lunes, 30 de enero de 2012

Cerdanyola pide que Can Planes sea declarado suelo contaminado


El vertedero, que tenía que albergar 4.000 viviendas, acumula toneladas de residuos tóxicos

FERRAN BALSELLS Barcelona 27 ENE 2012 - 01:33 CET




Vertedero de Can Planas, en Cerdanyola. / MASSIMILIANO MINOCRI


El Ayuntamiento de Cerdanyola del Vallès reclamará a la Generalitat que declare contaminado el espacio afectado por el vertedero de Can Planas, terreno que acumula 330.000 metros cúbicos de residuos tóxicos y peligrosos. Así lo aprobó ayer por unanimidad el pleno municipal del Consistorio, gobernado por el PSC, concretando un giro insólito de los planes municipales: hace apenas un año, el Ayuntamiento pretendía construir 4.000 viviendas en la zona pero la presión de la plataforma ciudadana 'Cerdanyola sin vertederos' ha logrado que reclame ahora considerarla como área contaminada. Ello podría suspender los derechos de edificación de los terrenos y acarrear pérdidas económicas a los promotores del proyecto.

“Es lo justo para los ciudadanos”, celebró un portavoz de la plataforma. “Ha habido muchas presiones de los promotores pero construir allí es un riesgo enorme”, destacó. “Hemos recibido muchas presiones”, afirmó en este sentido el concejal del PP, Manuel Buenaño. “Estos días he estado por tirar el móvil”, señaló.

La petición municipal, que ahora deberá estimar la Agencia Catalana de Residuos, también permitirá que las empresas que se lucraron empleando la zona como vertedero asuman algún coste por la limpieza del terreno. “Es una vergüenza tener esto al lado de casa”, lamentó la concejal de ERC, Helena Solà. “El terreno no dispone de protección y los productos tóxicos siguen filtrándose al subsuelo”, precisó.


"Hemos recibido muchas presiones. He estado por tirar el móvil", destacó el concejal del PP

Los concejales del Ayuntamiento se deshicieron en aplausos para la plataforma ciudadana. Se trata, sin embargo, del mismo Consistorio que sacó adelante el proyecto para construir en esos terrenos pese a que varios estudios técnicos advertían de la peligrosidad de los residuos almacenados.

Can Planas es un depósito de 18 hectáreas de superficie y hasta 40 metros de profundidad que contiene 2,5 millones de metros cúbicos de tierra contaminada por residuos industriales, entre ellos cadmio, hidrocarburos y cromo. La antigua explotación de arcilla de la zona dejó un agujero cuyos dueños decidieron rentabilizar cobrando a las empresas que vertían allí todo tipo de residuos.

El suelo es venenoso e incluso tiene “riesgo de explosividad” en algunos puntos por las emanaciones de gases como el metano procedentes del medio millón de toneladas de residuos químicos peligrosos enterrados, según un estudio que la Generalitat encargó a la consultora medioambiental IDOM.

Algunos tóxicos comunes reducen la efectividad de las vacunas


Algunos químicos comunes en el medio ambiente y en productos usados en casa reducen la capacidad de inmunidad de niños, según en estudio
Por Leslie Wade
Jueves, 26 de enero de 2012 a las 10:25


El cuerpo puede perder tantos anticuerpos que le sea imposible evitar una infección (Getty Images).


Lo más importante
Algunas sustancias químicas que se encuentran comúnmente en el medio ambiente pueden reducir la efectividad de las vacunas infantiles, concluyó un estudio
Estos compuestos químicos se encuentran en artículos comunes como utensilios de cocina antiadherentes, empaques de comida rápida y otros productos
La respuesta inmunitaria a ciertas enfermedades se redujo a la mitad en niños con altos niveles de PFC


(CNN) — Algunas sustancias químicas presentes en el medio ambiente y posiblemente en tu hogar pueden reducir la efectividad de las vacunas infantiles, según un nuevo estudio publicado en la revista Journal of the American Medical Association.

Los científicos estudiaron específicamente a los compuestos perfluorados, (PFC por sus siglas en inglés), que se utilizan ampliamente en los productos comunes repelentes de agua, grasa y manchas. Los niños con niveles más altos de PFC en su cuerpo no obtienen la mejorprotección de sus vacunas, según el estudio.

“Las vacunaciones infantiles periódicas son un pilar de la prevención moderna de enfermedades. El impacto negativo de los PFC sobre las vacunas infantiles deberían verse como una amenaza potencial para la salud pública", dice el autor del estudio, el médico Philippe Grandjean, profesor adjunto de Salud Ambiental en la Escuela de Salud Pública de Harvard.


Los PFC se utilizan para fabricar artículos de cocina antiadherentes, ropa impermeable, empaques de comida rápida, alfombras y telas resistentes a las arrugas y muchos otros productos. Los químicos pueden entrar en la cadena alimenticia y en el agua potable y permanecer en nuestros cuerpos y en el medio ambiente durante años.

Grandjean y sus compañeros investigadores querían averiguar cómo afectaron los PFC al sistema inmunológico de los niños. Examinaron los registros de vacunación de 587 niños de una comunidad pesquera danesa donde es común la exposición a los compuestos por comer pescado.

Los pequeños recibieron vacunas de rutina para el tétanos y la difteria y a los 5 y 7 años les realizaron pruebas de niveles de anticuerpos, un indicador para ver qué tan bien combatía el sistema inmunitario a las enfermedades si resultaban infectados.

Descubrieron que los niños que tenían el doble de PFC en la sangre tenían la mitad de respuesta de los anticuerpos a ambas vacunas.

“Puedes perder una cierta cantidad (de capacidad de los anticuerpos), y entonces ya no tendrás los suficientes anticuerpos para prevenir la enfermedad si te infecta después”, explica Grandjean.

Debido a su alto consumo de pescado, los científicos asumieron que los niños daneses podrían tener mayores niveles de PFC en su cuerpo que los niños de otros lugares. Pero los niveles fueron los mismos o un poco menores que los que encontraron en niños estadounidenses. Los jóvenes en Estados Unidos tienen más probabilidad de estar expuestos a los compuestos PFC por el polvo de la casa que se junta cerca de las alfombras o por los muebles que se cuidan con químicos.

“Fue muy sorprendente para nosotros que los niños son vulnerables a este tipo de efectos y ahora nos preocupamos por que también puedan influir en otros aspectos del sistema inmunitario y en otras vacunas”, explica Grandjean.

Los científicos todavía no saben en este momento cómo afectan los químicos a los humanos, pero en estudios con animales de laboratorio y en la vida silvestre son preocupantes. De acuerdo con la EPA, “los estudios con animales nos muestran que algunos PFC se relacionan con una variedad de efectos que incluyen el cáncer, toxicidad hepática, la respuesta del sistema inmune, y afecta el desarrollo. Se desconoce si estos mismos efectos podrían ocurrir en los humanos, aunque sabemos que muchos PFC permanecen en el cuerpo humano durante mucho tiempo”.