sábado, 15 de octubre de 2011

La re­vo­lu­ción trans­gé­nica y más bio­tec­no­lo­gía por venir


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De cuando la co­mida dejó de ser lo que siem­pre ha­bía sido… o cómo se in­dus­tria­li­za­ron los alimentos…
lo ex­plica muy bien la lla­mada «Re­vo­lu­ción Verde», y sus gran­des in­ven­cio­nes para eli­mi­nar el ham­bre en el mundo. La se­lec­ción ge­né­tica, los mo­no­cul­ti­vos y la uti­li­za­ción ma­siva de pes­ti­ci­das, her­bi­ci­das y fer­ti­li­zan­tes sen­ta­ron las ba­ses de un mo­delo pro­duc­tivo en el que la rica y fér­til va­rie­dad de se­mi­llas fue sus­ti­tuida por el mo­no­po­lio de los OGM, or­ga­nis­mos ge­né­ti­ca­mente modificados.


Los trans­gé­ni­cos.

Maíz in­sec­ti­cida

Maíz trans­gé­nico Bt de Monsanto.
  • Lo «cru­za­ron» con una bac­te­ria [Ba­ci­llus thu­rin­gien­sis (Bt)] para que pro­du­jera una proteína.
  • Esa pro­teína mata al gu­sano ba­rre­na­dor: el prin­ci­pal pro­blema del maíz.
  • Pero per­ju­dica a otros in­sec­tos be­ne­fi­cio­sos que ayu­dan con­tro­lar otras plagas.
  • Se acu­mula en los sue­los de cul­tivo, re­du­ciendo su fertilidad.
So­bre su in­ca­pa­ci­dad para eli­mi­nar el ham­bre en el mundo se al­ber­gan ya po­cas du­das, a pe­sar de que al­gu­nas vo­ces acre­di­ta­das, ame­na­zan con que gran­des desas­tres aso­la­rán a la hu­ma­ni­dad si una nueva re­vo­lu­ción verde trans­gé­nica no se rea­liza. Lo que más que una ame­naza es una pe­li­grosa reali­dad, es que ac­tual­mente se di­se­ñan cul­ti­vos para para ser fu­mi­ga­dos. Enca­sos tan ejem­pla­res como el del maíz, es el pro­pio ce­real el que fun­ciona como tal in­sec­ti­cida, ani­qui­lando toda po­si­bi­li­dad de vida a su alrededor.

Maíz re­sis­tente a herbicidas

Maíz trans­gé­nico HT, fa­bri­cado por Mon­santo y por Bayer.
  • Es to­le­rante a her­bi­ci­das em­plea­dos para evi­tar hier­bas ad­ven­ti­cias que com­pi­ten con el maíz.
  • Pero las plan­tas ter­mi­nan ha­cién­dose re­sis­ten­tes, te­niendo que au­men­tar el uso de agrotóxicos.
  • Y el glu­fo­si­nato de amo­nio, pre­sente en el maíz T25 de Ba­yer, es de alto riesgo para los ma­mí­fe­ros (Au­to­ri­dad Eu­ro­pea para la Se­gu­ri­dad de los Alimentos).
Desde que los trans­gé­ni­cos apa­re­cie­ron son mu­chos los es­tu­dios que han in­ves­ti­gado los po­si­bles per­jui­cios que es­tos pro­duc­tos pue­den pro­vo­car, la cues­tión es su fia­bi­li­dad. Se­gún la Re­vista En­vi­ro­men­tal Scien­ces Eu­rope, lo que ex­plica que la ma­yo­ría de los ali­men­tos trans­gé­ni­cos pa­sen to­dos lo con­tro­les es pre­ci­sa­mente la corta du­ra­ción del tiempo de me­di­ción de los efec­tos, en­tre 30 y 90 días, en los es­tu­dios que se lle­van a cabo, y ade­más son fi­nan­cia­dos por las pro­pias cor­po­ra­cio­nes que con­tro­lan este mercado.

Las pa­ten­tes.

A par­tir de 1930 se con­ce­dió a los agri­cul­to­res la po­si­bi­li­dad pa­ten­tar se­res vi­vos, pero sólo du­rante una ge­ne­ra­ción. Es en los años ’70 cuando un in­ge­niero que tra­ba­jaba para la Ge­ne­ral Elec­trics, con­si­gue que se le per­mita pa­ten­tar una bac­te­ria abriendo la puerta a la pa­tente de la vida.

