lunes, 9 de enero de 2012

La Junta quiere restringir a la mitad la entrada de residuos peligrosos a Nerva




Medio Ambiente ultima un plan para limitar el vertido de desechos tóxicos procedentes de otras comunidades autónomas y de otros países, que representan el 42% de los residuos que son enterrados sin tratamiento.

ANTONIO FUENTES / SEVILLA | ACTUALIZADO 09.01.2012 - 07:17




Cola de camiones procedentes de Sevilla y Portugal hacia el vertedero de Nerva en diciembre del pasado año.

La Junta de Andalucía quiere limitar el volumen de residuos tóxicos y peligrosos que cada año llegan desde otras comunidades autónomas y otros países al vertedero de Nerva, en Huelva. En un plan que previsiblemente aprobará el Consejo de Gobierno en las próximas semanas, la Consejería de Medio Ambiente modifica el tope de este tipo de residuos que las empresas pueden llevar hacia estas instalaciones, gestionadas por Befesa, una filial de Abengoa.

La admisión de residuos peligrosos procedentes de fuera de Andalucía está restringida en 27.268 toneladas, cifra que se estableció en un primer plan (2002-2010) de residuos peligrosos al tomar como referencia el 20% de la media gestionada por la instalación entre 2002 y 2004.

Ahora, en este nuevo plan que se aprueba con el horizonte de 2020, la Junta dejará el límite en 13.300 toneladas. Este máximo representa el 50% de la media de depósitos totales (los generados en la comunidad y los de fuera) recibidos entre 2005 y 2010, según ha computado la Junta.

Así la Junta establece un nuevo objetivo con la intención de que se reduzcan los residuos que se eliminan directamente en vertedero sin ningún tratamiento, los llamados D5. En Nerva se arrojaron el año pasado 16.623 toneladas, de las que 6.908, el 42%, procedieron de fuera de Andalucía.

Esta cantidad, al igual que la de 2009 (6.615), son inferiores al límite que se impondrá, pero hay que anotar que en 2008 se vertieron 24.411 toneladas de residuos no generados en la comunidad; en 2007, 22.252 y en 2006, 19.281. La crisis económica influyó en la menor llegada de residuos peligrosos.

La Junta quiere imponer un límite a los residuos externos justo cuando la línea que traza la Unión Europea es la contraria: que en cualquier planta europea puedan depositarse residuos peligrosos independientemente de donde se generen.

Andalucía es casi autosuficiente en el tratamiento de todo tipo de residuos. Sólo un 10% de lo que genera lo destina a otras comunidades o países para su tratamiento. Sin embargo hay productos que no pueden ser tratados para reciclarlos o ponerlos en valor, y para ello se acondicionaron cementerios como el de Nerva, abierto en 1998. Otro almacén andaluz está en Jerez, pero su capacidad para eliminar residuos peligrosos es muy inferior (tiene un límite de 275 toneladas).

En las pasadas navidades, la instalación de Nerva fue polémica por la entrada de camiones con residuos procedentes de Italia, presumiblemente, aunque no se confirmó, tras una guerra de la basura en Nápoles. Greenpeace denunció la entrada de hasta 25.000 toneladas. Fuentes de la Consejería de Medio Ambiente desvinculan la restricción de este plan de esos acontecimientos y recuerdan las limitaciones anteriormente impuestas.

Las mismas fuentes subrayan que este proceso de eliminación sin tratamiento tiende a la baja, ya que la mayoría de los residuos peligrosos son valorizados. Como ejemplo, en 2002 se vertieron 194.052 toneladas en Nerva por las 16.623 de residuos sin tratamiento de 2010. Otras 189.000 toneladas se vertieron en Nerva, pero fueron residuos inertizados, los llamados D9, que pasan por un proceso físico-químico para neutralizar su toxicidad.

Medio Ambiente considera que esta bajada de residuos responde al impacto de los impuestos verdes aprobados en 2005, donde se gravaron estos vertidos, que ha aumentado la concienciación de las empresas. En 2010 la Junta sólo recaudó 381.917 euros por este impuesto.

Gran Bretaña (Gibraltar), Portugal e Italia son los países de los que procedieron más residuos peligrosos a las plantas de tratamiento andaluzas; en total, 58.060 toneladas en 2009. Otras 180.381 llegaron de otras comunidades. Y otros 80.424 a través de buques y en barcos. Los residuos que llegaron fueron polvos de gases procedentes de actividades de siderurgia y acería, tierras contaminadas, lodos de procesos de depuración de aguas residuales industriales, así como de aceites y disolventes.

El tratamiento de residuos no está declarado de utilidad pública, por lo que son operadores privados quienes se ocupan de la gestión. Por ello la pretensión de la Junta con este plan consiste en crear un marco para, primero, prevenir que se generen este tipo de residuos, y segundo, optimizar su gestión, impulsando su valorización energética o reciclando esos materiales.

La previsión presupuestaria del plan es de 3,6 millones en 2012 y 2013 y una previsión de 10,2 millones de euros a partir de 2013 y hasta 2020 si se aprueban nuevos fondos europeos, para la generación de 317 empleos.

