martes, 27 de septiembre de 2011

NORMAS DE PROTECCIÓN SOLAR INFANTIL.

Evitar protectores solares y potenciar otras formas de protección, según un estudio publicado en la revista médica Pediatrics (julio 2011)


http://mi-estrella-de-mar.blogspot.com/2011/09/evitar-protectores-solares-en-ninos.html



Hace unos días, la conocida periodista Samanta Villar se acordaba de nuevo de nosotros, los afectados de sensibilidad química múltiple (SQM). El motivo: la lectura que había hecho en un periódico de un artículo de Josep Corbella basado en un estudio que había publicado la revista médica Pediatrics ("New insights about infant and toddler skin: implications for sun protection"), que había revelado el problema de los protectores solares (yo añadiría que de los "convencionales", o sea, los no-ecológicos 100%), en bebés y en niños. Una realidad que otras investigaciones recogen desde hace tiempo, pero para toda población, y que sería motivo de otro debate al de esta entrada (como lo sería la implicación del problema de la capa de ozono en la presencia actual, por recomendación dermatológica, de las cremas protectoras del sol para salir a la calle). El artículo que nos manda Samanta, además del estudio en que se basa, aporta la opinión de varios especialistas médicos en la materia. Merece la pena leerlo.

Samanta y su equipo conocieron la realidad de la SQM, a raíz delreportaje "Gente burbuja" que Cuatro TV y Tele7 emitieron en junio y en el participé como testimonio y autora de Mi Estrella de Mar, junto con otros compañeros. El éxito de audiencia sirvió para que mucha gente conociera la SQM y se interesara por entender nuestra realidad sin "reconocimiento oficial" y nuestro día a día, y además alguno pusiera nombre a lo que le había aquejado desde hace tiempo.

Los artículos basados en estudios como el que Samanta nos ha pasado; los reportajes de investigación como Homo Toxicus de TVE2 (por poner un ejemplo entre otros); y las llamadas de atención de diferentes organizaciones (a veces incluso humorísticas, como la campaña de Greenpeace de hace unos años, sobre la pérdida de capacidad reproductiva masculina), todo ello relaciona de continuo distintos problemas de salud, con el cóctel de químicos sintéticos cotidianos -sin control y comercializados a precio "irresistible"-, en que vivimos inmersos. Todo apunta claramente a que "algo pasa", independientemente de que el grueso de la ciencia oficial -aún los numerosos estudios que lo corroboran-, o siga sin querer comprometerse en su mayoría de forma clara, en la denuncia de la situación de enfermedad, o agravamiento de patologías, que esto esta conllevando; o aún la evidencia, no siempre resuelva las conclusiones finales de sus estudios con la contundencia que merecen, caso, en mi opinión, de las tibias y esquivas aportadas por la interesante investigación médica que nos ocupa.

En cualquier caso, la manifestación más evidente de relación causa-efecto de ese "algo que pasa", es la existencia de un colectivo de personas con algo llamado sensibilidad química múltiple. Pero el mundo incontroladamente químico en el que vivimos,como ha expuesto en numerosas ocasiones el investigador Miquel Porta, está pasando factura ya en forma de otras muchas otras enfermedades, trastornos, signos y agravamientos de otras, que aún la dificultad para la investigación y el ejercicio profesional independiente a intereses y presiones político-económicosdenunciados por profesionales como el Dr. Fernández-Solà, no pueden obviarse ya: diabetes de tipo 2 (1 - 2), trastorno infantil por déficit de atención con hiperactividad (TDAH), alergias, asma, ciertos tipos de cáncer como el de mama, Alzheimer, trastornos respiratorios, gastro-intestinales, problemas dérmicos... (y todo ello sin sumar a los problemas químicos, los producidos por los campos electromagnéticos. el más evidente de ellos, laelectrohipersensibilidad).

El artículo que me envió Samanta, es el que sigue:


ESTUDIOS SOBRE EL CUTIS DE LOS NIÑOS OBLIGAN A ACTUALIZAR LAS NORMAS DE PROTECCIÓN SOLAR


Cremas solares: No deben aplicarse antes de los 6 meses y hay que limitar su uso hasta los 2 años | Piel permeable: Algunos componentes de las cremas pueden pasar la piel del bebé y entrar en la sangre | Un cutis frágil: La piel de un niño pequeño es inmadura, delgada, permeable y vulnerable | Muchos padres vigilan que los niños se pongan crema pero olvidan otras medidas.

