martes, 6 de marzo de 2012

CAUSAS DE LA RESISTENCIA AL SENTIDO COMÚN Y A LA EVIDENCIA EN SENSIBILIDAD QUÍMICA MÚLTIPLE


Intervención de María José Moya Villén
Autora de MI ESTRELLA DE MAR.
Acto de presentación de la Asociación Alicantina para el Estudio de las Intolerancias Alimentarias y Ambientales (AAEIAA).
Alicante. 29 febrero 2012. 17:00 h.

ÍNDICE. Introducción – Recorrido por el inicio de una SQM: la vivencia desde dentro – Modelos mentales vs. sentido común y evidencia - Conclusiones.



INTRODUCCIÓN


Gracias por la invitación del Dr. Adrián Martínez, presidente de laAsociación Alicantina para el Estudio de las Intolerancias Alimentarias y Ambientales. La creación de vuestra asociación es muy importante, por cuanto la impulsáis médicos comprometidos con la salud ambiental; y que además, os habéis unido para interesar y aglutinar en este ámbito, a compañeros de profesión, sanitarios, afectados ambientales, entidades ecológicas y simpatizantes.

Algunos de ustedes me conocen por ser la autora de MI ESTRELLA DE MAR, espacio pionero en sensibilidad química múltiple. Desde él, vengo informando y reivindicando los derechos de mis compañeros, desde su creación en 2006.

La sensibilidad química múltiple, es una enfermedad ambiental, crónica y muy limitante, cuya causa son los químicos sintéticos tóxicos, cotidianos, que a diario nos rodean. Los encontramos en los productos de limpieza, de aseo personal, comida, agua, ropa, mobiliario, aire…

Ante estos elementos, nuestro cuerpo —el de todos—, se comporta como un recipiente. En él, frente a un ambiente cada vez más hostil, los tóxicos se van acumulando a un ritmo cada vez mayor. Esto ocurre, o porque entran más sustancias de las que el organismo puede desintoxicar; o porque estas son bioacumulativas, y por tanto, no pueden eliminarse. En cualquier caso, cuando este recipiente, que es nuestro cuerpo, rebasa su capacidad, la enfermedad aparece.

En mi caso, la sensibilidad química empezó a mostrar su cara en 2002, y desplegó su forma más agresiva en 2004. Desde 2006, me obliga a vivir encerrada, aislada y con las salidas de mi casaselladas para evitar la entrada de tóxicos —en lo posible—, a mi hogar.

Son ya diez años, y es imposible explicar lo que, durante ellos, una persona con esta patología puede sufrir, en todos los ámbitos. Y además, sabiendo que la previsión es que seguirá así, de forma más o menos similar e indefinida, tanto en lo referente a su salud, como a la falta de soporte y de comprensión, por parte del entorno político, administrativo, social, médico y personal.

Hasta que apareció la sensibilidad química en mi vida, resalté académica y profesionalmente. Obtuve becas o trabajé, en el Congreso de los Diputados, Senado, Biblioteca Nacional, Tribunal Supremo, Universidad Internacional Menéndez Pelayo y Ministerio de Cultura, entre otros… Mi vida, era una trayectoria de esfuerzo y tenía un camino por delante.

Ahora, con sensibilidad química múltiple y fatiga crónica, situaciones como leer, escribir o hablar un rato, son cosas que no me puedo permitir todos los días, ni el tiempo que deseo. Y cuando lo hago, suelo pagarlo.

Tampoco puedo ver a nadie, porque para ello la gente tendría que hacer un protocolo de asepsia, previo, riguroso y de varios días. Esto hace que, en la práctica, no haya podido ver a nadie apenas, en estos años.



RECORRIDO POR EL INICIO DE UNA SQM:
LA VIVENCIA DESDE DENTRO


Pero por mucho que cuente, entiendo que para comprender la magnitud de algo, el ser humano suele necesitar sufrirlo en carne propia. Porque no es lo mismo ser ciego, que cerrar los ojos un rato; o dar saltos sobre un pie, que conocer —en primera persona— las consecuencias de ser cojo. Ponerse en el lugar de alguien, para comprender el alcance de sus circunstancias, realmente es difícil.