Ecolimpio: Un expediente de impunidad

Jesús Peña
09 Enero 2012
MEXICO

A pesar de las fallas que ha cometido en el manejo de resiudos industriales, esta empresa sigue operando y lo hace además junto a una zona habitacional ¿Por qué? se preguntan los arteaguenses.


FOTOS: VANGUARDIA/LUIS SALCEDO Y GERARDO CHÁVEZ

Arteaga, Coahuila. ¿Por qué sigue abierto este confinamiento industrial que está ubicado a espaldas de una zona habitacional? ¿Por qué se se le permitió que durante años arrojara sus desechos peligrosos en el basurero municipal de Arteaga? ¿Por qué se le permite que viole las normas dejando expuestas sustancias delicadas por periodos largos de tiempo? ¿Son normales los tres incendios que lleva la planta? ¿Por qué la Profepa no da a conocer los dictámenes de las inspecciones que ha realizado al interior y de las que se arrojan 10 procedimientos? Ambientalistas y ciudadanos se preguntan: ¿Cuántas fallas más?

Los lugareños que viven pegados a la orilla de la carretera antigua a Arteaga ya se acostumbraron, desde hace más de 12 años, al olor penetrante y nauseabundo de la impunidad.

Su lucha infructuosa en contra del poder económico y político de su contrincante, una firma coahuilense llamada Ecolimpio de México SA. de CV.., que se dedica al tratamiento de residuos industriales peligrosos, no les ha dejado otro camino.

Los vecinos describen esa fetidez como un hedor viscoso a basura descompuesta, que viaja a kilómetros de distancia, entra por la nariz, en oleadas de viento percudido, se mete en el cuerpo, se embarra a la ropa y se cuela por las hendiduras de las puertas y ventanas cerradas de las casas de la Privada Buenos Aires, la colonia 4 de Octubre y El Llano, tres sectores aledaños a la peste de la planta, cuyo olor, dicen los vecinos, nada tiene que ver con su nombre comercial: Ecolimpio.


La gente no sabe qué es ni a qué huele, sólo entiende que al respirarlo, lo cual sucede a diario y a todas horas, le duele le cabeza y el pecho, se pone a estornudar, siente ganas de volver la panza; y algunos niños creen ahogarse por el asma que les ha provocado, síntomas que no han sido motivo para que las autoridades ambientales replanteen la ubicación de la empresa, pese a que viola las normas vigentes.

El olor asfixiante a basura podrida y agua de drenaje, revuelto con partículas volátiles de residuos peligrosos (lodos contaminados con hidrocarburos y metales pesados como el
plomo, arsénico y cromo, así como soluciones gastadas), ha emanado por más de una década en esta zona habitacional.

“Aquí los niños padecen alergia, asma bronquial, tienen ronchas y manchas blancas en la cara. Hasta una vez el doctor nos dijo ‘sáquelos de ahí, es la única manera…’, ¿a dónde nos vamos?, si es el único patrimonio que tenemos.

“Ah pero el señor Javier Calderón (gerente de operación de Ecolimpio), es muy burlista y te dice que la panadería huele a pan y que Ecolimpio huele a lo que ellos hacen. Esa es su frase”, declara una vecina de la carretera antigua a Arteaga, quien por razones de seguridad prefiere no dar su nombre.




Javier Calderón abrió las instalaciones de Ecolimpio a Semanario e invitó a los vecinos a ser tolerantes con la empresa, sin embargo, les atribuyó a ellos uno de los incendios que tuvo la planta.
Todavía es fecha que los habitantes de la antigua a Arteaga no entienden cómo ni por qué una compañía de éstas tenga papales de la SEMARNAT, y demás dependencias estatales y municipales, que le dan licencia para tener a la intemperie una montaña de desechos, supuestamente tratados, que sobresale a buena distancia en la carretera; un almacén con torres y torres de tambos repletos de sustancias tóxicas y ese olor que ni de tanto aspirarlo deja de picarles en la garganta. Sólo quienes lo viven, serían capaces de decir lo que es andar con la pestilencia a basura industrial metida en los poros del cuerpo, todos los días, a todas horas, por más de 12 años.

EL ORIGEN

A los moradores de este lugar no se les olvida el día en que el viento de la carretera enrareció y se volvió sofocante e irrespirable. Fue un día de 1999, en que al kilómetro 10.5 de la antigua a Arteaga, sobre un predio rentado y en donde antes estuvo una pista de go karts, llegó a meterse una empresa, cuyo nombre y olor nadie conocía, pero que con el tiempo se quedarían pegados en el cerebro y los pulmones de los vecinos de la zona. “Cuando llegaron solamente tenían botellas de plástico y hule espuma, de repente empezaron a traer esto”, cuenta un lugareño de la carretera, quien por temor a represalias pide sea protegida su identidad.

