domingo, 18 de diciembre de 2011

Contaminación química, enfermedades y los efectos de Fukushima


ENTREVISTA A EDUARD RODRÍGUEZ FARRÉ

Salvador López Arnal *
Eduard Rodríguez Farré, autor de numerosas publicaciones sobre toxicidad de contaminantes ambientales, energía nuclear y salud, en esta entrevista examina los riesgos que entrañan los agentes químicos presentes en nuestra vida cotidiana, y aborda el verdadero alcance del desastre de Fukushima.


Rodríguez Farré es Doctor en medicina, farmacólogo y radiobiólogo, y profesor de fisiología y farmacología en el Instituto de Investigaciones Biomédicas de Barcelona (CSIC). Actualmente es también miembro del Centro de Investigación Biomédica en Red de Epidemiología y Salud Pública (CIBERESP) del Instituto de Salud Carlos III y miembro del Comité Científico de la UE sobre nuevos riesgos para la salud. Su próxima e inmediata publicación lleva por título Ciencia en el ágora (El Viejo Topo, Barcelona, en prensa).

P. ¿Qué son los xenobióticos antropogénicos?

R. Son los agentes químicos ajenos a la vida. En el mundo actual, la población está expuesta a una ingente cantidad de xenobióticos antropogénicos, ubicuos y de muy diversa naturaleza, presentes en el aire, el agua, los alimentos, el medio laboral, etc. Estos agentes químicos son capaces de dañar la salud humana y la biosfera.

P. ¿Cuáles son las dimensiones reales de este problema?

R. La dimensión del problema se aprecia al considerar que en el último siglo y medio la química ha sido tan prolífica que ha generado alrededor de siete -¡siete!- millones de nuevas sustancias. De ellas, según la Agencia Europea de Medio Ambiente, unas 100 mil se encuentran en uso actualmente, superando en muchos casos producciones anuales de millones de toneladas. Es el caso de los plaguicidas, los plásticos, los ftalatos, los colorantes, los aditivos, los neometales y un largo sinfín de productos cotidianos.

P. ¿Cómo nos pueden llegar a afectar estas sustancias?

R. En un momento u otro del ciclo producción-consumo estos xenobióticos alcanzan la ecosfera, donde algunos permanecen durante décadas, diseminándose de forma irregular según los ciclos biogeoquímicos, y originando la insalubridad química que afecta a los humanos. Asimismo, contribuyen de forma importante a dicha insalubridad ambiental aquellos agentes químicos no producidos intencionalmente, como son los productos derivados de actividades industriales. Las dioxinas y furanos en la incineración de residuos o la biogeneración acuática de metilmercurio a partir de vertidos de mercurio son ejemplos de ello.

P. ¿Conocemos bien sus efectos en la salud de las poblaciones?

R. El conocimiento de los efectos nocivos de estos agentes sobre la población constituye una cuestión central en salud pública, tanto desde una óptica científica (epidemiología, toxicología...) como desde el punto de vista de la sanitaria aplicada (protección, regulación, control...).

Las evidencias experimentales y epidemiológicas indican que ciertos efectos podrían desarrollarse como consecuencia de la exposición continuada a bajos niveles de xenobióticos, que pueden acumularse en el organismo de modo muy prolongado en el caso de ciertos productos: organohalogenados, metilmercurio, por ejemplo, cuya nocividad es conocida con frecuencia de forma sólo muy limitada.

Ahora bien, desde hace años se conoce que la exposición a agentes químicos concretos aumenta el riesgo de padecer determinadas patologías (cáncer, hepatopatías, nefropatías y trastornos neurológicos, entre otras). Sin embargo, recientemente se ha constatado que muchos xenobióticos contaminantes persistentes pueden inducir –en dosis muy bajas– efectos inesperados al interferir con los procesos de regulación hormonal (alteradores endocrinos) y de regulación génica (alteraciones epigenéticas) –como ocurre con las dioxinas y otros organohalogenados, los ftalatos, etc.–, incrementando las tasas de diabetes, trastornos reproductivos, ciertas neoplasias y diversos síndromes.