Es por ello, que si me lo permiten, me gustaría que nos acompañaran mentalmente —a mis compañeros y a mí—, desde dentro de uno de nosotros, en la vivencia de lo que es el inicio de una sensibilidad química múltiple. Porque a veces, hay que “cerrar los ojos”, para saber abrir el resto de los sentidos.

La situación, sería la siguiente: si toma conciencia del día de hoy, en estos momentos está llevando, simplemente su vida: me está escuchando, y a la misma vez, tiene proyectos, problemas, familia, amigos, expectativas de trabajo, de ocio… En su agenda, hay cosas que ha hecho, que está haciendo, y que piensa hacer en pocas horas, días, meses o incluso para “cuando se jubile”… Hoy, es sólo un día más para usted.

Pero imagine, que de pronto, en este momento, empieza a sentirse mal, de forma informe, tiene una serie de síntomas, y no puederelacionarnos con una causa o patología conocida.

Piensa que pasará. Pero imagine que las semanas se suceden, y los síntomas, no sólo siguen, sino que empeoran, rápidamente y de forma espectacular. Además, aparecen otros nuevos, sin aparente relación entre sí: tos seca recurrente, fotofobia, fonofobia, rinitis, problemas neuro-cognitivos, disnea, dolores, náuseas, migrañas, vértigos, descomposición de vientre repentina… Con alguno, nota incluso que se ahoga... Sin embargo, aún siendo una situación deevidente alarma, seguirá sin saber qué hacer, a quién recurrir, ni qué es lo que empeora su situación.

Imagine además, que tras un largo proceso de incertidumbre —en situación de “alerta roja”, las 24 horas al día—, encuentra por fin a quien sabe lo que le pasa, y lo pensaba que era pasajero, le comunica —de forma lacónica—, que es crónico. Por tanto, ya no podrá retomar su vida anterior. En su lugar, lo que se presenta por delante es vivir, a partir de ahora, como desde que empezó supesadilla.

Ante ello no tendrá alternativas: sólo adaptar su entorno a la enfermedad; adaptarse usted; vivir el día a día sin expectativas, porque sus límites no le permiten hacer nada; e intentar mejorar en lo posible su calidad de vida (si es que tiene recursos económicospara ello).

En cualquier caso, estará, a partir de ahora, completamente al margen de la sociedad que le habían “enseñado” a vivir, así comode sus patrones de conducta, pensamiento y de consumo. Tampoco tendrá libertad para —entre otras cosas—, comer, beber o ponerse su ropa de siempre; comprar en función de “lo más barato”, o moverse por donde la plazca.

Además, como tenga un grado grave de sensibilidad química, según donde resida, se encontrará viviendo, no sólo encerrado entre cuatro paredes; sino tapiado (con las aberturas del hogar al exteriorselladas); aislado; dependiente y a expensas de la buena voluntad (o no), de terceras personas.

Todo, mientras lo normal es que reciba el rechazo de su entorno —sutil o declarado—, por simple resistencia a lo desconocido y por falta de humanidad.

Por último, imagine que la enfermedad a la que acaba de poner nombre, no está reconocida. Así que, (1) además de los límites que le impone; (2) de la necesidad que tiene de encontrar ayuda e información; y (3) de sus síntomas diarios, tendrá que ponerse, por añadidura, 1) A luchar por el reconocimiento de su enfermedad; 2) A contrarrestar la suspicacia de su entorno y de su propio médico; 3) A explicar la patología y darla a conocer; y 4) A adecuar su economía a las nuevas circunstancias, porque —no olvidemos—, su patología, le impide trabajar, para obtener ingresos.

Mientras tanto, paradójicamente, la enfermedad le exigirá, grandes y continuos gastos, simplemente para sobrevivir. Por ejemplo, la compra de productos ecológicos, básicos en sensibilidad química (como comida, ropa, productos de aseo personal y de limpieza); y otros gastos como la compra de agua mineral o filtrada; filtros de grifo para eliminar los residuos y la cal del agua; y un purificador de aire, específico para sensibilidad química.