Antes la empresa estuvo operando en otro terreno, ubicado en la calle Ignacio González de la colonia Rancho de Peña. Los vecinos habían comenzado a quejarse de los malos olores que despedía la empresa desde temprana hora. Un día ocurrió el derrame de una sustancia blanca en plena calle, los colonos protestaron y a la empresa no le quedó otro remedio que retirarse del lugar.

En aquella época existían asentamientos humanos en ambos bordes de la carretera antigua a Arteaga: la Privada Buenos Aires, llamada de Los Abandonados por carecer de pavimento, agua potable y drenaje: la colonia 4 de Octubre, fundada hace 17 años, regularizada y bardeada como una más de las estrategias populistas de la anterior administración moreirista; y El Llano, un predio rústico establecido hace cinco décadas por un clan familiar en un pellejo de monte que colinda espalda con espalda con la empresa Ecolimpio.

“Ni modo que digas que ellos llegaron primero, aquí ya era colonia. Ellos dicen que ya tienen tiempo, pero no, porque aquí mi papá tiene 50 años”, comenta uno de los integrantes de esta familia, resuelto a no decir cómo se llama.

Pero el gerente operativo de Ecolimpio, Javier Calderón, alega lo contrario:

“Hay fotografías donde aquí era baldío. No estaba Sello Rojo (la pasteurizadora), no estaban ni siquiera las industrias de la esquina, ni las unidades habitacionales que se hicieron. Ahorita, después de 12 años, ya estoy rodeado hasta de lugares de diversión… (Se refiere a La Pachanga, un table dance situado a unos 50 metros de la planta). Lo que tenemos que aprender es a vivir en armonía o saber ser buenos vecinos”.

Y echando mano del siguiente ejemplo, continúa su discurso sobre la buena vecindad:

“En Alemania junto al río Rin, hay unidades habitacionales de primer nivel, porque es un área muy bonita, pero también hay plantas de tratamiento de aguas, un basurero e industrias. Nos falta la cultura de vivir en armonía. Yo tampoco tengo por qué empezar a manifestarme en contra de que existan asentamientos irregulares, tienen su historia y su razón de ser”.

Casi desde el principio el olor a Ecolimpio se volvió inaguantable, con los vientos impregnados de residuos tóxicos que se filtraban, como intrusos, por los agujeros de la nariz y las puertas y ventanas a las casas de los vecinos.

Los calores del verano, combinados con las pestes de la empresa, pronto dieron como resultado una atmósfera como de averno terrenal en el kilómetro 10.5 del camino antiguo a Arteaga. ¨En la Buenos Aires y las demás colonias, luego luego empezaron a quejarse, pero como éramos pocos las autoridades hicieron poco caso”, sentencia uno más de los vecinos de esta zona, catalogada en el Plan Municipal de Desarrollo de Arteaga como CU-4, es decir, Corredor Urbano Comercial, de Servicios e Industria ligera.

TRES INCENDIOS Y SIGUE ABIERTO

Después vino la gota que derramó el vaso de la paciencia de los vecinos: tres estallidos con incendios (algunos juran que fueron cuatro), en cuatro años (2002 – 2006) y una fuga de mercaptano (sustancia aparentemente inofensiva que se inyecta al gas doméstico para darle olor), que pusieron en pánico a los pobladores de la carretera.

Una lugareña de El Llano, que también se ha negado a dar sus generales, platica los momentos de desesperación que vivió durante uno de los primeros incendios, que se produjo una madrugada, mientras las familias que aun habitan detrás de la planta de Ecolimpio dormían como si nada.

“Unos patrulleros, que acostumbraban a hacer rondines en los antros de por aquí, vieron la lumbre y le preguntaron al velador de Ecolimpio que qué onda, que qué pasaba y él les dijo ‘no nada, todo tranquilo’. Los policías le preguntaron ‘¿y eso?’, ahí tenía toda la lumbre… La patrulla nos dio aviso de las llamas, nosotros nos salimos y agarramos monte. Sería como la 1:00 de la madrugada, después nos llevaron a la presidencia de Arteaga”.

Los residentes de la carretera recuerdan que en otro de los siniestros, la gente de Ecolimpio intervino para bloquear la entrada de los bomberos hacia la empresa para sofocar la lumbre. Y que en otra conflagración, la columna de humo negro y fuego alcanzó unos 50 metros de altura, haciéndose visible a varios kilómetros de distancia en la mancha urbana de Saltillo.



La misma vecina abona un detalle más al historial de Ecolimpio de México S.A. de C.V.:

“En el primer incendio, que fue el 20 de agosto de 2002, los niños se traumaron, ellos (ECOLIMPIO) lo que ofrecieron fue una piñatita para que se les olvidara el trauma, porque fue un incendio muy fuerte”.

Y revela:

“Seguido había incendios en la noche, pero los controlaban, hubo varios fuertes… Cada cosa que pasaba era para que las autoridades les quitaran permisos, pensábamos que ya se iban a ir y no, se establecieron mejor”.

Calderón Domínguez, el gerente de operaciones de Ecolimpio, se defiende:

“¡No, no, no! Tuvimos dos conatos de incendio y aquí mismo se controlaron, con nuestra brigada, con los equipos que tenemos, pero se magnificó, se armó como que un caos orquestado”.