P. ¿Qué significa exactamente que un agente químico sea tóxico?

R. Que afecta negativamente a las funciones de la vida. También son xenobióticos muchos medicamentos, por ejemplo. Xenobiótico, por sí mismo, sin más consideraciones, no implica toxicidad. Todo medicamento tiene su toxicidad también que depende de la dosis, de sus características y de otros aspectos. La mayor parte de sustancias, incluyendo aquí las naturales, pueden tener efectos beneficiosos cuando se incorporan en el organismo. Pueden tener ese tipo de efectos y también efectos nocivos, ambos a la vez. Los medicamentos, sean naturales, sean sintéticos, se administran para tratar una afección o corregirla, pero según como se usen tienen también efectos secundarios que son en realidad efectos tóxicos (depende mucho de la dosis y depende de las reacciones del sujeto).

Intentando ser más preciso: la toxicidad es la acción o interacción, como decía, de un agente químico con un organismo vivo y el resultado es un efecto que altera las funciones biológicas del organismo. Es a esto a lo que llamamos un efecto tóxico que puede determinar alteraciones metabólicas, causar alteraciones cerebrales y que incluso puede ser mortal.

P. Sobre lo que suelen llamarse las nuevas enfermedades, ¿qué papel juegan estas sustancias?

R. Probablemente la exposición a xenobióticos de diversa índole esté relacionada con la aparición, en creciente incidencia, de los síndromes de sensibilidad química múltiple, fatiga crónica, fibromialgia y similares, trastornos de reciente identificación. Asimismo, suscitan recientemente gran atención los efectos de la exposición a determinados agentes neurotóxicos, en dosis bajas, durante el neurodesarrollo fetal, en especial, los efectos que la poliexposición en útero y perinatal sobre la maduración cerebral. El paradigma de estos efectos lo constituye la frecuente exposición a dosis bajas de metilmercurio durante el embarazo, vía el consumo de pescado predador: sin afectar a la madre, puede originar déficits neurocognitivos en sus hijos.

P. ¿Existen niveles inocuos?

R. Para muchos agentes no se ha podido todavía definir cuál es el nivel inocuo –cuestión que origina notables discrepancias– en relación con las nuevas alteraciones identificadas. Es conveniente insistir en la importancia, en la necesidad de investigar con intensidad en estos campos desatendidos de la salud pública.

P. Hablabas antes del metilmercurio. ¿Qué importancia tiene como contaminante ambiental?

R. El metilmercurio se forma en el mar a través de los vertidos de mercurio inorgánico. Es uno de los problemas más fascinantes de contaminación ambiental. El mar Báltico está ultracontaminado, los grandes lagos de los Estados Unidos también. Aquí, en el Mediterráneo, a través del Ebro y el Ródano se vierten cantidades muy importantes de mercurio inorgánico de plantas electroquímicas y otras industrias. Flix es una referencia conocida.

La cuestión ambiental que importa destacar es que este mercurio inorgánico que tiene una toxicidad determinada bien conocida, clásica, se transforma a través de bacterias reductoras en mercurio orgánico, en metilmercurio, que pasa a las cadenas alimenticias y se va bioacumulando, acabando en el atún, en el pez espada, en el tiburón y demás peces situados en la cima de las cadenas tróficas. Hay que advertir a las mujeres embarazadas –antes he hablado de ello– de los efectos que puede tener sobre su descendencia, sobre todo en el neurodesarrollo.

P. ¿Desde cuándo se conoce esto que estás apuntando?

R. Es un conocimiento que tenemos bien establecido desde hace unos 15 años. A partir de 2000, con un estudio muy importante que se hizo en las islas Feroe por un epidemiólogo danés, Philippe Grandjean, se ha visto claramente que las madres que comían “ballena” piloto contaminada con metilmercurio tenían hijos con problemas cognitivos, problemas en el aprendizaje. No nacían con malformaciones ni se morían, pero sí eran niños con capacidades disminuidas respecto a las que eran esperables en la población.

P. ¿Se sabe algo de lo que está ocurriendo en España con el metilmercurio?

R. Aquí, alrededor del 70% de las placentas superan las cantidades de metilmercurio consideradas aceptables. España, no lo olvidemos, es un país piscívoro donde consumimos mucho pescado –sea en Valladolid, sea en Madrid o sea en Barcelona–, que, desde luego, viene de cualquier parte del mundo. No es pescado, por lo general, que se pesque localmente.

P. Frente a estas informaciones, frente a este tipo de conocimientos, contrastados por las comunidades científicas, los gobiernos o los departamentos relacionados con la salud pública, ¿cómo actúan, cómo están actuando?