Cuando la in­dus­tria de los pes­ti­ci­das com­pró la in­dus­tria de las se­mi­llas, se co­men­za­ron a pa­ten­tar tanto las mo­di­fi­ca­das como las no mo­di­fi­ca­das. El único lí­mite fue que no es­tu­vie­ran pre­via­mente pa­ten­ta­das. La con­se­cuen­cia in­me­diata el mo­no­po­lio del mer­cado ali­men­ta­rio, ya que una vez pa­ten­ta­das han ido re­ti­rando de cir­cu­la­ción to­das aque­llas va­rie­da­des no de­pen­dien­tes de los pes­ti­ci­das y fertilizantes.
Se­gún el Grupo ETC, a prin­ci­pios de la dé­cada de los ’80 exis­tían en el mundo más de 7.000 em­pre­sas se­mi­lle­ras que pro­du­cían para el mer­cado co­mer­cial; nin­guna de ellas lle­gaba al 1% del mer­cado. Al­gu­nos datos:
  • De las mi­les de com­pa­ñías de se­mi­llas e ins­ti­tu­cio­nes pú­bli­cas de me­jo­ra­miento de cul­ti­vos que exis­tían treinta años atrás, ahora sólo que­dan diez trans­na­cio­na­les que con­tro­lan más de dos ter­cios de las ven­tas mun­dia­les de se­mi­llas que es­tán bajo pro­pie­dad intelectual.
    Mapa que muestra el nivel de penetración de los transgénicos en el planeta.
    Pe­ne­tra­ción de los trans­gé­ni­cos en el mundo.
  • De las do­ce­nas de com­pa­ñías de pla­gui­ci­das que exis­tían hace treinta años, diez con­tro­lan ahora apro­xi­ma­da­mente el 90% de las ven­tas de agro­quí­mi­cos en todo el mundo.
  • De unas mil em­pre­sas bio­tec­no­ló­gi­cas emer­gen­tes hace 15años, diez tie­nen ahora los tres cuar­tos de los in­gre­sos de esa industria.
  • Y seis de los lí­de­res de las se­mi­llas son tam­bién seis de los lí­de­res de los pla­gui­ci­das y la biotecnología.
  • En los últi­mos treinta años, un pu­ñado de com­pa­ñías ga­na­ron el con­trol de una cuarta parte de la bio­masa anual del pla­neta (cul­ti­vos, ga­nado, pesca, etc.) que fue in­te­grada a la eco­no­mía del mer­cado mundial.
Esto sig­ni­fica, en la prác­tica, dar a las cor­po­ra­cio­nes el po­der de con­tro­lar el desa­rro­llo de la vida en la Tie­rra. Por­que quien con­trola las se­mi­llas con­trola la co­mida y por tanto la vida.

Mo­ra­to­ria Trans­gé­ni­cos… o la ba­lada de los lobbys.

El pa­sado año, tras doce de mo­ra­to­ria, la UE au­to­rizó en Eu­ropa cinco or­ga­nis­mos ge­né­ti­ca­mente mo­di­fi­ca­dos, uno co­rres­ponde a una va­rie­dad de pa­tata, teó­ri­ca­mente para usos in­dus­tria­les; y más re­cien­te­mente la UE quiere im­por­tar maíz y soja trans­gé­ni­cos con una pe­queña can­ti­dad de otros trans­gé­ni­cos que ni se han ana­li­zado ni se han apro­bado en la UE. Son ejem­plos cla­ros de lo que viene siendo un pro­lon­gado co­que­teo en­tre la in­dus­tria y la política.
Un ejem­plo es el caso es­pa­ñol. Cris­tina Gar­men­dia, la Mi­nis­tra de Cien­cia e In­no­va­ción, ha sido pre­si­denta de «ASE­BIO» —el lobby pro­trans­gé­nico más po­tente de Es­paña fi­nan­ciado, en­tre otras gran­des mul­ti­na­cio­na­les del sec­tor, por Mon­santo—, es fun­da­dora de la em­presa «Ge­ne­trix» que aglu­tina a mu­chas de las com­pa­ñías es­pa­ño­las de bio­tec­no­lo­gía, y pre­si­denta de la fun­da­ción «In­bio­med» (fi­nan­ciada con di­nero pú­blico) de­di­cada a la in­ves­ti­ga­ción ge­né­tica con fi­nes farmasanitarios.
De aquí hasta abajo, pa­sando por Di­rec­to­res Ge­ne­ra­les, Je­fes de Ga­bi­nete, cien­tí­fi­cos del CSIC, etc. se ex­plica el por qué del gran afán de la In­dus­tria so­bre la sa­lud y la ali­men­ta­ción de las per­so­nas y su nuevo es­ce­na­rio, la bio­tec­no­lo­gía, ac­tual­mente con­ver­tida en “in­ge­nie­ría ge­né­tica extrema”.
Como to­das las bio­cien­cias está im­pul­sa­das por la tec­no­lo­gía de la in­for­ma­ción o la bio­in­for­má­tica– aná­li­sis del ma­te­rial bio­ló­gico a tra­vés de la compu­tación. Sólo com­pren­diendo el con­cepto de con­ver­gen­cia en­tre tec­no­lo­gías y ca­pi­tal se puede ob­te­ner una idea apro­xi­mada de la di­men­sión del po­der cor­po­ra­tivo. Esta con­fluen­cia está dando lu­gar a acuer­dos glo­ba­les en­tre mer­cado y go­bier­nos para con­quis­tar los dos ter­cios de bio­masa que aun que­dan por mercantilizar.
Mien­tras tanto los gi­gan­tes de la ge­né­tica agroa­li­men­ta­ria di­cen que si la agri­cul­tura se ve ame­na­zada por con­di­cio­nes cli­má­ti­cas ex­tre­mas lo que ne­ce­si­ta­mos son «ge­nes re­sis­ten­tes» que pue­dan so­por­tar­las. Y en lu­gar de cues­tio­nar o cam­biar las es­truc­tu­ras que pro­vo­can y en­quis­tan la po­breza y la de­sigual­dad, mu­chos go­bier­nos con­ti­nuan si­tuán­dose del lado de las em­pre­sas para re­for­zar las mis­mas po­lí­ti­cas que las cau­san. (Fuente: Grupo Etc)