“SOMOS BUENOS”, DICE ECOLIMPIO

Las familias de El Llano habían acusado a la empresa de haber provocado daños al subsuelo y a sus viviendas, como resultado del derrame de sustancias tóxicas.

“Los vecinos dijeron, cuando los incendios, que ellos se asomaban a Ecolimpio y veían cómo dejaban los residuos, los lodos, en el suelo natural para que se infiltraran. Durante mucho tiempo, ilegalmente, contaminaron el subsuelo, que es federal, y eso es una violación, es como si los estuvieras echando a un río.

“Ecolimpio es una empresa que a simple vista se nota que no es eficiente”, apunta Juan Carlos Loyola Licea, uno de los ecologistas que vivió de cerca el asunto de la tratadora, que recibe mensualmente cerca de cinco mil toneladas de lodos y soluciones gastadas industriales, procedentes de 22 centros de acopio de residuos peligrosos en todo el país. Entrevistado desde su oficina móvil en la planta Javier Calderón revira:

“Si bien es cierto que ninguna de las autorizaciones que tengo me exige un laboratorio donde valide lo que estoy haciendo, hemos hecho esfuerzos para comprar equipos de laboratorio importantes que nos permiten certificar lo que estamos recibiendo, así como el material tratado que sacamos”. Y agrega que en una ocasión él mismo invitó a los lugareños de la carretera para que conocieran la planta.

‘“Vengan, conózcanme, este tipo de empresas somos los buenos de la película, no los malos, conozcan lo que yo hago y se van a sorprender’, se les quitó la psicosis”. narra.

Pero la montaña de desechos que todavía se aprecia desde la carretera (y a la que la gente de aquí llama “La Cagada”), les dio mala espina a los vecinos y ambientalistas, quienes llegaron a dudar sobre el destino que Ecolimpio daba a la basura tóxica que recibía de sus clientes industriales.

“Yo entré al día siguiente del último incendio, estuve ahí. Era un cochinero, simplemente un cochinero, un predio en donde amontonaban y formaban montañas de residuos, una sobre otra. No era una instalación, una verdadera planta tratadora de residuos, no había ninguna metodología, ni equipos específicos”, detalla Carlos Álvarez Flores, ambientalista con más de 30 años de experiencia.

Javier Calderón aclara que sus tecnologías para el tratamiento de residuos industriales peligrosos, están basadas en el uso de materiales 100 por ciento biodegradables, que funcionan a través de procesos físico químicos, en los que las sustancias tóxicas se vuelen inertes.

Tales tecnologías, asegura, fueron desarrolladas mediante convenios de Ecolimpio con instituciones de investigación acreditadas como la Universidad Antonio Narro, el Tecnológico de Saltillo, la Universidad de Coahuila, la UTC y la Universidad de la Mar, en Texas.

“Tenemos una infraestructura preparada ex profeso para ello, con planchas de concreto con liners en la parte de abajo, de 15 centímetros, de 300 kilogramos sobre centímetro cuadrado, con mallas electrosoldadas y perfectamente selladas para no tener filtraciones…”.



“En el área de líquidos tengo seis tanques de almacenamiento, son tanques de 65 mil litros de capacidad, tengo capacidad de almacenamiento de 500 mil litros y luego entra en automático el proceso de tratamiento”.

“¿Y éstas montañas?”, pregunta el reportero a Javier Calderón, que ha accedido, sin problema, mostrar a SEMANARIO toda la planta desde adentro en una especie como de visita guiada:

“El lodo, éste, yo lo trato y lo convierto en un residuo no peligroso y ya una vez que es un residuo inerte, una tierra, como la que está aquí enfrente, (señala la montaña que se ve desde la carretera), lo mandamos a un confinamiento de residuos industriales no peligrosos”, “¿a dónde?”, interroga el reportero, “al confinamiento Guadalupe Jiménez”, versión que después confirma a SEMANARIO Jorge Eduardo Dávila Sánchez, gerente de tráfico de dicho confinamiento.

ARROJARON LOS DESECHOS EN ARTEAGA SIN SANCIÓN

Hace dos años cundió en la carretera la versión de que los desechos generados por Ecolimpio, como resultado de sus procesos de tratamiento, eran echados, sin control alguno y violando la legislación ambiental, al basurero municipal de Arteaga.

José Luis Flores, director de Ecología de aquel municipio lo confirma:

“En administraciones pasadas, probablemente por desconocimiento, estuvieron recibiendo esos residuos, mismos que están tapados con tierra para evitar que haya partículas volátiles. A partir de esta administración no se ha recibido nada”. Entrevistada sobre el tema, Eglantina Canales Gutiérrez, la nueva titular de la Secretaría del Medio Ambiente de Coahuila, aseveró que los deshechos generados por Ecolimpio, no son de peligrosidad.

