REDUCIDO EL NIVEL DE COLORANTE
Un componente que podría causar cáncer ha provocado que tanto Coca-Cola como Pepsi cambien sus fórmulas. De esta manera, evitarán llevar en sus envases unas etiquetas que adviertan sobre los posibles peligros cancerígenos.
Coca-cola, sobre un edificio de Canadá | Foto: Agencias
antena3.com | Madrid | Actualizado el 09/03/2012 a las 13:03 horas
La fórmula de la Coca-Cola y Pepsi ha cambiado tras conocerse que un ingrediente que la compone podría ser cancerígeno. De esta manera, ambos productos van a evitar llevar una etiqueta que advierta del cáncer en sus envases.
El problema radica en un colorante llamado 4-metilimidazol, el cual, da un color caramelizado a ambas bebidas. En California ya se ha añadido a una lista de sustancias potencialmente cancerígenas. Según la BBC, las dos empresas ya han empezado a distribuir las bebidas con las nuevas fórmulas en este estado norteamericano.
Cabe destacar que esta sustancia sólo se ha relacionado con el cáncer en roedores. De hecho, la Agencia del Medicamento estadounidense ha calculado que habría que tomarse mil latas diarias para que se notaran los efectos adversos.
Coca-cola y Pepsi, las cuales dominan el 90% del mercado de refresos, tienen como objetivo más cercano hacer efectivos estos cambios en todo el país.
Coca Cola España ha asegurado a este medio la seguridad de su producto y que establece todas las medidas sanitarias europeas y españolas.
// fecha de publicación 09/03/2012 5:18:00
Elena Miró, Mª Pilar Martínez, Ana I. Sánchez, Germán Prados, Fabián N. Diener, Mª José Lami y Marie Carmen Valenza
Universidad de Granada
La fibromialgia es un síndrome de dolor crónico de causa desconocida que con lleva un importante malestar y deterioro en la calidad de vida. Esta condición afecta al 2-5% de la población general, aunque los estudios epidemiológicos han demostrado la preponderancia de la fibromialgia entre las mujeres frente a los varones con una ratio aproximada de 9:1. La menor prevalencia de la fibromialgia en los varones ha llevado a que el conocimiento actual sobre el síndrome se haya desarrollado principalmente a partir de la investigación con mujeres. Al asumirse que es "una enfermedad de mujeres" los hombres tardan más años en ser diagnosticados y podrían existir sesgos en la atención sanitaria a la fibromialgia.
Recientemente, el equipo de la Dra. Elena Miró de la Universidad de Granada ha realizado un estudio con el objetivo de analizar si las manifestaciones clínicas de la fibromialgia son distintas en función del sexo. Participaron en la investigación dos grupos de pacientes con fibromialgia cuidadosamente seleccionados (21 varones y 21 mujeres) y un grupo control de hombres sanos (n= 21) con una edad comprendida entre 30-60 años. Los pacientes procedían del Servicio de Reumatología y de la Unidad del Dolor del Hospital Universitario Virgen de las Nieves de Granada (remitidos por los Dres. M. Guzmán, R. Gálvez y R. Cáliz, que colaboran en la investigación) y de la Asociación de Fibromialgia de Granada. El grupo control estuvo constituido por familiares y amigos de estudiantes de la Universidad de Granada. Los grupos fueron igualados en edad y nivel educativo.
A cada persona se le realizaron dos sesiones de entrevista de evaluación en las que se recogía información sobre comienzo y curso del problema, estado psicológico, actitudes hacia la fibromialgia, tratamientos recibidos y consumo de medicación. Los participantes cumplimentaron también diversas medidas de autoinforme relacionadas con el dolor, el sueño, la fatiga, la psicopatología, el malestar emocional y el impacto funcional de la fibromialgia. Además, en los grupos clínicos se efectuó una evaluación objetiva del umbral de sensibilidad al dolor en distintos puntos corporales con un algómetro de presión y un estudio del sueño nocturno con polisomnografía ambulatoria.