En definitiva, todo lo explicado le apartará, radicalmente, de su vida anterior: de sus amistades, de su posibilidad de hacer nuevos contactos, de trabajar, de acceder a sitios públicos, de tener ocio, e incluso en los casos más graves —como hemos comentado—, de pisar la calle.

Y a todo esto, quizás un día, dentro de este proceso caiga sobre qué es lo que desencadenó su sensibilidad química. Otros, sin embargo, no tendrán esa “suerte”: quizás fuera el sistema de ventilación sucio del edificio de su empresa. O su puesto de trabajo al lado del almacén de productos de limpieza (o del cuarto de baño, limpiado con productos agresivos). O quizás, una de las fumigacionesrutinarias de su ayuntamiento en el parque de al lado, o del vecino en su terraza, o de su comunidad de vecinos, o de su empresa… ¿Cómo saberlo?.

En fin, tras este recorrido por lo que suele ser el inicio de una sensibilidad química, que he intentado que interiorice, le aseguro que aún así, no habrá podido hacerse una idea de lo que es vivir con ella, día tras día; y además, por regla general, tener que soportar, por añadidura, el rechazo, las suspicacias e incluso la mala voluntad de nuestro entorno, que ante enfermedades que no conocen (ni quieren conocer), aprovechan para sacar lo peor de sí mismos.



MODELOS MENTALES vs. SENTIDO COMÚN
Y EVIDENCIA


Pero ¿por qué esa inercia de una parte de la sociedad —de la que forman parte también los médicos—, por NO aplicar, lo que es, simplemente, una mezcla de lógica, intuición y sentido común a lo que le resulta nuevo o desconocido?. Además, es que en sensibilidad química, hay evidencia científica -1-, suficiente y de calidad.

Sobre el sentido común, ya en el siglo Ⅴ A.C., Hipócrates —considerado padre de la Medicina—, indicaba “que tu alimento sea tu medicina, y que tu medicina sea tu alimento”. Esto, trasvasado a una situación amplia, lo que señala es lo evidente: la relación directa entre salud y entorno.

La sensibilidad química es “lógico” que exista, porque es la consecuencia de su entorno. Porque, ¿qué podemos esperar del escenario, extremadamente sintético, en el que vivimos, desde hace un siglo, donde lo que respiramos, tocamos, comemos y bebemos; o todo o en parte… es sintético, es tóxico o no se han estudiado sus consecuencias para la salud? ¿Es tan difícil “intuir”, que no podemos salir ilesos de este cóctel químico diario en que vivimos, donde cientos de sustancias actúan en nuestro cuerpo, individual e interactivamente entre sí, de continuo? ¿No es lógico, que por ello, se originen, agraven, o se acelere la aparición de diversas enfermedades?.


En cuanto a evidencia científica, como decíamos, ya hay suficiente en sensibilidad química, en cuanto a su existencia y sus causas; pero también, en temas relacionados en cuanto acausa-efecto entre tóxicos y enfermedades. Por ejemplo,ciertos tipos de cáncer, diabetes tipo 2, hiperactividad infantil, Parkinson, infarto, asma, EPOC… De todas ellas —y de otras—, hay un goteo continuo de investigaciones difundidas en webs médicas, divulgativas, y medios de comunicación.

En España, tenemos además, profesionales y organismosque se dedican a investigar, trabajar o difundir sobre esto. Así, tenemos a los doctores Nicolás Olea, Miquel Porta o EduardoRodríguez-Farré. Y entidades como el CREAL (Centro de Investigación en Epidemiología Ambiental), el FODESAM(Fondo para la Defensa de la Salud Ambiental), y a partir de ahora, la Asociación Alicantina para el Estudio de las Intolerancias Alimentarias y Ambientales.Dicho esto, si lo que vemos es que sentido común, intuición, lógica y evidencia, convergen; volviendo a nuestra pregunta, ¿cuál es el origen, de la inercia por no aplicar el sentido común, e incluso rechazar “lo que no se conoce”, aún teniendo evidencia suficiente, como la sensibilidad química múltiple? ¿Por qué se prefiere restar importancia, e incluso relegar, de forma sistemática (sin reflexión personal alguna), los hallazgos, y la evidencia de que el hecho existe, lo que pasa es que, aún no lo vemos?.