Salud | 12/08/2011
Josep Corbella. Barcelona
La piel de los niños pequeños no acaba de madurar como barrera protectora por lo menos hasta el tercer año de vida, según advierte un informe presentado en julio en la revista médica Pediatrics. Por ello, es menos impermeable y más vulnerable que la piel de los niños mayores o de los adultos.

Además, la piel tiene una importante función inmunitaria para luchar contra las infecciones y para eliminar las células precancerosas. Pero en niños pequeños la inmunidad de la piel aún no está bien desarrollada. Y en niños mayores la radiación ultravioleta del sol suprime esta acción inmunitaria, por lo que aumenta el riesgo de que las células precancerosas evolucionen años más tarde hacia un cáncer.

El informe, titulado "Nueva visión de la piel de los lactantes y niños pequeños: implicaciones para la protección solar" y firmado por dermatólogos de EE.UU., Reino Unido, Francia y Singapur, recuerda que la exposición al sol es necesaria para que el organismo produzca suficiente vitamina D para asegurar un crecimiento saludable. Pero alerta sobre el exceso de radiación solar en los primeros años de vida. Y enfatiza que hay que extremar las medidas de protección solar en los niños pequeños.

Las medidas más apropiadas en niños pequeños son llevar ropa incluso en la playa para proteger la piel de los rayos solares, utilizar gorro y evitar el sol a mediodía. En cambio, los autores del informe recomiendan evitar las cremas protectoras en menores de seis meses y limitarlas a casos en que no sea posible evitar la exposición directa y continuada al sol hasta los dos años.

"La piel de los niños menores de dos años, y sobre todo de los menores de un año, es muy distinta a la de una persona adulta", explica Susana Puig, dermatóloga especialista en melanoma del hospital Clínic. Al ser más permeable, "tiene más capacidad de absorber algunas moléculas de las cremas solares".

Por este motivo, se desaconseja el uso excesivo de cremas solares durante la primera infancia (especialmente si contienen oxibenzona, un fotoprotector químico con posibles efectos estrogénicos que en principio no debe encontrarse en las cremas infantiles).

La mayor permeabilidad de la piel durante la primera infancia explica también que los niños pequeños se deshidraten más fácilmente que los de más edad, un fenómeno que se ha demostrado en niños de hasta cuatro años. Por este motivo, se recomienda darles de beber y refrescarles con frecuencia cuando aprieta el calor, explica la doctora Susana Puig.

Una diferencia importante entre la piel de un lactante y la de un adulto es su grosor. La capa más externa de la epidermis, el estrato córneo, que es la primera barrera protectora frente a la radiación ultravioleta del sol y otras agresiones ambientales, es un 30% más delgada en los lactantes, advierte el informe de Pediatrics.

Una segunda diferencia importante es su composición. Si en los adultos la piel contiene aproximadamente la misma cantidad de proteínas que de grasas, en los lactantes contiene cuatro veces más proteínas. Y los niños pequeños tienen menos melanina protectoraque los mayores.

El informe de Pediatrics denuncia que la gran mayoría de los estudios sobre los efectos de la radiación solar en la piel se han centrado en adultos y reclama que próximos estudios investiguen mejor los efectos específicos del sol en la piel infantil.

Por ahora se ha demostrado que las alteraciones genéticas que el exceso de sol causa en la piel son distintas según la edad en que más se ha tomado el sol. Así, los melanomas derivados de un exceso de radiación en la etapa adulta suelen estar relacionados con un gen distinto llamado NRAS y diagnosticarse con una media de edad de 62 años. En cambio, los melanomas derivados de un exceso de radiación ultravioleta en la infancia suelen estar relacionados con un gen llamado BRAF y aparecen a edades más precoces. La media de edad en el momento del diagnóstico es de 47 años, aunque también se dan casos en adultos más jóvenes y en el hospital Clínic incluso se diagnosticó un melanoma relacionado con la exposición al sol en una persona pelirroja de 14 años.

Estos cánceres de piel se explican porque la radiación ultravioleta puede dañar el ADN de las células cutáneas. En una piel sana, las células con el ADN dañado son retiradas gracias a la acción inmunitaria de la propia piel. Pero en una piel agredida por el sol la acción inmunitaria no es tan eficaz. "Los niños pequeños son especialmente vulnerables a la acción del sol sobre la inmunidad de la piel", advierte Asunción Vicente, dermatóloga pediátrica del hospital Sant Joan de Déu. "Tienen una menor capacidad de respuesta al daño solar que los adultos. Por ello, la exposición excesiva al sol durante la infancia es el mayor factor de riesgo de sufrir cáncer de piel a lo largo de la vida". Pero añade que "no hay que obsesionarse; tomar un poco de sol es bueno para producir vitamina D, lo que es malo es el exceso".

