domingo, 18 de diciembre de 2011

Ángela,una enferma con electrosensibilidad

« Expertos advierten de los efectos de las radiaciones


1 diciembre, 2011 por Irina de la Flor


Hace pocos días conocimos a Ángela, una madre de familia, jubilada y residente de Pinto por más de 10 años. Tuvo que abandonar su casa por desarrollar esa extraña enfermedad denominada electrosensibilidad, aún no reconocida en España. No es la primera vez que conocemos a un electrosensible, pues a nuestra fundación nos llegan muchos casos de personas como Ángela, que no han podido encontrar solución en médicos de cabecera, especialistas, y a veces les resulta muy difícil que los familiares o cercanos les empaticen. Hasta que por fin dan con la ayuda y el apoyo que necesitan.

En el caso de Ángela toda su familia, sus hijos y su marido la habían apoyado desde el principio. Ángela estuvo directamente expuesta a una antena de telefonía móvil de Vodafone durante más de 10 años, y el efecto acumulativo de las radiaciones generó, en su caso, esta enfermedad. Esto implica que la persona se vuelve sumamente intolerante a todo campo electromagnético que provenga de la fuente que sea (móvil, wifi, wimax, antena de telefonía o teléfono inalámbrico de casa). El problema surgió cuando, según me explicaba su hijo, Ángela adquirió un contrato con Vodafone y empezó a usar su móvil. Aparentemente ese fue el momento en el que el cuerpo de Ángela dijo: “basta ya” . Los síntomas se multiplicaron exponencialmente: tenía mareos, nauseas, le daban pitidos en los oídos, desarrolló depresión y fatiga crónica. Se volvió totalmente intolerante a las radiaciones de cualquier tipo y tuvo que abandonar su casa. Se trasladaron a un piso que tenían en la costa, pero también estaban rodeados de antenas y la situación de Ángela no consiguió mejorar. Después de 4 meses de espera, sus hijos encontraron una pequeña casita en Tembleque, un pueblo de Toledo ubicado en una zona donde casi no hay cobertura.

Esta enfermedad que hoy por hoy afecta a menos del 1% de la población, según algunos científicos podría alcanzar a un 20 o 30% de la población en unos años y convertirse en una gran epidemia si no se corrigen los límites que la ley actual hoy establece como “seguros”.

Por desgracia la ley no nos protege, así que hasta que no salga una directiva europea que se adapte a la nueva situación tecnológica que hoy vivimos, nos tenemos que proteger nosotros. Intentad usar los móviles lo imprescindible, tened internet por cable, sustituid teléfonos inalámbricos por teléfonos tradicionales por cable. Si estáis cerca de una antena, apantallad vuestras casas y, ante todo, proteged a los más vulnerables: niños, ancianos, enfermos y embarazadas. Si además podéis informar a otras personas, mejor. Velemos por la salud de todos. Está en nuestras manos.

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