miércoles, 15 de febrero de 2012

Aficiones con riesgo de cáncer


El bricolaje, el modelismo o la pintura incrementan casi tres veces el riesgo de padecer cáncer de pulmón

P.TOIMIL / SANTIAGO
Día 15/02/2012






Aficiones en principio triviales como el bricolaje, el modelismo o la pintura pueden llegar a incrementar el riesgo de padecer cáncer de pulmón en un futuro. Así lo aseguran investigadores de la USC en un estudio en el que afirman que el riesgo se multiplica por tres debido a una exposición continuada a disolventes orgánicos, barnices, polvo de madera o colas, todas ellas substancias cancerígenas cuando el tiempo de exposición es duradero.

El estudio, el primero publicado en este ámbito, se realizó con 990 individuos, 442 con cáncer pulmonar y 548 sin él, ingresados en el Hospital Clínico Universitario de Santiago y en el Complejo Hospitalario Universitario de Ourense. La muestra certificó que las personas que todavía no padecían esta enfermedad la acababan desarrollando al entrar en contacto con este tipo de productos tóxicos sin ningún tipo de precaución previa.

Aun así, y aunque los datos sean categóricos, el profesor Alberto Ruano aseguró ayer a ABC que «no hay que ser alarmantes», pues la principal causa del cáncer de pulmón «sigue siendo el tabaco». De hecho, para Ruano, fumar y practicar alguna de estas actividades, incrementa el riego cancerígeno, sobre todo en las labores que conlleven la utilización del barnizado.

Por ello, el profesor recomendó que todas aquellas personas aficionadas a estos trabajos utilicen las medidas de higiene necesarias para no contraer la enfermedad. En este sentido, utilizar una mascarilla en el lugar del trabajo o una buena ventilación son claves para disminuir los índices cancerígenos de los productos tóxicos. De entre las actividades en riesgo, el estudio no revela la cantidad de individuos afectados en los diferentes campos analizados, y no contempla otro de los trabajos peligrosos: la carpintería.

El estudio, financiado por el Fondo de Investigaciones Sanitarias, confirma los resultados observados en un trabajo anterior de menor muestra publicados en la revista «Epidemiology» —una de las más prestigiosas en este ámbito y en la que también se incluyó este último— en 2002, datos que en su momento formaban parte de la tesis doctoral del profesor Ruano y Juan Miguel Barros Dios, quien firma el artículo.

Identifican residuos peligrosos en basura de casas


De acuerdo con el estudio encabezado por Neftalí Rojas en el Instituto de Ingeniería de la UNAM, existen más de 40 fuentes de desperdicios peligrosos, que pueden causar desde heridas y envenenamiento, hasta contaminación en el medio ambiente. Se trata de productos que no son de primera necesidad y para los que existen alternativas sustentables



Durante 8 días los residuos de 450 casas localizadas en el sur de la Ciudad de México y de los 21 mil 600 kilogramos recolectados, 250 correspondieron a residuos peligrosos(Foto: Cortesía Instituto de Ingeniería UNAM )

Muchos de los productos que una familia normal utiliza para sus actividades cotidianas, como el aseo personal, la limpieza de la casa, labores de jardinería, el mantenimiento del hogar o de sus vehículos, pueden contener residuos peligrosos, señaló María Neftalí Rojas Valencia, investigadora del Instituto de Ingeniería de la UNAM, quien elaboró una lista con más de 40 fuentes de estos desperdicios en las viviendas.

La doctora en ingeniería ambiental agregó que el comercio, uso, almacenamiento y desecho inapropiado de estos residuos peligrosos, puede causar heridas y envenenamientos en las personas y contaminación en el medio ambiente. Desafortunadamente, dijo, muchas personas desconocen los productos que contienen químicos peligrosos y, por lo tanto, los usan y desechan irresponsablemente.

De acuerdo con un estudio del que la especialista es autora principal, publicado en la revista internacionalSociedad Sustentable, los investigadores obtuvieron durante 8 días los residuos de 450 casas localizadas en el sur de la Ciudad de México y de los 21 mil 600 kilogramos recolectados, 250 correspondieron a residuos peligrosos.

María Neftalí Rojas, aclaró que la cantidad de desechos peligrosos podría no ser perfectamente representativa, porque la mayoría de la gente desconoce cuáles son los desechos peligrosos que usa y almacena en su hogar.

De estos, la mayor cantidad se encuentra en la cocina y la mayor diversidad se encuentra en los baños, donde los investigadores identificaron 19 diferentes productos tóxicos, corrosivos e irritantes.

Los resultados también indican que la mayoría de las personas desechan envases de plástico o vidrio con parte del contenido original, incluso en las botellas de perfume.

¿Cuáles son?

En entrevista, Neftalí Rojas señaló que los residuos peligrosos van desde las baterías, de las cuales ya se ha estimado que una sola pila AA es suficiente para contaminar de mercurio toda el agua que cabe en la Alberca Olímpica de Ciudad Universitaria, hasta productos que podrían considerarse inofensivos, como el enjuague bucal.

En la cocina, pueden encontrarse algunas de estas sustancias peligrosas, como los limpia hornos, tóxicos y corrosivos, porque contienen hidróxido sódico, hidróxido potásico y amoniaco. Otro ejemplo es el jabón líquido que, de acuerdo con la investigadora, no es más efectivo que el jabón de polvo biodegradable, pero sí más contaminante.

En otros lugares de la casa, como el baño, se encuentran productos como el tinte para el cabello, que contiene colorantes, detergentes, amoniaco, aceite mineral, plomo, fragancias y glicoles, todos ellos tóxicos.

Muchos detergentes, y otros productos tóxicos e irritantes que se usan en las viviendas, llegan a los cuerpos de agua y dañan a los peces y otros organismos que habitan ahí.

