Está acusada de cometer "delitos contra la salud pública", una figura que contempla penas de entre 3 y 10 años de cárcel.
15/06/2012 12:37 | Agencia DyN
TÓXICO. Utilizaba productos prohibidos por la Anmat.
Buenos Aires. Una mujer que vendía por Internet un alisador de cabellos fue procesada por cometer "delitos contra la salud pública", una figura que contempla penas de entre tres y diez años de cárcel, ya que utilizaba productos tóxicos prohibidos por la Anmat.
Tiempo atrás, La Voz publicó un informe sobre los riesgos del "alisado perfecto" y el uso de sustancia tóxica en altas concentraciones. En esa nota se daba cuenta del caso de una mujer a quien se le cayó el pelo con una sola aplicación (ver El lacio perfecto, un “boom” peligroso).
Procesada. La Sala Séptima de la Cámara del Crimen confirmó el procesamiento contra María Eugenia Caldararo, quien "ofrecía a la venta por medio de un sitio de Internet un producto para alisar el cabello.
"Promocionaba la mercadería de la siguiente manera: 'sin formol! No tóxico!! Trabajamos con el mejor producto del mercado, el mismo que las peluquerías'", sostiene el fallo firmado por los camaristas Mauro Divito y Juan Cicciaro, quienes confirmaron un fallo de primera instancia de la magistrada Laura Bruniard.
Pese a la promoción, "el informe del Instituto Nacional de Medicamentos determinó que las muestras secuestradas contenían formaldehído superior al 0.2 por ciento PP -límite permitido por la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (Anmat)- además de que no cumplen con las exigencias sobre rotulado para productos de higiene personal, cosméticos y perfumes", según surge de la causa.
Esos elementos de prueba fueron secuestrados en sendos allanamientos realizados por la Justicia en departamentos situados en la calle Gurruchaga al 500 y Tucumán al 2.100, en esta Capital, donde vivían la imputada y su ex pareja.
Según los camaristas, las pruebas colectadas en la causa permiten "presumir que la encausada conocía que los elementos no se encontraban habilitados por el organismo correspondiente y aceptó la posibilidad de que fueran nocivos, más aún cuando el frasco que comercializaba no poseía las indicaciones necesarias ni su fecha de vencimiento". El artículo 201 del Código Penal establece penas de entre tres y diez años de cárcel y multa de diez mil a 200 mil pesos "al que vendiere, pusiere en venta, suministrare, distribuyere o almacenare con fines de comercialización aguas potables, sustancias alimenticias o medicinales o mercaderías peligrosas para la salud, disimulando su carácter nocivo".
http://www.lavoz.com.ar/ciudadanos/procesan-mujer-vender-alisadores-cabello-con-toxicos
El lacio perfecto, un “boom” peligrosoSe realiza con formol, prohibido para ese uso en el país / Un análisis pedido por el diario confirmó la presencia de esta sustancia tóxica en altas concentraciones / A una clienta se le cayó el pelo con una sola aplicación / Cuesta entre 300 y 800 pesos.
Mariana Otero
Marcela Fernández
“Quiero tener el pelo como Moria”. La frase debe ser una de las más escuchadas en los salones de peluquería de Córdoba. Mujeres de todas las edades buscan “el milagro” que les deje el cabello sin ondas ni frizz: un planchado perfecto y permanente. Es el boom del momento.
Desde hace un tiempo, el sueño se cumple, pero con un producto prohibido en la Argentina y con alto riesgo para la salud.
El secreto del alisado perfecto –que se promociona como “alisado brasileño”, “alisado chocolate”, “brushing progresivo”, “alisado permanente”, “alisado chino”, “alisado de queratina hidrolizada”, “alisado termal japonés”– está en las altas concentraciones de formol que contiene su fórmula.
La presencia de formol (o formaldehído) fue corroborada por un análisis del Centro de Química Aplicada de la Universidad Nacional de Córdoba (Cequimap), a pedido de La Voz del Interior, en un alisador adquirido por una peluquería de Nueva Córdoba.
El estudio determinó la existencia de 11,9 por ciento de formol en el alisador. La cifra es más del doble del máximo permitido por la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (Anmat) para su uso como endurecedor de uñas, en los que no debe ser más del cinco por ciento.
El formol está también autorizado por la Anmat en el listado de conservantes para uso cosmético en concentración de hasta 0,1 por ciento para productos de higiene oral, y al 0,2 en otros productos.
“Cualquier otro uso propuesto para esta sustancia, como el alisamiento del cabello, no están autorizados por Anmat, así como tampoco los importadores, comercializadores, fabricantes o estilistas que lo aplican”, advierte un comunicado del organismo.
El planchado comenzó a popularizarse hace cinco años en Buenos Aires. Se realizaba con un producto brasileño, también prohibido en el país vecino, donde murió una mujer tres días después del tratamiento.
Impacto en Córdoba. En Córdoba, el boom comenzó el año pasado. Empezó a realizarse de manera clandestina y a pedido, en los patios de casas de familia o en balcones. Después se fue extendiendo a las peluquerías de la ciudad del Gran Córdoba.
“Había un ligero olor a chocolate, me lo hicieron en tres horas con la puerta de la peluquería abierta. Me dijeron que algo de formol podía tener. El pelo me quedó bárbaro”, cuenta P.
El producto provoca un vapor muy fuerte, de olor sofocante, que produce severa irritación en los ojos. “Me ardían un montón. A los tres días se me pasó”, contó M., quien se alisó el pelo en una peluquería de barrio Jardín.
El alisado se vende solo. Su mayor virtud es su resultado: el pelo queda lacio, sedoso y brillante. Para realizar el planchado definitivo hay que disponer de al menos tres horas, según el largo y la cantidad de cabello.
El producto se coloca sobre el pelo seco, y se plancha mecha por mecha. El fabricante del producto sugiere realizar 15 pasadas de planchita por mecha. El líquido, que se compra por Internet, viene acompañado de un DVD de fabricación casera, filmado en el patio de una vivienda. “El vapor o gas puede generar una molestia mínima o picor en la nariz”, dice el peluquero que alisa el cabello.
Por tres días, la clienta no puede lavarse la cabeza o recogerse el pelo. El tratamiento cuesta entre 300 y 800 pesos. Requiere repetirlo cada seis meses para mantener el lacio perfecto.
“Alisa muy bien, pero pone en riesgo la vida. Yo priorizo la salud. No lo he usado jamás ni lo voy a usar. Algunos dicen que usan productos con el dos por ciento de formol, pero la fórmula así no tiene efecto”, dice Francisco Zamora, peluquero y especialista en coloración.
En Córdoba no se utilizan máscaras antigás como ocurrió al principio en Buenos Aires.
En algunas se le pide a la clienta que se coloque una toalla húmeda en la cara para que no aspire el vapor. En la mayoría, se abren las ventanas o se colocan ventiladores frente a la clienta.
Alta demanda. Patricia Pugliese, peluquera de Nueva Córdoba, dice que los riesgos son altísimos. “El producto es cancerígeno. La clienta se lo hace una o dos veces al año, pero el peluquero puede hacer dos o tres por día”, grafica.
“Las mujeres buscan lo nuevo, el desafío, los cambios y no toman conciencia del peligro. Y los peluqueros conocen los riesgos, pero lo hacen para ganar más”, asegura Zamora.
La moda del pelo de Moria se sostiene por la demanda y la ganancia. También por la vista gorda de algunos; y la falta de escrúpulos de otros. “Uso dos pares de guantes y mascarilla, además de un ventilador, y si la clienta quiere, le tapamos la cara. Con precauciones, no hay peligro. Si no, ya habría varios muertos”, arriesgó un coiffeur de Carlos Paz.
Cómo distinguirlo
Cómo saber si tiene formol. Anmat alertó que si un alisador contiene formol, los preparados tienen un olor más fuerte, penetrante e irritante, y que implica una técnica diferente de aplicación. En los alisados con formol se aplica el producto mecha por mecha, con el alisado simultáneo del pelo con cepillo, bajo exposición a calor, sin necesidad de neutralización ni enjuague posterior. Los convencionales deben ser neutralizados, paso que exige enjuague.
Sin control. Atanor es una de las empresas que venden formol en la Argentina. Se produce en la planta de Munro (provincia de Buenos Aires). Gustavo Novo, coordinador comercial, explicó: “No hay registros ni organismo que regule”. Y precisó que la empresa vende 150 toneladas de formol por mes.
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