El nuevo escenario.

La bio­tec­no­lo­gía es la tec­no­lo­gía ba­sada en la bio­lo­gía, es­pe­cial­mente usada en agri­cul­tura, far­ma­cia, cien­cia de los ali­men­tos, me­dioam­biente y medicina.
Den­tro de ella existe: la bio­tec­no­lo­gía roja, la blanca la verde y la azul. La roja es la que se re­fiere a pro­ce­sos mé­di­cos, nue­vos fár­ma­cos. La verde la que se re­fiere a pro­ce­sos agrí­co­las, como los tras­gé­ni­cos. La re­la­ción en­tre am­bas es de su­po­ner si se tiene en cuenta que seis de las gran­des far­ma­ceú­ti­cas han ad­qui­rido y creado em­pre­sas de semillas.
Se­gún Gre­gory Stock, bio­fí­sico y em­pre­sa­rio de bio­tec­no­lo­gía, in­vi­tado re­ciente en el pro­grama de di­vul­ga­ción cien­tí­fica Re­des:
«Es im­por­tante que com­pren­da­mos la enor­mi­dad de los cam­bios que es­tán ocu­rriendo hoy en día para dar­nos cuenta del tipo de trans­for­ma­ción que va­mos a pre­sen­ciar,
por­que real­mente es­ta­mos en un mo­mento de tran­si­ción, y no so­la­mente es un mo­mento de tran­si­ción en la his­to­ria de la hu­ma­ni­dad; es un mo­mento de tran­si­ción en la his­to­ria de la vida… em­pe­za­mos a con­tro­lar los pro­ce­sos de la vida y em­pe­za­mos a con­tro­lar nues­tro pro­pio fu­turo evolutivo».
A con­ti­nua­ción y por re­su­mir una cues­tión de na­tu­ra­leza tan com­pleja es de re­sal­tar lo que Stock ar­gu­menta en fa­vor de las apli­ca­cio­nes de la biotecnología:
«Pen­sando en cier­tos ti­pos de in­ter­ven­cio­nes far­ma­co­ló­gi­cas, (como el pro­zac) sin duda es me­jor te­ner un buen amigo. Pero tam­bién es ver­dad que las in­ter­ven­cio­nes ac­tua­les son bas­tante ru­di­men­ta­rias: pro­vo­can mu­chos efec­tos se­cun­da­rios y no aca­ba­mos de en­ten­der to­da­vía nues­tro fun­cio­na­miento, el fun­cio­na­miento del ce­re­bro hu­mano, de la mente hu­mana… pero con­forme va­ya­mos ad­qui­riendo esos co­no­ci­mien­tos todo cam­biará; creo que lo­gra­re­mos crear cóc­te­les de fár­ma­cos que re­crea­rán cier­tos es­ta­dos emo­cio­na­les desea­bles. ¡Y eso sí que será un reto enorme! Ahora de­ci­mos que es me­jor te­ner un amigo, ¿pero qué pa­sa­ría si pu­dié­ra­mos to­mar una pas­ti­llita que nos lo diera todo, to­das las sen­sa­cio­nes be­ne­fi­cio­sas que nos da un amigo… y fuera fa­ci­lí­sima de to­mar, sin las mo­les­tias de for­jar una amis­tad o lo que sea?».
¿A al­guien le re­cuerda esto a «Un mundo fe­liz» de Al­dous Huxley?.
Fuente: http://cusamaco.eu/?p=2761

"Los móviles del futuro podrían llevar el mensaje 'usarlo puede matar'"



'El conejo blanco' es la primera novela de Nino Treusch, un thriller que aborda las consecuencias que las ondas electromagnéticas pueden tener para la salud



ALBERT DOMÈNECH
Barcelona Periodista

Es una de las preguntas del millón y de momento ya les avanzo que no existe una respuesta contundente. ¿Son los móviles perjudiciales para la salud?
Según varios estudios, una prolongada exposición a las radiaciones que emiten estos aparatos puede crear trastornos cerebrales, cataratas, Alzheimer o cáncer. Pero también es cierto que hay expertos y científicos de renombre que han descalificado estas investigaciones. Con este tema de actualidad de telón de fondo, Nino Treusch, que trabajó ocho años en una multinacional del sector, ha editado su primera novela, ‘El conejo blanco’, con la que abre un debate ético y moral sobre el uso de una determinada tecnología y los posibles peligros que encierra la utilización del móvil. La Organización Mundial de la Salud alertó el pasado mes de junio sobre el riesgo de desarrollar un tumor cerebral tras el uso “intenso y continuado del móvil”. El debate científico y social sigue más abierto que nunca, y ahora Treusch quiere con su libro debut lograr que la gente se haga preguntas para un problema que podría tener sus primeras consecuencias visibles en “diez o quince años”.

