sábado, 12 de enero de 2013

Mariano Bueno, un histórico del universo ‘bio’


Mariano Bueno es un tipo inteligente, vital y sabio. Y además es muy buena persona. Su sensibilidad es exquisita.


ENVIADO POR: PEDRO BURRUEZO / THE ECOLOGIST. ASOCIACIÓN VIDA SANA, 11/01/2013,


¿Qué podemos decir de Mariano Bueno? Es uno de los personajes más sabios, entrañables e históricos del universo “bio” en el estado español. Estará presente en BioCultura Valencia con una conferencia y acaba de publicar un nuevo libro Cultiva tus remedios (Integral).


Mariano Bueno es un tipo inteligente, vital y sabio. Y además es muy buena persona. Su sensibilidad es exquisita. Tiene la sensibilidad de la tierra, la que se aprende a golpe de azada. Si publica un nuevo libro, si se acerca a tu ciudad para dar una conferencia, por lo que sea, siempre es un placer charlar con él. Este agricultor, médico, permacultor, bioconstructor y no sabemos cuántas cosas más… es un tío cabal.


-¿Cuándo y cómo te metiste en el mundo de la ecología, la alimentación "bio", la casa sana... y por qué?

-Nací en el seno de una familia de horticultores en Benicarló, en un entorno rural en el que me sentía muy identificado, hasta el punto de que a los 14 años decidí dejar el instituto para dedicarme a trabajar en la tierra. A los 17 -a partir de ciertos problemas de salud- me interesé por la alimentación vegetariana y en ese momento me di cuenta de que los agricultores estábamos envenenando la tierra y los alimentos que producíamos. Esta toma de conciencia me llevó a buscar alternativas y en 1980 fui a Francia a trabajar y aprender las bases de la agricultura biológica. Estando en Francia -en 1981- realicé un curso de Geobiología y Bioconstrucción en la Universidad Verde de París y lo que allí descubrí fue el inicio de una nueva trayectoria personal y profesional, centrada en la práctica, investigación y divulgación de las opciones de vida más saludables y respetuosas con el entorno y la salud del planeta.


LAS EXPERIENCIAS


-¿Las experiencias que has ido viviendo te han ido dando la razón en lo que pensabas al principio?

-Resulta curioso que, incluso con la experiencia acumulada en los más de 30 años de prácticas agroecológicas, sigo sorprendiéndome ante la lucidez de los precursores del naturismo, la agricultura biológica-ecológica o la salud natural; sobre todo cada vez que un nuevo estudio científico o epidemiológico aporta pruebas de las ventajas de comer alimentos sin residuos tóxicos, cultivados respetando los ciclos biológicos. Y lo que más me fascina es constatar una y otra vez lo muy saludable que es el consumo de plantas que se han desarrollado cerca de donde vivimos. Hay más personas que se han dado cuenta y de ahí el éxito de las iniciativas que revalorizan los productos locales y los productos km0.


-¿Has visto cómo muchos escépticos han acabado abrazando la causa "bio" de forma incondicional?

-Siempre observé que la mayoría de "negacionistas"… lo eran porque se sentían atacados -en lo personal, en lo profesional o en sus intereses económicos-. La mayoría de rechazos iníciales a los planteamientos “bio”, a la agricultura ecológica o a las formas de vida más saludables, suelen ser fruto del desconocimiento. Cuando se abordan estos temas sin prejuicios previos y se investigan a fondo, se descubren los positivos resultados de estas prácticas y el cambio de postura es una consecuencia lógica en toda persona mínimamente razonable.


-¿Por qué comer ecológico y local es tan saludable no sólo para el ser humano, sino también para la sociedad y el medio?

-Comer productos locales, ecológicos, integrales y no refinados… es especialmente saludable para el cuerpo y sano para el planeta. Nos aportan de forma adecuada todos los elementos nutritivos que precisamos, al tiempo que lo producido a nivel local y con técnicas ecológicas tiene un impacto medioambiental positivo, pues reduce la dependencia del petróleo al tiempo que reactiva las economías locales y mejora las relaciones sociales -así como las condiciones de trabajo-, ofreciendo muchas más oportunidades para alcanzar una mejor calidad de vida, tanto a corto como a largo plazo.


