miércoles, 8 de febrero de 2012

LA UNIÓN EUROPEA RECONOCE LA PRESENCIA DE SUSTANCIAS FARMÁCÉUTICAS EN EL AGUA...


LA UNIÓN EUROPEA RECONOCE LA PRESENCIA DE SUSTANCIAS FARMÁCÉUTICAS EN EL AGUA de sus ríos, lagos y costas y propone “vigilarlas” y “controlarlas” a los “límites propuestos”





(Niños indios jugando en el contaminado río Ganges)

LA NOTICIA
LA CE PIDE EXTENDER A VARIOS FÁRMACOS LA LISTA DE QUÍMICOS CUYA PRESENCIA ES PELIGROSA EN AGUAS DE RÍO


Bruselas, 31 ene. (Europa Press)
La Comisión Europea ha propuesto este martes extender la lista de químicos que son vigilados y cuya presencia en aguas de ríos, lagos y aguas costeras comunitarias se somete a control porquepuede ser peligrosa, con el objetivo de incluir quince nuevas sustancias, entre ellas, por primera vez, varios productos farmacéuticos. Bruselas advierte de que no cuestiona el valor médico de los fármacos señalados, pero cree necesario vigilar suincidencia en el medio ambiente, atendiendo a informes científicos recientes.


En concreto, el Ejecutivo comunitario pide añadir al listado sustancias fitofarmacéuticas (aclonifén, bifenox, cipermetrina, dicofol, heptacloro y quinoxifeno), biocidas (cibutrina, diclorvós y terbutrina), industriales (ácido perfluorooctanosulfónico --PFOS-- y hexabromociclododecano --HBCDD--), derivados de la combustión(dioxina y policlorobifenilos (PCB) similares a las dioxinas), y farmacéuticas (17 alfa-etinilestradiol --EE2--, 17 beta-estradiol --E2-- y diclofenaco).


Lo que defiende Bruselas al proponer que se incluyan estas sustancias en el listado es que se obligue a la desaparición progresiva de los vertidos de estos productos en un plazo de veinte años.


"La contaminación del agua es una de las preocupaciones más frecuentes de los ciudadanos europeos. Las quince sustancias químicas adicionales deben ser vigiladas y controladas para asegurar que no plantean ningún riesgo para el medio ambiente o la salud pública", ha declarado en un comunicado el comisario de Medio Ambiente, Janez Potocnik.


Sobre la inclusión por primera vez de sustancias farmacéuticas, Bruselas quiere dejar claro que "no se cuestiona el valor médico" de los productos señalados, sino que se pretende "abordar los posibles efectos perjudiciales" de su presencia en el agua.


Las concentraciones superiores a los límites propuestos pueden afectar a la salud de los peces, por ejemplo al reducir su capacidad de reproducirse con éxito, además de dañar a otros organismos vivos, según dice la Comisión en un comunicado, en el que admiteque su "conciencia de la incidencia de las sustancias farmacéuticas en el medio ambiente ha aumentado considerablemente en los últimos años".


Fuente: Europa Press (31/01/2012)

LA REFLEXIÓN: SOBRE LA REALIDAD DE ESTE TIPO DE NOTICIAS



Una noticia que en principio podía ser buena (Bruselas oficialmente comenta que está al tanto de que hay sustancias farmacéuticas –entre otras—que están contaminando las aguas), y en qué poco queda cuando se lee atentamente, se analiza "lo que está ahí pero no se dice" y desbrozamos el posible grano de la mucha paja.

Con qué cuidado léxico se difunde este tipo de noticias. Una institución, que se supone grande y poderosa como para no dejarse influir ni presionar, que se supone que vela por sus ciudadanos y que tiene el poder de cambiar las cosas frente a cualquier interés económico y status quo de industrias como la farmacéutica, ni tan siquiera hace valer el "principio de precaución", que en estos casos ya no es tal: la incidencia negativa en la salud de los seres vivos, de las sustancias sintéticas vertidas sobre el medio ambiente, está más que probada. Sin embargo, de cara a contentar al ciudadano se sigue con la táctica de dar largas o posponiendo una y otra vez lo que debería ser una actuación urgente, real y contundente.