R. Poco hacen. El dinero y los beneficios suelen estar en primer lugar y todas estas consideraciones alteran la economía, la paralizan, la hacen más prudente, menos enérgica. Desde ciertas atalayas, esto no es nada bueno.

P. Esta es, de entrada, la actitud general.

R. Esta es. Lo señalo después de trabajar muchos años en estos ámbitos. De entrada, los organismos estatales suelen ignorar los resultados científicos. Cuando hay muchos resultados contrastados y hay demandas, las cosas empiezan a cambiar un poco. Cuando van acumulándose datos y datos, cuando en la literatura científica y médica aparecen artículos y datos que van mostrando y acumulándose sobre estos efectos, al final se impone que hay que tomar alguna medida, aunque a veces se tarde entre diez y veinte años.

P. ¡Entre diez y veinte años!

R. Sí. No es raro que se tarde tanto en conseguir una legislación que prohíba estas sustancias o que regule niveles máximos admisibles. Un caso típico, muy conocido, es el del amianto. ¿Cuántas personas han padecido y van a sufrir cáncer? ¿Cuándo tiempo pasó desde que se conocieron los primeros resultados contrastados y las medidas que prohibieron su manipulación? Muchos años.

P. Cambio de escenario y me traslado a Japón, donde obviamente la contaminación afecta o puede afectar a la salud pública. ¿Puede afectarnos aquí el desastre de Fukushima?

R. Lo que ha llegado aquí hasta el momento de la atmósfera contaminada de Fukushima y sus alrededores es muy poco. Lo que no sabemos es cómo evolucionará porque sigue emitiendo radiactividad y son cuatro reactores los que están afectados. Desde el punto de vista cuantitativo, Fukushima puede ser más importante que Chernóbil. Aún así, hoy por hoy, aquí no debemos preocuparnos por el aire. El problema, más bien, se ubica en la cantidad enorme de radiactividad que se ha vertido y se está vertiendo en el mar. Hay ahí isótopos de todo tipo, cesio 137, estroncio 90, plutonio y muchos otros que a nosotros, esta vez sí, nos pueden llegar a través de la cadena alimenticia.

P. ¿Qué tipos de isótopos contiene la radiactividad?

R. Los tecnólogos cuando hablan de radiactividad y exposición hablan de milisieverts, una unidad de dosis equivalente y de dosis efectiva, equivalente a la décima parte de un rem, pero la cuestión que científicamente es importante desde el punto de vista de la salud es la naturaleza de cada radioelemento, qué pasa con ellos y el tipo de emisión que hay. En la fisión del uranio hay muchos, se forman docenas de sustancias radiactivas, pero las que más nos importan son las que tienen afinidad biológica –aunque las que no tienen, como el xenon-133, no son inocuas en absoluto– que son, fundamentalmente, el yodo-131, el cesio-137, el estroncio-90 y el plutonio. Todos son isótopos que no existen en la naturaleza están creados a partir de la fisión del uranio-235. Entre estos tenemos que los isótopos que se comportan de forma similar a otros elementos necesarios biológicamente son los más peligrosos.

P. ¿Por qué estos elementos son peligrosos para la salud?

R. Porque sustituyen a los elementos reales que necesitamos. Por ejemplo, el cesio-137 es muy similar al potasio, que es un elemento esencial en nuestro organismo. Tenemos potasio en casi todos los músculos, las neuronas, etc., y su sustituto irradiará desde el interior de las células. Esta es la gran disputa con los tecnólogos, la irradiación probabilística. Si se incorpora una cantidad de esta sustancia dentro de una célula, la radiactividad desde fuera no la verás porque es radiación beta, muy poco penetrante. Tú comes el alimento y la sustancia se te queda en el cuerpo e irradia la célula desde dentro. Esta energía ioniza los elementos de la célula, sobre todo el agua, que se convierte en agua oxigenada. Ioniza también muchas otras moléculas formando radicales libres y esto, junto con la radiación si el electrón te toca el ADN en un punto determinado, tendrá un efecto que dependerá del azar.