Cuando SEMANARIO, solicitó a esta secretaría los resultados de los últimos análisis cretib, procedimiento establecido en Norma 052 de Semarnat y que determina las características de corrosividad, explosividad, toxicidad e inflamabilidad de los residuos industriales, la encargada de la Procuraduría del Medio Ambiente del Estado, Yazmín López Arizpe, respondió, que no contaban con tal información, asunto que por ley, sí es competencia de la SEMAC.

AUTORIZACIÓN ILEGAL

Los incendios y la fuga del famoso mercaptano, habían dado lugar a una serie de manifestaciones y protestas encendidas de los vecinos de la empresa tratadora de residuos industriales peligrosos, cuya hediondez persistía y persiste, sin que los autoridades ambientales, llámese Profepa, Semanrat, Semac, Protección Civil y la dirección de Ecología municipal de Arteaga, movieran o mueven un dedo. La exigencia de los colonos de la Buenos Aires, El Llano y la 4 de Octubre, hacia las autoridades en turno había sido la clausura y reubicación inmediata de la compañía, hacia un sitio alejado de los centros de población de Arteaga.

“Que buscaran una parte donde no dañaran el ambiente ni la salud de uno ni de los niños. El alcalde Santos Carmona, que estaba en ese entones, les dijo que les regalaba un pedazo al lado del tiradero de Arteaga para que se fueran y dijeron que no”.

Javier Calderón, radical en su postura de permanecer en el sitio, se sostiene:

“Para mí sería muy difícil decir ‘se tiene que ir’, para ellos yo creo que sería difícil decir ‘que se vayan las empresas’, porque me lo pueden decir a mí, pero se lo van a tener que decir a este señor de enfrente, (Leche Sello Rojo) y a los señores de la esquina y a los de las bodegas de aquel lado…¨, Carlos Álvarez Flores, el ambientalista que apoyó en algún tiempo la causa de los lugareños de la antigua a Arteaga, revela, en el caso de Ecolimpio una cadena de corrupción:

“Ecolimpio tiene un grave problema, no debe estar ubicado, pared con pared, con un asentamiento urbano. El presidente municipal de Arteaga, en su momento, le dio la autorización y después, la otra instancia (SEMARNAT), cometió el acto de darle la autorización federal indebidamente.




Los ambientalistas exponen que las montañas de lodo no pueden permanecer expuestas por mucho tiempo.

Una instalación de este tipo – advierte - debe estar ubicada en un parque industrial o en una zona donde no tenga, cuando menos a unos 200 ó 300 metros, ningún asentamiento urbano. “La misma autorización, no solamente local sino federal, está contraviniendo lo que significan los impactos ambientales de una instalación como ésta..

“¿Qué tan poderoso es el señor Calvert (el propietario de Ecolimpio) que nadie, ya no digamos las autoridades estatales, sino las federales, lo han podido mover?, esa es la pregunta”.

SEMANARIO entrevistó a Marcelo Máynez Alemán, delegado de Semarnat federal en Coahuila, sobre el presunto tráfico de influencias en la instalación de la planta Ecolimpio, a lo que el funcionario respondió:

“Se les dan las autorizaciones a les empresas porque demuestran, de cierta manera, que van a hacer las cosas adecuadamente, que no va a haber ningún problema…”.

PROFEPA Y SEMARNAT, CÓMPLICES

En las fotografías de la época, publicadas por la prensa local, se ve a grupos, más bien reducidos, de vecinos mostrando cartulinas con leyendas como ésta: “Ya basta de echarse la pelota, queremos la reubicación de Ecosucio”.

“Se echaban la pelotita, íbamos al municipio y del municipio nos mandaban a SEMARNAT y de SEMARNAT a Profepa y de Profepa nos regresaban al municipio. Así nos traían siempre”, platica otro de los miembros de la familia que vive en El Llano, justo detrás de la peste de la planta.

Para entonces los vecinos de la carretera habían formalizado una serie de quejas y denuncias ante las autoridades de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente, quienes sólo ordenaron algunas cortas clausuras temporales de la empresa, en contra de cual existen abiertos 10 procedimientos administrativos, pero de su reubicación nada.

El tufo a corrupción es tanta que hay quienes se han atrevido a afirmar que en la delegación estatal de la Profepa, algo huele mal:

“La Procuraduría Federal de Protección al Ambiente demuestra, en este caso, que no sirve para nada, así ponle, ‘la Profepa no sirve…’, está podrida, desde abajo, hasta arriba”, declara Carlos Álvarez Flores, el ambientalista que apoyó a los vecinos de la carretera y quien en 2006 colocó una denuncia popular en contra de Ecolimpio ante esta dependencia, de la cual, asegura, no ha tenido respuesta convincente.

Cuestionado sobre el por qué Ecolimpio, con todo lo que ha pasado, sigue operando en el mismo lugar, Apolonio Armenta Parga, encargado del despacho de la Profepa, respondió:

“Este… son… tiempos. Hoy me toca estar aquí y le estamos dando seguimiento…”.