La salud de todos y la del planeta llevan acusando desde hace años esta situación. Sin embargo, en el texto se pueden leer frases del tipo: “no cuestiona”, “cree necesario vigilar”, “límites propuestos” (o sea, que las sustancias se están vertiendo fuera de los límites "permitidos"), “en un plazo de veinte años” (¡!).

¿Cómo es que la Unión Europea reconoce que hay “informes científicos recientes” sobre “su incidencia (evitan la palabra ‘negativa’) en el medio ambiente”, pero por otro lado habla de “posibles efectos perjudiciales" en el agua (¿en qué quedamos?) y de “límites propuestos”? (un tóxico es un tóxico, no puede haber límites ni márgenes).

Recordemos, aunque sea por egoísmo personal, que en el “medio ambiente” se encuentran seres vivos, entre ellos peces que luego llegan a nuestra mesa y nosotros ingerimos con mercurio, tóxicos de todo tipo y sí, sustancias farmacéuticas. Además, es el mismo agua (aunque para "depurarla" se le añadan más químicos) la utilizamos para beber, asearnos, hacer la comida, etc. Esto es algo que la Comisión Europea parece haber preferido obviar en la difusión de su noticia. ¿Para evitar que el ciudadano lo relacione en primera persona con un perjuicio personal para su salud y la de los suyos?.

El ser humano sólo es el final de la cadena alimenticia depredatoria de los seres vivos que ha funcionado desde que aparecimos en la tierra. Recordemos las máximas que a lo largo de siglos han perdurado en el subconsciente colectivo de la sapiencia popular, junto a nuestro instinto de supervivencia: “somos lo que comemos” (Hipócrates), “que la comida sea tu alimento y el alimento tu medicina” (Hipócrates), "Lo que tira del carro no es el caballo, sino la avena que come" (dicho popular ruso).

INFORMACIÓN RELACIONADA DE MI ESTRELLA DE MAR
-Guía para elegir tipo y cantidad de pescado a consumir (Gobierno de Aragón y Greenpeace-España, 2004)

-Pescado fluvial, marítimo, de piscifactoria y ecológico: clasificación según nivel de químicos, partes más tóxicas, empresas ecológicas CON descuento

-Pescado no ecológico

INFORMACIÓN COMPLEMENTARIA
-El mercurio y sus riesgos. El mercurio, un metal pesado que se acumula a lo largo de la cadena alimentaria, alcanza niveles máximos en pescados. Martha Catalina Rodríguez Montoya. Observatorio de la Seguridad Alimentaria. Universidad Autónoma de Barcelona (Consumer Eroski. 18/12/2003)

-El mercurio en sangre de los españoles es entre 6 y 10 veces superior a la alemanes y estadounidenses, según estudio (Ecoticias. 14/04/11)

-Este pez tiene mercurio (y usted): la contaminación del pescado cuestiona la recomendación de consumo regular. Compuestos cotidianos afectan al desarrollo cognitivo o al sistema reproductor (El País. 19/12/10). Nota: intervención del Dr. Nicolás Olea.

-¿Podemos fiarnos de lo que comemos? (El Escarabajo Verde. 24/03/11. clip avance. 04:05). Nota: intervención, entre otros expertos, del Dr. Nicolás Olea, investigador de la Universidad de Granada y pionero en los estudios dedicados a descubrir la presencia de contaminantes en el organismo.

-No había oro en el siluro del Ebro: los rumanos que iban a exportar el pez se arruinan al vetar Cataluña la pesca (El País. 10/05/10)

-La OCU recomienda no consumir panga y perca por tener restos de pesticidas y mercurio. (Terra. 4/03/10). Nota: el panga y la perca son pescados de agua dulce.

