martes, 8 de marzo de 2011

CENTINELAS DE LA VIDA...

El sistema actual da por supuesto que las sustancias químicas son inocentes hasta que se demuestre lo contrario. Pero esta presunción de inocencia ha venido dañando los ecosistemas, los animales y ahora está enfermando ya a las personas.

Mientras cada día que pasa se patentan nuevos tóxicos a añadir a la ya larga lista, los medios de comunicación y los organismos sanitarios miran hacia otro lado. No se nos alerta de los peligros a los que estamos expuestos para que podamos actuar en consecuencia.

Hay unos enfermos que nos estan avisando con sus propios cuerpos, con su propio sufrimiento, que el camino que llevamos no es el más adecuado. Que la sociedad del bienestar en la que vivimos inmersos no parece llevar a buen puerto…

¿Cuándo vamos a empezar a poner remedio?

CENTINELAS DE LA VIDA - DOCUMENTAL SOBRE LA SQM from ALISH on Vimeo.



ENTREVISTA Dra. PILAR MUÑOZ - Afectada de SQM from ALISH on Vimeo.



ENTREVISTA M.CARMEN SÁNCHEZ - Afectada de SQM from ALISH on Vimeo.



ENTREVISTA M.DOLORES CARRERAS - Afectada de SQM from ALISH on Vimeo.