El mismo Álvarez Flores asegura que días después de haber presentado su denuncia ante Profepa fue amenazado por Daniel Calvert Martínez, uno de los socios de Ecolimpio e hijo de Daniel Calvert Ramírez, propietario de la empresa y actual presidente de Canacintra Coahuila:

“Me buscó para reclamarme dice ‘oiga usted se está metiendo en problemas, porque me está afectando mi negocio’, ‘no - le dije - , el que va a terminar un día muriéndose adentro de su negocio eres tú, te va a tocar el incendio. Al contrario te estoy ayudando para que corrijas y te muevas de ahí. “Lo que tienes qué hacer es buscar un sitio que realmente cumpla con las condiciones de un centro de acopio y tratamiento de residuos peligrosos allá retirado; dos, debes tener tus fosas o equipos específicos para el tratamiento de cada uno de los residuos que manejas. O sea le tienes que gastar al asunto, invertirle dinero’”.

Una mañana salió directo de la carretera una misiva de los vecinos dirigida a la oficina de la Presidencia de la República, en la que los afectados por la peste y los polvos de Ecolimpio suplicaban al entonces mandatario Vicente Fox tomara cartas en el asunto de la tratadora.

En su respuesta el ejecutivo instruía a la Profepa a actuar en consecuencia en el tema de la planta de residuos industriales peligrosos. La empresa nunca fue removida de la carretera.

Lo que a los lugareños de la carretera no les cabe en la cabeza es cómo la SEMARNAT demostró no tener las agallas suficientes para clausurar definitivamente las operaciones de esta empresa, después que se incendio varias veces y, sobre todo, cuando una de las condicionantes de la autorización que le entregó SEMARNAT a Ecolimpio estipulaba que:

“La presentación de quejas contra la empresa en forma reiterada y justificada o la ocurrencia de eventos que pongan en peligro la vida humana o que ocasionen daños al ambiente o a los bienes particulares o nacionales, es causa suficiente para la cancelación de la presente autorización”. Cuando SEMANARIO le p reguntó a Marcelo Máynez Alemán, delegado de Semarnat federal en Coahuila, la cusa de que la secretaría no haya actuado en contra de Ecolimpio aventó la pelotita:

“Esa autorización se la dieron hace varios años y en la ciudad de México, yo delegado no doy esa autorización a las empresas, todo lo que es de residuos peligrosos la Dirección General de Sustancias”, “¿de quién depende?”, inquirió el reportero, “de Semarnat, pero en oficinas centrales”, se deslindó el delegado.

BLINDAN INSTALACIONES

La disputa entre los vecinos de la carretera y los directivos de Ecolimpio se había tornado virulenta, al grado de que le empresa acusó a la inconformes de haber provocado los incendios dentro de la planta.

“Fue en el área de la basura, de la madera, el tiempo estaba como ahorita, húmedo y hay muchos indicios de que eso fue algo más bien provocado, que por razones internas”, revienta Javier Calderón, el gerente operativo de Ecolimpio y alude a un informe pericial de la entonces Procuraduría General de Justicia del Estado que avala sus dichos y del que mostró documentos. Desde entonces los directivos de Ecolimpio decidieron colgar 10 cámaras de video a lo largo de barda perimetral de la planta, una de ellas apuntando hacia afuera, para monitorear, desde el celular mismo de Calderón, minuto por minuto, todo lo que ocurre en el interior y exterior de la empresa.

LIDERESAS EN TODAS PARTES

En medio de la batalla por conseguir la reubicación de Ecolimpio, y que obligó a los vecinos afectados a tomar varias veces la carretera antigua a Arteaga con el cruce del Libramiento José López Portillo, hoy Óscar Flores Tapia, la gente empezó a maliciar que algunas mujeres del sector se habían vendido con la empresa a cambio de calmar a los inconformes con los olores y enfriar las revueltas.

Las leyendas urbanas hablan particularmente de dos vecinas lideresas de la Buenos Aires y la 4 de Octubre a quienes la firma, presuntamente, favoreció con pintura y pipas de agua para sus colonias.




Instalaciones anteriores de ECOLIMPIO en la colonia Rancho de Peña. Nadie se explica cómo estaban tan cerca de las casas.

“No oiga, ya no quiero salir, no, no, no, no me saque, porque de veras, yo ya no quiero… Es que mire, se mete uno y luego después uno hasta sale… aquí con la misma gente de la colonia, porque luego dicen que a uno lo tienen comprado y que la fregada, no, no, no… ¿Por qué cree que yo ya no le moví?, vayan a la fregada”, estalla una ex dirigente de la Privada 4 de de Octubre, reacia a tomarse fotografías y sobre la cual aun pesa el estigma de haber sido sobornada por Ecolimpio, compañía que en 2007 obtuvo la certificación ISO 14000 por sus procesos de calidad.

“¿Por qué?, ¿qué dicen de usted?”, pregunta el reportero, “que me daban un sueldo en Ecolimpio…”. Esta mujer, de grueso cuerpo y rubia cabellera cuenta que la peste de la tratadora es tanta que varias familias de la Privada han preferido mudarse de ahí debido a los padecimientos respiratorios crónicos que a últimas fechas comenzaron a presentar los niños del sector.