-Su novela empieza fuerte, con un hombre enterrado vivo a punto de morir, yo también lo haré. Directo. ¿Son los móviles dañinos para la salud?
-Empecé a escribir el libro a principios de 2004. Ese año publicaron una investigación sobre los efectos de las ondas electromagnéticas en células in vitro. Son unas 500 páginas y me tomé el tiempo de leérmelo. No soy médico, pero la última página en particular me parecía un poco preocupante. Tenía miedo y empecé a pensar. Piense además que en 2003 y 2004 el mercado de móviles no era tan grande como el de ahora. Así me llegó la idea de escribir sobre un concepto más ético que confrontase las problemáticas sobre cómo se puede comercializar una tecnología en la que hay dudas. Es el reflejo de cómo vivimos hoy en día, lo queremos todo rápido. Las cosas que necesitan de tiempo o de años parece que no interesan mucho a la gente.

-Si usted empezó a escribir sobre ello es porque no lo veía nada claro…
-Sí, pero siendo que consciente que cuando se escribe sobre algo así puede ser que con los años salgan otras investigaciones que te digan lo contrario, algo que sería muy bueno para nosotros en este caso. Me leí todas las investigaciones públicas que llegaron, que eran bastantes, y me pareció terrible todo lo que leí.-¿Por qué?
-Todas acaban con la misma conclusión, que se necesitan más estudios. Cuando hablamos de algo dañino, no nos referimos a algo que pase mañana, o cada día. Es un efecto que de producirse, no tendríamos resultados hasta los próximos 10 o 15 años.

-Según estos estudios no quedaría mucho tiempo, quizás mientras algunos sigan estudiando podrían aparecer los primeros síntomas…
-Ese es el tema del libro, parte de un problema ético. En Estados Unidos los casos de medicinas que han sido más dañinas que las que han curado se han aumentado considerablemente. Es el mal de esta sociedad que busca la inmortalidad, ser todos guapos, fuertes, etc. Se están tomando cosas que antes necesitaban un poco más de tiempo para experimentar y validar.

-¿También pasa con los móviles?
-Piensa en la gente que telefonea una hora cada día. De aquí diez años, si siguen con esta media, habrán pasado un año entero ocho horas al día enganchados al móvil. Puede ser un efecto acumulativo que afecte a mucha gente.

-En España hay un refrán que dice, “cuando el río suena, es que agua lleva”…
-Este año la Organización Mundial de la Salud también se ha pronunciado en este sentido. Entiendo que al consumidor le cueste creerlo porque no hay nada cien por cien cierto, pero hoy en día tenemos muchos datos como para aconsejar ir con mucho más cuidado en el uso de estos móviles. Escribir esta novela es una manera de poner a todo el mundo en contacto con un problema que puede ser real. Hay mucho debate, con opiniones antagónicas, y esto tampoco ayuda.

-Usted ha trabajad en una multinacional del sector. ¿Las compañías de telefonía están financiando, es decir, pagando estudios que digan que los móviles no son nocivos?
-No, no creo que pase eso. La empresa donde trabajé es un poco el reflejo de este mundo. Ellos no son responsables, si no hay una ley que lo prohíba, no hacen nada mal, y así piensa mucha gente. Son otras las organizaciones que necesitan poner reglas. Y en cierto modo, lo hacen. Pero el problema es que hay dos problemas, que falta dinero y que en la mayoría de las investigaciones que se han hecho hasta ahora el dinero ha llegado de las compañías que hacen estos teléfonos. Pero sí que es cierto que si uno mira los gastos en marketing y en investigaciones verá que son dos mundos diferentes, y en un segundo tema es que no se invierte lo suficiente. Luego también está el tiempo que se necesita para confirmar si estos aparatos pueden ser dañinos o no, diez años son muchísimos.

-Se lo diré de otra forma. ¿Cuánto tiempo cree que tiene que pasar para que podamos calibrar si los móviles son o no nocivos para nuestra salud?
-Pienso que el mundo tiene bastantes problemas como para preocuparse ahora de ello, esta es la sensación que me transmiten. Necesitas primero que la comunidad científica unifique un método de investigación. Hay mucho debate sobre cuál es el mejor método para calibrar el efecto de estas ondas.