En cuanto a los restos de medicamentos, la investigadora apuntó que si las pastillas caducadas se desechan inadecuadamente, se disuelven en el drenaje y llegan a contaminar los acuíferos, estos compuestos farmacológicos son especialmente difíciles de remover. Asimismo, las jeringas desechadas inapropiadamente podrían lastimar a los pepenadores de basura y causarles enfermedades o infecciones.

Algunos objetos tecnológicos usados en el hogar como las computadoras e impresoras son también fuente de residuos tóxicos, por ejemplo, las baterías recargables o los cartuchos de impresión que contienen metales pesados.

Los fertilizantes, insecticidas, herbicidas y fungicidas y otros agroquímicos utilizados en el jardín también tienen tóxicos, principalmente compuestos organofosforados, que resultan perjudiciales no sólo para las plagas de las plantas, sino para otros organismos en los ecosistemas.

Alternativas sustentables

La lista elaborada por Neftalí Rojas Valencia no sólo identifica las fuentes de desechos peligrosos en el hogar, también propone alternativas sustentables para cada uno de estos productos, que, resaltó, no son de primera necesidad.

Muchos residuos peligrosos que se generan en las viviendas, provienen de productos de limpieza. Si tuviéramos el hábito de limpiar más frecuentemente, en muchas ocasiones solo requeriríamos de agua y jabón, subrayó.

Lo más importante, advirtió, es que la sociedad haga conciencia y reduzca en la medida de lo posible la compra de estos productos químicos, o los sustituya por algunas alternativas sustentables igual de efectivas y que además pueden ser económicas.

Rojas Valencia concluyó que es una cuestión de cambio de hábitos y que incluso acciones pequeñas como preferir aparatos que se conectan a la red eléctrica a los que operan con baterías, o usar simple jabón biodegradable en vez de complejos limpiadores especializados, constituyen un paso firme para reducir la cantidad de residuos peligrosos en las viviendas.

Dirección General de Divulgación de la Ciencia, UNAM

Un cementerio tóxico al aire libre


Más de 2.500 toneladas de productos contaminantes se esparcen en Santa Coloma de Cervelló en los solares de una empresa abandonada que cerró en 2007

JARA LALIENA Santa Coloma de Cervelló 13 FEB 2012 - 00:46 CET5




Centenares de bidones abandonados en la empresa Massó i Carol. / MARCEL·LÍ SÀENZ
 
“Si estos bidones explotan un día, no nos dará tiempo ni a respirar”. “Es una vergüenza que tengamos esto aquí y nadie lo sepa”. Los vecinos de Santa Coloma de Cervelló (Baix Llobregat, Barcelona) llevan años clamando por el peligro que corren desde 2007, cuando cerró una empresa de productos químicos y abandonó a su suerte centenares de bidones y contenedores con toda clase de productos contaminantes. Son más de 2.500 toneladas expuestas al aire libre y sin ninguna vigilancia que los vecinos consideran una bomba de relojería.

Los vecinos temen por su seguridad y creen que esos bidones suponen, además, una amenaza para el medio ambiente, pero hasta ahora no han logrado que se retiren. El almacén contaminante tiene su origen en la empresa Massó i Carol, dedicada desde 1993 a la fabricación de sustancias empleadas como base para la elaboración de cosméticos y detergentes. En 2005 empezó su declive y dos años más tarde abandonó sus almacenes, cesó oficialmente en la actividad y se trasladó a Barbastro (Huesca) para iniciar una nueva etapa gracias a las ayudas del Gobierno aragonés.

Con el traslado, sin embargo, se desentendió de la limpieza de los residuos de la planta de Santa Coloma de Cervelló, donde viven unas 8.000 personas. El Ayuntamiento, gobernado por una coalición independiente, vendió el terreno a la promotora inmobiliaria Llave de oro, que dispone de licencia municipal de obras para construir oficinas, pero la crisis de inmobiliaria aparcó el proyecto. Mientras tanto, los vecinos llevan años quejándose de las molestias y problemas que les causan los residuos abandonados. Y, sobre todo, del peligro que corren.


La empresa contaminante está en concurso con 40.000 euros de deuda

Y es que las 2.500 toneladas de residuos están expuestas al aire libre, en una zona sin ningún tipo de restricción de paso, cercana a los acuíferos del río Llobregat, a la línea de los Ferrocarriles de la Generalitat, a los campos de cultivo, a una escuela y a decenas de viviendas. Con el paso del tiempo, además, la exposición al aire libre de los bidones y contenedores ha producido emanaciones, espumas, fugas y malos olores que cada vez se hacen más molestos. “Poco a poco vamos consiguiendo que los niños no se acerquen tanto a la zona, pero, a menudo, vemos como alguno corretea por allí como si nada. Es muy peligroso”, advierte Sergio, un vecino.

El problema se visualizó en 2009, cuando la Agencia Catalana del Agua(ACA) hizo un análisis de las aguas del Llobregat y descubrió que en algunos pozos se almacenaba agua contaminada que podría proceder de la planta de residuos de Massó i Carol. Eso desembocó en el encargo de un estudio del subsuelo, que nunca se llegó a realizar, por lo que jamás se ha aclarado si la zona estaba contaminada. Poco después, la Agencia Catalana de Residuos detectó la ilegalidad de la situación, multó a los propietarios y les instó a asumir sus obligaciones.

La Agencia Catalana de Residuos (ACR) abrió numerosos expedientes sancionadores a Massó i Carol, pero la empresa ignoró los avisos. Ante la desobediencia reiterada el caso pasó a manos de la Fiscalía de Medio Ambiente y acabó en los juzgados de Sant Boi de Llobregat. Según Margarita González Benítez, catedrática de la Universidad Politécnica de Cataluña (UPC), militante del PSC y vecina de Santa Coloma de Cervelló, ya se han celebrado dos juicios contra la empresa y se está a la espera de la ejecución de sentencia.