Fue Einstein el que dijo que “nuestras teorías determinan lo que medimos". Y efectivamente, como personas y sociedad, nuestrosmodelos mentales, son los que determinan nuestra manera de “ver” el mundo (de interpretarlo y de comprenderlo). Es en función de ello, que seleccionamos lo que observar y desechar de él; y con ello conformamos nuestros actos y decisiones.

Esto, lógicamente, se traslada a nuestro ámbito profesional y de investigación, porque es lo humano; pero hay que ser consciente de ello para poder avanzar y correctamente.

Recordemos como ejemplo, lo diferente que puede “verse” el comportamiento de una misma cosa, según se haga desde la perspectiva de la física cuántica o de la clásica.

Además, en lo que respecta a los tóxicos y a la sensibilidad química, a nuestros modelos mentales —particulares y sociales—; habría que añadir los creados por la industria. Con ellos, se presiona e influye en una doble vertiente, de interés económico: la político-administrativa (como en su día hicieron con el tabaco, a través de lobbies y financiación de investigación sesgada) y la ciudadana (a través de una propaganda, feroz y constante, durante más de un siglo).



CONCLUSIONES


Para finalizar, la idea que podemos decir que subyace a esta exposición que hemos hecho, es que en sensibilidad química —como en otras cosas— para avanzar y valorar la patología de forma acertada y menos dolorosa para el enfermo, el primer paso, estomar conciencia de que NO vemos lo evidente.

Es por ello que nuestra exposición la hemos conformado, en este sentido —y ya concluyo—, sobre LAS SIGUIENTES RÉPLICAS a cuatro puntos clave que NO vemos:

UNA: Que el que no sepamos de algo, no significa que no exista.
En la relación entre salud y entorno, si no lo conocemos todo,hagamos prevalecer el sentido común, la lógica y la intuición. Recordemos, que el “PRINCIPIO DE PRECAUCIÓN” -2- no se respeta, y esto, es lógico que traiga consecuencias.


DOS: El arraigado rechazo social a “lo nuevo” y el acomodo del pensamiento, no son aleatorios.
Los modelos mentales —propios y sociales—; pero también, los creados por los intereses económicos de la industria, estándetrás. Todo ello, determina nuestra manera de ver el mundo. Y esto, hay que remediarlo.


TRES: La sensibilidad química, es real.
En este sentido, el análisis, sereno y objetivo que he hechodel inicio de una vivencia-tipo de una sensibilidad química —a pesar del sufrimiento diario que provoca—, no es consistente con un problema psicológico o psiquiátrico; esto, independientemente de que como cualquier otra enfermedad crónica, limitante y que cursa con dolor, la sensibilidad química pueda llevar a una alteración del ánimo, como efecto secundario al sufrimiento que provoca.


EN CUANTO A LA CUARTA RÉPLICA: es respecto a laevidencia científica, que es más que suficiente ya, en sensibilidad química y en enfermedades provocadas o agravadas por tóxicos ambientales.
La investigación independiente apunta en GLOBAL a la misma causa: los tóxicos. Así que veamos el elefante; no sólo la trompa mientras cada vez que sale un estudio se intentaneutralizar con la “tranquilizadora” coletilla de que “se necesita más investigación que lo corrobore”. ¿Por qué ese miedo a hablar claro?. La vida de las personas con sensibilidad química va pasando, mientras los demás se lo piensan.¿Saben ustedes lo que es saber, que si mañana se dejaran de fabricar tóxicos, se limitara lo sintético a lo realmente imprescindible y se regenerara el planeta… nosotros, los enfermos de sensibilidad química, podríamos salir de nuestro encierro, dejar de tener crisis, y una vez libres de nuestra carga tóxica corporal, disfrutar de la vida?.