P. ¿Cuáles pueden ser las consecuencias?

R. Si el punto del ADN es una zona secundaria no pasa nada, pero si te toca un punto muy crítico puede matar la célula. Tampoco pasa nada si una célula se muere. Pero como toque un gen que regula tumores, que es supresor de ellos, o afecte a un gen que está actuando sobre la inmunidad o sobre el desarrollo en el caso de un feto o un niño puede tener una serie de manifestaciones determinadas o acabar con tumores. Además no se puede detectar. Las imágenes que vemos de Japón en que detectan la radiación de la gente con contadores es sólo para lo que se queda en la piel, lo que ya está en las células no se puede detectar así. Sólo se pueden detectar por las cantidades que se eliminan vía orina o intestinal, o en ciertos casos con cámaras de cuerpo entero.

P. ¿Cómo llega a España esta contaminación por alimentos?

R. Por el comercio mundial y por las cadenas tróficas largas. Yo intuía, estaba muy equivocado, que las exportaciones alimenticias de Japón eran pocas. Pero resulta que exportan 3.000 millones de euros en comida al año. El problema, en todo caso, no es lo que exporta Japón, sino que lo que se está vertiendo en el mar se incorpora en las cadenas tróficas largas.

En tierra son cadenas tróficas cortas y se quedan en el mismo territorio –si no tenemos en cuenta las exportaciones–, como el yodo-131 en la leche. Las cadenas largas marinas empiezan con la incorporación de los radionucleidos al plancton, del plancton pueden pasar a los invertebrados, de éstos a los vertebrados y posteriormente a los carnívoros marinos. Después venimos nosotros. Además las cantidades se biomagnifican porque estos seres las van acumulando y lo concentran. Así, los peces grandes como el atún o el pez espada concentran cantidades muy grandes de estos contaminantes. Muchos de ellos, como es sabido, son migratorios y no hay forma de saber qué trayecto realizan.

P. ¿Se vigila lo suficiente? ¿Podemos comer tranquilamente?

R. Esta es la cuestión. Los pesqueros españoles se mueven entre el Polo Norte y el Polo Sur. Muchos pesqueros, por lo demás, vete a saber de dónde son. ¿De dónde viene el pescado? No se sabe realmente. Hay además un problema que a mí me ha indignado bastante.

P. ¿Cuál es causa de tu indignación?

R- Hay muchos motivos para indignarse, este que explico es uno de ellos. La Unión Europea ha vuelto a subir los niveles de radiación permitidos en los alimentos a través de un decreto que se hizo poco después de Chernóbil. De este modo, quedan anulados los niveles que se aprobaron el 2006 y se aceptan unos niveles de radiactividad, por ejemplo, tres veces superiores –¡el triple!– en la leche o en muchos animales. Esto, como era previsible, lo aprueban desde Industria, ¡desde Industria!, no desde Salud como sería razonable. Por ejemplo, yo estoy en el comité científico de nuevos riesgos para la salud de la Unión Europea y no nos han dejado decir nada sobre este tema. Lo ha acordado el comité de radioprotección que, curiosamente, está directamente ligado al Tratado constitutivo de la Comunidad Europea de la Energía Atómica (The European Atomic Energy Community, EURATOM).

En resumen: la decisión de estos niveles está en manos de ingenieros, físicos nucleares, vinculados a la industria. ¿Es razonable este procedimiento? ¿Está claro quién manda?

P. Está claro y no es razonable. Y ante esta situación, ¿qué debemos, qué podemos hacer?

R. No puedes hacer nada aparte de protestar. Ante esto estamos indefensos, no puedes dejar de comer ni es factible comprobar tú mismo la radiactividad en cada caso. Es un timo, como diría Mario Bunge. Hace meses explicaban que ni en los alimentos se había llegado a los niveles máximos de radiactividad y después resultó que superar los niveles máximos era ya aceptable y, por lo tanto, se podía comercializar. Se ha llegado a extremos en los que estas normas de la Unión Europea permiten más radiactividad que la normativa de los mismos japoneses, bastante laxos en este tema. En Estados Unidos, donde no han cambiado los niveles de radiactividad permitidos en los alimentos, eliminaron leche con cantidades de radiactividad que aquí se permiten. Pero todo esto pasa desapercibido. Los ciudadanos –que ellos llaman consumidores– no pueden, no podemos hacer nada. El problema más grave para mí es el del pescado. No me parece que importemos verduras japonesas.