«El documento es una llamada de atención sobre la existencia de esta patología»

Dra. Amelia Rus García
«El documento es una llamada de atención sobre la existencia de esta patología»
Miembro del grupo redactor del documento de consenso sobre SQM






–¿Qué objetivo fundamental se ha propuesto este documento de consenso?

–El primero y fundamental es la definición de caso de sensibilidad química múltiple; es decir, que ante una persona que presenta estos signos y síntomas cabe la posibilidad de que tenga esta enfermedad. Este era el objetivo fundamental y, desde mi punto de vista, lo hemos conseguido.

–¿Qué aporta en cuanto al manejo terapéutico de estos pacientes?
Se ha considerado que el hecho de que no hayamos descrito con más especificidad el manejo terapéutico era una carencia del documento. Desde mi punto de vista no ha sido así. Lo que pasa es que la sensibilidad química es un síndrome muy complejo y, por tanto, no cabe a fecha de hoy un reduccionismo de café para todos. En este momento se pueden plantear, como queda muy bien recogido en el documento, unas opciones terapéuticas, entendiendo que los médicos, por encima de todo, lo primero que tenemos que hacer es aliviar a los afectados de cualquier enfermedad. Y sí se pueden hacer cosas que alivien, de hecho hay grupos de trabajo en España que lo están haciendo, pero no se puede decir hoy que hay un tratamiento con un medicamento o dos o tres que curen la sensibilidad química.

–¿Por qué la incidencia del SQM tiene un sesgo tan claro de género?
–Puede obedecer a dos causas posibles. Una es la complejidad hormonal que tiene la mujer. Y dado que la sensibilidad química es un ente de patología laboral, en la medida en que las mujeres han desempeñado tareas más relacionadas con químicos, por ejemplo la limpieza de empresas o fábricas, están más expuestas que los varones como grupo de población.

–¿Qué destacaría entre las recomendaciones del documento?

–Lo que queda condensado al final del documento es una llamada de atención sobre la existencia de esta patología, que debe estar presente incluso en la historia clínica de las personas en las que sospechemos esta afectación. Y por supuesto, que debe seguirse una línea de investigación en lo que se refiere a la etiopatogenia y al manejo terapéutico de la sensibilidad química múltiple. También que, sin duda, vamos a tener que tomar medidas de tipo preventivo que atañen a la salud pública en cuestión de sustancias químicas ambientales, plaguicidas, perfumes y cosméticos en general, aditivos, limpiadores y otras muchas sustancias que pueden estar interfiriendo y ser un factor causal. Además, por su complejidad, por afectar mayoritariamente a la mujer, podría darse lo que llamamos una herencia ambiental, que no genética; es decir, una afectación transgeneracional que merece su estudio. En este momento creo que es una prioridad fijarse en este tipo de enfermedades que tienen un componente transgeneracional.

–¿Queda mucho por conocer sobre esta enfermedad?

–Hay que seguir investigando para tratar de encajar todas las piezas, porque están los factores genéticos, los citocromos, los neurotransmisores cerebrales, y de hecho se han observado cambios en la SPECT de algunas personas afectadas... Todo ello forma un puzle de información sobre la que hay que seguir trabajando. Aporta mucho la línea de investigación básica, como se ha planteado en el documento de consenso y de hecho en el grupo había una persona de referencia que estaba aportando datos de toxicología. Y otro campo absolutamente imprescindible para seguir avanzando es el del manejo terapéutico. Sabemos que a algunas personas les alivian los complejos vitamínicos, sobre todo B1, B6, B9 y B12, el ácido fólico, o la vitamina D, que es interesante usarla en algunas mujeres porque mejoramos ciertos síntomas. Siempre hay que tener en cuenta la existencia de comorbilidad, y por tanto hay que trabajar sobre esas otras enfermedades. Pero lo cierto es que en muchísimos pacientes hay muchos otros síntomas que todavía no sabemos qué los producen y cómo aliviarlos. Por ello, debemos seguir trabajando en esa línea y por eso el documento de consenso no define un tratamiento específico.
http://www.sietediasmedicos.com/actualidad/en-portada/entrevistas/item/898-lel-documento-es-una-llamada-de-atencion-sobre-la-existencia-de-esta-patologiar-.html

Sensibilidad química múltiple: ¿víctimas del progreso?