FUENTE: http://timefortruth.es/videos/centinelas-de-la-vida/

Nueva enfermedad psiquiátrica: Buscar Alimentarse Sanamente

Nueva enfermedad psiquiátrica: Buscar Alimentarse Sanamente
Mike Adamas
Si comes comida chatarra procesada y entremezclada con químicos sintéticos, eso está bien. Los pacientes mentales son, aparentemente, aquéllos que escogen alimentos orgánicos y naturales.
En su permanente empeño por inventar «trastornos mentales» a partir de toda actividad humana, la industria psiquiátrica está ahora promoviendo la más ridícula enfermedad que nunca antes hubieran inventado: la enfermedad de comer sanamente.
No es una broma: Si te dedicas a comer alimentos sanos, sufres una «enfermedad mental» y probablemente necesites algún tipo de tratamiento químico que contenga fuertes drogas psicotrópicas. El diario The Guardian informa: «La fijación con el comer sano puede ser indicio de un grave trastorno psicológico» y luego afirma que esta «enfermedad» se llama orthorexia nervosa, que es básicamente sólo la expresión latina que significa ‘nervioso por el correcto comer’.
Pero no pueden llamarla, simplemente, «trastorno nervioso del comer sano», porque entonces no parece que ellos supieran de qué están hablando. Así, lo traducen al latín, en el que suena más inteligente (aunque no lo sea). De ahí viene la mayoría de los nombres de las enfermedades: los médicos sólo describen los síntomas que ven, con un nombre como osteoporosis (que significa ‘huesos que tienen huecos’).
Volviendo a esta enfermedad inventada de la «orthorexia», The Guardian pasa a informar que «comúnmente, los ortoréxicos tienen reglas rígidas en cuanto al comer. El rechazo al azúcar y sal refinada, cafeína, alcohol, gluten, levadura, soya y maíz transgénicos y productos lácteos, es sólo el comienzo de las restricciones de su dieta. También quedan excluidos cualesquier alimentos que hayan estado en contacto con pesticidas, herbicidas, o que contengan aditivos artificiales».
Un momento. Entonces, si tratas de evitar los químicos, los lácteos, la soya transgénica o azúcar refinada, ¿eso te convierte ahora en enfermo mental? Claro. Según estos expertos. Si efectivamente te preocupas de evitar los pesticidas, herbicidas e ingredientes modificados genéticamente, como la soya, algo anda mal contigo.
Pero ¿te das cuenta de que comer comida chatarra se presume que es «normal»? Si comes comida chatarra procesada y entremezclada con químicos sintéticos, eso para ellos está bien. Los pacientes mentales son, aparentemente, aquéllos que escogen alimentos orgánicos y naturales.
¿Qué es «Normal» Cuando se Trata de Alimentos?
Les advertí que esto venía. Años atrás, previne a los lectores de NaturalNews que pronto podría estar en camino una tentativa de proscribir el broccoli, debido a sus fitonutrientes anticancerígenos. Esta agresión en cuanto a la salud mental a consumidores conscientes de la salud es parte que aquel programa. Es un intento de marginalizar a quienes comen en forma sana, por medio de declararlos mentalmente inestables y, por ende, justificar que se los aísle en instituciones para enfermos mentales, donde se les inyectarán medicamentos psiquiátricos y se los alimentará con comida que está procesada, muerta y llena de químicos tóxicos.
The Guardian (y El Mercurio también; 03/02/10) llega incluso al ridículo extremo de decir: «La obsesión acerca de cuáles alimentos son ‘buenos’ y cuáles son ‘malos’ significa que los ortoréxicos pueden terminar desnutridos».
Sigan, si pueden, lo ilógico de esto: Comer alimentos ‘buenos’ ¡va a provocar desnutrición! Comer alimentos malos, supongo, se presume que va a proporcionar todos los nutrientes que necesitas. Es la afirmación más absurda que haya leído nunca sobre nutrición. No es de sorprenderse que la gente esté hoy tan enferma: Los medios de comunicación masivos les están diciendo que comer alimentos sanos ¡es un trastorno mental que va a provocar desnutrición!
Cállate y Traga tu Comida Procesada
Es exactamente como lo informé años atrás: No corresponde que cuestionen su comida, señores. Siéntense, cállense y vamos masticando. Deja de pensar acerca de qué estás comiendo, y sólo haz lo que te dicen los principales medios de comunicación y sus avisadores de comida procesada. Cuestionar las propiedades de salud de tu comida chatarra es un trastorno mental, ¿no lo sabías? Y si te «obsesionas» con los alimentos (por ejemplo, haciendo cosas tales como leer las etiquetas con los ingredientes), eres raro. Quizás hasta estés enfermo.
Ése es el mensaje que transmiten ahora. Los consumidores de comida chatarra son «normales» y «cuerdos», y están «nutridos». Pero quienes comen comida sana son enfermos, anormales y están desnutridos.
Pero, te preguntas ¿por qué habrían de atacar a quienes comen en forma sana? Personas como el Dr. Gabriel Cousens te pueden decir por qué: Porque una acrecentada consciencia espiritual y mental sólo es posible si se sigue una dieta de alimentos vivos y naturales.
Consumir comida chatarra te mantiene aturdido y fácil de controlar, ¿ves tú? Literalmente se entromete en tu mente, entorpeciendo tus sentidos con glutamato, aspartamo y extracto de levadura. La gente que subsiste a base de comida chatarra es dócil y rápidamente pierde su capacidad de pensar por sí misma. Están de acuerdo con cualquier cosa que se les diga por televisión y con aquéllos en aparentes posiciones de autoridad, y nunca cuestionan sus acciones o lo que en realidad está ocurriendo a su alrededor o en el mundo.
Por el contrario, la gente que come alimentos naturales ¯con todos sus nutrientes curativos aún intactos¯ que aumentan la salud, comienzan a despertar sus mentes y espíritus. Con el tiempo, empiezan a cuestionar la realidad que los rodea y van a la búsqueda de tópicos más refinados, tales como comunidad, naturaleza, ética, filosofía y la visión de las cosas que están sucediendo en el mundo. Se vuelven «conscientes» y pueden empezar a ver la verdadera trama de la Matrix, por así decir.
En efecto, este es un peligro enorme para aquéllos que dirigen nuestra sociedad basada en el consumo, porque el consumo depende de una mezcla de ignorancia y sugestionabilidad. A la gente que sigue ciegamente comprando alimentos, medicamentos, seguros de salud y bienes de consumo, necesitan tenerles desconectadas las funciones cerebrales superiores. Sucede que la comida chatarra procesada y entremezclada con químicos tóxicos logra exactamente eso. ¿Por qué crees que los alimentos procesados y muertos siguen siendo la comida por defecto de escuelas públicas, hospitales y prisiones? Es porque los alimentos muertos apagan los niveles superiores de conciencia y mantienen a la gente enfocada en cualesquier distracciones con que se puedan alimentar sus cerebros: televisión, violencia, temor, deportes, sexo, etc.
Pero vivir como un zombi es, en cierto modo «normal» en la sociedad de hoy en día, porque lo está haciendo tanta gente. Pero eso no lo convierte en normal: El verdadero «normal» es alguien que está despierto, sano y apto, nutrido con alimentos vivos y que se desempeña como ciudadano independiente de un mundo libre. Comer alimentos vivos es como tomarse la píldora roja, que con el tiempo abrirá una perspectiva enteramente nueva en la trama de la realidad. Te libera para que pienses por ti mismo.
Pero comer comida chatarra procesada es como tomarse la píldora azul, que te deja atrapado en una realidad inventada, donde las experiencias vitales las inventan las empresas de productos de consumo, quienes te asaltan los sentidos con químicos diseñados para tal efecto (como el glutamato monosódico), que engañan a tu cerebro para que crea que estás comiendo comida de verdad.
Si quieres estar vivo, consciente, y tener el control de tu propia vida, come más alimentos sanos y vivos. Pero no esperes ser el favorito de los «expertos» en salud mental y nutricionistas; todos ellos están siendo programados para que consideren que estás «loco», porque no sigues sus dietas masivas a base de alimentos muertos entremezclados con químicos sintéticos.
Pero, sobre este asunto, tú y yo sabemos la verdad: nosotros somos los normales. Los consumidores de comida chatarra son los verdaderos pacientes mentales, y la única manera de despertarlos al mundo real es empezar a alimentarlos con comida viva.
Algunas personas están dispuestas a tomar la píldora roja, otras no. Todo lo que puedes hacer es mostrarles la puerta. Deberán abrirla ellos mismos.
Mientras tanto, trata de evitar a los funcionarios de la salud mental que están tratando de rotularte como a alguien que tiene un trastorno mental, sólo porque prestas atención a lo que pones en tu cuerpo. No hay nada malo en evitar la presencia de azúcar refinada, soya transgénica, glutamato, aspartamo, edulcorantes artificiales y otros químicos tóxicos en el suministro de alimentos. De hecho, tu vida misma depende de eso.
Mike Adams, es investigador de salud natural y autor de cientos de artículos, entrevistas, reportes y guías de consumo. Además de periodista independiente, es fundador de NaturalNews.com, BetterLifeGoods.com, The Consumer Wellness Center y director ejecutivo de Arial Software.
http://www.NaturalNews.com