P. Me parece que no. ¿Hasta cuándo debemos mantener la alerta por este tema?

R. No se sabe, no se puede saber. Años. No sabemos cómo acabará. Es la diferencia entre Fukushima y Chernóbil. Fukushima es un Chernóbil a cámara lenta. En Chernóbil hubo una explosión y en pocos días se expandió la radiación. En Japón sigue expandiéndose día tras día aunque afirmen lo contrario. Desde el primer día, desde aquel 11 de marzo, hay mucha radiación y así sigue. El cuadro final tardaremos tiempo en poderlo ver. Esperemos que no vaya a peor.

P. ¿Cómo afecta al medio ambiente un desastre como este?

R. Es difícil de saber. Está muy bien estudiado cómo afectan estos fenómenos a la salud humana y la transferencia a través de las cadenas tróficas, pero se sabe poco de lo que le pasa al ecosistema. Seguro que hay especies mucho más sensibles que el resto, pero lo que más me preocupa, lo que más debe preocuparnos, es su impacto en los seres humanos.

* Fuente: Boletín ECOS N. 17 – dic. 2011–feb. 2012 – ISSN - 1989-8495 – CIP-Ecosocial www.fuhem.es/cip-ecosocial

Minerva Palomar, enferma de electrosensibilidad

 

AGUA OXIGENADA, BARATA Y EFICAZ, lo que no te cuentan


¿Piensas que el Agua Oxigenada es de poca utilidad? ¿Te has preguntado por qué no se publicita y por qué intencionadamente se mantiene prácticamente en el olvido?




Pues entonces, sorpréndete. El simple hecho de lavar los cepillos de dientes y hacer gárgaras con agua oxigenada reduciría drásticamente a nivel mundial cualquier tipo de GRIPE. Si el agua oxigenada fuese utilizada regular y masivamente por la población se reducirían una enorme cantidad de enfermedades de todo tipo, así como de muertes en todo el mundo. Evidentemente, esto no le interesa a TUS dueños que a su vez son los dueños de la asesina industria farmacéutica mundial.

Prueba de esto, es que el agua oxigenada en Inglaterra es extremedamente difícil de conseguir, no está accesible al público en establecimientos comerciales. Si consigues que en una farmacia reconozcan que la tienen, te lo sacarán de un lugar apartado guardado bajo llave fuera del alcance del público. Si pides más de un bote para tener de reserva, ATENCIÓN!!! Te mirarán con ojos como platos y te dirán, “NO PUEDO DARTE MÁS DE UN BOTE, PUEDE SER UN ARMA PELIGROSA UTILIZADA POR LOS TERRORISTAS PARA FABRICAR BOMBAS”.

Tamaña estupidez, demuestra y evidencia que los pastores no quieren bajo ningún concepto que el agua oxigenada llegue al rebaño poblacional agarrándose a la FALSA EXCUSA de los INEXISTENTES TERRORISTAS y así quitar este maravilloso desinfectante del alcance de la población. ¿Cuánto tiempo tardarán en España o en hispanoamerica en clasificar descabelladamente al agua oxigenada también como arma peligrosa terrorista?

DESPERTARES




El Agua Oxigenada (peróxido de hidrógeno) se desarrolló en la década de 1920 por científicos, con el objetivo decontener problemas de infecciones y gangrena en los soldados en el frente de batalla. En la Segunda Guerra Mundial disminuyó el número de amputaciones. Existen distintas aguas oxigenadas que son destinadas a diferentes usos. El agua oxigenada se mide por volúmenes. Aquella de uso medicinal es el agua oxigenada de 10 volúmenes.

Objetivo del invento

Barato
Fácil Transporte
Fácil Almacenamiento
Fácil Utilización
Sin efectos colaterales
En una solución al 3%, es uno de los mas potentes desinfectantes que existen.

¿Porque está tan poco difundida su utilización? ¿Porque no se difunde su uso?

El agua oxigenada es barata, simple de usar, se almacena fácilmente y puede ser usada con múltiples fines.

La eficacia doméstica del Agua Oxigenada.

1. Una cucharada de postre de este producto usada para hacer gárgaras y mantenido en la boca durante algunos minutos, mata todos los gérmenes bucales, blanqueando los dientes. Escupirlo después de las gárgaras.

2. Manteniendo los cepillos de dientes en una solución de agua oxigenada conserva los cepillos libres de gérmenes que causan gingivitis y otros problemas bucales.