La sensibilidad química múltiple no es fácil de describir por la persona afectada, ni tampoco para el médico resulta fácil de identificar. Todavía son pocos los países que reconocen como enfermedad este síndrome, que a la complejidad de su etiología y presentación añade un claro sesgo de género. El Ministerio de Sanidad acaba de elaborar un documento de consenso que recoge la evidencia científica sobre este tema.

Las sustancias de síntesis que la industria emplea en una multitud de productos están presentes en todos los ámbitos de nuestra vida, desde la ropa a los alimentos, en el hogar, en la calle o el lugar de trabajo. Se trata de un riesgo con el que no contaban las generaciones anteriores a nuestros abuelos. Una exposición de bajo nivel a los agentes químicos del entorno puede ser suficiente para sensibilizar a determinadas personas, en las que origina una enfermedad poco conocida hasta ahora: la sensibilidad química múltiple.

Se trata de un síndrome cuya referencia en la literatura se remonta apenas unas pocas décadas atrás. Se describió por primera vez en 1950, pero no fue hasta 1987 cuando M. Cullen lo denominó sensibilidad química múltiple, o SQM, aunque el autor utilizó inicialmente el plural (en inglés Multiple Chemical Sensitivities, o MCS) para acentuar la complejidad de su etiología y manifestaciones clínicas. En la actualidad, el uso de este término en singular ha prevalecido sobre otras denominaciones.

La SQM es objeto de estudio y debate en la comunidad científica ya que aún se desconocen sus bases fisiopatológicas y los síntomas son muy variados, con diversos mecanismos de toxicidad e implicación de múltiples sistemas y órganos. No se han descubierto biomarcadores para el diagnóstico y todavía no se ha desarrollado un tratamiento específico, sino que se utilizan diferentes recursos para el control de los síntomas, pero a pesar de estas lagunas, las personas afectadas reclaman un protocolo de atención y el reconocimiento de la enfermedad, que por ahora solo se produce en un escaso número de países.

En 1999, un grupo de expertos clínicos e investigadores con experiencia en la sensibilidad química múltiple suscribieron en Estados Unidos un consenso internacional sobre este síndrome (http://www.mcs-america.org/mcsconsensus.pdf), que adquirió cierta notoriedad pública al verse afectados miles de veteranos de la primera Guerra del Golfo que estuvieron expuestos a la contaminación de los pozos de petróleo incendiados en Kuwait durante el conflicto. El petróleo y sus derivados pueden encontrarse entre los agentes causales de una enfermedad que no afecta sólo a unos miles de soldados veteranos, sino a millones de personas en todo el mundo, en su mayoría mujeres, que han desarrollado sensibilidad a una amplia variedad de sustancias. El documento de 1999 trató de establecer seis criterios básicos en la definición de SQM:

• Los síntomas son reproducibles con la exposición química repetida.

• La condición es crónica.

• Niveles bajos de exposición ocasionan manifestaciones del síndrome (dichos niveles son más bajos que los usuales o previamente tolerados).

• Los síntomas mejoran o se resuelven cuando los incitantes son eliminados.

• Las respuestas se presentan a múltiples sustancias sin relación química.

• Los síntomas implican múltiples sistemas orgánicos.

Clasificación

Por ahora, la Organización Mundial de la Salud no contempla la SQM como una entidad nosológica en la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE), y sólo algunos países han integrado el término sensibilidad química múltiple en un código preexistente, como Alemania y Austria, donde se contempla como «alergia no especificada», y Japón, que hace referencia genéricamente a «efectos tóxicos de sustancias no específicas». En 2003, las autoridades sanitarias de Australia constituyeron un grupo de expertos en la materia, en lo que ha sido un precedente de la iniciativa adoptada en España por el Ministerio de Sanidad para elaborar un documento de consenso sobre sensibilidad química múltiple que es pionero en Europa.