“Lo mismo de siempre, dolores de cabeza, mucha tos, pero el que era de Protección Civil de Arteaga (Víctor Hugo Martínez Hernández), hasta una vez nos corrió, prácticamente. Dijo que le habláramos cuando hubiera personas muertas, que si no para qué, que si nomás porque olía mucho… Pa qué le mueve uno”, remata.

¿MUERTE LENTA PARA LOS HABITANTES?

El ambientalista Carlos Álvarez Flores, advierte sobre la amenaza que representa para estos colonos tener de vecina a una empresa como Ecolimpio. Entre otros riesgos señala la posibilidad de que los afectados enfermen de cáncer en alguna etapa de su vida, debido a la inhalación prolongada de los gases tóxicos que se desprenden los residuos peligrosos que llegan a la planta,

“Tú no puedes estar respirando todos los días hidrocarburos. Los residuos peligrosos que maneja Ecolimpio son, entre otros, aceites derivados del petróleo. No puedes como ser humano estar respirando diariamente eso, tienes una afectación directa al sistema nervioso central y también te genera leucemias, o sea cáncer en la sangre. Acuérdate que los aceites minerales, derivados del petróleo, tienen metales pesados y estas personas han sido dañadas en su salud desde que Ecolimpio empezó a funcionar.

“Imagínate en los incendios todos los gases que se han generado, me refiero a unos gases muy tóxicos, que se llaman dioxinas y furanos y que pueden causar daños a la salud, como cáncer de piel, de boca, de nariz; te afectan el sistema inmunológico y te provocan daños en el sistema reproductivo, o sea que te pueden dejar estéril…”.

La Agencia para Sustancias Tóxicas y el Registro de Enfermedades, con sede en Atlanta, U.S.A., reporta en su página de internet http://www.atsdr. cdc.gov/es/, diversos daños al organismo, derivados de la exposición prolongada del ser humano a los hidrocarburos, químicos entre los cuales se encuentran cientos de sustancias tóxicas. Respecto de las dioxinas y furanos, la OMS los ha clasificado como un carcinógeno humano conocido, lo mismo que la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC por sus siglas en inglés).

En la Buenos Aires sus pobladores aseguran que en alguna época del conflicto las autoridades de Arteaga les asignaron un médico de la villa apellidado Ochoa, para que los revisara y diera un dictamen sobre el estado de salud provocado por los pestes de la empresa tratadora de residuos industriales peligrosos, pero el médico, afirman, también se vendió.

“Ecolimpio fue y compró al doctor…fueron a ver los resultados de las consultas que nos había hecho. Luego el doctor vino y nos dijo que no teníamos nada, que nada nos hacía daño, pa mi que le estaban dando un billete”, dice otra vecina de la Privada.

SEMANARIO buscó al único médico en todo Arteaga apellidado Ochoa, para cuestionarlo sobre esta versión. El doctor, quien tiene su consultorio a un lado de la funeraria del pueblo, negó siquiera conocer algún vecino de la Buenos Aires y mucho menos haber tenido trato con la gente de Ecolimpio. “No, conmigo viene mucha gente de la sierra, igual tú, si se te ofrece algo ya sabes”, respondió.

LUCHA AISLADA

Una ama de casa de la Buenos Aires, confirma cómo los directivos de Ecolimpio quisieron comprar las consciencias y apaciguar los ánimos de los vecinos perjudicados por los malos olores que despedía y despide la planta.

“Nos ofrecían el tesoro, que para no denunciarlos, no sé por qué ellos compran a la gente con despensa y con fiestas… que fiestas en Navidad, que la primer posada y que ´vamos a darles esto y que lo otro´.

“¿Quién les ofreció?”, pregunta el reportero “Javier el encargado nos prometía eso y nos decía que no anduviéramos moviendo para acá y para allá..

Como uno o dos años vinieron, les hicieron una posada a los niños… porque antes había muchos niños, niños malos de la vista, del pulmón, del pecho que se han ido yendo de aquí porque les estaban perjudicando la salud”, responde la mujer.

Lo que a algunos vecinos se les hace raro es cómo los medios de comunicación local dieron tan poca cobertura al caso de Ecolimpio e ignoraron el llamado de los grupos inconformes en la época en el asunto se puso caliente.

“Nunca vinieron, siempre les dieron… no sé si moche o cómo se le llame, todos los medios nos voltearon la cara”, reprocha una madre de familia de El Llano.

Por eso es que la gente se quedó callada y hasta se encorajina cuando un reportero va y les mueve el tapete con el asunto de la apestosa Ecolimpio. A fin de cuentas el problema de la peste, los cerros con tambos de residuos tóxicos y la montaña de basura a la intemperie sigue.

Gerardo C.C. es un ex empleado de Ecolimpio a quien el pesado olor a residuos tóxicos lo hizo renunciar a los dos días de haber entrado a trabajar a esta planta como montacarguista, responsable de vaciar los tambos con material peligrosos a las tolvas para su tratamiento.

En la empresa le habían dado un delgado overol blanco, casco y zapatos de seguridad. “No se aguantaba el olor”, suelta.

