martes, 27 de septiembre de 2011

EHS y SQM. ¿DOS CARAS DE LA MISMA MONEDA?.

Congreso celebrado en Roma el 14 de junio de 2011 (reseña en español e inglés de Francesca Romana, vicepresidenta de AMICA)


El siguiente documento nos ofrece de forma breve y clara unresumen en español e inglés de las interesantes investigaciones expuestas por los ponentes del Congreso celebrado recientemente en Roma, en junio de este año de 2011, sobreelectrohipersensiblidad (EHS), y su relación con la sensibilidad química múltiple (SQM).

La reseña está realizada por Francesca Romana, vicepresidenta de la asociación italiana AMICA.

Agradecemos su envío a MI ESTRELLA DE MAR a Raquel Montero, vicepresidenta de la asociación SFC-Madrid (*) de síndrome de fatiga crónica (SFC) y sensibilidad química múltiple (SQM), afectada de SQM grave, y persona a la que tengo el placer de conocer de forma personal desde hace tiempo (al igual que a su presidenta, María Matallana, afectada de SFC)
(*) A pesar de ser una asociación llevaba por dos personas con un alto grado de nuestras patologías, la profesión que ambas realizaban antes de su enfermedad (una en el campo sanitario y otra como docente universitario), queda patente en la eficaz organización que han realizado alrededor de una serie de puntos y acertados servicios prácticos -legales, de salud, de apoyo físico...- para los asociados, que realmente son los que el afectado suele necesitar en su vida diaria, aparte del lógico asesoramiento en sus enfermedades. De estas prestaciones destaca la recomendación que hacen de servicios, tratamientos y profesionales probados por los socios y/o en condiciones ventajosas como la fisioterapia a domicilio o la osteopatía; la provisión de voluntarios para acompañamientos y gestiones administrativas; y la asesoría jurídica gratuita; aparte de otros servicios, que pueden verse pinchando aquí.

16.09.2011
Hipersensibilidad electromagnética y sensibilidad química múltiple: ¿dos caras de la misma moneda?
EHS-SQM / EHS-MCS. ¿Dos caras de la misma moneda?. Resumen español / inglés congreso AMICA (Roma. 14.06.11....

Por: Francesca Romana Orlando, periodista y vicepresidenta de A.M.I.C.A.

Varios expertos de diferentes países europeos coinciden en afirmar que la hipersensibilidad electromagnética es una enfermedad real, física, y para algunos de ellos esta condición parece estar estrictamente relacionada con la sensibilidad química múltiple (SQM). Esta es la conclusión del Congreso "Telefonía móvil, Wi-Fi, Wi-Max: ¿existen riesgos para la salud?", que se celebró en el Palacio Marini - Cámara de los Diputados, en Roma el 14 de junio de 2011.

El evento, organizado por la Asociación para el Medio Ambiente y el Daño Crónico Tóxico (A.M.I.C.A.), tuvo como objeto proporcionar una visión general sobre los peligros para la salud vinculados a la utilización de dispositivos inalámbricos.

El profesor Dominique Belpomme, oncólogo, profesor del hospital universitario pediátrico Necker, jefe de investigación de la lucha contra el cáncer (ARTAC), mostró en su conferencia "Protocolos diagnósticos y terapéuticos para la intolerancia a los campos electromagnéticos", los resultados de un estudio basado en la observación clínica de más de 450 pacientes registrados entre 2008 y 2011.

Él y su equipo utilizan una técnica nueva para diagnosticar a personas que refieren reacciones a los campos electromagnéticos, una condición que prefiere definir como "intolerancia a los campos electromagnéticos" o "síndrome de ICE" en lugar de "hipersensibilidad electromagnética".

La nueva técnica es el "Eco-Doppler pulsado" del cerebro, que combina el eco-doppler con un equipo para evaluar la perfusión cerebral. A diferencia de otros métodos, no es peligroso y no implica ninguna radiación ionizante.

Los resultados muestran que las personas con intolerancia a los campos electromagnéticos tienen una perfusión reducida en el cerebro, especialmente en la parte izquierda del área límbica del cerebro, en comparación con el grupo de control. Esta es un área muy particular, porque es la parte del cerebro más antigua en el control de muchas funciones corporales.

"Estos resultados son muy importantes”, comentó Belpomme en el Congreso, “porque por primera vez, somos capaces de definir la intolerancia a los campos electromagnéticos como una enfermedad física basándonos en pruebas objetivas".

Su equipo también utiliza otras pruebas, como la dosis de histamina, de proteína S100B y de shock por la proteína hsp70 y hsp27 en sangre.

El 70% del grupo de los pacientes observados mostró una severa disminución de los niveles de vitamina D, aproximadamente el 1-2% de los pacientes un aumento de las proteínas hsp27 y hsp70, mientras que más del 40% de la muestra tuvo una alta cifra de histamina, un hecho totalmente compatible con una interpretación fisiológica de este síndrome. En torno al 10% de los pacientes tuvo una alta cantidad de proteína S100B, que es un marcador de la permeabilidad de la barrera hemática cerebral (BBB). En la tercera parte de la muestra de pacientes, se observó una reducción de la melatonina en la orina, lo que puede explicar síntomas como la fatiga, el insomnio y la depresión en estos pacientes.