En febrero de 2010, a petición de una amplia representación de asociaciones de personas afectadas por sensibilidad química múltiple (SQM), el Ministerio de Sanidad decidió crear un grupo de trabajo que estudiara este problema de salud y su atención sanitaria. Dicho grupo estaba integrado por expertos de diferentes especialidades y fue coordinado desde el Observatorio de Salud de las Mujeres (OSM) de la Agencia de Calidad del Sistema Nacional de Salud, con participación de otros departamentos como Salud Pública, Sanidad Ambiental y Salud Laboral, Alta Inspección y Cartera de Servicios, la Agencia de Evaluación de Tecnologías Sanitarias del Instituto de Salud Carlos III, y representantes de la Sociedad Española de Medicina Familiar y Comunitaria y la Sociedad Española de Toxicología.

El resultado de este trabajo fue presentado el pasado 30 de noviembre y se puede consultar en su integridad en la página web del Ministerio de Sanidad, en el apartado del Plan de Calidad, dentro del espacio del Observatorio de Salud de las Mujeres.

El documento recoge la evidencia científica disponible hasta el momento y se justifica, como asegura el propio Ministerio de Sanidad, en «las lagunas existentes sobre las causas de la SQM, su origen y mecanismos de acción, lo que ha dificultado el desarrollo de una base clínica científica que permita su diagnóstico y tratamiento. Estas dificultades han motivado que las personas afectadas por SQM a menudo se enfrenten a situaciones en las que sus síntomas son confundidos, siendo derivadas a diferentes especialistas con el consecuente retraso en el diagnóstico, lo que unido a la no existencia, en la actualidad, de un tratamiento adecuado tiene consecuencias físicas, psicológicas y sociales tanto para las personas afectadas por SQM como para sus familias».

Aportar conocimiento

El objetivo es aportar un mayor conocimiento de la SQM para facilitar al personal sanitario la toma de decisiones sobre el diagnóstico, el abordaje terapéutico, la prevención y otros aspectos relacionados con la SQM, y avanzar en unas pautas comunes de actuación. El documento contribuirá a mejorar la atención integral y multidisciplinar a las personas afectadas por SQM, ayudará a la sensibilización de la sociedad sobre este problema y actuará como instrumento de mejora de la información, calidad y equidad en la atención de las personas afectadas, por lo que se encuadra en el Plan de Calidad para el SNS.

El documento se estructura en tres partes que recogen la descripción metodológica, el análisis de las características de este síndrome en aspectos como los síntomas, etiopatogenia, comportamiento, epidemiología, manifestaciones y abordaje clínico y terapéutico, y un amplio apartado de conclusiones consensuadas por el grupo de expertos respecto al diagnóstico, tratamiento e investigación, así como las recomendaciones dirigidas a la formación de profesionales en esta materia, acceso a información sanitaria de calidad sobre la enfermedad y coordinación multisectorial.

Los expertos consideran que la medida más eficaz es evitar la exposición a las sustancias o situaciones que se identifican como desencadenantes del cuadro clínico, y dado que no existe por ahora un tratamiento curativo, las intervenciones terapéuticas deben estar dirigidas a controlar los síntomas y mejorar la calidad de vida. En cuanto a la atención sanitaria de estos pacientes, el documento recomienda un manejo terapéutico multidisciplinar e insiste en la importancia que tiene que el personal de medicina, enfermería, trabajo social y el resto de los servicios sanitarios (auxiliares, personal de limpieza, etc.) conozca las características especiales que exige el manejo de pacientes con SQM y su entorno, y con este fin también ofrece un algoritmo de actuación sanitaria. Entre otros aspectos, se recomienda facilitar al paciente un informe médico o documento sanitario que recoja el diagnóstico de SQM, y que dicho diagnóstico figure claramente visible en la historia clínica.