FUENTE: http://starviewer.wordpress.com/2010/09/05/centinelas-de-la-vida-los-nuevos-toxicos-que-se-patentan-y-el-sindrome-de-sensibilidad-quimica-multiple/

A CARA DESCUBIERTA POR OBLIGACIÓN




PEDIMOS... QUE SE RECONOZCA LA SENSIBILIDAD QUÍMICA MÚLTIPLE...

PEDIMOS... QUE NO NOS DISCRIMINEN NI EN EL TRABAJO, NI EN SANIDAD, NI POR SUPUESTO AL CAMINAR POR LA CALLE CON NUESTRAS MÁSCARAS L@S ENFERM@S QUE TODAVÍA PUEDEN HACERLO...

PEDIMOS... QUE SE CONTROLEN LAS COMPOSICIONES DE TANTOS Y TANTOS PRODUCTOS QUE ESTÁN EN EL MERCADO, POR CULPA DE LOS CUALES ESTAMOS ENFERMANDO DE SSQM...

PEDIMOS... QUE LOS GOBIERNOS PIENSEN MÁS EN LOS CIUDADANOS Y MENOS EN LAS ARCAS...

PEDIMOS... PODER VIVIR Y QUE NUESTROS HIJOS Y NIETOS RECIBAN UN PLANETA SIN TANTA CONTAMINACIÓN Y TANTOS PRODUCTOS QUÍMICOS TANTO EN EL AIRE COMO EN LOS ALIMENTOS, QUE PODAMOS TRAER HIJOS AL MUNDO PARA QUE VIVAN Y NO PARA QUE ENFERMEN...

PEDIMOS...

ESTA ES LA CARTA QUE PILAR HA ENVIADO A LA GENERALITAT PARA QUE LE DEN UNA RESPUESTA SOBRE SU CASO Y EL DE MILES DE ENFERMOS QUE PADECEN SSQM...

Excelentísimos Señores Consellers de la Generalitat

Les escribo para hacerle una pregunta:

¿Qué piensan hacer con nosotras/os las/os enfermos de SSQM, SFC Y Fibromialgia,

están esperando a que muramos de un shock por un medicamento o un alimento?

Eso tiene un nombre.

¿Son conscientes de lo que están haciendo con su indolencia?

Somos personas, ciudadanas/os existimos, aunque acaben con los que ahora vivimos habrá más,

ya que es un problema de sanidad pública. Esto no se acaba acabando con nosotras/os dejándonos abandonadas/os a nuestra suerte.

No es responsable esa aptitud.

Esperamos de ustedes un sentido de la responsabilidad más amplio.

Esperando una respuesta.

Atentamente,

Pilar Remiro.