MALOS HÁBITOS


-¿Crees que la mayoría de la gente es consciente de lo nocivos que pueden llegar a ser ciertos hábitos de vida (mala alimentación, casas insanas, etc.?

-Cuando algunas personas tomamos conciencia de la negativa deriva que tomó la sociedad hace 30 o 40 años éramos considerados como locos, “hippies”, alternativos o ecologistas trasnochados, y se nos miraba con desdén e incluso se nos marginaba socialmente. Hoy día, lamentablemente, las evidencias cotidianas han acabado dando la razón a quienes abogábamos por un cambio social en las formas de vivir, producir y/o consumir. Lo más triste de este proceso es la cantidad de gente que se ha visto "obligada" a realizar cambios radicales en su vida a partir de una enfermedad grave o degenerativa, consecuencia directa o indirecta de hábitos de vida o de alimentación poco saludables. Las mejoras que se experimentan con un cambio de alimentación o de estilo de vida son muy positivas, aunque lo ideal sería el optar por la alimentación "bio" y el vivir en una casa sana como opciones de "medicina preventiva", que en vez de preocuparse por combatir enfermedades… prioriza el gozar de buena salud en un entorno saludable.


-¿Crees que la crisis es una buena oportunidad para cambiar radicalmente de sociedad o, al menos, para iniciar cambios profundos personales?

-La vida es mutación y cambio permanente y lo peor que nos puede suceder es que nos estanquemos en lo personal, en lo social o en lo espiritual. Esta crisis nos está "despertando" del letárgico sueño consumista -basado en promesas de una vida fácil y feliz cuyos pilares se asientan en la posesión de bienes de consumo y en el "tanto tienes, tanto vales"-. Las crisis son cíclicas y, al cuestionar el sistema, permiten despertar de una cierta anestesia o borrachera colectiva. Conviene aprovechar cada crisis para replantear aquellos modelos de pensamiento y socioeconómicos que nos han ido imponiendo los intereses de unos pocos. Cuanto en cada nueva crisis, más profundos son los cambios adaptativos que se producen en cada persona, más preparados estamos para vivir una vida más plena, lúcida, consciente y feliz.


-¿Estamos ante una crisis económica o una crisis total, sistémica?

-Si sólo nos quedamos en la parte de crisis económica, cuando la economía repunte todo volverá al punto aberrante en el que estaba antes -que fue lo que provocó la crisis-. Esta crisis nos ha mostrado que es muy alto el precio a pagar cuando se persiguen modelos desarrollistas basados en la macroeconomía especulativa y deshumanizada, o cuando se busca una felicidad fácil "a cualquier precio". Lo más interesante de esta crisis quizás sea el que la sociedad en su conjunto está empezando a abrir los ojos y a cuestionarse incluso temas existenciales. Las estructuras económicas y de poder van a seguir ejerciendo presión para perpetuarse (incrementando su control sobre la población), por lo que es una tarea personal el tomar conciencia de que con pequeños cambios personales, terminan produciéndose grandes cambios sociales; desde esta perspectiva se atisba un futuro esperanzador para la humanidad y el planeta en su conjunto.


-¿Qué le sobra y que le falta al universo "bio" español?

-Lamentablemente, en nuestro país, lo “bio” entró asociado a gente alternativa o “progre”, o se le vinculaba demasiado a personas enfermas que buscaban recuperar su salud cambiando las pastillas químicas por productos que adquirían en las "dietéticas". El universo “bio” tiene que superar el prejuicio de "moda progre" para convertirse en “opción de vida consciente y saludable”. Para ello hace falta mucha más divulgación de las ventajas personales y sociales que supone, así como una mayor implicación y apoyo por parte de los medios de comunicación y las instituciones públicas (aunque en los políticos no podemos confiar demasiado).


-¿Cómo te ves para dentro de diez años?