Estas alteraciones son bastante similares a las que se presentan en pacientes con sensibilidad química múltiple (SQM),particularmente en lo que se refiere a la reducción de la perfusión cerebral, la inflamación neurogénica, el aumento del estrés oxidativo y la reducción de los mecanismos de defensa.

El hecho de que los campos electromagnéticos (CEM) induzcan la apertura de la barrera hematoencefálica (BBB) puede interferir en la protección del cerebro frente a los productos químicos tóxicos. De hecho, no es infrecuente que los pacientes con síndrome de ICE tengan síntomas de SQM, mientras que muchos pacientes con SQM también reaccionan a los CEM.

El aumento del estrés oxidativo en pacientes electrosensibles fue identificado por la doctora Valeria Pacifico, que ofreció en Roma una conferencia sobre los "Desequilibrios de los biomarcadores metabólicos de óxido-reducción y la susceptibilidad a la radiación no ionizante". Ella trabaja en el equipo del Dr. Chiara De Luca en el laboratorio Experimental BILARA del Istituto Dermopatico de Immacolata en Roma, que ha publicado varias obras sobre el papel del estrés oxidativo en la sensibilidad ambiental [1, 2].

"Para hacer un diagnóstico de este síndrome es necesario escuchar primero a los pacientes y verificar si esos síntomas mejoran ó desaparecen al alejarse de las fuentes de radiación electromagnética”, explicó el profesor Belpomme. Para demostrar si los campos electromagnéticos son la causa real de las alteraciones encontradas en estos pacientes, los pacientes tuvieron que repetir las pruebas antes y después de un período de tres meses de alejamiento de las fuentes de radiación electromagnética. Los resultados muestran que después del período de evitación, los niveles tienden a normalizarse.

Dada la fuerte correlación encontrada por seis estudios epidemiológicos sobre la exposición a las radiaciones electromagnéticas y la enfermedad de Alzheimer, el prof. Belpomme cree que a todo paciente electrosensible con alteraciones de la memoria debe descartársele el padecimiento de la enfermedad de Alzheimer. Insiste en destacar el hecho de que el Alzheimer es una pérdida de memoria a largo plazo, mientras que el síndrome de intolerancia electromagnética a menudo implica la pérdida de memoria a corto plazo, pero este síntoma puede ser considerado como una condición pre-Alzheimer.

El profesor Olle Johansson, profesor asociado de la Unidad de Dermatología Experimental del Departamento de Neurociencias del Instituto Karolinska y profesor del Instituto Real de Tecnología de Estocolmo, conferenció en Roma sobre "El principio de precaución: de la Bioinititive al consenso de Seletun". Dedicó su conferencia a las personas afectadas por la intolerancia electromagnética y el síndrome de sensibilidad química múltiple porque "tienen una vida muy difícil".

Él es uno de los científicos más dedicados a la promoción de las nuevas directrices de seguridad basadas en la biología de los campos electromagnéticos. Acudió a Benevento para la resolución ICEMS en 2006, luego a Londres en 2007 para una nueva resolución, y también fue miembro del grupo de científicos independientes que publicó el famoso Informe BioInitiative en 2007, que tuvo un eco importante en la agenda política. De hecho, gracias a este informe el Parlamento Europeo firmó una resolución el 4 de septiembre de 2008, para exponer que los límites de seguridad actual para los campos electromagnéticos (CEM) están obsoletos y para advertir a los gobiernos de la UE sobre el incremento de nuevas enfermedades de origen ambiental como la intolerancia electromagnética (EHS), el síndrome de sensibilidad química múltiple (SQM) y el síndrome de las amalgamas dentales de mercurio.

Más recientemente, el prof. Johansson formó parte del grupo de científicos que elaboró el Consenso de Seletun, publicado en febrero pasado, con las revisiones sobre Salud Ambiental [3]. En él se indica que las normas actuales no protegen a la población mundial de los campos electromagnéticos y que éstos deben reducirse ya, en lugar de esperar a las evidencias definitivas de peligro. También establece que debería considerarse la incapacidad funcional a las personas que aquejan síntomas de electrosensibilidad.

En Suecia, por ejemplo, la EHS, la SQM o la fibromialgia ya están clasificadas como incapacidades laborales. Esto significa que las personas afectadas por estas condiciones no son consideradas enfermas, pero el ambiente les produce limitaciones, por lo que el ambiente tiene que ser cambiado. Este tipo de clasificación representa la concreción plena de la Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, firmado por los gobiernos el 30 de marzo de 2007.

Este convenio debería ser suficiente para obligar a todos los gobiernos a encontrar el emplazamiento adecuado y las mejores estrategias de bienestar para las personas con sensibilidad ambiental y poner fin a la discriminación.

[1] De Luca C. et al. Biological definition of multiple chemical sensitivity from redox state and cytokine profiling and not from polymorphisms of xenobiotic-metabolizing enzymes. Toxicology and Applied Pharmacology, YTAAP-11818; Nº. of pages: 8; 4C.
[2] De Luca C. et al. The Search for Reliable Biomarkers of Disease in Multiple Chemical Sensitivity and Other Environmental Intolerances. Int. J. Environ. Res. Public Health 2011, 8, 2770-2797; doi:10.3390/ijerph8072770.
[3] Fragopoulou A. et al. Scientific panel on electromagnetic field health risks: consensus points, recommendations and rationales. Rev Environ Health. 2010 Oct-Dec;25(4):307-17.


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