Margarita González, con el apoyo de la agrupación local del PSC, presentó el pasado mes de noviembre un inventario a la ACR, detallando los productos almacenados en la finca de Massó i Carol, muchos de ellos tóxicos y nocivos, tanto para el medio ambiente como para la población. Fenol, fermol y tricloruro de fósforo son algunos de los residuos que están almacenados y que, si se inhalan o consumen, pueden resultar nocivos y, en algunos casos, pueden tener efectos cancerígenos. Otros, como el amoniaco y el ácido acético, pueden producir quemaduras, en algunos casos graves, y dificultad al respirar.


El PSC lleva el caso al Parlament y el Ayuntamiento dice que plantará árboles

“En verano, con el calor, nos escuece la garganta. Es insoportable”, explica Lourdes, una vecina de la zona que vive a escasos metros de la fábrica abandonada. Otros compuestos, como la naftalina, son inflamables y explosivos y pueden contaminar las aguas. “Si los bidones explotan, no nos dará tiempo ni a respirar. Hay gasolina incluso”, advierte la vecina.

Ante esta crítica situación, los vecinos de Santa Coloma de Cervelló, junto con el apoyo del grupo socialista, pusieron en marcha una plataforma de protesta para solucionar la situación que, según ellos, “ninguna Administración quiere afrontar”.

El caso ha acabado en el Parlament, después de la petición del grupo socialista para que se realizara de manera inmediata un estudio del terreno, se trasladasen los bidones y se analizaran las aguas subterráneas. La respuesta del Gobierno de la Generalitat fue “muy genérica”, según la diputada del PSC Eva Granados, sin que se aportaran soluciones al problema. La empresa Massó i Carol se encuentra actualmente en concurso de acreedores, con 40,000 euros de deudas. El Ayuntamiento de Santa Coloma de Cervelló, por su parte, ha decidido que, con motivo del Dia del Arbre, plantará 3 árboles y 100 plantas aromáticas, con el fin de “disimular el olor y las molestias de los residuos”. Eva Granados decidió presentar una nueva propuesta de resolución sobre el tema que está pendiente de fecha para su tramitación.

Azúcar poco "dulce"


Investigación publicada en la revista ‘Nature’

Por: Juan David Torres Duarte

El consumo excesivo de azúcar produce deficiencias cardíacas, obesidad e hipertensión. Investigadores piden controlar su distribución, como ha sucedido con el cigarrillo y el alcohol.


“La naturaleza hizo difícil encontrar el azúcar; el hombre lo hizo fácil”, dice Robert H. Lustig, investigador de la Universidad de California, en la revista Nature. Lustig lleva varios años investigando los efectos del azúcar en la salud humana. Como resultado de sus estudios, lanza una afirmación sencilla pero contundente: el azúcar es tan dañina —tan tóxica— a largo plazo como el cigarrillo y el alcohol.

El científico se fijó primero en el estilo de vida de los estadounidenses: en el desayuno, con el jarabe que riegan sobre los pancakes prueban azúcar; en el almuerzo y la comida ingieren aún más cantidades de dulce con las gaseosas, los dulces y los jugos. Lustig encontró, en segundo lugar, que el azúcar consumido en exceso provoca deficiencias en el organismo —pancreatitis, obesidad, malnutrición y disfunción hepática— y aumenta el riesgo de desarrollar anomalías cardíacas.

En el artículo, publicado junto con las investigadoras Laura A. Schmidt y Claire D. Brindis, Lustig asegura que ya es tiempo de controlar el consumo de azúcar. No es, sin embargo, el azúcar que contienen naturalmente las frutas. Lustig y su equipo se refieren a los endulzantes agregados a la comida durante los procesos de producción. Endulzantes que, como asegura el investigador en la cita con que inicia este escrito, fueron creados por el hombre.

Antes de ser procesado en los laboratorios, el azúcar no era un producto masivo. Se encontraba en la miel o las frutas. Ahora es parte esencial de la oferta alimenticia. Y ése es el primer argumento de Lustig: es casi imposible eludir su consumo.

Y como es muy difícil encontrar alimentos cuyos ingredientes no contengan azúcar, la segunda razón del investigador apunta a sus secuelas en la salud. “Un creciente volumen de evidencia epidemiológica asegura que el consumo excesivo de azúcar afecta a la salud humana más allá del simple aumento de calorías”, dice.

La consecuencia, continúa Lustig, es un incremento de las enfermedades asociadas al síndrome metabólico: triglicéridos altos, hipertensión, diabetes. El azúcar, que combina una molécula de glucosa y otra de fructosa, tiene “efectos tóxicos (...) que son similares a los del alcohol”. Otros estudios han mostrado un resultado que aún no es definitivo: el azúcar produciría cáncer y afectaría las capacidades cognitivas.

Un tercer asunto ha ocupado los estudios de Lustig. El azúcar resulta también adictivo: reduce la dopamina —el químico cerebral relacionado al placer y la satisfacción— y por lo tanto “lleva al individuo a consumir más”. Además acelera la supresión de la grelina, hormona que envía señales de “hambre” al cerebro.

Entonces, se pregunta, ¿por qué no regular la distribución del azúcar si ya está probado que produce tantas complicaciones? Tanto el alcohol como el cigarrillo han sido controlados con leyes. En Colombia, por ejemplo, sólo se puede acceder a ellos a partir de los 18 años y nadie puede fumar en lugares cerrados.

Lustig propone que las comidas procesadas con endulzantes tengan impuestos adicionales para que el consumidor lo piense dos veces antes de adquirirlos. Propone, también, que los gobiernos determinen el número de establecimientos de comidas rápidas alrededor de los colegios y que exista una edad mínima para acceder a determinados alimentos. “Sin embargo, el azúcar es barato, el azúcar sabe bien y el azúcar vende —asegura Lustig—, así que las compañías tienen pocos incentivos para cambiar”.