Documento de consenso sobre SQM

1. Definición de caso

1.1 Persona que con la exposición a agentes químicos ambientales diversos a bajos niveles* presenta síntomas reproducibles y recurrentes que implican a varios órganos y sistemas, pudiendo mejorar su estado cuando los supuestos agentes causantes son eliminados o se evita la exposición a ellos.

*A concentraciones menores de las que se consideran capaces de causar efectos adversos a la población general.

2. Criterios diagnósticos

2.1 La persona sufre síntomas recurrentes al exponerse a agentes químicos diversos a concentraciones menores de las que se consideran capaces de causar efectos adversos a la población general.

2.2 El síndrome SQM tiene un curso crónico.

2.3 Algunos síntomas pueden mejorar o desaparecen cuando cesa la exposición.

2.4 Los síntomas pueden aparecer con sustancias previamente bien toleradas.

2.5 Los síntomas son variables en cuanto a gravedad, frecuencia y duración.

2.6 Los síntomas no se limitan a un único órgano o sistema.

2.7 La disfunción orgánica puede ser objetivada en alguno/s de los siguientes sistemas: cardiovascular, endocrino, hepático, inmunológico, psicológico, neurocognitivo, neurológico, ginecológico, andrológico y en piel y mucosas.

2.8 La persona presenta dificultades para mantener los hábitos y actividades de la vida diaria y para acceder a los servicios sanitarios, así como una reducción de su calidad de vida.

2.9 Algunas personas afectadas de SQM pueden no tolerar bebidas alcohólicas y algunos medicamentos que previamente eran tolerados.




Síndrome de fatiga crónica: lista de síntomas del Dr. David S. Bell



La denominación “síndrome de fatiga crónica”(1) es inespecífica pero adecuada para una enfermedad entre cuyos muchos síntomas la fatiga y el agotamiento son los más llamativos y constantes. Sin embargo, la fatiga, que probablemente es el síntoma más extendido, es el más grave sólo en la mitad de los pacientes. Para los demás el síntoma más severo son las cefaleas, los dolores musculares, los dolores articulares, los trastornos de la visión, las perturbaciones emocionales, la pérdida de memoria, la confusión, el dolor en los ganglios linfáticos o el dolor abdominal. Cada síntoma por separado puede presentarse con mayor o menor intensidad, pero el cuadro conjunto permanece notablemente invariado. Estos síntomas pueden ser totalmente incapacitantes y persistir durante años, o pueden ser leves hasta el punto de significar tan sólo una molestia.

En general, el examen físico sólo pone de manifiesto ligeras anomalías, tales como inflamación de garganta o sensibilidad dolorosa de los músculos y ganglios linfáticos. Verdaderamente llama la atención que un paciente pueda encontrarse tan mal con un aspecto exterior relativamente bueno. Al igual que el examen físico, las evaluaciones usuales de laboratorio sólo descubren anomalías mínimas o ninguna. Hay pruebas complejas de laboratorio que pueden arrojar resultados anormales, pero son difíciles de interpretar para la mayoría de los médicos y apenas se les ha prestado atención. La conjunción de múltiples y fuertes padecimientos somáticos con sólo leves anomalías en el examen físico y en las pruebas usuales de laboratorio es la razón de que muchos médicos hayan desestimado esta enfermedad tildándola de hipocondría.

Hace medio siglo que la medicina insiste en distribuir las enfermedades en categorías según la naturaleza de los síntomas. Según eso, un especialista en las articulaciones vería el SFC como una forma de artritis, un psiquiatra la vería como una enfermedad mental y un alergólogo la vería como una manifestación de alergias. Resulta irónico que en esta época de especialización los médicos generales hayan sido el único grupo de médicos capaces de reconocer la multiplicidad de síntomas del SFC como un síndrome específico. Pero en nuestra era tecnológica es infrecuente que los especialistas escuchen a los generalistas.