-Entiendo que en su opinión, y a pesar de que no hayan estudios que lo demuestren, es necesario que el consumidor adopte las máximas medidas posibles.
-Sí, creo que la gente está hoy más preocupada que en 2003 cuando salieron los primeros estudios. Se ha hablado mucho de este tema y no hay consenso, algo que no es bueno para un aparato que usan seis millones de personas y del que se venden 1,4 millones de unidades al año. Imaginarse hoy el mundo sin teléfonos móviles es imposible. Pero sí que podemos poner más atención en las llamadas que hacemos, muchas de ellas son inútiles. Cuando llamas por ejemplo para decir “estoy llegando”. Creo que cada uno puede hacer balance de su vida.

-¿Recomienda reducir el número de llamadas al día o restringir directamente el uso del móvil?
-Lo primero que recomiendo es que la gente use auriculares. Lo segundo es pensar un poco en qué tipo de comunicación es importante hacer. Esto no es solo aplicable al teléfono. Se transmite mucha información que no es importante.

-Los últimos estudios ponen el acento en que los niños son los que están más expuestos a estas ondas. Precisamente en un momento en que cada vez se tiene móvil a menos edad…
-Sí, en 2003 los niños no tenían teléfono, es por eso que ahora se habla más de este tema. Según los estudios, los niños son los que están expuestos a un riesgo mayor porque su cerebro es más vulnerable. Cada país está tratando el tema de manera diferente, en Inglaterra se habla mucho de prohibir el teléfono a los menores, por ejemplo. En los países del norte también está el debate.

-¿Prohibiría el uso del teléfono a los menores?
-Los menores pueden vivir sin móvil, se sabe siempre donde están y siempre van con alguien de más edad y que tiene teléfono. No creo que sea necesario si se tiene organización. Mi hija tiene siete años y yo también me planteo esta cuestión porque sé que algún día me lo preguntará, y espero que lo haga lo más tarde posible. Creo que esta novela puede servir también a la gente joven para que empiecen a cuestionarse cosas.

-Para que no acaben convertidos en conejos blancos…
-Sí, la idea es que el mundo no sea un conejo de laboratorio.

-No me ha contestado, ¿prohibiría el móvil a los menores?
-No creo que el móvil sea necesario para los menores de diez años. Hasta que no lleguen los resultados definitivos es importante tomar un poco de distancia.

-¿Con los imparables avances tecnológicos que hay hoy en día nos hemos convertido todos en conejos blancos sin saberlo?
-En estos últimos años he hablado con profesores, médicos, etc. Cuando se escribe sobre algo delicado uno tiene que hacerlo con el máximo rigor. He encontrado a mucha gente increíble, y son todos mucho más negativos que yo.

-Hágame autocrítica, que por algo ha escrito la novela. ¿Tienen las multinacionales de móviles que invertir mucho más en investigación de lo que se hace?
-Sí, pero no solo este sector, sino todos los sectores. Es la parte más difícil, porque significa pensar a largo plazo cuando seguro que hay otros problemas, es el ritmo de vida que llevamos hoy. A la gente le gusta la tecnología, cambiar cada dos o tres meses de aparato, tener lo último. Para mí la seguridad es tener la certeza de que sabes que no te hace daño, y eso no lo podemos asegurar. Hay gente que incluso lo ha comparado con el tabaco.ç

-El tabaco puede matar, eso sí es demostrable.
- Sí, pero para mí hay una diferencia, y es que es difícil vivir en una ciudad donde estamos rodeados de tecnología, también hay mucha gente que piensa que las antenas de los teléfonos móviles te pueden influenciar, pero si vives en una ciudad es imposible no estar cerca de alguna.

-¿Comparar el uso del móvil con el tabaco es alarmista?
-Pienso que hay muchas cosas similares, cuando hay debates así siempre se acaba “matando” al consumidor. Puede ser que algún día el teléfono lleve escrito el mensaje de “usarlo puede matar”. Y después el consumidor hará lo que quiera, es una de las maneras más simples para solucionar el problema.

-Algunos de los estudios no dudan en hacer una lista de las patologías que se pueden desarrollar a consecuencia del uso del móvil. Alzheimer, cataratas o cáncer son algunas de ellas. De momento la única enfermedad demostrable es la de la adicción al aparato. ¿Irá a más?
-Hay países donde existe más que en otros. El mundo ha cambiado mucho, antes los niños jugaban en la calle, ahora se pasan el día en casa conectados. Hay un estudio reciente de Harvard que dice que la gente es menos productiva cuánto más conectada está. Es importante que la tecnología no te cambie, el contacto humano sigue siendo el más importante. Hay mucha gente que es adicta a la tecnología y, personalmente, no entiendo porqué.

-No sé si a sus colegas de sector les ha hecho mucha gracia que debutara con una novela tan polémica para ellos…
-(Ríe). No, les ha gustado, pienso que no he escrito nada que no se puede mirar desde un prisma de investigación. La gente del sector que lo ha leído no tiene ninguna queja, entre otras cosas porque es un tema del que ya se hablaba antes, yo no he descubierto nada. La industria no es tonta, pero hasta que no haya una ley en este sentido ya te he dicho que no pueden hacer nada. Son pequeñas cositas las que se pueden hacer, como llevar un auricular.