La triste realidad, es que nuestra vida y nuestra mejoría, no depende en gran parte de nosotros, sino de ustedes, los que están sanos aún. También de ustedes depende, su propia vida, la de su entorno, y la del planeta. Es por ello, que necesitamos que seconciencien.

En este sentido, la creación de la Asociación Alicantina para el Estudio de las Intolerancias Alimentarias y Ambientales, es motivo de alegría para todos. Significa un paso adelante importante y valiente de médicos y profesionales sanitarios; que además cuentan de partida, con muy buenos apoyos. Espero que todos deis guerra.

Un saludo y gracias por su atención,
María José Moya Villén
Sensibilidad química múltiple grave
Colaboradora en diferentes medios
Autora de Mi Estrella de Mar espacio pionero en SQM

NOTAS A PIE DE PÁGINA DE LA CONFERENCIA
-1- Algunas investigaciones de calidad sobre SQM.- http://mi-estrella-de-mar.blogspot.com/p/investigacion-medica.html
-2- Principio de precaución.- “Respalda la adopción de medidas protectoras cuando no existe certeza científica de las consecuencias para el medio ambiente de una acción determinada”. Resolución del Consejo Europeo(diciembre 2000. Niza). Fuente: Wikipedia.


Científicos españoles explican por qué algunos contaminantes pueden favorecer la obesidad

29/02/2012 | lainformacion.com

Investigadores del Centro de Investigación Biomédica en Red- Fisiopatología de la
Obesidad y la Nutrición (CIBERobn) aseguran que la contaminación ambiental puede predisponer a padecer obesidad y otras patologías derivadas del sobrepeso como la diabetes tipo 2, gracias al papel que juegan algunas sustancias tóxicas, llamadas químicos disruptores endocrinos, en la alteración del sistema endocrino.
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Investigadores del Centro de Investigación Biomédica en Red- Fisiopatología de la Obesidad y la Nutrición (CIBERobn) aseguran que la contaminación ambiental puede predisponer a padecer obesidad y otras patologías derivadas del sobrepeso como la diabetes tipo 2, gracias al papel que juegan algunas sustancias tóxicas, llamadas químicos disruptores endocrinos, en la alteración del sistema endocrino.




MADRID, 29 (EUROPA PRESS)

Investigadores del Centro de Investigación Biomédica en Red- Fisiopatología de la Obesidad y la Nutrición (CIBERobn) aseguran que la contaminación ambiental puede predisponer a padecer obesidad y otras patologías derivadas del sobrepeso como la diabetes tipo 2, gracias al papel que juegan algunas sustancias tóxicas, llamadas químicos disruptores endocrinos, en la alteración del sistema endocrino.

Estos compuestos químicos están presentes en los alimentos y en multitud de productos de uso cotidiano (como perfumes, plásticos, cosméticos o champús) y, al interaccionar con el sistema endocrino, hacen que el organismo acumule grasa y no músculo.

La mayoría de estos compuestos químicos que, al ser solubles en las grasas, se acumulan en ellas con mayor facilidad y pertenecen al grupo de los contaminantes orgánicos persistentes (COPs), son productos sintéticos --mayoritariamente pesticidas e insecticidas-- de baja biodegradabilidad, que se mantienen durante mucho tiempo en el ambiente y se acumulan en la cadena alimenticia.

"De su enorme persistencia nos da una buena idea que todavía hoy detectemos DDT en el 88 por ciento de la población general, cuando este pesticida se prohibió hacia 1975", explica el investigador del CIBERobn y presidente de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN), Javier Salvador.

La exposición de los seres vivos a los disruptores endocrinos es universal, ya que se encuentran repartidos por todo el mundo como consecuencia de un empleo generalizado, sobre todo en la producción agrícola y en la pesca, a través de los vertidos de aguas residuales.

Además, estos compuestos acumulados en la grasa son transmitidos a la descendencia a través de la madre durante la gestación y después en la lactancia.