Riesgos para fertilidad por uso de plásticos


México, 10 feb (PL) Los recipientes de plástico, aparentemente inofensivos, pueden ser nocivos para la salud, en especial porque contienen tóxicos propensos a provocar problemas de fertilidad en las mujeres, advirtió una científica mexicana del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav).

Algunos estudios revelan que ciertos tóxicos contenidos en ese tipo de vasijas, como el bisfenol A y los ftalatos, disminuyen la capacidad del óvulo para ser fertilizado, de acuerdo con Isabel Hernández, especialista del Departamento de Toxicología de la institución.

El problema de los plásticos es que su continuo uso, el calentamiento y el lavado con detergentes, incrementa las posibilidades de que los compuestos dañinos que poseen se liberen, se incorporen a los alimentos y bebidas, "y de esta forma ingresen a nuestro organismo", señaló.

Explicó que los aditivos empleados por la industria para darles flexibilidad y dureza a los plásticos tienen agregados que al pasar al cuerpo humano pueden simular efectos similares a los de las hormonas que produce el organismo y de esa manera causar efecto en la ovulación y en la calidad fértil del ovocito.

Hasta el momento las exploraciones se han realizado en ratones de laboratorio y según la experta en toxicología reproductiva, los resultados preliminares apuntan a que al ser expuesto este roedor a bisfenol A, en concentraciones iguales a las que consumiría un humano, disminuye entre 20 a 25 por ciento la capacidad del ovocito para ser fertilizado.

Sin embargo, estos resultados requieren de estudios adicionales, enfatizó la doctora en Ciencias.

"Esperamos tener resultados concluyentes a mediados de este año".

Hernández y su equipo tratan de identificar los mecanismos por los cuales los tóxicos alteran la capacidad fértil de los óvulos y si esta anomalía podría ser una de las causas múltiples que contribuyan a la disminución en la fertilidad femenina.

Alimentación orgánica: su valor a la salud y nutrición


Del campo a tu mesa




Por Ileana Delgado Castro /idelgado@elnuevodia.com


Ya sea por motivos de salud o por el interés de prevenir enfermedades, cada vez más personas se deciden por el consumo de productos orgánicos.

“Desde el punto de vista de la salud, los alimentos orgánicos son importantes porque no están contaminados con pesticidas o químicos. Se ha demostrado que esos tóxicos se alojan en el organismo y pueden causar varios problemas de salud, desde resistencia a los antibióticos y cáncer hasta condiciones autoinmunes”, sostiene el médico naturópata Efraín Rodríguez Malavé.

Sin embargo, al hablar sobre el valor nutricional de estos alimentos sobre otros, hay diferencias de opinión.

A juicio de la dietista clínica Glorivette González González, del Hospital Auxilio Mutuo, el valor nutricional de productos libres de pesticidas, hormonas o químicos, genera debate.

González destaca que hay estudios que no demuestran una diferencia significativa en cuanto al valor nutricional entre los alimentos orgánicos y aquellos obtenidos de otra forma.

Más aún, sostiene que se ha descubierto que en los alimentos orgánicos ese valor va a depender de las propiedades del suelo de acuerdo a los abonos orgánicos y procesos naturales que ocurren en el mismo.

De igual modo, González también menciona que “varios estudios científicos han encontrado que ciertos tipos de alimentos cosechados orgánicamente tienen una cantidad mayor de algunos nutrimentos que los que son producidos de forma convencional”.

Echando a un lado las controversias, la nutricionista expresa que “lo más importante es seleccionar aquellos alimentos que ofrecen una variedad de nutrimentos que nos ayuden a mantener una buena salud” .

Incluso, se debe tener en cuenta que un alimento orgánico no es sinónimo de dietético. “Como muchos otros productos, existen alternativas orgánicas que son controladas en azúcares, grasas y sodio y otras que no lo son. Por eso es muy importante leer la etiqueta nutricional para poder comparar y seleccionar aquellos productos que tengan un alto valor nutricional, sean orgánicos o no”, aconseja la nutricionista.



La salud entra por la boca

“La medicina natural recomienda que sigamos una alimentación lo más natural y orgánica posible. Entendemos que la salud entra por la boca y lo que comemos está íntimamente relacionado con nuestra salud”, asevera por su parte el doctor Luis F. Rivera, médico de familia que utiliza la naturaleza para curar y prevenir enfermedades.

Según Rivera, hoy día la comida está contaminada con químicos y adulterada con genética molecular. “Tanto así que a veces, por ejemplo, no sabemos si estamos ingiriendo maíz o uno mezclado con los genes de un pez, rana o algún otro organismo. Estos químicos y sustancias no son parte natural de nuestra comida y, por ende, nos hacen daño. Aunque pueda parecer inofensivo, su efecto es acumulativo y a largo plazo”, advierte Rivera, tras destacar que es posible minimizar la exposición a esta alimentación consumiendo productos orgánicos.

“En Estados Unidos hay un movimiento e interés de que la gente trate de comer natural, orgánico y, en lo posible, conocer quiénes y cómo se cultivan los alimentos que consumimos. Mientras más conozcamos de dónde provienen nuestros alimentos, más control tendremos sobre lo que ingerimos”, asegura Rivera, quien pone el ejemplo de las frutas y vegetales que son cubiertas con cera para que se vean “perfectos para la foto”.

“Es la misma cera que usamos para darle brillo al carro. Pero nadie quiere comer cera, ¿verdad? Por eso, si se puede, es mejor pelarla. Y aunque estamos perdiendo un poco de la fibra de los alimentos, esta la podemos ingerir de otras fuentes”, recomienda Rivera, también instructor de yoga y director del Centro Cultural Yoga Devanand.