Limpia tus cepillos con agua oxigenada

3. Un poco de agua oxigenada en un paño desinfecta superficies de manera muy eficaz. Excelente para usar en cocinas y baños.

4. Tablas para la carne y otros utensilios son totalmente desinfectados después de su uso, con un poco de agua oxigenada. El producto mata cualquier bacteria o germen, incluida la salmonella.

5. Aplicada en los pies, por la noche, evita problemas de hongos que causan los principales problemas en los pies, inclusive el mal olor.

6. Aplicada en la heridas (varias veces al día) evita infecciones y ayuda en la cicatrización. Hasta en casos de gangrena remitirán con su uso.




7. En una mezcla a medias con agua pura, puede ser aplicada en la nariz en resfriados y sinusitis. Esperar algunos instantes y sonarse la nariz. Esto mata gérmenes y otros microorganismos nocivos.

8. Un poco de agua oxigenada en el agua del baño ayuda a mantener la piel saludable, pudiendo ser usada en casos de micosis y hongos.

9. Ropas que precisen desinfección (pañuelos, faldas, etc.), o aquellas en contacto con secreciones corporales y sangre, pueden ser totalmente desinfectadas si se remojan en una solución conteniendo agua oxigenada antes del lavado normal.

Fuente: http://iluminantes.blogspot.com/2011/12/agua-oxigenada-barata-y-eficaz-lo-que.html#more

Electrosensibilidad: La Enfermedad de la Sociedad de la Información


3 DICIEMBRE, 2011
Rate This



Vivimos en un mundo donde la tecnología crece día a día, y cada vez son más los países que hacen uso de esta, donde los aparatos tecnológicos como Smartphones, las tabletas, las computadoras portátiles, y aparatos electrodomésticos son cada vez más fáciles de comprar y por supuesto, más fáciles de utilizar. De tal manera que diariamente nos encontramos rodeados de tecnología, desde la más sencilla, como; la televisión, un pequeño radio, hasta la más alta y última tecnología, como los ordenadores, las tabletas, o los teléfonos inteligentes. Todos estos dispositivos ya forman parte de nuestra vida diaria, lo mismo ocurre con internet, la mayoría de las personas ya cuentan con una señal de WiFi en su hogar, y últimamente las autoridades han optado por implementar señales WiFi en lugares públicos para que podamos estar siempre conectados, algo que a algunas personas les afecta.



Todas estas tecnologías, como el WiFi, los aparatos eléctricos, ya sean móviles, computadoras, electrodomésticos, tienen una característica en común: todos emiten señales electromagnéticas, por el simple hecho de utilizar la energía eléctrica como fuente para poder funcionar. Cada vez que solo nos acercamos a un aparato que utiliza energía eléctrica para funcionar, estamos recibiendo estas ondas electromagnéticas, debido a esto, actualmente se están llevando a cabo investigaciones, para saber si estas ondas nos pueden afectar a corto o a largo plazo.

Pero mientras estas investigaciones avanzan, hasta un 3% de la población mundial no pueden tener estos aparatos tecnológicos, y no porque no les guste o no tengan dinero para comprarlo, sino porque son “alérgicos a la tecnología”.


Minerva es una mujer afectada por la electrosensibilidad desde 1996.

Este 3% de la población mundial podría estar sufriendo una “nueva” enfermedad que les imposibilita el poder estar en contacto con ondas electromagnéticas, una enfermedad llamada: Electrosensibilidad.

Como ya mencione, esta es una enfermedad que apenas viene surgiendo, a tal grado que la Organización Mundial de la Salud (OMS), no reconoce a esta enfermedad como tal, lo que propicia que no haya algún tratamiento establecido, ni siquiera medicamentos para poder combatirla.
¿De qué se trata la Electrosencibilidad?

Pero te haz de estar preguntando: ¿qué es eso?, entonces vamos a hablar un poco de esta enfermedad.

La Electrosensibilidad forma parte de una nueva enfermedad que afecta a esta generación, llamada por algunos; la nueva “sociedad de la información”, y se prevé que sea una de las más importantes enfermedades del siglo XXI.

Según la página Electrosensibilidad.es, sitio dedicado a informar a la población mundial sobre esta enfermedad, no los explica de la siguiente manera:


Se trata de una enfermedad notoria recurrente provocada por la exposición a campos electromagnéticos. Ser eléctricamente sensible significa poseer un conjunto de síntomas (dolor de cabeza, cansancio crónico, dificultad para dormir…) que se activan o se intensifican al encontrarse cerca de aparatos eléctricos, transformadores, antenas de telefonía móvil y/u otras fuentes de radiaciones.

