cuales se han hallado causas orgánicas curables.

De ‘la fatiga’ al síndrome

“En mi especialidad hay una serie de causas relacionadas. La primera, y la más importante, es el hipotiroidismo. El mal funcionamiento de la tiroides hace que la persona pierda su chispa, su capacidad de pensar y de concentrarse, y siente que su motor trabaja a media marcha, asegura nuestro asesor médico.

El hipertiroidismo también pone al cuerpo en un acelere que lo fatiga. El corazón trabaja rápido aun en reposo, los músculos se desgastan, hay pérdida de peso, aumento de las deposiciones y, a veces, incluso crece la parte anterior del cuello”.

Así mismo, faltantes muy frecuentes en las víctimas del cansancio eterno son vitaminas y minerales como la D, B12, el hierro y el calcio. Es bien sabido que la primera se produce con la exposición al sol y que tiene la importante labor de ayudarnos a extraer el calcio de los alimentos que comemos. Por lo tanto, cuando no tenemos suficiente cantidad, se produce un cansancio extremo acompañado de diversos dolores musculares.

Volviendo al tema endocrinológico, la ausencia de hormonas sexuales, específicamente en los hombres la falta de testosterona, puede causar debilidad, cansancio y disminución de la fuerza muscular y en el desempeño sexual.

“Otra razón se da cuando la hormona cortisol no se produce bien. Por ejemplo, la persona puede sufrir de cansancio o fatiga permanente; se le baja fácil la presión arterial y no regula bien las sales de su cuerpo, así que disminuye el sodio y sube el potasio. Y por otro lado, el exceso de esta hormona puede generar ganancia excesiva de peso sin un motivo explicado en la dieta o en el sedentarismo. Es posible que cause estrías de más de un centímetro en el abdomen, brazos o muslos, e incluso depresión y ansiedad”.

No parece gratuito que las mujeres sean las preferidas por el SFC, pues además de tener más predisposición a las enfermedades autoinmunes (hipotiroidismo, insuficiencia renal, entre otras), la menstruación y la menopausia aumentan los riesgos de contraerla, pues la pérdida mensual de sangre y el revolcón hormonal son demasiado exigentes para el cuerpo.

Y en el caso de los hombres…

Ante lo anterior, es necesario decir que no no todo es color rosa para los caballeros. En ellos es más común la fatiga asociada a la obesidad y a la apnea del sueño. Los pacientes ven pasar sus días fatigados y se quedan dormidos en cualquier oportunidad.

De acuerdo con el doctor Carlos Alfonso Builes respecto al diagnóstico y al tratamiento del Síndrome de Fatiga Crónica en hombres y mujeres, “lo más importante es hacer un estudio juicioso de la causa, porque si se encuentra y es corregible, aunque el paciente lleve años con la fatiga podría volver a recuperarse, prácticamente hasta en un ciento por ciento.

Cuando hay causas psiquiátricas, los tratamientos no dan muchos resultados. El paciente con una verdadera fatiga crónica, en quien se han descartado muchas otras causas de fatiga y se llegó a la conclusión de que tiene síntomas mentales, va a tener terapias de apoyo y tratamientos antidepresivos, pero no necesariamente va a mejorar al ciento por ciento”, asegura el especialista.

Recomendaciones clave

- Es muy importante seguir una dieta balanceada, escasa en harinas y grasas. Además, consumir agua abundante y recibir el sol entre 10 y 15 minutos en horarios oportunos (no entre las 12 del día y las 3 de la tarde).

- Ejercitar la mente con sudokus, sopas de letras, leer un libro, mantenerse activo mentalmente.

- Tener un buen soporte social y familiar es uno de los factores clave para alejarse de esos cuadros médicos.

- ¡Indispensable! Hacer deporte. Se recomienda caminar en una piscina o nadar incrementando la duración y la intensidad en la medida en que el cuerpo lo permita. La idea es alcanzar de 30 a 40 minutos, al menos cinco días a la semana.

- “A las personas fatigadas: ojo con los trastornos del sueño, cuidado con la vida agitada. Se debe tener una higiene del sueño, dormir de seis a siete horas, pero adecuadamente. Recuerden que la cama no es para estudiar, trabajar ni comer”, aconseja el doctor Carlos Alfonso Builes, médico endocrinólogo de adultos y docente de Endocrinología en la Universidad de Antioquia.

- A pesar de la incertidumbre generalizada frente a las razones de aquella fatiga que incapacita y les cambia la vida a sus portadores, en una cosa están de acuerdo todos los investigadores: ser optimista frente a la recuperación y buscar alternativas de relajación… estos pueden ser ingredientes importantes para dejar de padecerla.

Para tener en cuenta


La falta de vitamina B12 produce, en casos extremos de anemia, una alteración en la sensibilidad de las piernas, mala memoria y trastornos en el aprendizaje.

La menopausia hace a las mujeres más propensas a sufrir fatiga crónica. Pero también hay otros factores importantes como la predisposición a enfermedades autoinmunes, como la insuficiencia renal y el hipotiroidismo.

El cuerpo tiene mecanismos de adaptación, pero cada día la vida es más difícil. Los familiares de quien sufre fatiga crónica creen que está muy enfermo, incluso demente, pero se revierte la causa y esa persona vuelve a florecer.

Una recomendación: siga una dieta balanceada, escasa en harinas y grasas. Además, consuma agua abundante y reciba el sol entre 10 y 15 minutos, en horarios oportunos.

¡Indispensable! Hacer deporte. Se recomienda caminar en una piscina o nadar incrementando la duración y la intensidad en la medida en que el cuerpo lo permita. La idea es alcanzar de 30 a 40 minutos, al menos cinco días a la semana.

Infecciones como la tuberculosis y el VIH, trastornos neurológicos como la esclerosis múltiple o problemas hematológicos como la anemia, deben tenerse en mente a la hora de diagnosticar a un paciente con falta de energía.

http://www.vanguardia.com/vida-y-estilo/revista-nueva/175526-sindrome-de-fatiga-cronica-ii-la-enfermedad-de-las-mil-causas