La realidad del consumidor

Hasta hace muy poco, consumir alimentos orgánicos no era una prioridad en la vida de Rosa y su familia. Y aunque de vez en cuando le tentaba comprar uno que otro producto, como frutas y vegetales, dice que el alto costo de muchos de ellos casi siempre la frenaban.

“He escuchado sobre los beneficios de consumir productos orgánicos debido a que son cultivados de una forma en la que no se utilizan químicos. Pero la realidad es que la situación económica no está como para gastarse el sueldo de un mes en la compra de una semana”, afirma la ama de casa y madre de dos adolescentes.

Sin embargo, dice que en las últimas semanas ha tenido que hacer ciertos ajustes para poder comprar algunas carnes orgánicas porque, a su juicio, las otras le causan alergia a uno de sus hijos. Algo que ella atribuye a que en la industria se utilizan hormonas y antibióticos para acelerar el crecimiento de los animales.

En casa de Marian, sin embargo, se toman todas las previsiones posibles para que lo que se consuma en el hogar sean productos orgánicos o cosechados en el huerto que tienen en el patio, los cuales son cultivados libres de pesticidas o fertilizantes químicos.

“Hace varios años me diagnosticaron cáncer de seno y desde entonces decidimos llevar una alimentación más sana. Eliminamos la carne roja y tratamos de que casi todo sea lo más orgánico posible. Y el cambio en la salud de toda la familia ha sido sorprendente”, indica Marian, tras asegurar que lleva cinco años libre de cáncer.



En busca de lo local

La compra de productos locales, si están disponibles, es una excelente alternativa para consumir víveres típicos del país y apoyar la economía nacional.

“Los productos producidos localmente pueden ser más frescos por el hecho de no necesitar de tanto tiempo para transportarlos del lugar donde se producen hasta el mercado donde se venden”, sostiene González, mientras destaca que, sin importar si el producto es orgánico o no, siempre es más recomendable consumir los alimentos en su forma más natural y simple.

“Esto es así porque a todos los productos que son procesados se les añaden ingredientes para poder preservarlos por más tiempo”, advierte la dietista.

En Puerto Rico, los productos orgánicos se supone que están regulados bajo los estándares del Programa Nacional Orgánico (NOP, en inglés) del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA, en inglés).

Sin embargo, para algunos agricultores se trata de un proceso de certificación caro y burocrático. “Más que un problema de certificación, tenemos un problema de producción. Estamos contra viento y marea tratando de competir con los precios de los productos afuera y la gente no está acostumbrada (a comprar alimentos orgánicos)”, dice Leonardo Estrada Ferrer, quien tiene una finca en San Germán, donde cultiva tomates, repollos, pimientos y gandules orgánicos.

“Hay una ley para certificar los productos orgánicos, pero llevo ocho años y no me he certificado. Yo vivo de la agricultura y, como agricultor y antropólogo, creo que lo más importante es que no hay gente para trabajar la tierra”, agrega Estrada.

Alimentos orgánicos

• El término “orgánico” se define como un alimento cultivado libre de herbicidas, pesticidas u otros químicos; que no sean productos de cultivos transgénicos (modificados genéticamente). En el caso de las carnes, que no se hayan utilizado hormonas o antibióticos en su crianza.

• Biológico, ecológico u orgánico son sinónimos que se usan para designar los alimentos que cuidan tanto la salud de los consumidores como el equilibrio del medio ambiente en que se producen.

• Son igual de nutritivos que sus contrapartes tradicionales en términos de aportación calórica y contenido de vitaminas, minerales y otras sustancias.

• El beneficio mayor de estos productos radica en sus efectos a largo plazo sobre la salud. Al carecer de ingredientes nocivos (como alto contenido de sal, azúcar, químicos y productos transgénicos) ayudan a mantener la salud.

• Como regla general, se recomienda consumir los alimentos orgánicos que se comen con sus cáscaras como frutas (uvas, peras, cerezas, fresas) y vegetales (papas, espinacas, lechugas). Del mismo modo ocurre con las carnes (los animales acumulan las sustancias nocivas en los músculos). Los alimentos que se deben pelar para consumirse, como: el aguacate, la cebolla, la piña y el mangó, entre otros, suelen ser bastante seguros y pueden consumirse no orgánicos. En otras categorías se prefieren orgánicos los cereales, las leches de soya y de arroz, y el pan.

Fuente: Recopilado por El Nuevo Día

Otras recomendaciones

• Lava bien los alimentos con agua clara. También vienen unos enjuagadores naturales que ayudan a eliminar el sucio y los químicos que puedan estar depositados en la superficie de los alimentos.

• Si los alimentos no son orgánicos, quita la cáscara si es posible, porque es donde se almacenan muchos de los químicos indeseados.

• Compra y consume frutas y vegetales orgánicos. Evita consumir productos cuyas semillas hayan sido genéticamente modificadas en un laboratorio. Ahora en Puerto Rico hay varios proveedores certificados como fincas orgánicas donde se pueden conseguir a un precio económico.

• Cultiva huertos caseros y siembra los productos que te gustan, como plátanos, guineos, panas, pimientos, tomates, lechugas, papayas, mangos, limones, carambolas… Si utilizas maneras naturales y orgánicas de fertilizar tu huerto y prevenir las plagas podrás reducir tu consumo de químicos y comer más saludable.

• Bebe mucha agua. Eso te ayuda a que las toxinas que puedas ingerir no se acumulen en el sistema y se eliminen a través de la orina o el sudor.

Fuente: Dr. Luis F. Rivera

Incendios en locales de jóvenes: Gipuzkoa ha registrado en cinco años 21 incendios


Gipuzkoa ha registrado en cinco años 21 incendios en locales de jóvenes
La Diputación y la Fundación Sueskola han iniciado una campaña para prevenir estos siniestros

FERNANDO SEGURA | SAN SEBASTIÁN.