Y los especialistas no han podido hacer grandes progresos en el estudio de esta enfermedad, primordialmente por la ausencia de “patología” en los órganos de su especialidad. Es decir, aunque los músculos duelan, las biopsias de músculo son normales o descubren sólo alteraciones mínimas. Aunque haya cefaleas, las tomografías cerebrales son normales. Los especialistas se interesan por las enfermedades que se originan en su área de especialidad. En estos tiempos de medicina de especialidades, un paciente del SFC podría consultar a una docena de especialistas diferentes sin que ninguno de ellos supiera dar con la causa de sus padecimientos. Cualquiera que sea la causa que produce los síntomas del SFC, cae fuera de las especialidades circunscritas. Estamos ante una enfermedad tan fundamental en su origen que afecta a todos los sistemas corporales y al mismo tiempo produce muy pocas lesiones.

A continuación se da una lista de los múltiples síntomas que aparecen en el SFC, con una estimación aproximada del porcentaje de pacientes que presentan cada síntoma. Los que ocasionan mayor sufrimiento a los pacientes van marcados con un asterisco (*).




Fatiga o agotamiento 95 % *
Dolor de cabeza 90 % *
Malestar general 80 % *
Pérdida de la memoria reciente 80 % *
Dolor muscular 75 % *
Dificultad para concentrarse 70 % *
Dolor en las articulaciones 65 % *
Depresión 65 % *
Dolor abdominal 60 % *
Dolor en los ganglios linfáticos 50 % *
Dolor de garganta 50 % *
Falta de sueño reparador 90 % *
Debilidad muscular 30 %
Sensación de sabor amargo o metálico 25 %
Trastornos del equilibrio 30 %
Diarrea 50 %
Estreñimiento 40 %
Meteorismo 60 %
Crisis de ansiedad 30 %
Dolor ocular 30 %
Irritación ocular 60 %
Visión borrosa 80 %
Visión doble 10 %
Sensibilidad a las luces intensas 80 %
Adormecimiento y/o hormigueo en las extremidades 60 %
Desmayos 40 %
Mareo 75 %
Vértigo 30 %
Torpeza 30 %
Insomnio 65 %
Fiebre o sensación de fiebre 85 %
Escalofríos 30 %
Sudores nocturnos 50 %
Aumento de peso 40 %
Alergias 60 %
Sensibilidad a sustancias químicas 25 %
Palpitaciones 55 %
Disnea 30 %
Ronchas y enrojecimiento en la cara y las mejillas 40 %
Hinchazón de las extremidades o de los párpados 20 %
Escozor al orinar 20 %
Disfunción sexual 20 %
Caída del cabello 20 %


Una lista de síntomas del SFC puede conducir a engaño, dado que a primera vista parece como si casi todos los síntomas posibles pudieran entrar en ella. Esta es otra razón de que muchos médicos no hayan aceptado la realidad del SFC: sencillamente hay demasiados síntomas. Pero el paciente que refiere estos síntomas no los enumera al azar, antes bien componen un cuadro de perfiles muy definidos que resulta casi idéntico de un paciente a otro. El cuadro sintomático es tan reproducible en los casos típicos que los pacientes saben diagnosticar el SFC en otros al instante.



1. En el texto original el autor no designa el síndrome de fatiga crónica con el nombre de CFS, acrónimo de chronic fatigue syndrome (“síndrome de fatiga crónica”), sino con el más específico, que algunos pacientes y médicos de habla inglesa prefieren, de CFIDS, acrónimo de chronic fatigue and immune dysfunction syndrome (“síndrome de fatiga crónica y disfunción inmunitaria”). Se ha juzgado oportuno mantener en la traducción el nombre más antiguo y difundido. (Nota de la traductora.)



