sábado, 5 de mayo de 2012
EPIDEMIA QUÍMICA Y CÁNCER
Que la incidencia del cáncer va en aumento es un hecho indiscutible. Una de cada tres personas lo desarrollará, en sus múltiples variantes, a lo largo de su vida. Hecho agravado por la gigantesca contaminacion, a todos los niveles, que padecemos y soportamos. La Organización Mundial de la Salud (OMS) junto con su comité de expertos ha mostrado su preocupación por lo que ellos mismos consideran una epidemia y actualmente desarrollan una estrategia mundial para combatir el cáncer. Esta iniciativa busca disminuir los casos de cáncer evitables por medio de la reducción de factores de riesgo como las dietas poco sanas, el consumo de tabaco o alcohol, el sedentarismo y la exposición a agentes infecciosos.
La Asociación Alicantina para el Estudio de las Intolerancias Alimentarias y Ambientales, como viene siendo habitual en todas sus intervenciones, quiere poner de manifiesto un hecho fundamental y constante en la génesis de numerosos procesos tumorales, aparte de los factores oficialmente expuestos, como es la contaminación química, alertando de esa falsa sensación que muchos ciudadanos mantienen pensando en ella como si de algo ajeno a nuestros hogares y centros de trabajo se tratase. No es así, nada más lejos de la realidad y es por este motivo que solicita y demanda que desde la Atención Primaria de nuestro Sistema de Salud se inicie y se progrese en la lucha contra el cáncer poniendo más esfuerzo en reducir la exposición humana a químicos dañinos. Y esto debe pasar, en primera instancia, por la capacitación en Medicina Ambiental de médicos y demás sanitarios extendiendo a la población las oportunas recomendaciones de prevención que en esta materia se deben dar.
Si damos por buena la aseveración de que somos lo que comemos, lo que respiramos y lo que bebemos y aceptamos las modificaciones genéticas que se producen atendiendo a la influencia que sobre ellas ejercen los cambios que el medio ambiente acumula, tendremos que aceptar, finalmente, que nuestra genética esta siendo modificada de forma perversa por determinados factores ambientales que no están tan alejados de nuestra realidad cotidiana.
Numerosos son los estudios e investigaciones que demuestran la asociación de determinados factores ambientales con la aparición de determinados cánceres. Por poner algún ejemplo, científicos de la Universidad de Liverpool, Inglaterra, descubrieron que los químicos que se encuentran en determinados productos de uso cotidiano como detergentes, insecticidas, plagicidas e incluso en productos derivados de la leche, juegan un papel más importante como causante de cáncer de lo que anteriormente se creía.
Sustancias como los organoclorados se encuentran en plásticos y pesticidas y la mínima exposición a ellos es suficiente para ser considerada un factor causante de cáncer de mama. El Reporte de Estado de Evidencia del 2006, publicado por el Breast Fund and Breast Cancer Action concluía que la exposición determinadas radiaciones o a químicos sintéticos aumenta el riesgo de padecerlo. Igual resumen se efectúa en el nuevo estudio de la Universidad de Liverpool, publicado en el Journal of Nutritional and Environmental Medicine. Según dichos expertos los químicos se transmiten a los humanos por medio de la ingestión de alimentos y en bebés por medio de la leche materna. También se reafirman en la posibilidad de que estos químicos afecten el desarrollo físico intrauterino del bebé además de hacerlos más propensos a padecer cáncer en alguna etapa posterior de sus vidas. En sus investigaciones han llegado a demostrar que los niños con una exposición frecuente a insecticidas, champús y lociones repelentes indicadas como pediculicidas (utilizadas para combatir piojos) tienen el doble de posibilidades de desarrollar leucemia durante su etapa de crecimiento. Hecho, por otra parte, que también fue evidenciado por el INSERM (Instituto Nacional de Estudios Médicos de Francia) en una investigación sobre niños demostrando que el riesgo de desarrollar leucemia aguda es el doble en aquellos niños cuyas madres utilizaron insecticidas y productos de jardinería (ambos a base de Carbamatos o bromatos) durante y después del embarazo. Un par de ejemplos de los que posteriormente iremos desarrollando teniendo como objetivo que la información al ciudadano es fundamental para mantener una buena salud y prevenir patologías de toda índole, de las que las cancerosas son su expresión mas cruel y extendida si tenemos en cuenta que es la segunda causa de muerte por enfermedad crónica y mata a 7 millones de personas cada año alrededor del mundo. Se calcula que en 15 años, esta cifra aumentará en un 50 por ciento, lo que se traduce a 10 millones de muertes anuales para el 2020.
La AAEIAA, en su afán por difundir estos problemas, considera que la población debe tomar conciencia de estos hechos medioambientales y de lo que representan para su salud. Por ese motivo considera que todas aquellas publicaciones que puedan servir para tales fines serán bienvenidas. Es el caso del libro, cuya imagen ilustra esta entrada , de próxima aparición, de titulo LA EPIDEMIA QUÍMICA, y cuyo autor Carlos de Prada, se merece todo nuestro respeto. Agradecemos su magnifica labor en pro de una sociedad más informada y preparada.
AAEIAA
Para mas información…http://carlosdeprada.wordpress.com/
http://aaeiaa.wordpress.com/2012/05/04/epidemia-quimica-y-cancer/
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