RECOMENDACIONES
No sobrecargar los ladrones con muchos aparatos.
No vaciar ceniceros en papeleras sin haberlos mojado previamente
No se deben colocar estufas cerca de cortinas, sofás u otros muebles, ni ropa a secar encima de las mismas.
Antes de salir del local o irse a dormir, hay que asegurarse de que todas las estufas y velas están bien apagadas.
No se deben generar fuegos en los locales: los gases tóxicos que emanan pueden producir la muerte.
Si huele a gas al llegar al local, no accionar los interruptores, cerrar la llave de gas, salir del local y llamar al 112.
Los locales que tengan calentadores o estufas de gas deben tener una buena ventilación al exterior.
Tener como mínimo un extintor de polvo en el local.
En caso de emergencia: mantener la calma y llamar al 112.

El Servicio de Bomberos de la Diputación ha intervenido desde 2007 en 21 incendios ocurridos en locales o lonjas utilizados por jóvenes como lugar de reunión. En la mayor parte de los casos, el siniestro no pasa de un susto pero, en otros, las consecuencias pueden resultar fatales. La última muerte por un suceso de este tipo se registró el mes pasado en Elorrio, con el resultado de un joven de 24 años fallecido por asfixia, tras incendiarse una lonja utilizada por jóvenes.

La Diputación y la Fundación Sueskola han puesto en marcha una campaña para prevenir estos siniestros. La directora foral de Modernización, Maider Ziganda, presentó esta iniciativa en una visita realizada ayer a las instalaciones de Sueskola en Ordizia. Ziganda explicó que la Diputación ha editado 2.500 folletos que han sido remitidos a los ayuntamientos con el fin de que los distribuyan entre los locales para jóvenes.

«El objetivo de esta campaña es prevenir accidentes o malas prácticas que puedan provocar incendios en los locales en los que se reúnen jóvenes», señaló la responsable foral. Añadió que «es precisamente ahora, en invierno, cuando existe mayor riesgo de fuegos debido a la utilización de sistemas y aparatos calefactores».

Colchones y sofás
La directora subrayó que en los últimos cinco años los bomberos forales ha llevado a cabo 21 intervenciones. «En muchos de estos casos, los accidentes se debieron a colchones y sofás quemados por hacer fuego en el interior del local, por la mala utilización de estufas o por vaciar el cenicero en la basura con colillas encendidas».

Ziganda añadió que en los incendios ocurridos en Gipuzkoa no hubo que lamentar grandes males, «pero sí provocaron daños en los edificios y podrían haber sido evitados tomando una serie de medidas»

El director de la Fundación Sueskola , Iñigo Aldasoro, resaltó la «importante labor de prevención» que desarrolla la fundación, institución que fue constituida por la Diputación en 2009 dedicada al adiestramiento en la prevención y extinción de incendios. En 2011, en el conjunto de su actividad, la Fundación Sueskola ha formado a más de 4.000 personas en materia de prevención y extinción de incendios. El perfil de los alumnos abarca desde profesionales hasta trabajadores de distintas empresas que en el ámbito de a prevención de riegos laborales.

Panamá: Basura electrónica, un problema sin solución



Toneladas de computadoras, celulares, heladeras, televisores, se desechan cada año sin tratamiento. Metales pesados y gigantescos volúmenes de plástico van a parar al Volcadero sin gestión especial. Las alternativas.

El Volcadero municipal de Paraná es un enorme vertedero a cielo abierto en el oeste de la ciudad, que durante décadas fue recibiendo cientos de toneladas de desechos que la gente tira día a día al tacho de basura. Sin ningún tipo de separación en origen, ni alternativas de recuperación de materiales, todo va a parar al Volcadero sin distinción. Allí son los cirujas quienes remueven los desechos y hacen una tarea de clasificación informal entre vidrios, cartones, plásticos, que después venden a los acopiadores. Prenden fuego para ahuyentar las moscas y separar los metales, rescatan alimentos en mal estado para sus caballos y sus chanchos.

Desde hace más o menos una década al Volcadero empezaron a llegar cada vez más objetos electrónicos de desecho, en consonancia con la explosión de la industria y la venta de computadoras y celulares. De pronto de llegar electrodomésticos aislados -heladeras, cocinas- fue cada vez mayor la cantidad de residuos electrónicos. Hoy el problema es gigantesco, porque la basura va creciendo al ritmo de las ventas. Una computadora portátil se recambia antes de los cinco años de uso, y una de escritorio antes de los siete. El ritmo de recambio de celulares es mucho mayor.

Hoy lo que se rompe o se desecha va a parar al vertedero. Una computadora tiene alrededor de 50 sustancias contaminantes en su interior, entre ellas mercurio, plomo, cadmio. Las baterías recargables de las notebook y de los celulares son los elementos más contaminantes de los equipos. Estas sustancias van a parar a la tierra y al agua y provocan enfermedades graves, entre ellas cáncer. Hasta ahora los esfuerzos para revertir la situación son aislados. No hay política de Estado y los proyectos de ley duermen en el Congreso.

IDEAS. En 2010, desde el Concejo Deliberante, el ex concejal Horacio Piceda presentó un proyecto sobre el tema e inclusive promovió reuniones con miembros de organizaciones no gubernamentales y de la Universidad para empezar a pensar modos de tratar esta basura. Pero este proyecto no prosperó.

Paralelamente, en la Facultad de Ciencia y Técnica de la Universidad Autónoma de Entre Ríos (Uader), un grupo de estudiantes bajo la dirección de la profesora María Emilia Llorente inició un proyecto de investigación sobre residuos electrónicos. Hoy este equipo está gestionando fondos para comenzar con acciones concretas. Han logrado instalar el tema, y empezar a crear conciencia sobre la existencia de este tipo de residuos y su especificidad.

El Estado municipal de Paraná ha prometido un tratamiento de estos desechos en conjunto con un cambio en la gestión de todos los residuos domiciliarios.