-¿Nadie le ha acusado de alarmista?
-Hay gente que ha dicho que he escrito sobre este tema para incrementar las ventas. Simplemente es una novela. La gente que habla de alarmismo es la que quiere cerrar los ojos. Si vas a Google y pones la palabra teléfono móvil y cáncer verás que te llegan 20 millones de páginas. Es un tema que a la gente le toca de cerca pero que le gustaría tener un poco más de confianza, y eso es lo he querido reflejar en el libro.

-A día de hoy la seguridad total no existe.
-No, haciendo caso a las investigaciones o a lo que dice la OMS nadie puede estar tranquilo.

-Por cierto, ¿usted tiene móvil?
-Sí, pero siempre llevo auriculares y por la noche siempre lo apago. Teniendo línea fija es una tontería.


Fuente: http://www.lavanguardia.com/vida/20111013/54228603662/los-moviles-del-futuro-podrian-llevar-el-mensaje-usarlo-puede-matar.html

Enfermos de fibromialgia piden en San Vicente que se reconozca su discapacidad



ALICANTE 14.10.11 L. CANDELA | SAN VICENTE.

Enfermos de fibromialgia piden en San Vicente que se reconozca su discapacidad
Una decena de personas se acercó ayer hasta las puertas del Ayuntamiento de San Vicente con un objetivo claro: que se reconozca la discapacidad en los afectados por fibromialgia. La Asociación de Fibromialgia y Astenia Crónica, que en su asamblea local cuenta con alrededor de medio centenar de miembros, informó a todo el que estuviese interesado en escuchar sobre esta afección, sus síntomas y los problemas que sufren los enfermos por su falta de reconocimiento social, administrativo e, incluso, médico.

Victoria Molina, presidenta de la asociación de San Vicente, recordó que «todos los meses venimos hasta aquí para que se nos tenga en cuenta. Antes íbamos a Alicante, pero los problemas de algunos de los miembros por su enfermedad nos llevó a que cada uno acudiese a su municipio».

La falta de un baremo médico para valorar cómo afecta esta enfermedad a las personas dificulta la vida a un 4% de la población española y, en el 90% de los casos, principalmente a mujeres, cuyos síntomas suelen presentarse en forma de dolores y fatigas. «Muchas veces nos mandan directamente al psicólogo y piensan que no estamos bien de la cabeza. Hemos iniciado distintas causas judiciales que finalizan dándonos la razón, pero el proceso es largo y costoso».

Sin duda, una de las principales ayudas es la Unidad de Fibromialgia de San Vicente, que el próximo 21 de octubre impartirá una serie de conferencias sobre el tema. «Es una novedad importante. Nunca toda la Unidad había podido salir a explicar a la gente cómo es esta enfermedad, han tenido que esperar a que se atienda a toda la lista de espera. Tanto los enfermos como los familiares van a poder preguntar a estos expertos. Estamos muy contentos».

La información es fundamental en estos casos, ya que, como reconoce Victoria Molina, el ámbito familiar es reacio, en ocasiones, a aceptar la enfermedad.

Por el momento continuarán con estas movilizaciones y ya están ultimando la redacción de los estatutos para conformar la federación de asociaciones a nivel autonómico.


"Compre fruta fea"



Tristram Stuart, activista de Oxfam contra el derroche de comida; autor de 'Despilfarro'

"Compre fruta fea"

13/10/2011 - 00:00


LLUÍS AMIGUET

Hambre y derroche
Estamos subvencionando con nuestros impuestos nuestro propio sobrepeso. Incentivamos una agricultura y ganadería intensivas –en este país hay más cerdos que personas– que favorece un exceso de calorías causante de la obesidad, que, a su vez, origina enfermedades que encarecen nuestra sanidad. Lo denuncia Tristram Stuart mientras comemos. Al acabar pide al camarero las judías que sobran y se las lleva para cenar. Va a distribuir con Oxfam miles de bandejitas por los restaurantes para que nos llevemos a casa lo que sobra. Tiene sentido y debería ser común. En este país que pasó tanta hambre –o tal vez por eso– es triste que nos sorprenda que alguien no tire comida a la basura.

Mire qué tomates! Todos iguales en forma, tamaño, color... ¿Usted ha visto un tomate en el huerto?

Alguna vez.
¿Y tenían todos el mismo tamaño como tienen aquí en el supermercado?

No.
¡Porque la naturaleza no hace a los tomates iguales sino diversos! ¿Y sabe lo que hacemos con todos los tomates que no tienen el tamaño, color o forma de la media?

¿Los tiramos?
¡A la basura! Cada día desperdiciamos toneladas de verduras, de frutas, pero también de pescado y carne por esa absurda obsesión por la regularidad. En el mercado nos ofrecen piezas que son como fabricadas de plástico: iguales en color, tamaño y forma.