Los resultados pusieron de manifiesto que tanto los varones como las mujeres con fibromialgia mostraban una afectación significativamente mayor que el grupo control en todas las medidas de dolor, sueño, fatiga, psicopatología, malestar emocional y deterioro funcional. El hecho de que en fibromialgia no haya diferencias en malestar emocional en función del sexo, cuando en otros síndromes de dolor crónico suelen ser las mujeres las que puntúan más en ansiedad y/o depresión que los varones, podría indicar que los hombres con fibromialgia están experimentando más malestar afectivo que los varones con otros problemas de dolor quizá por el "estigma" asociado a padecer "una enfermedad de mujeres". Este aspecto debe ser aclarado por la investigación futura.
Por otra parte, las mujeres y los varones con fibromialgia solo se diferenciaron de forma significativa en su umbral de sensibilidad al dolor que fue menor en las mujeres (mayor sensibilidad al dolor) y en diversos parámetros cardiorespiratorios de la polisomnografía que indicaban una mayor presencia de trastornos respiratorios durante el sueño en los varones.
Esta menor tolerancia al dolor en las mujeres podría llevarlas a una mayor demanda de atención asistencial por el dolor y tal vez eso explique por qué los hombres con fibromialgia pasan por más especialistas que ellas hasta que se identifica al dolor como problema principal. Por su parte, en los varones con fibromialgia los efectos negativos asociados a la presencia de trastornos respiratorios durante el sueño como la apnea pueden ser un factor crítico de la evolución del problema. De hecho, el mejor predictor de la experiencia de dolor en varones fue la baja calidad de sueño y en la mujeres la catastrofización del dolor. La catastrofización o tendencia a vivenciar el dolor de forma dramática incluye elementos de rumiación, magnificación e indefensión en relación al dolor. La razón de estas diferencias en sensibilidad al dolor y en los factores que se asocian al dolor en cada caso no está clara, pudiendo jugar un papel relevante tanto factores socioculturales como factores biológicos relacionados con la acción de las hormonas sexuales.
Estos resultados sugieren que las estrategias terapéuticas más eficaces para controlar el dolor podrían ser diferentes en hombres y mujeres. Las estrategias de control del dolor que se centran en mejorar el sueño pueden ser particularmente importantes en el tratamiento de los hombres con fibromialgia. En las mujeres parece relevante atender especialmente a la tendencia a catastrofizar en relación con la experiencia de dolor. Actualmente, el equipo de la Dra. Miró está llevando a cabo un ensayo controlado aleatorizado que compara la eficacia de un tratamiento médico estándar con un tratamiento cognitivo-conductual (TCC) centrado en aspectos cognitivo-afectivos, un tratamiento cognitivo-conductual centrado en el sueño y una combinación de estos dos últimos enfoques, para intentar determinar qué puede aportar el tratamiento de los problemas de sueño al abordaje actual de la fibromialgia. Igualmente esta investigación permitirá analizar posibles diferencias de sexo en la respuesta terapéutica o diferencias que puedan existir en cuanto al tipo de variables en las que impacta cada tratamiento.
Investigación financiada por el Ministerio de Ciencia e Innovación (PSI2009-13765PSIC)
El artículo completo puede consultarse en la revista Psicothema:
Miró, E., Diener, F.N., Martínez, M.P., Sánchez, A. I., y Valenza, M.C. (2012). La fibromialgia en hombres y mujeres: comparación de los principales síntomas clínicos. Psicothema, 24, 10-15.
Otras referencias bibliográficas relacionadas:
Martínez, M. P., Sánchez, A.I., Miró, E., Medina, A., y Lami, M.J. (2011). The relationship between the fear-avoidance model of pain and personality traits in fibromyalgia patients. Journal of Clinical Psychology in Medical Settings, 18, 380-391.
Miró, E., Martínez, M.P., Sánchez, A.I., Prados, G., y Medina, A. (2011). When is pain related to emotional distress and daily functioning in fibromyalgia syndrome? The mediating roles of self- efficacy and sleep quality. British Journal of Health Psychology, 16, 799-814.
Sánchez, A.I., Martínez, M.P., Miró, E., y Medina, A. (2011). Predictors of the pain perception and self-efficacy for pain control in patients with fibromyalgia. The Spanish Journal of Psychology, 14, 366-373.
Prados, G. y Miró, E. (2012). Fibromialgia y sueño: Una revisión. Revista de Neurología, 54, 227-240.