(Del libro de David S. Bell, M.D., The Disease of a Thousand Names [Lyndonville, Pollard Publications, 1991]. Traducido y reproducido con permiso del autor. Traducción de María Luisa Balseiro.)

INGREDIENTES QUIMICOS TOXICOS en COMIDA de MCDONALDS


Este artículo presenta una muestra más de los venenos químicos que nos introducen las multinacionales alimentarias en sus productos, tanto a mayores como a niños, quizás esto nos ayude a comprender un poco mejor por qué cada día más personas se ven afectadas con todo tipo de enfermedades crónicas y mortales desde la infancia.

Adicionalmente, el vídeo final muestra la crueldad sin límites con la que operan las industrias ganaderas que soportan a estos mercados.

DESPERTARES



McDonalds ha cedido recientemente a las exigencias del consumidor para poner fin a la utilización de carne chatarra llamada ‘pink slime’ (baba rosa) recubierto con hidróxido de amonio en sus hamburguesas y sándwiches de pollo.


El hidróxido de amonio es una solución utilizada para matar bacterias, la cual algunos llaman “baba rosa”. La “baba rosa”se produce tratando deshechos de carnes con el producto químico, que de otra manera serían no comestibles.

El anuncio destaca el hecho de que hay muchos aditivos peligrosos para salud dentro del menú de McDonald y la razón por la que sus hamburguesas causan estragos en el cuerpo realmente tiene poco que ver con sus altos niveles de calorías y grasas. De hecho, McDonalds está totalmente encantada cuando los profesionales de la salud se olvidan de mencionar los ingredientes tóxicos ocultos en sus alimentos.

El cambio se hizo posible principalmente por Jamie Oliver, un reconocido chef que ha lanzado recientemente una campaña contra el gigante de comida rápida.

Tras una gran difusión del hecho de que McDonald estaba usando ‘Baba Rosa’ tratadas con hidróxido de amonio, los activistas de los alimentos comenzaron a tomar acción.

Sin embargo, el cambio no significa que las opciones de comida de McDonald’s son mucho mejores para usted — en realidad, todavía son muy perjudiciales para su salud. El mismo Oliver lo explica:


“Básicamente, estamos tomando un producto que se vende en la forma más barata para perros y después de este proceso se lo podemos dar a los seres humanos,” dijo el chef de la TV.
Una breve repaso a los aditivos de McDonalds

Este no es el único aditivo conocido en los alimentos de McDonald’s que han suscitado polémica. Anteriormente fue revelado que McNuggets de McDonald’s contienen un ingrediente igualmente inquietante, ayudando a establecer la reputación del peor alimento del planeta. Se podría pensar que los ingredientes para los nuggets de pollo consistiría en pan y pollo, quizás un poco de condimento para el sabor.

Pero ¡NO!. al contrario, los McNuggets contienen 7 ingredientes diferentes, muchos de los cuales contienen sub-ingredients. Entre estos se incluyen sustancias que conforman la ‘carne’ de los McNuggets. En lugar de utilizar carne real, la lista de ingredientes pasa por el fosfato de sodio, aceite de cártamo, almidón de trigo, dextrosa y una sustancia particularmente peligrosa conocido como extracto de levadura autolizada. El extracto de levadura autolizada es similar al glutamato Monosódico, un potenciador del sabor artificial que se ha vinculado a la obesidad y otras condiciones de salud.

Es más, los McNuggets contienen otra amplia lista de ingredientes amenazantes como el dimetilpolisiloxano, un tipo de silicona utilizado en implantes mamarios y plastilina.

El dimetilpolisiloxano es utilizado como un agente anti espumante en losnuggets.

Es evidente que incluso ignorando la “baba rosa” en los productos alimenticios de McDonalds, estos comidas sintéticas siguen siendo una amenaza muy real para su bienestar general.

Un vídeo sobre el sistema de ganadería que soporta McDonald. Si quieres hacerles un favor a tus hijos; no les regales un día de “Menú McDonald”:


Enviado por semillasysalud