Impacto de la contaminación en la salud

Altos niveles de polución se relacionan con un aumento de la mortalidad por infartos, cardiopatía isquémica o ictus

Los ancianos y las personas con enfermedades del corazón y respiratorias son algunos de los grupos de población más vulnerables frente a la polución del aire urbano. Las alarmas que han saltado por el aumento de los niveles de contaminación en las dos mayores urbes españolas, Madrid y Barcelona, están plenamente justificadas, según los expertos, ya que cada vez más estudios científicos confirman que las partículas contaminantes son un factor más de riesgo para la salud. Los expertos advierten de que la costumbre de salir a pasear, pedalear o realizar cualquier otro ejercicio intenso en los días claros, de buen tiempo y sin que sople el viento, si se practica en las inmediaciones de las vías de mayor densidad de tráfico, puede ser más nocivo que beneficioso para la salud.

Autor: Por CLARA BASSIFecha de publicación: 6 de marzo de 2011

Varios días del mes de febrero han saltado las alarmas por la elevada contaminación del aire registrada en las dos mayores ciudades españolas, Madrid y Barcelona. El causante ha sido un anticiclón que, sumado a la falta de viento, ha favorecido que las partículas contaminantes se concentren y estanquen en la atmósfera de ambas localidades, en lugar de dispersarse. Es un fenómeno que solo ocurre algunos días al año, durante los cuales los ayuntamientos piden a los organismos responsables del tráfico que obliguen a reducir la velocidad de los vehículos, ya que éste es el principal responsable de la suciedad del aire.

Pero, ¿es preocupante para la salud este fenómeno? ¿Han estado justificadas las llamadas de atención dirigidas a la población y a proteger a determinados grupos vulnerables? La respuesta de los profesionales de la medicina es, de forma rotunda, afirmativa. "Los niveles altos de polución se asocian a un aumento de la mortalidad global, en general, y de la cardiovascular, en particular, según se ha constatado a través de estudios epidemiológicos, aunque no de ensayos clínicos, que hayan permitido a un grupo respirar aire contaminado y a otro, aire limpio. Pero hay muchos estudios sobre ello", explica José A. Barrabés, presidente de la Sección de Cardiopatía Isquémica y Unidades Coronarias de la Sociedad Española de Cardiología (SEC) y cardiólogo del Hospital Vall d'Hebrón, de Barcelona.

Según datos de la SEC, en España se registran cada año 16.000 fallecimientos ligados a la contaminación. Se estima que, si en ciudades del tamaño de Madrid y Barcelona se disminuyera a los niveles que se aconsejan en todo el mundo (entre 25 y 30 microgramos de partículas nocivas por metro cúbico, según la Organización Mundial de la Salud), sus consecuencias anuales se reducirían de forma notable: en 3.500 muertes y 1.800 ingresos hospitalarios.

Personas vulnerables
Ante índices elevados de contaminantes en la atmósfera, algunos grupos son más vulnerables que otros, tienen más posibilidades de sufrir un empeoramiento de sus dolencias e, incluso, un episodio mortal. Éste es el caso de las personas mayores y, sobre todo, de quienes ya tienen una patología previa, como una enfermedad cardiovascular (cuando ya han sufrido un infarto o se han sometido a una cirugía de las arterias coronarias), diabetes o una enfermedad respiratoria, como la bronquitis crónica, el asma o la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (conocida como EPOC), explica Barrabés.

Los bebés, desde el punto de vista cardiovascular, no tienen riesgo ante la contaminación, aunque sí hay una predisposición a enfermedades atópicas y al asma -frecuente en la primera infancia- y es posible que se descompensen.

Efectos del aire contaminado
Unas de las partículas más peligrosas proceden de las emisiones de los tubos de escape de los coches con motores diésel
Las investigaciones que asocian la contaminación del aire con diversos problemas de salud no solo han relevado qué grupos de población son los más vulnerables, sino también cuáles son los efectos de las partículas contaminantes sobre el organismo. Para ello, se han llevado a cabo diversos estudios experimentales, en modelos animales y en personas voluntarias sanas, en quienes se ha visto que el humo procedente de la combustión (los hidrocarburos) resulta nocivo para muchas partes y funciones del cuerpo.

