Por NATÀLIA GIMFERRER MORATÓ
19 de marzo de 2012
- Imagen: Alaa Hamed
-Los mohos son hongos presentes tanto en el aire como en los suelos. Si bien crecen mejor en condiciones más cálidas y húmedas, los hongos pueden sobrevivir en diferentes condiciones ambientales, incluso en situaciones de sequedad abundante. Muchos de estos mohos invaden de manera rápida y fácil los alimentos y, a medida que crecen, se forman las esporas, las pequeñas partículas visibles que le confieren un color verdoso, blanco o grisáceo al alimento. Esto es indicativo de que los mohos han penetrado muy en el interior del alimento y es, por tanto, un motivo para retirarlo. Un nuevo protocolo de detección rápida de mohos toxigénicos desarrollado por expertos españoles facilitaría el control de hongos en alimentos.
La mayoría de los mohos en los alimentos no son dañinos. No obstante, otros mohos, como lasmicotoxinas, pueden ser más peligrosos para la salud del consumidor, ya que contienen toxinas que se encuentran de igual manera en los alimentos y pueden causar reacciones adversas si se consumen. Los expertos califican las micotoxinas como compuestos extremadamente tóxicos, con efectos perjudiciales crónicos para la salud del consumidor.
El Grupo de Higiene y Seguridad Alimentaria de la Universidad de Extremadura (UEx) ha elaborado un protocolo de detección rápida y la cuantificación de mohos toxigénicos, productores de micotoxinas, en los alimentos. A día de hoy, las medidas preventivas para evitar la proliferación de mohos toxigénicos son el control de la temperatura, la humedad relativa y de las condiciones de almacenamiento. Con el control de estos tres parámetros se minimiza el crecimiento de manera notable. Además, en productos madurados, también se inoculan mohos no toxigénicos que inhiben a los toxigénicos como medida preventiva.
La mayoría de los mohos en los alimentos no son dañinos. No obstante, otros mohos, como lasmicotoxinas, pueden ser más peligrosos para la salud del consumidor, ya que contienen toxinas que se encuentran de igual manera en los alimentos y pueden causar reacciones adversas si se consumen. Los expertos califican las micotoxinas como compuestos extremadamente tóxicos, con efectos perjudiciales crónicos para la salud del consumidor.
El Grupo de Higiene y Seguridad Alimentaria de la Universidad de Extremadura (UEx) ha elaborado un protocolo de detección rápida y la cuantificación de mohos toxigénicos, productores de micotoxinas, en los alimentos. A día de hoy, las medidas preventivas para evitar la proliferación de mohos toxigénicos son el control de la temperatura, la humedad relativa y de las condiciones de almacenamiento. Con el control de estos tres parámetros se minimiza el crecimiento de manera notable. Además, en productos madurados, también se inoculan mohos no toxigénicos que inhiben a los toxigénicos como medida preventiva.
Detección rápida de mohos como medida más eficaz
El nuevo método actúa como un detector que se activa a través de una señal fluorescente
Además de estas medidas preventivas, los expertos indican que la industria alimentaria debe disponer también de técnicas de prevención rápidas, no solo en alimentos elaborados, sino también en materia prima y productos en proceso. Deben ser técnicas de detección rápidas y sensibles a la presencia de mohos toxigénicos y así proporcionar medidas correctoras con la misma rapidez.
Los métodos de detección actuales de estos patógenos se basan en el cultivo y el aislamiento de mohos en medios de cultivo cuyo problema es su lentitud y el gran trabajo que supone. Son métodos muy laboriosos que tardan alrededor de una semana en dar resultados.
Los científicos extremeños han diseñado unos nuevos protocolos que cuantifican el número de mohos productores de micotoxinas de manera sencilla y en un periodo de tiempo reducido, de dos a tres horas. El nuevo método utiliza cebadores de ADN que se unen de forma específica donde está el ADN del moho. Actúa como un detector que se activa mediante una señal fluorescente, de ahí que se pueda cuantificar.
Ventajas en el control sanitario
La rapidez con la que se obtienen los resultados permite adoptar medidas correctoras mucho más ágiles y eliminar así los mohos toxigénicos de las materias primas que resulten contaminadas. Esta nueva técnica repercute además en el control sanitario de la industria alimentaria, debido a la rapidez con la que se pueden tomar medidas y evitar las micotoxinas en el producto final.
Esta nueva aplicación supone también una oportunidad para la sostenibilidad de las empresas alimentarias. Ya son varias las grandes industrias con las que trabaja el Grupo de la UEx y que lo han implantado en su cadena de producción. Otras industrias más pequeñas también han solicitado este nuevo análisis, con lo que los investigadores del Servicio de Análisis e Innovación en Productos de Origen Animal (SiPA) de la UEx están muy satisfechos de los avances que conlleva su nuevo hallazgo.
Mohos, presentes en todos los alimentos
Aunque se asocien más a frutas o vegetales, los mohos pueden crecer en una gran variedad de alimentos, como carnes crudas o saladas, en cuyo procesado pueden haberse formado mohos. Por el contrario, las carnes y aves crudas están libres de mohos, pero pueden contaminarse. Las frutas a menudo están contaminadas por Penicillium italicum o P. digitatum, sobre todo, manzanas y cítricos. Otro grupo de alimentos que pueden contaminarse con frecuencia por moho son los frutos secos, en especial conAspergillus y, en concreto, A. flavus en cacahuetes o A. clavatus en cereales. En los quesos también se halla este moho, aunque destacan más los mohos beneficiosos que no tóxicos porque ayudan en el proceso de maduración y curación, como en el queso roquefort. En los huevos se forma una mancha puntiforme que indica la presencia de mohos, en la mayoría de los casos Cladosporium.
CÓMO EVITAR LOS MOHOS
Lavar el interior del frigorífico cada dos o tres meses y secarlo bien. En la mayoría de los casos, se forma moho de color negro que debe eliminarse, sobre todo en las gomas de la puerta.
No conservar los trapos o paños de cocina húmedos, sino tenderlos para secar cada vez que queden mojados.
Cubrir siempre los alimentos para evitar exponerlos a las esporas del aire, sobre todo, en el frigorífico. Nunca dejar un alimento a la intemperie dentro del frigorífico, no solo para prevenir los mohos, sino también para evitar su secado.
Los alimentos refrigerados deben consumirse antes de cinco días. Si se sobrepasa este tiempo, puede que se formen mohos que no percibe el ojo humano.
No oler nunca alimentos en los cuales se aprecien mohos, ya que su inhalación puede conllevar problemas respiratorios.
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