Por la experiencia de Susana Puig en el Clínic y de Asunción Vicente en Sant Joan de Déu, en España las familias suelen estar concienciadas sobre el riesgo del exceso de sol en niños. Sin embargo, no aplican las medidas de protección más recomendables para los niños pequeños. "La protección se basa mucho en utilizar cremas solares y poco en ponerse una gorra, utilizar ropa y evitar exponerse al sol en las horas de más radiación", advierte Susana Puig.


El dato. Más quemaduras en adolescentes que en niños
En el hospital Sant Joan de Déu es mucho más habitual atender a adolescentes que a niños por quemaduras causadas por el sol, informa la dermatóloga pediátrica Asunción Vicente.

La concienciación de los padres por que sus hijos se pongan crema cuando están al sol ha hecho que las quemaduras sean hoy muy infrecuentes en niños. Al llegar a la adolescencia, algunos de ellos siguen aplicando las medidas de protección solar que les inculcaron desde la infancia. Pero otros dejan de aplicar medidas fotoprotectoras. "No hacer lo que tus padres siempre te han dicho que hicieras, en este caso con la crema solar, es un signo de rebeldía propio de la adolescencia", observa Asunción Vicente.


La mejor protección
Ropa. Pediatras y dermatólogos recomiendan que los niños,especialmente si son de piel clara, lleven ropa para evitar el contacto directo del sol. Tiendas de deporte ofrecen ropas especialmente diseñadas para desarrollar actividades acuáticas. En algunos casos incluso se señala el índice de protección solar de las prendas.
Gorro. La mejor manera de proteger la piel de la cara en niños pequeños. En niños que ya tienen edad para utilizar crema solar, así como en adolescentes y adultos, es un complemento recomendado para prevenir daños.
Hora. Se recomienda evitar la exposición al sol en las horas de máxima radiación, no sólo al ir a la playa, sino también en otras actividades al aire libre.
Gafas de sol. La radiación ultravioleta del sol puede dañar los ojos, además de la piel. El uso de gafas de sol con filtro ultravioleta previene daños.
Crema solar. Se ha convertido en un complemento imprescindible para disfrutar de actividades al aire libre, pero los dermatólogos advierten que no debe considerarse como la única medida de prevención.



Entrevista y exploración a paciente con fibromialgia



EHS y SQM. ¿DOS CARAS DE LA MISMA MONEDA?.

Congreso celebrado en Roma el 14 de junio de 2011 (reseña en español e inglés de Francesca Romana, vicepresidenta de AMICA)


El siguiente documento nos ofrece de forma breve y clara unresumen en español e inglés de las interesantes investigaciones expuestas por los ponentes del Congreso celebrado recientemente en Roma, en junio de este año de 2011, sobreelectrohipersensiblidad (EHS), y su relación con la sensibilidad química múltiple (SQM).

La reseña está realizada por Francesca Romana, vicepresidenta de la asociación italiana AMICA.

Agradecemos su envío a MI ESTRELLA DE MAR a Raquel Montero, vicepresidenta de la asociación SFC-Madrid (*) de síndrome de fatiga crónica (SFC) y sensibilidad química múltiple (SQM), afectada de SQM grave, y persona a la que tengo el placer de conocer de forma personal desde hace tiempo (al igual que a su presidenta, María Matallana, afectada de SFC)
(*) A pesar de ser una asociación llevaba por dos personas con un alto grado de nuestras patologías, la profesión que ambas realizaban antes de su enfermedad (una en el campo sanitario y otra como docente universitario), queda patente en la eficaz organización que han realizado alrededor de una serie de puntos y acertados servicios prácticos -legales, de salud, de apoyo físico...- para los asociados, que realmente son los que el afectado suele necesitar en su vida diaria, aparte del lógico asesoramiento en sus enfermedades. De estas prestaciones destaca la recomendación que hacen de servicios, tratamientos y profesionales probados por los socios y/o en condiciones ventajosas como la fisioterapia a domicilio o la osteopatía; la provisión de voluntarios para acompañamientos y gestiones administrativas; y la asesoría jurídica gratuita; aparte de otros servicios, que pueden verse pinchando aquí.