Los científicos creen que estos tóxicos también aumentan el riesgo de dos trastornos muy relacionados con la obesidad, como el síndrome metabólico y la resistencia a la insulina.

Según explica el doctor Salvador, "la obesidad visceral promueve la liberación de ácidos grasos libres que llegan al hígado y contribuyen a generar resistencia a la insulina, lo que favorece la diabetes". Por ello, "la exposición simultánea a varios COP puede contribuir al desarrollo de obesidad, dislipidemia y resistencia a la insulina, los precursores más comunes de la diabetes".

También hay otros estudios recientes que indican que los plásticos de policarbonato como el bisfenol A, que se utilizan sobre todo en los populares 'tuppers', podrían contribuir a generar diabetes al ser sometidos a altas temperaturas.

Asimismo, una investigación de la Universidad Miguel Hernández, de Elche, analizó a ratas embarazadas expuestas a este compuesto durante los 19 días que dura la gestación de este animal. Todas desarrollaron diabetes gestacional, mientras que las crías también acabaron siendo diabéticas a los seis meses de nacer (lo que en seres humanos equivaldría a tener unos 40 años).

LA OBESIDAD TAMBIÉN CONTAMINA

No obstante, Salvador y su equipo reconocen que entre contaminación y obesidad existe una relación bidireccional. Así, aunque hasta ahora existen numerosos estudios que sugieren que la primera predispone a la segunda, el sobrepeso, además de las múltiples enfermedadesque puede provocar, también tiene un efecto adverso sobre la conservación y sostenibilidad del medio natural.

Hay diversos estudios que así lo demuestran, como el realizado por la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres y publicado en el 'International Journal of Epidemiologogy' en 2009, que reveló que cada persona obesa es responsable, en promedio, de casi una tonelada más de emisiones de dióxido de carbono por año que una persona delgada, lo que significa agregar 1.000 millones de toneladas del gas por año en una población de 1.000 millones de personas con sobrepeso.

Minimizar las emisiones de dióxido de carbono es un factor clave para desacelerar el cambio climático. Cuando se trata de la ingesta de alimentos, desplazarse en un cuerpo pesado es como conducir un coche grande que consume mucha gasolina.

Sirva como ejemplo en este sentido un estudio del Centro para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos que calculó que entre 1960 y 2002, se podían haber ahorrado el 0,7 por ciento de las emisiones de CO2 y del consumo de combustible si los pasajeros de los vehículos no fueran obesos. Traducido a números, se consumieron más de 3.700 millones de litros de gasolina a mayores por culpa del sobrepeso de los americanos en esos 42 años.
(EuropaPress)

Un estudio de la Comisión Europea allana el camino para la prohibición de los disruptores endocrinos


Los disruptores endocrinos están relacionados con cáncer de mama y testículos, graves problemas reproductivos y neurológicos, diabetes, obesidad y otras enfermedades crónicas.

La Comisión Europea ha publicado esta semana un informe que recopila el estado del conocimiento científico sobre los disruptores endocrinos (EDCs en su acrónimo inglés). El informe examina cómo definir e identificar EDCs de forma que puedan ser incluidos en las categorías de sustancias químicas que deben ser prohibidas o estrictamente controladas bajo diferentes normativas europeas.

CCOO ha exigido a las Administraciones españolas que hagan suyas las recomendaciones del informe de la Comisión Europea que pide que los disruptores endocrinos sean prohibidos o estrictamente controlados y, en consecuencia, que no retrasen más la adopción de medidas para reducir la exposición a estas sustancias altamente tóxicas de los trabajadores, la población y el medio ambiente.

Los EDCs son sustancias que pueden interferir en el sistema hormonal provocando graves daños a la salud, incluyendo cáncer de mama y de testículos, daños al sistema reproductor, obesidad, diabetes, daños neurológicos y otras graves enfermedades crónicas. Los EDCs son los responsables del cambio de sexo observado en peces y moluscos de aguas contaminadas.