Las partículas contaminantes empeoran la función del endotelio (capa de células que recubre la pared interior de los vasos sanguíneos) y aumentan la capacidad de vasodilatación de las arterias; incrementan la propiedad de coagulación de la sangre, así como la actividad de las plaquetas (que participan en la coagulación); activan marcadores inflamatorios, también asociados a la actividad de las plaquetas y su agresión al endotelio, que favorece la trombosis (formación de trombos) o la rotura de las placas de colesterol; y, a largo plazo, se ha comprobado que la exposición a estas partículas contribuye a la progresión de las lesiones típicas de la arterioesclerosis. Todos estos efectos de la contaminación provocan deterio de la salud cardiovascular y pueden conducir al infarto agudo de miocardio (IAM).

Medidas de protección
En los días en que la polución del aire es más acusada en las grandes ciudades, conviene aplicar las medidas de protección que difunden e invitan a seguir las autoridades públicas y sanitarias. No son obligatorias, pero sí de sentido común y justificadas. La principal medida es evitar, en lo posible, respirar mucho humo. Para ello, se aconseja no pasear ni realizar ejercicio intenso en calles y vías de mucho tráfico rodado, así como en zonas próximas.

Los grupos más frágiles frente a la polución deben seguir esta recomendación de manera especial. "Cuando se hace ejercicio intenso, y esto le ocurre a cualquier persona, se hiperventila, aumenta en exceso la frecuencia y la intensidad de las respiraciones y se inhalan muchas partículas sucias. Se deben evitar las zonas contaminadas de las grandes vías de tráfico. Es mejor no pasear por una ronda de circunvalación", expone Barrabés.

Al margen de los días de mayor polución, en las ciudades el aire persiste contaminado. En general, en los días claros, de buen tiempo y sin que sople el viento, la costumbre de pedalear por la ciudad, hacer jogging, caminar a paso rápido o cualquier otro ejercicio intenso, si se practica en las inmediaciones de las vías de mayor densidad de tráfico, puede ser más nocivo que beneficioso para la salud. Lo deseable sería poder realizar todas estas actividades físicas en un entorno más natural, advierte Barrabés.

El uso de mascarillas por parte de algunas personas para no inhalar el aire contaminado no es una medida acertada, a juicio de este experto. "Las mascarillas no son útiles. El tipo de partículas contaminantes a las cuales hacemos referencia no se filtran con las mascarillas convencionales porque son muy pequeñas. Para que funcionen, se tendrían que adquirir mascarillas ultrafiltrantes, de profesionales. Las que se venden no son efectivas, no protegen", aclara.

No obstante, señala que "la contaminación del aire es un riesgo cardiovascular más, aunque pequeño. No por salir a la calle las personas más vulnerables van a tener un infarto. Otros factores de riesgo clásicos, como fumar, son más peligrosos que la polución".

POLUCIÓN Y MORTALIDAD CARDIOVASCULAR
En los últimos años se han desarrollado cada vez más estudios científicos que muestran la estrecha relación entre la contaminación y sus efectos nocivos para la salud. Un ejemplo de ello es un trabajo que la ha relacionado con una progresión más acelerada de la arterioesclerosis, un proceso de pérdida de la elasticidad de las arterias y de aumento del espesor de sus paredes internas, lo que puede conducir al IAM. Las arterias de los habitantes de zonas cercanas a una autopista o una carretera muy transitada se deterioran el doble de rápido que las de las personas residentes en otras zonas con menos polución.

Las arterias de quienes viven cerca de una carretera muy transitada se deterioran el doble de rápido
El grosor de sus arterias carótidas aumenta en 5,5 micrómetros más por año, según esta investigación realizada por expertos del Centro de Investigación en Epidemiología Ambiental (CREAL), de Barcelona, de Suiza y de la Universidad del Sur de California. Las partículas especialmente nocivas para el organismo son las llamadas PM 2,5, es decir, con un diámetro inferior a 2,5 micras.

Un estudio realizado por investigadores del Hospital Clínico de Valladolid, el Hospital Doctor Peset de Valencia, el Hospital La Princesa y el Instituto de Salud Carlos III, ambos en Madrid, las ha relacionado con un aumento de la mortalidad de enfermedades cardiovasculares, como los infartos, la cardiopatía isquémica o los ictus. Estas partículas tan peligrosas para la salud humana proceden de las emisiones de los tubos de escape de los coches y salen, en mayor proporción, de los motores diésel. Reducir la presencia de estas partículas en las grandes ciudades es una necesidad imperiosa, según se desprende de este estudio, publicado en 'Science of the Total Environment'.

FUENTE: http://www.consumer.es/web/es/salud/problemas_de_salud/2011/03/06/199094.php