16.09.2011
Hipersensibilidad electromagnética y sensibilidad química múltiple: ¿dos caras de la misma moneda?
EHS-SQM / EHS-MCS. ¿Dos caras de la misma moneda?. Resumen español / inglés congreso AMICA (Roma. 14.06.11....

Por: Francesca Romana Orlando, periodista y vicepresidenta de A.M.I.C.A.

Varios expertos de diferentes países europeos coinciden en afirmar que la hipersensibilidad electromagnética es una enfermedad real, física, y para algunos de ellos esta condición parece estar estrictamente relacionada con la sensibilidad química múltiple (SQM). Esta es la conclusión del Congreso "Telefonía móvil, Wi-Fi, Wi-Max: ¿existen riesgos para la salud?", que se celebró en el Palacio Marini - Cámara de los Diputados, en Roma el 14 de junio de 2011.

El evento, organizado por la Asociación para el Medio Ambiente y el Daño Crónico Tóxico (A.M.I.C.A.), tuvo como objeto proporcionar una visión general sobre los peligros para la salud vinculados a la utilización de dispositivos inalámbricos.

El profesor Dominique Belpomme, oncólogo, profesor del hospital universitario pediátrico Necker, jefe de investigación de la lucha contra el cáncer (ARTAC), mostró en su conferencia "Protocolos diagnósticos y terapéuticos para la intolerancia a los campos electromagnéticos", los resultados de un estudio basado en la observación clínica de más de 450 pacientes registrados entre 2008 y 2011.

Él y su equipo utilizan una técnica nueva para diagnosticar a personas que refieren reacciones a los campos electromagnéticos, una condición que prefiere definir como "intolerancia a los campos electromagnéticos" o "síndrome de ICE" en lugar de "hipersensibilidad electromagnética".

La nueva técnica es el "Eco-Doppler pulsado" del cerebro, que combina el eco-doppler con un equipo para evaluar la perfusión cerebral. A diferencia de otros métodos, no es peligroso y no implica ninguna radiación ionizante.

Los resultados muestran que las personas con intolerancia a los campos electromagnéticos tienen una perfusión reducida en el cerebro, especialmente en la parte izquierda del área límbica del cerebro, en comparación con el grupo de control. Esta es un área muy particular, porque es la parte del cerebro más antigua en el control de muchas funciones corporales.

"Estos resultados son muy importantes”, comentó Belpomme en el Congreso, “porque por primera vez, somos capaces de definir la intolerancia a los campos electromagnéticos como una enfermedad física basándonos en pruebas objetivas".

Su equipo también utiliza otras pruebas, como la dosis de histamina, de proteína S100B y de shock por la proteína hsp70 y hsp27 en sangre.

El 70% del grupo de los pacientes observados mostró una severa disminución de los niveles de vitamina D, aproximadamente el 1-2% de los pacientes un aumento de las proteínas hsp27 y hsp70, mientras que más del 40% de la muestra tuvo una alta cifra de histamina, un hecho totalmente compatible con una interpretación fisiológica de este síndrome. En torno al 10% de los pacientes tuvo una alta cantidad de proteína S100B, que es un marcador de la permeabilidad de la barrera hemática cerebral (BBB). En la tercera parte de la muestra de pacientes, se observó una reducción de la melatonina en la orina, lo que puede explicar síntomas como la fatiga, el insomnio y la depresión en estos pacientes.

Estas alteraciones son bastante similares a las que se presentan en pacientes con sensibilidad química múltiple (SQM),particularmente en lo que se refiere a la reducción de la perfusión cerebral, la inflamación neurogénica, el aumento del estrés oxidativo y la reducción de los mecanismos de defensa.

El hecho de que los campos electromagnéticos (CEM) induzcan la apertura de la barrera hematoencefálica (BBB) puede interferir en la protección del cerebro frente a los productos químicos tóxicos. De hecho, no es infrecuente que los pacientes con síndrome de ICE tengan síntomas de SQM, mientras que muchos pacientes con SQM también reaccionan a los CEM.

El aumento del estrés oxidativo en pacientes electrosensibles fue identificado por la doctora Valeria Pacifico, que ofreció en Roma una conferencia sobre los "Desequilibrios de los biomarcadores metabólicos de óxido-reducción y la susceptibilidad a la radiación no ionizante". Ella trabaja en el equipo del Dr. Chiara De Luca en el laboratorio Experimental BILARA del Istituto Dermopatico de Immacolata en Roma, que ha publicado varias obras sobre el papel del estrés oxidativo en la sensibilidad ambiental [1, 2].