Si se tiran, es que no son rentables.
¿No son rentables para quién? ¿Sabe lo que nos cuesta en deterioro ambiental y en subvenciones cultivar, transportar y al final tirar a la basura toneladas de alimentos?

Mucho sentido económico no tiene.
Ni ético ni moral. Generamos alimentos con un enorme coste ecológico que, después, desperdiciamos por capricho. Mientras, otros humanos padecen inanición. A partir de ahora, pruebe la fruta antes de comprarla.

¿Qué tiene que ver con el derroche?
Exija olerla, tocarla y catarla. Comprobará que, a menudo, esas peras o manzanas todas igualitas como de juguete... ¡no saben a nada! Para combatir nuestro prejuicio cultural de preferir la regularidad, use el olfato, el gusto y hasta el tacto de una de las piezas antes de lanzarse a comprar un kilo sólo por el aspecto que tienen.

A veces da corte pedir catarlas.
Tiene usted derecho como consumidor y siempre se hacía así en mercados tradicionales. Ahora fíjese en la basura del súper: podríamos evitar que se desperdiciaran toneladas de comida sólo por su fecha de caducidad. ¿Por qué no venden los alimentos el día que caducan a mitad de precio?

Parece buena idea.
A menudo se trata simplemente de proponerlas. Yo me indigné al averiguar que una panificadora inglesa tiraba a la basura cada día... ¡trece mil! barras de pan.

¿Por qué?
Porque se había puesto de moda el pan de molde sin corteza.

Misterios del marketing.
Tonterías. Sin corteza se conserva peor y ahora se les pasa muchísimo más pan que antes. Por eso, les pido que pidan pan con corteza: ya se la quitarán luego si quieren.

El consumidor decidirá.
Yo investigué en la panificadora y descubrí que, encima, pagaban 18 libras cada día para deshacerse de aquel pan. Así que hablé con el director y le ofrecí venderlo como comida para cerdos por 20 libras. Aceptaron y hoy ganan 38 libras (44 euros) cada día.

¿Dárselo a los cerdos le parece bien?
Mejor que dejar la comida pudrirse en el vertedero. Pero la UE prohíbe dar de comer basura a los cerdos, cuando la razón tradicional de criarlos era precisamente reaprovechar calorías sobrantes de la dieta.

Aquí hay más cerdos que ciudadanos.
Las megaexplotaciones ganaderas y porcinas no son rentables. Siguen abiertas porque todos pagamos con impuestos los costes ocultos que generan: si ellas mismas costearan el daño ecológico que provocan sus excrementos, tendrían que cerrar.

Esas granjas mantienen familias.
Esas familias también podrían vivir de explotaciones más racionales. Pero la irracionalidad también está en los mataderos: ¿Aquí se comen ustedes aún todo el cerdo?

Del morro al rabo todo es puerco.
Pues en Gran Bretaña desperdiciamos más del 40 por cierto de cada ejemplar sacrificado. Y del pescado todos desechamos toneladas por prejuicios e ignorancia. Y ahora debo felicitarlos por la matanza tradicional del cerdo ibérico y su aprovechamiento integral. Es una lección para Europa.

Y un orgullo para Iberia entera.
Ese pasado es el futuro más rentable: la cría del cerdo y toda la ganadería en el campo, donde los animales corretean en pequeñas explotaciones más fáciles de gestionar.

Así serían más sabrosos... Y caros.
Revisemos el concepto caro y pensemos en lo lógico: lo lógico sería comer, como antaño, cerdo, pollo o ternera sólo en las fiestas señaladas y no abusar a diario de la caloría de granja masiva, que, además de ser cruel con los animales, nos provoca obesidad, que a su vez causa enfermedades que encarecen la sanidad pública.

¿Comemos demasiada carne?
Sólo hay que comprobarlo en Estados Unidos: el país más carnívoro y obeso del planeta, que subvenciona sus granjas masivas y su ineficiente agricultura intensiva y produce toneladas de alimentos sin necesidad ni rentabilidad ni calidad. Sólo por la presión de los lobbies. Y después tiran a la basura la mitad. La Unión Europea también subvencionaba antaño excedentes de leche y carne, pero afortunadamente ha rectificado.

Me alegro de que acierte en algo.
Además nuestros prejuicios alimentarios penalizan a todo el planeta. En Ecuador he visto cómo desechan toneladas de plátanos a diario porque no se adaptan a nuestra manía de regularidad en el tamaño y color.

¿Un plátano feo puede ser sabroso?
¡Claro! Pero tiran hasta los que salen gemelos, que son exquisitos. ¿Por qué no los venden como delicatessen?

Fuente: http://www.lavanguardia.com/lacontra/20111013/54230117087/compre-fruta-fea.html

Flor de sal, un alimento doblemente ecológico


Este tipo de sal de calidad se produce de forma sostenible en Parques Naturales y ayuda a su biodiversidad

Por ALEX FERNÁNDEZ MUERZA

- Imagen: Antonio Saez -
¿Es posible una actividad industrial que en vez de dañar el entorno sea favorable para la biodiversidad? La flor de sal, un producto alimentario con características y sabor únicos, es una de ellas. Si tienen curiosidad, lean esta historia cuyos protagonistas son este tipo único de sal, los Parques Naturales y los flamencos.