-Me veo viajando menos y viviendo de forma más lúcida, coherente y saludable que ahora. Me gustaría potenciar las actividades en el proyecto del Centro de Ecodesarrollo “La Senieta” –la finca de Benicarló donde empecé el cultivo "bio" hace ahora 30 años. Dado mi carácter, sé que seguiré investigando y divulgando las múltiples opciones de vida más saludables respetuosas con el entorno y la salud del planeta. Aunque es muy probable que dedique menos tiempo a los temas de la agricultura ecológica y de la casa sana, y me polarice en la investigación y divulgación de las opciones de desarrollo personal, social y espiritual -que de hecho, ya inicie hace unos 10 años con la publicación del libro La muerte, una nueva vida.


Pedro Burruezo / The Ecologist
Asociación Vida Sana


EL ÚLTIMO LIBRO DE MARIANO
EPIGENÉTICA Y CONSUMO LOCAL


-¿Por qué tener tu propio huerto es tan sano, más allá de poder consumir tus propios alimentos ecológicos?


-Como expongo en mi último libro, Cultiva tus remedios, los recientes estudios en epigenética muestran que más del 80% del contenido de nuestros genes trabajan sobre códigos mutables y adaptativos; por lo que las plantas que crecen en el mismo entorno en el que nosotros vivimos sintetizan sustancias (antioxidantes y bioflavonoides) que les permiten adaptarse al entorno y protegerse de los agresores ambientales. Cuando nosotros comemos plantas que han crecido en el balcón, la terraza, el jardín o el huerto de casa, esas plantas -aparte de nutrientes de calidad- nos aportan sustancias específicas que protegen nuestro organismo o que actúan como vacunas que nos ayudan hacer frente a las agresiones del entorno, por lo que resulta una práctica muy saludable, sobre todo para las personas que viven en entornos urbanos muy contaminados.


http://www.vidasana.org/ ECOticias.com


Fuente: http://www.ecoticias.com/alimentos/74251/BIOCULTURA-VALENCIA-Cita-Mariano-Bueno

http://afaramos.blogspot.com.es/

Residuos de cebolla y ajo para retirar metales tóxicos


QUÍMICA

Los residuos de cebolla y ajo de la industria alimentaria que constituyen un subproducto de escasa o nula utilidad podrían usarse para retirar del medio ambiente metales pesados peligrosos, como el plomo y el mercurio, e incluso el arsénico.


El equipo de Rahul Negi, Gouri Satpathy, Yogesh Tyagi y Rajinder Gupta, de la Universidad Gurú Gobind Singh de Indraprastha en Delhi, India, ha ideado cómo los desechos del procesamiento de la cebolla (Allium cepa L.) y ajo (Allium sativum L.) en ciertas operaciones del sector alimentario podrían usarse como un material de saneamiento alternativo para retirar elementos tóxicos de materiales contaminados, incluyendo vertidos industriales.


El equipo de investigación ha comprobado que la tasa máxima de extracción posible se lograría para el plomo, uno de los más agentes contaminantes metálicos más problemáticos para el medio ambiente.


Los científicos han conseguido una tasa de extracción de más de 10 miligramos por gramo de Allium en una disolución de prueba.


Esto representa una eficiencia de recuperación de más de 70 por ciento.



Cebolla. (Foto: James Gathany / CDC / Mary Anne Fenley)

Los experimentos realizados por el equipo de investigación con residuos de cebolla y ajo demuestran en definitiva que esta biomasa permite una extracción eficaz de metales pesados presentes en los residuos industriales líquidos.


La técnica parece ser aplicable a escala industrial y viable comercialmente.


Por tanto, la nueva técnica podría constituir una tecnología barata, respetuosa con el medio ambiente y de fácil mantenimiento, para ayudar a procesar residuos tóxicos industriales en los países en vías de desarrollo.


Información adicional


Fuente:http://noticiasdelaciencia.com/not/6079/residuos_de_cebolla_y_ajo_para_retirar_metales_toxicos/

Alarma en Pekín por una nube tóxica






Dos jóvenes toman un refresco en una calle de Pekín afectada por la polución. | Afp

El alto nivel de contaminación hace irrespirable el aire de la capital china
Viene causado por la calefacción, la industria y las centrales eléctricas
'No me atrevo casi a respirar. Es increíble', dice una pequinesa
'Las partículas PM2,5 están a punto de romper los aparatos de medición'


Andreas Landwehr (Dpa) | Pekín
Actualizado sábado 12/01/2013 18:48 horas
 
El cielo sobre Pekín se ve oscuro y gris, sin que el sol pueda colarse a través del espeso 'smog'. Los rascacielos de la metrópolis de 20 millones de habitantes desaparecen detrás de la nube de contaminación y la visibilidad no pasa de unos cientos de metros. "No me atrevo casi a respirar", dice una pequinesa de 47 años. "Es increíble".