"Para hacer un diagnóstico de este síndrome es necesario escuchar primero a los pacientes y verificar si esos síntomas mejoran ó desaparecen al alejarse de las fuentes de radiación electromagnética”, explicó el profesor Belpomme. Para demostrar si los campos electromagnéticos son la causa real de las alteraciones encontradas en estos pacientes, los pacientes tuvieron que repetir las pruebas antes y después de un período de tres meses de alejamiento de las fuentes de radiación electromagnética. Los resultados muestran que después del período de evitación, los niveles tienden a normalizarse.

Dada la fuerte correlación encontrada por seis estudios epidemiológicos sobre la exposición a las radiaciones electromagnéticas y la enfermedad de Alzheimer, el prof. Belpomme cree que a todo paciente electrosensible con alteraciones de la memoria debe descartársele el padecimiento de la enfermedad de Alzheimer. Insiste en destacar el hecho de que el Alzheimer es una pérdida de memoria a largo plazo, mientras que el síndrome de intolerancia electromagnética a menudo implica la pérdida de memoria a corto plazo, pero este síntoma puede ser considerado como una condición pre-Alzheimer.

El profesor Olle Johansson, profesor asociado de la Unidad de Dermatología Experimental del Departamento de Neurociencias del Instituto Karolinska y profesor del Instituto Real de Tecnología de Estocolmo, conferenció en Roma sobre "El principio de precaución: de la Bioinititive al consenso de Seletun". Dedicó su conferencia a las personas afectadas por la intolerancia electromagnética y el síndrome de sensibilidad química múltiple porque "tienen una vida muy difícil".

Él es uno de los científicos más dedicados a la promoción de las nuevas directrices de seguridad basadas en la biología de los campos electromagnéticos. Acudió a Benevento para la resolución ICEMS en 2006, luego a Londres en 2007 para una nueva resolución, y también fue miembro del grupo de científicos independientes que publicó el famoso Informe BioInitiative en 2007, que tuvo un eco importante en la agenda política. De hecho, gracias a este informe el Parlamento Europeo firmó una resolución el 4 de septiembre de 2008, para exponer que los límites de seguridad actual para los campos electromagnéticos (CEM) están obsoletos y para advertir a los gobiernos de la UE sobre el incremento de nuevas enfermedades de origen ambiental como la intolerancia electromagnética (EHS), el síndrome de sensibilidad química múltiple (SQM) y el síndrome de las amalgamas dentales de mercurio.

Más recientemente, el prof. Johansson formó parte del grupo de científicos que elaboró el Consenso de Seletun, publicado en febrero pasado, con las revisiones sobre Salud Ambiental [3]. En él se indica que las normas actuales no protegen a la población mundial de los campos electromagnéticos y que éstos deben reducirse ya, en lugar de esperar a las evidencias definitivas de peligro. También establece que debería considerarse la incapacidad funcional a las personas que aquejan síntomas de electrosensibilidad.

En Suecia, por ejemplo, la EHS, la SQM o la fibromialgia ya están clasificadas como incapacidades laborales. Esto significa que las personas afectadas por estas condiciones no son consideradas enfermas, pero el ambiente les produce limitaciones, por lo que el ambiente tiene que ser cambiado. Este tipo de clasificación representa la concreción plena de la Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, firmado por los gobiernos el 30 de marzo de 2007.

Este convenio debería ser suficiente para obligar a todos los gobiernos a encontrar el emplazamiento adecuado y las mejores estrategias de bienestar para las personas con sensibilidad ambiental y poner fin a la discriminación.

[1] De Luca C. et al. Biological definition of multiple chemical sensitivity from redox state and cytokine profiling and not from polymorphisms of xenobiotic-metabolizing enzymes. Toxicology and Applied Pharmacology, YTAAP-11818; Nº. of pages: 8; 4C.
[2] De Luca C. et al. The Search for Reliable Biomarkers of Disease in Multiple Chemical Sensitivity and Other Environmental Intolerances. Int. J. Environ. Res. Public Health 2011, 8, 2770-2797; doi:10.3390/ijerph8072770.
[3] Fragopoulou A. et al. Scientific panel on electromagnetic field health risks: consensus points, recommendations and rationales. Rev Environ Health. 2010 Oct-Dec;25(4):307-17.