Mientras, hay paranaenses que siguen acumulando en sus casas aparatos rotos, sin decidirse a desecharlos sin tratamiento, y otros dejan en la vereda, sin remordimiento de conciencia, sus televisores viejos y sus impresoras obsoletas. Un dilema todavía sin solución.

PROBLEMA DE TODOS. Daniel compró nuevos componentes para su computadora, y los antiguos, que por su tecnología ya no le satisfacían, se los dio a su hermana, para que recambie a su vez su ordenador de escritorio de más de una década. Ella desarmó, rearmó, y los elementos más antiguos se los pasó a las sobrinitas de su novio, que dentro de una carcasa desechada por otra familia, y con un monitor de los viejos, también donado, pudieron tener por primera vez su propia computadora. Este tipo de trabajo suelen hacer organizaciones solidarias en todo el país, desguazando y reparando aparatos electrónicos para dar talleres a chicos de bajos recursos, y para acercar tecnologías a grupos sociales que no pueden comprarlas. Pero son contadas estas instituciones en el país. Y tampoco hay gran cantidad de recicladores de residuos electrónicos. El resultado es que hoy -según datos de Greenpeace- se reciclan sólo entre el 2 y el 4% de todos los electrónicos que se botan a la basura. No hay redes de recicladores y tampoco hay una acción sistemática del Estado en ese tema, ni Nacional, ni provinciales, ni municipales. Se necesita logística, se necesitan herramientas, se necesita personal, y sobre todo, se necesitan fondos. No son proyectos baratos.

Hoy por hoy, casi la totalidad de las computadoras, los celulares, los televisores, las heladeras desechadas van a parar sin más a vertederos a cielo abierto -como el nuestro- o a rellenos sanitarios, sin rescatar elementos valiosos (oro, cobre) para la industria de los electrónicos ni tampoco componentes que podrían ser reutilizados para reparar aparatos rotos.

Los especialistas coinciden en que el problema de los electrónicos es de todos: de los vecinos que desechan, de quienes los fabrican y también del Estado. El desafío es aunar voluntades y coordinar acciones para que prospere un modelo de reciclado de estos artículos altamente contaminantes.

En proyecto El proyecto de ley de Basura Electrónica (presentado en 2008) establece la Responsabilidad Extendida del Productor, principio a través del cual las empresas importadoras, productoras o ensambladoras de productos eléctricos y electrónicos se hacen cargo legal y financieramente de la gestión y tratamiento de este tipo de residuos. Al mismo tiempo, establece los lineamientos para la creación de una infraestructura nacional de transporte, acopio, recuperación y reciclado de este tipo de residuos a través de la creación de un ente mixto público no estatal responsable del sistema. Aún no fue aprobado y desde organizaciones ambientalistas luchan por su pronta sanción.

3 kilos de basura electrónica por año, genera cada habitante de Argentina. Eso significa 120.000 toneladas por año en total (120 millones de kilos de residuos electrónicos por año). Se estima que en 2011 se descartaron más de 1 millón de computadoras, 10 millones de teléfonos celulares y más de 400 millones de pilas. Hoy el 40 por ciento de estos residuos terminan en rellenos o basurales, el 50 por ciento sigue siendo almacenado en depósitos o en hogares y solo el 10 por ciento llega a ser recuperado o reciclado, informa Greenpeace.

Proyecto piloto en Oro Verde La profesora María Emilia Llorente (licenciada en Sistemas), docente de la Facultad de Ciencia y Técnica (Uader, subsede Oro Verde) está dirigiendo un proyecto vinculado con el reciclado de residuos electrónicos. En diálogo con EL DIARIO, explicó que se trata de un "proyecto piloto". "Subsanar la problemática con un solo proyecto era una utopía, pero sí podíamos comenzar con un proyecto piloto que permitiera tener noción acerca de cuál era la problemática y empezar a tratar el tema. Debe tomar responsabilidad tanto el empresariado como la parte pública, es un emprendimiento donde toda la sociedad tiene que estar involucrada: la educación, el gobierno municipal, el empresariado. Es responsabilidad de todos", comenzó diciendo.

"Es un proyecto que, si se quiere hacer con absoluta seriedad, no es económico -no es de bajo costo-, tiene que ver con procedimientos para poder reciclar y poder tratar lo que es la basura electrónica. Es un espectro gigantesco y cada franja de esa basura electrónica tiene un tratamiento determinado con lo cual hay para andar mucho camino. Pero bueno, si no se comienza, se desconoce cuál es problema y no se consiguen ni siquiera los resultado más simples", señaló.

APOYO. "Había mucho apoyo de los distintos sectores de la sociedad, desde distintas facultades de la Uader, desde la misma Facultad de Ciencia y Técnica. Presentamos un proyecto de extensión pero aún no tenemos respuesta", comentó. En el interés de que se lleve adelante, el grupo de investigación tuvo contacto en forma independiente de la Facultad, con Ecourbano, del cual recibió un apoyo muy grande y que inclusive permitía tener contacto con la gente del empresariado local, muy interesado en participar del proyecto, dijo la profesora. "Tenemos serias intenciones de conseguir los recursos (para desarrollar el proyecto), no bajar los brazos, en eso estamos. Hemos avanzado en que la sociedad ha tomado conocimiento de que existe algo llamado residuos electrónicos", rescató finalmente.

Reciclar, ayudar La profesora María Emilia Llorente (Uader, Oro Verde), explicó que es importante tener en cuenta que "lo que para uno es basura electrónica, para otro sector puede no serlo. Por lo tanto, hay todo un proceso de reciclado sobre los productos que se exponen o se ofrecen como basura electrónica para que toda la sociedad pueda aprovechar este tipo de recursos, no como algo que no funcione y en definitiva lo que estoy haciendo es tirando a la basura. La idea de poder reciclar algo es ofrecerlo a alguien que por una cuestión de falta de recursos, no tiene acceso a la tecnología", resaltó.