El aire huele a quemado y muchas personas llevan mascarillas. Los pequineses están acostumbrados a la contaminación del aire, pero nunca habían vivido algo así. Algunos tienen miedo de "la muerte por respiración", como ellos mismos dicen.

A medida que pasaban las horas del sábado, el índice de contaminación de la embajada de Estados Unidos iba en aumento, hasta niveles récord. Los datos, que se pueden seguir por Internet, marcaban 472 en la mañana, pero luego treparon a 699 y de pronto hasta la aterradora cifra de 728. El máximo de la escala había sido siempre 500.


Una joven se cubre con una máscara. | Afp

Incluso las mediciones oficiales de las autoridades, a las que no les gusta reconocer la gravedad de la contaminación y que siempre dan cifras menores, llegaron al récord de 456 puntos. "Las partículas PM2,5 están a punto de romper los aparatos de medición", escribe la agencia Xinhua con una claridad poco habitual sobre las diminutas partículas que pueden pasar a través de los pulmones directamente a la sangre.

Efectos sobre la salud

Los médicos alertan de que pueden causar ataques de apoplejía, problemas cardíacos, inflamación de las vías respiratorias y a largo plazo, cáncer. Los ancianos, niños y enfermos deben permanecer dentro de las casas. En general, las autoridades recomendaron a todo el mundo no salir.

"La contaminación del aire es grave", sentenció oficialmente el centro de control del medio ambiente. Aunque hay alarma por 'smog', los vehículos pueden seguir circulando y las fábricas lanzando gases tóxicos a través de las chimeneas, incluso pese a que desde principios de año hay una nueva ley que autoriza estas medidas en casos en los que el aire sea "extremadamente malo". "¿Cuánto peor que ahora tiene que ser?", se preguntaba indignado un ciudadano de 43 años.

"Me duelen los pulmones", se queja una secretaria. "Y me arden los ojos". Otros hablan de dolores de garganta y un usuario de Internet hacía uso del sarcasmo: "¡Pekín, te amo, hasta el ahogo!"

"No me atrevo a salir de casa, ni a abrir las ventanas", comenta otro internauta. "Huele a quemado, ¿qué ha pasado?", se pregunta uno, y alguien añade: "El que salga a correr a la calle vivirá diez años menos".

El origen de la polución

El alto nivel de contaminación se debe al carbón que queman la industria, las centrales eléctricas y las de calefacción. China obtiene dos tercios de su energía del carbón, del que es altamente dependiente. Con el enorme crecimiento económico del país, la demanda aumentó entre 2005 y 2010 nada menos que un 44 por ciento, según datos de la organización ecologista Greenpeace.

A ello se suman los coches, cada vez más. En la actualidad circulan unos cinco millones por la capital, frente a los tres millones de hace cinco años.

Debido a la presencia del 'smog' murieron el año pasado en Pekín y en Shanghai, Guangzhou y Xi'an 8.572 personas de manera anticipada, de acuerdo con un estudio presentado hace unas semanas por Greenpeace y la Universidad de Pekín. La cifra real seguramente es mucho mayor, admiten los científicos, porque la que manejan se basa en las mediciones oficiales. Además, se concentraron solamente en los efectos directos de la nube de partículas, pero dejaron a un lado los sufrimientos crónicos.

Para reducir la nube tóxica, Pekín y las otras metrópolis deberían limitar el uso del carbón y a largo plazo, reducirlo, según Greenpeace. En su lugar, deberían apostar por las fuentes alternativas de energía. Además, subrayan los ecologistas, un gran problema es que la mitad del carbón se quema en China en calderas industriales que son ineficientes y que liberan muchos más gases contaminantes que las centrales energéticas de carbón de uso en otras partes.