Los EDCs están presentes, entre otros, en plaguicidas y biocidas (Ej. piretrinas, clorpirifos), plásticos (Ej. BPA, PVC, poliestireno), resinas (resinas epoxi), cosméticos (parabenos), juguetes (ftalatos), etc. Miles de trabajadores están expuestos en sus puestos de trabajo a estas sustancias tan preocupantes y todos los ciudadanos estamos expuestos a través de los alimentos con restos de plaguicidas y del uso de los productos y artículos que los contienen.

Los disruptores endocrinos presentan características toxicológicas particulares que hacen que los sistemas de prevención y control tradicionales, en vigor en la normativa europea, sean ineficaces para evitar los daños causados por la exposición a estas sustancias. Así, los EDCs se caracterizan por actuar a dosis extremadamente bajas; por ser diferentes los efectos y su gravedad según el momento de la exposición, siendo periodos de especial vulnerabilidad el desarrollo embrionario y fetal; y por no presentar una curva lineal dosis respuesta (esto es, pueden presentar efectos dañinos a dosis muy bajas que no presentan a dosis más altas).

El informe, encargado por la Dirección General de Medio Ambiente de la Comisión Europea, ha sido realizado por el Profesor Andreas Kortenkamp y su equipo, científicos punteros en el estudio de la disrupción endocrina. El estudio examina el estado del conocimiento científico sobre los disruptores endocrinos y cómo la normativa existente aborda la identificación y el control de estas sustancias, así como las características particulares de los disruptores endocrinos y sus efectos dañinos para la salud humana. Se encargó con la finalidad de contribuir al desarrollo de criterios para identificar y regular los disruptores endocrinos en la normativa europea, en particular en los reglamentos de Pesticidas, Biocidas y REACH, aunque más adelante se incorporará a la normativa de cosméticos, materiales en contacto con alimentos y seguridad de juguetes. También contribuirá a la revisión de la Estrategia Comunitaria sobre Alteradores Endocrinos, publicada hace 12 años.

Pedro Linares, Secretario Confederal de Salud Laboral de CCOO ha declarado: “Este informe es una contribución muy importante al debate sobre cómo debe la Unión Europea abordar el problema de la disrupción endocrina. Hasta ahora, la normativa no ha acordado una forma de identificar sistemáticamente las sustancias químicas que poseen estas propiedades, lo que está retrasando la adopción de medidas para reducir la exposición. Esperamos que las recomendaciones de este informe sean incorporadas en la revisión de la estrategia europea sobre EDCs y en la propuesta de criterios para la identificación de EDCs que está elaborando la Comisión. También esperamos que los Ministerios de Sanidad, de Medio Ambiente y de Trabajo incluyan, cuanto antes, estas recomendaciones en la normativa y planes estatales que abordan la protección de la salud laboral, de la salud pública y del medio ambiente .
http://www.istas.net/web/abretexto.asp?idtexto=3678 

La Enfermedad del Edulcorante Artificial, un nuevo tipo de enfermedad



(NaturalNews) La Enfermedad del Edulcorante Artificial se está extendiendo por toda América, afectando a decenas de miles de consumidores, y la medicina Occidental lo llama cualquier cosa menos lo que realmente es para que los médicos puedan recetar productos farmacéuticos caros y fijar citas de “chequeo” para semanas posteriores.


Llámese dolores de cabeza recurrentes, migrañas insoportables, depresión, ansiedad, dolor muscular, artritis o zumbidos en los oídos, fatiga crónica, fibromialgia, incluso acidez, pero no hay que llamarlo por su nombre porque si no, los pacientes pueden dejar de consumir edulcorantes sintéticos y no ir más al médico.

Los síntomas pueden cambiar de un día para otro, dependiendo de cuanto edulcorante se consume y cuáles de ellos. Algunas combinaciones son especialmente tóxicas. Los consumidores pueden tener desde una migraña a vómitos o tener problemas de visión o malestar estomacal. Muchas personas experimentan enfermedades del sistema nervioso central, agujetas, tics nerviosos y reflejos anormales.http://www.holisticmed.com/aspartame/)

Todo empezó cuando Ronald Reagan llegó al poder en 1980. Inmediatamente después despidió el jefe de la FDA, bajo consejo de Donald Rumsfeld (Presidente Ejecutivo de Searle Pharmaceuticals en ese momento), y contrató al Dr. Arthur Hull Hayes, Jr., quién aprobó el uso del aspartamo. Era la década de la locura de las dietas. Rumsfeld y sus constituyentes ganaron una fortuna con el edulcorante artificial que había sido prohibido durante décadas después de pruebas de laboratorio que demostraban que era cancerígeno. Ese mismo FDA que aprobó el aspartamo, luego aprobó el uso de sucralosa en 1991 y luego el sorbitol en 2003. (http://www.huffingtonpost.com/robbi...)

El Síndrome de la Guerra del Golfo, principalmente causado por los edulcorantes artificiales

No es ninguna casualidad que una oleada de casos de fibromialgia fuera el azote de las tropas americanas durante la Guerra del Golfo. Hubo estudios que revelaron que beber bebidas con sodio con 120 grados de calor conlleva a serias repercusiones de salud. El problema se adscribió bajo el término genérico de “Síndrome de la Guerra del Golfo” pero los mismos problemas están sucediendo en las tropas de Irak y Afganistán actualmente. (http://www.militaryspot.com/resourc...)

Tampoco es ninguna casualidad que 4 de cada 5 casos de fibromialgia afectan a las mujeres que son más propensas a consumir alimentos dietéticos y bebidas dietéticas que los hombres. Casi todos los chicles y productos para el aliento están cargados con edulcorantes artificiales. (http://healthwyze.org/index.php/com...)

El dicho popular de que “no hay suficiente cantidad de edulcorante artificial en cualquier producto concreto que cause daños a la salud” es mentira, especialmente ahora en 2011 que hay edulcorantes artificiales en más del 25% de los alimentos, bebidas, chicles y golosinas disponibles. Este efecto acumulado ha creado la enfermedad de los edulcorantes artificiales y gracias a la poca o nula regulación por parte de las autoridades sobre de los agentes químicos en los alimentos, no va a desaparecer en breve plazo tampoco.

No hay droga recetable y nunca la habrá que cure los problemas que causan los edulcorantes artificiales. De hecho, más del 70% de los casos registrados de fibromialgia, depresión crónica y reflujo gástrico están causados por el consumo de agentes químicos que han sido aprobados por la FDA en los EE.UU. (http://www.foodintol.com/food_intol...)

El cáncer puede que sea el resultado lejano y a largo plazo de consumir productos químicos, pero esta enfermedad es la consecuencia a corto plazo y es muy grave. Si se mira las drogas médicas para curar estas “dolencias crónicas”, entonces se padecerán incluso más efectos secundarios de las medicinas recetadas y posiblemente sean peores que los síntomas que ya se padecen.

Las buenas noticias son que la cura de la enfermedad de los edulcorantes artificiales es absolutamente gratuita y no necesita de médicos, ni pagos de seguros y tiene cero efectos secundarios. Este es el remedio secreto de esta nueva dolencia: tira a la basura tu chicle sin azúcar y golosinas y luego todos los alimentos y bebidas que tienen etiquetas de “light” y “zero”. Lee las etiquetas que vienen con todo para que puedas eliminar los productos con edulcorantes artificiales de los productos que consumes incluyendo aspartamo, sucralosa, sorbitol, acesulfame-k, ácido aspártico y sacarina.

Como alternativa a envenenarte, prueba el Xylitol o Stevia para poder eliminar calorías o sencillamente come más verduras orgánicas. Si siguen los problemas, haz una lista de todo lo que has comido en la semana precedente y llévaselo a un médico Naturópata o Nutricionista para que lo analice. Recuerda, si estás enfermando por comer pan mohoso, no busques una droga médica para curarte, deja de comer pan mohoso.


Fuente  
http://www.viasnaturales.com/2011/12/enfermedad-de-edulcorante-artificial-un.html?spref=fb