CLASIFICAR. "Una vez que se determinó cuál es la verdadera basura electrónica, se debe hacer un desglose de todos los materiales. Tampoco tiene sentido decidir que el 3% y el 5% de toda esta basura electrónica es lo que no sirve y entonces al resto lo tiro al Volcadero. Lo que hay que determinar es qué procedimiento seguir con cada uno de los materiales, para que responsablemente seamos conscientes de cuán contaminante es toda esa basura. Las pilas son sólo una aspecto de esta problemática", finalizó diciendo Llorente.

Peligros para la salud Plomo, RFB, PVC, mercurio, fósforo, cadmio, berilio, bario, cromo hexavalente, son algunos de los elementos tóxicos que contiene en su interior una computadora. Greenpeace realizó un informe que explica cada uno de los efectos de estas sustancias en la salud.

- Los TRC (tubo de rayos catódicos, en la pantalla de la computadora) contienen plomo, principalmente en el tubo, con algo en la soldadura de placas de circuitos, aunque las versiones más modernas han reducido su contenido del fondo de la pantalla. Produce daños en los riñones y en el cerebro y efectos sobre el sistema nervioso central y reproductivo.

- Algunos retardantes de fuego bromados (BFR), utilizados en las plaquetas de circuitos y carcasas plásticas, no se descomponen fácilmente. La exposición persistente a estos compuestos puede conducir a problemas de aprendizaje y memoria.

En caso de exposición fetal, puede provocar desórdenes en el comportamiento.

- El berilio presente en interruptores, transmisores y conectores es cancerígeno.

- El cadmio, utilizado en la mayoría de los televisores de color CRT, contactos y switches, puede acumularse en el ambiente y es altamente tóxico, afectando principalmente riñones y huesos.

- El policloruro de vinilo (PVC) es un plástico que contiene cloro, es utilizado en algunos productos electrónicos como aislante en cables, alambres, circuitos, conectores y carcasas de plástico. Los procesos de producción y deshecho por incineración del PVC generan la liberación de dioxinas y furanos. Estos químicos son altamente persistentes en el ambiente y muchos son tóxicos, incluso en muy bajas concentraciones.

- El mercurio, en las lámparas de las pantallas de LCD, es teratogénico. El mercurio es tóxico incluso en dosis muy bajas. Produce efectos sobre el sistema nervioso central, cardiovascular y pulmonar y daños en los riñones y la vista.

- El níquel es considerado tóxico. Probable cancerígeno, probable teratogénico, produce efectos sobre el sistema pulmonar y respiratorio.

- Litio: Dada su baja absorción, el litio puede lixiviarse fácilmente a los mantos acuíferos, el litio se ha encontrado en pequeñas cantidades en diferentes especies de peces.

Experimentos en ratas, han sugerido que los compuestos de litio en combinación con compuestos de manganeso, pueden incrementar la toxicidad en caso de inhalación. 

Ourense: la Consellería investiga un vertedero con residuos tóxicos encontrado bajo tierra



Personal de la Consellería de Medio Ambiente, Confederación Hidrográfica y Guardia Civil investiga la aparición de un vertedero tóxico ilegal en el entorno del Polígono de San Cibrao das Viñas, en Ourense, que se saldó con el hallazgo de toneladas de residuos enterrados bajo tierra.


La asociación ecologista Amigos da Terra ha indicado también que se trataba de una fosa con chatarra, detergentes, plásticos y bidones de pintura, entre otros residuos tóxicos, que incluso podrían suponer un riesgo para el río Barbaña.

Fue a final del pasado mes cuando se localizaron estos residuos, cuando los agentes desenterraron una fosa, a raíz de la denuncia presentada por un vecino, en las inmediaciones de una nave de la empresa vinculada con el manejo de productos químicos.

Fuentes de la Consellería de Medio Ambiente confirmaron que se ha abierto un informe para poder determinar los hechos más detalladamente.

La entidad ecologista denuncia que la aparición de este tipo de vertederos se multiplica, constituyendo un peligro tóxico por una acumulación de residuos que no está ni autorizada ni controlada. Por ello, reclaman normas más estrictas y que las empresas paguen sanciones económicas y reparen el daño provocado por los vertidos.

Además, solicitan que se determine si la empresa cuenta con la licencia de actividad y con las autorizaciones preceptivas para el desarrollo de su actividad.

http://gestoresderesiduos.org/noticia/ourense-la-conselleria-investiga-un-vertedero-con-residuos-toxicos-encontrado-bajo-tierra


GALICIA
Un ourensano que enterró residuos tóxicos ya había sido denunciado
Fuentes del caso han confirmado que en aquella ocasión la denuncia se debió al vertido de pintura al río Barbaña


M. V. OURENSE / LA VOZ

El responsable de la empresa química ourensana en la que se han encontrado toneladas de residuos tóxicos enterrados en una fosa ya había sido denunciado hace unos años por otro sabotaje contra el medio ambiente. Fuentes del caso han confirmado que en aquella ocasión la denuncia se debió al vertido de pintura, uno de los productos que se elaboran en la empresa, al río Barbaña.


Los daños al medio natural ocasionados entonces fueron graves, pero ahora la situación podría ser mucho peor. Los técnicos de la Confederación Hidrográfica y los investigadores del Seprona están a la espera de obtener los resultados de las muestras extraídas del vertedero ilegal, en el que se encontraron botes de pintura abiertos, aerosoles, barnices y otros residuos considerados altamente tóxicos. Si se confirma que hay contaminación en la capa freática y que se han producido vertidos al río, los responsables de la empresa Industrias Químicas Gallegas, situada en San Cibrao das Viñas, tendrán que responder por un delito contra el medio ambiente.





La fosa con los residuos está detrás de la nave industrial.SANTI M. AMIL