Puedes encontrar toda la información disponible sobre esta enfermedad en el siguiente enlace:Electrosensibilidad.es.


Alberto Cela Criado Creador de Electrosensibilidad.es

Dado lo anterior, una persona que sufre esta enfermedad, no puede utilizar una computadora, ni un teléfono, aunque sea el más sencillo, y no puede estar en un lugar donde exista alguna señal WiFi activa, porque si no aparecen los síntomas antes mencionados.

Dado lo anterior, se han creado lugares llamados “Zona de Refugio EHS”, los cuales son lugares donde no existe señal electromagnética alguna, un lugar propicio para personas con esta enfermedad, lamentablemente, solo existen muy pocas zonas de este tipo, una de ellas se encuentra en Italia y otra más en Francia.


Zona Refugio EHS

Hasta el momento, solo un país ha reconocido la Electrosencibilidad de manera oficial, lo que provoca que este país sea prácticamente un paraíso para las personas que la padecen, ahora solo falta esperar a que otros países empiecen a trabajar en este tema, ya que las personas con este problema no pueden llevar una vida normal, en una sociedad donde la tecnología se ha vuelto parte del día a día.
http://reyvolsamweb.wordpress.com/2011/12/03/electrosensibilidad-la-enfermedad-de-la-sociedad-de-la-informacion/

Ángela,una enferma con electrosensibilidad

« Expertos advierten de los efectos de las radiaciones


1 diciembre, 2011 por Irina de la Flor


Hace pocos días conocimos a Ángela, una madre de familia, jubilada y residente de Pinto por más de 10 años. Tuvo que abandonar su casa por desarrollar esa extraña enfermedad denominada electrosensibilidad, aún no reconocida en España. No es la primera vez que conocemos a un electrosensible, pues a nuestra fundación nos llegan muchos casos de personas como Ángela, que no han podido encontrar solución en médicos de cabecera, especialistas, y a veces les resulta muy difícil que los familiares o cercanos les empaticen. Hasta que por fin dan con la ayuda y el apoyo que necesitan.

En el caso de Ángela toda su familia, sus hijos y su marido la habían apoyado desde el principio. Ángela estuvo directamente expuesta a una antena de telefonía móvil de Vodafone durante más de 10 años, y el efecto acumulativo de las radiaciones generó, en su caso, esta enfermedad. Esto implica que la persona se vuelve sumamente intolerante a todo campo electromagnético que provenga de la fuente que sea (móvil, wifi, wimax, antena de telefonía o teléfono inalámbrico de casa). El problema surgió cuando, según me explicaba su hijo, Ángela adquirió un contrato con Vodafone y empezó a usar su móvil. Aparentemente ese fue el momento en el que el cuerpo de Ángela dijo: “basta ya” . Los síntomas se multiplicaron exponencialmente: tenía mareos, nauseas, le daban pitidos en los oídos, desarrolló depresión y fatiga crónica. Se volvió totalmente intolerante a las radiaciones de cualquier tipo y tuvo que abandonar su casa. Se trasladaron a un piso que tenían en la costa, pero también estaban rodeados de antenas y la situación de Ángela no consiguió mejorar. Después de 4 meses de espera, sus hijos encontraron una pequeña casita en Tembleque, un pueblo de Toledo ubicado en una zona donde casi no hay cobertura.

Esta enfermedad que hoy por hoy afecta a menos del 1% de la población, según algunos científicos podría alcanzar a un 20 o 30% de la población en unos años y convertirse en una gran epidemia si no se corrigen los límites que la ley actual hoy establece como “seguros”.

Por desgracia la ley no nos protege, así que hasta que no salga una directiva europea que se adapte a la nueva situación tecnológica que hoy vivimos, nos tenemos que proteger nosotros. Intentad usar los móviles lo imprescindible, tened internet por cable, sustituid teléfonos inalámbricos por teléfonos tradicionales por cable. Si estáis cerca de una antena, apantallad vuestras casas y, ante todo, proteged a los más vulnerables: niños, ancianos, enfermos y embarazadas. Si además podéis informar a otras personas, mejor. Velemos por la salud de todos. Está en nuestras manos.