Juan Carlos Loyola Licea, ecologista y miembro del Colegio de Biólogos de Saltillo, advierte la necesidad de que exista este tipo de empresas, pero “Tiene que operar bien y reinvertir en cuestiones ambientales y sociales. No son de beneficencia, están para hacer dinero, pero no se va a privilegiar tanto la ganancia hasta el punto de que se dañe la salud de la gente y el medio…”.

A este respecto Javier Calderón presume que recientemente Ecolimpio pagó la tesis doctoral de un alumno del Cinvestav que desarrolló un proyecto sobre el aprovechamiento de los residuos tratados que genera la planta y su transformación en blocks para construcción, teja y banquetas; que Ecolimpio mantiene becado a un estudiante de la Facultad de Ciencias Químicas de San Luis Potosí; que en sus instalaciones recibe a practicantes y alumnos de todas las universidades y que, por si fuera poco, la empresa es patrocinadora de la carrerea de técnico ambiental de la UTC.

PROMETEN REUBICARSE…¡EN CUATRO AÑOS!

Hace un año, una inmobiliaria local comenzó la construcción de un complejo habitacional a orillas de la antigua a Arteaga, justo al lado de la empresa Ecolimpio, en el que, al parecer, se proyecta la edificación de unas 600 viviendas de interés social.

A los vecinos de la carretera, sobre la cual años más tarde se había instalado la pasteurizadora de leche Sello Rojo, les hizo gracia: “van a irse”, pensaron. Hoy parece que el proyecto se paró.



Este tipo de empresas son necesarias, sólo que en un punto donde no se dañe a la gente, advierten especialistas.

Por su parte Javier Calderón, el gerente operativo de Ecolimpio, anunció que por razones de crecimiento, la empresa que iniciará un proceso de automatización de su tecnología y un proyecto de confinamiento de residuos de manejo especial, tiene planeado reubicarse en un predio de General Cepeda a unos 70 kilómetros de Saltillo, sólo que esto será hasta dentro de tres o cuatro años más.

“No está tan fácil que de un día para otro voy y me cambio”, advirtió Calderón Domínguez. Pero a los lugareños de la carretera, penetrados ya del tufo a desconfianza, revuelto con basura podrida y drenaje, ya no les doran la píldora.

“Uh, tienen diciendo cinco años que se van y nada, nosotros teníamos la esperanza de que habiendo más casas se fueran”. “¿Sigue oliendo como antes?”, pregunta el reportero a una vecina del lugar, “sí, ahorita lo que se viene mucho es un olor a drenaje, a caño, a no sé qué”, atiza la mujer, quien se despide casi en el acto y para guarecerse en su casa porque en el aire ya empieza a sentirse otra vez el peste a podrido.

Algo huele mal

En 2009, la entonces delegada de Profepa Silvia Garza Galván, destituyó a una abogada de nombre Olga Leticia Valdés, luego de descubrir que era quien daba los pitazos a Ecolimpio sobre la fecha y naturaleza de las inspecciones que realizaría esta Procuraduría en la tratadora. Se cree que en la actualidad Ecolimpio sigue recibiendo información confidencial desde adentro de esta dependencia.

No hay regulación

Paradójicamente, y para desgracia de los vecinos de El Llano, la Privada Buenos Aires y la 4 de Octubre, no existe ninguna norma ambiental
mexicana que regule los olores. Sin embargo la Secretaría de Salud está obligada a realizar estudios para descartar cualquier daño a la salud provocado por los pestes de Ecolimpio en los vecinos de estos sectores.

Opacidad en Profepa

SEMANARIO solicitó a la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente un informe detallado de las observaciones hechas a Ecolimpio durante las inspecciones realizadas de 2002 a 2006. El encargado de la dependencia Apolonio Armenta Parga se negó, alegando que era información reservada, cuando la Suprema Corte de Justicia de la Nación resolvió el año pasado (sobre el caso Peñoles) la elaboración de expedientes con ¨versión pública¨, a los que la comunidad en general debía tener acceso y en los que se podría incluir información en torno a resultados de auditorías ambientales, peritajes, etcétera.




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Es un hecho que la inmensidad de nuestros gobiernos sólo piensan en su beneficio y lucro propio durante los 4 años que acceden por turnos a parasitar al pueblo y, desde luego, una de sus últimas preocupaciones es la salud de la población. Si Vd. quiere tener alguna oportunidad de llegar a mayor medianamente saludable, más vale que se informe concienzudamente por su cuenta e investigue por su bien y el de sus hijos.

La aparentemente inocente industria cosmética al alcance de la mano de cualquiera está compuesta por todo tipo de elementos químicos perjudiciales que son admitidos sin ningún tipo de control de salud.

Especialmente a las mujeres, recordamos y recomendamos que se apliquen los menos posibles elementos químicos disfrazados tras la palabra cosméticos si en algo aprecian su salud y su vida.

El siguiente vídeo le ayudará a tomar de conciencia sobre este tema.



TRADUCIDO: