Experta de la Universidad Andrés Bello se refiere a la Fibromialgia y su impacto en la calidad de vida
Por Vicky Parraguez Correa, Terapeuta Ocupacional, Directora Escuela Terapia Ocupacional de la Universidad Andrés Bello.
El Síndrome de Fibromialgia es una forma común de fatiga y dolor muscular. Afecta principalmente a mujeres en edad reproductiva y se caracteriza por dolor generalizado a los músculos y tejidos blandos. Las personas que padecen de Fibromialgia pueden tener dificultades al concentrarse o al realizar tareas mentales sencillas, debido al cansancio o patologías asociadas como la depresión.
Nadie conoce la causa de la Fibromialgia: Investigadores especulan que hay muchos factores diversos que, por sí solos o en combinación con otros, pueden causarla. Por ejemplo, una enfermedad infecciosa, trauma físico o emocional, cambios hormonales, o deficiencia en la recaptación de serotonina, pueden contribuir al dolor generalizado, fatiga y trastornos del sueño que caracterizan a esta dolencia.
Algunas personas que padecen de Fibromialgia presentan síntomas leves y necesitan muy poco tratamiento una vez que comprenden la dolencia que padecen y lo que la empeora. Otros, sin embargo, necesitan de un programa de cuidado completo, incluyendo medicamentos, ejercicio y entrenamiento sobre técnicas para sobrellevar el dolor.
En Chile no hay estudios suficientes para cuantificar las personas afectadas, mientras que en Estados Unidos las cifras de afectados que se manejan oscilan entre los 4 y los 10 millones de personas. Se sabe que genera entre el 5 y 7% de las consultas en atención primaria, entre el 10 y 20% de las consultas en reumatología y en el 80 a 90% de los casos se trata de mujeres de edades que fluctúan entre los 30 y 60 años.
Es más fácil definir la Fibromialgia por lo que no es, que por lo que es. No es una enfermedad de los músculos ni de las articulaciones. No es inflamatoria como la artritis reumatoide o degenerativa como osteoartritis, aunque puede coexistir con ella. En estricto sentido no puede decirse que es una enfermedad psicosomática (la expresión en el cuerpo de fenómenos psicológicos), aunque el estrés y la depresión pueden jugar papel en su desarrollo.
Síntomas frecuentes
El dolor y el agotamiento son unos de los principales síntomas que afectan a las personas que padecen de esta enfermedad. El dolor varía, puede cambiar de lugar y ser más severo en aquellas partes del cuerpo que son más utilizadas. El agotamiento físico también es muy variable de unas personas a otras; va desde una sensación de ligero cansancio, hasta el agotamiento profundo.
En algunas personas estos y otros síntomas, pueden interferir con la vida cotidiana hasta el punto de limitar sus actividades físicas y sociales impidiendo un normal desenvolvimiento en sus roles y ejecución de tareas que ellos involucran.
Hoy no hay cura para la Fibromialgia, por lo que los tratamientos van encaminados al manejo de los síntomas. Su adecuado manejo requiere la intervención de un equipo multidisciplinario.
Los antidepresivos son medicamentos comúnmente utilizados para tratar los síntomas de la Fibromialgia. Ellos funcionan elevando el nivel activo de serotonina en el cerebro. En algunos pacientes, puede ser adecuado el uso de agentes hipnóticos, ansiolíticos o antidepresivos. También pueden emplearse infiltraciones locales con anestésicos o córticoesteroides en puntos especialmente dolorosos. Es muy importante atender la salud mental de los estos enfermos, ya que la Fibromialgia puede precederse o acompañarse de depresión.
Existen multitud de terapias, algunas pueden ser sólo administradas por profesionales de rehabilitación y otras que pueden practicarse en casa. Algunas alternativas son: El masaje, el alivio miofascial, terapia de puntos desencadenantes, terapias quiroprácticas y osteopatías, ejercicios de estiramiento y aeróbicos, terapia de relajación, acupuntura, nutrición y entrenamiento en posturas.
Recomendaciones para las personas con Fibromialgia:
1.- Conozca su dolor: Debe saber qué es, qué síntomas provoca, qué situaciones le perjudican y cuáles pueden beneficiar su estado general.
2.- Controle su tiempo: Establezca objetivos tanto a corto como a largo plazo. Para afrontar su situación de forma óptima es importante que organice sus objetivos, descomponiendo sus metas en elementos que le sean manejables y accesibles.
3.- Controle su tensión: Si realiza actividades para disminuir todo aquello que pueda provocarle tensión o agravarle el dolor, conseguirá en poco tiempo mejorar su estado general y afrontará mejor su situación. Relaje su cuerpo y su mente, recuerde que la tensión y la ansiedad aumentan la sensación de dolor.
4.- Cuide sus posturas: Posiciones incorrectas pueden ocasionar diferentes dolores. Son tareas que debe realizar a pesar de su malestar, pero que pueden ser mucho peores si al realizarlas adopta posturas poco adecuadas.
5.- Preste atención a sus pensamientos: Aprenda a generar pensamientos positivos y a ser más tolerante consigo mismo. No olvide que a pesar de tener dolor, es una persona útil, necesaria, con una vida propia, que tiene valor por sí misma como persona.
6.- Preste atención a sus emociones: Las emociones que siente, como amor, ira, rabia, odio o miedo, son los sentimientos básicos y normales, y por el hecho de tener una enfermedad no quiere decir que esté exento de ellos o que no pueda expresarlos como cualquier otra persona.
7.- Comuníquese: Aprenda a dar información. Comparta con aquellos que le rodean lo que le ocurre dando información clara, sin interferencias, quejas, acusaciones o sentimientos negativos, aquellas personas que le rodean podrán entender mejor lo que le sucede.
Fuente: Universidad Andrés Bello
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