La Flor de Sal, los Parques Naturales y los flamencos

Las actividades industriales no siempre tienen un efecto negativo en la naturaleza. En ocasiones, incluso, pueden ser tan favorables para la biodiversidad, que si desaparecieran se registraría un importante daño ecológico. En términos medioambientales se conoce como "antropización sostenible de los recursos naturales".

- Imagen: Antonio Saez -
La flor de sal es un buen ejemplo de este tipo de producción, en el que seres humanos y naturaleza ganan y se necesitan de forma mutua. Este tipo de sal, muy apreciada por sus propiedades y su capacidad de potenciar el sabor de los alimentos, se produce, principalmente, en los Parques Naturales de Cabo de Gata-Nijar (Almería), las Lagunas de la Mata y Torrevieja, las Salinas de Santa Pola (Alicante), Bahía de Cádiz, de ses Salines d'Eivissa (Baleares) y de Camargue (Francia).

Estos espacios naturales protegidos reúnen una serie de características únicas de las que la flor de sal se beneficia. Jaime Crespo, portavoz de la empresa Unión Salinera, explica que solo se produce en algunos días de verano, cuando la gran diferencia de temperatura de la salmuera crea unas láminas de cristales que flotan y se recogen de forma manual al amanecer, antes de que el viento las hunda.

La flor de sal es un tipo de producción en el que seres humanos y naturaleza ganan y se necesitan de forma mutua

La flor de sal contiene importantes cantidades de sales cálcicas y magnésicas, consideradas beneficiosas para el organismo. También se distingue por su sabor, debido a la formación en la superficie de la salmuera, donde se encuentra en profusión una microalga de color rosado denominada Dunaliella Salina.

Por ello, el color original de la flor de sal es rosaceo, aunque tras un proceso de secado natural toma su tonalidad blanca final. Aquí es donde los flamencos entran en esta peculiar historia. El color original de estas aves no es el rosa, sino el blanco, pero al estar en contacto con el agua, se nutre de la misma microalga de las salinas, que tiñen sus plumas.

Tras su recogida manual, la flor de sal se introduce en grandes sacas microperforadas a la intemperie para que el sol y el viento la sequen durante un año. La preocupación medioambiental pasa por todas las fases del producto, incluso en su envase, que es de cartón reciclable, añade Jaime Crespo.

Un ejemplo: las Salinas de Cabo de Gata

Las salinas son un modelo de explotación industrial doblemente ecológico. Sus productores cuidan el entorno natural para conservar las condiciones especiales necesarias. De esta manera se origina un espacio de singular valor ecológico donde nidifican y descansan multitud de aves. Si la actividad productiva se parase, las salinas se desecarían y se destruiría el hogar de muchas especies.

- Imagen: Antonio Saez -
Este peculiar ecosistema se puede contemplar en las Salinas de Cabo de Gata. Ubicadas en un entorno totalmente árido, proporcionan una gran masa de agua en zona de paso de las migraciones de aves entre Europa y África, y de invernada de especies anátidas y limícolas. Durante la época estival, las salinas reciben procedentes de otros enclaves especies de aves como flamencos, avocetas, cigüeñuelas, gaviotas de Audouin, tarros blancos o chorlitejos patinegros.

La vegetación asociada a este ambiente ecológico también es singular. Destacan especies como Arhtrocnemum macrostachyum, Suaeda Vera, Salicornia ramosissima, Sarcocornia fruticosa, Juncos subulatus junto con numerosos endemismos como la aulaga mora y el dragoncillo, la cabezuela y el gordolobo del Cabo. Esta vegetación forma agrupaciones que dan lugar a matorrales y estepas característicos de zonas salinas.

Por ello y por mantener una población permanente de otras especies, las Salinas de Cabo de Gata han sido declaradas ZEPA Zona Especial de Protección de Aves por la Unión Europea) y Reserva de la Biosfera por la UNESCO.


Cómo elegir y utilizar una auténtica flor de sal

Los granos de la flor de sal son crujientes y de tamaños irregulares, pero en general oscilan entre dos y cuatro milímetros. Su secado hace que no se humedezcan y no llevan ningún producto químico antiapelmazante. Sales húmedas, con granos mucho más gruesos, no son por tanto flor de sal, aunque así traten de venderlo algunos fabricantes.

- Imagen: Antonio Saez -
Los expertos en gastronomía aconsejan utilizar la flor de sal al final de la preparación del alimento, incluso en la propia mesa, y se recomienda en especial para ensaladas, carnes a la parrilla, pescados y verduras. También conviene utilizar menos cantidad que la sal normal, porque es más pura y se disuelve de forma fácil con los jugos del alimento o en la boca sin dificultad.