lunes, 20 de diciembre de 2010

LA FIBROMIALGIA Y LA INHIBICION DEL DESEO SEXUAL

El malestar general que se deriva de la fibromialgia
puede contribuir a la inhibición del deseo sexual


Los diferentes problemas en las relaciones sexuales
pueden favorecer la aparición de emociones negativas,
tales como desilusión, frustración, tristeza … A su vez,
estas emociones negativas favorecerán el surgimiento
de conflictos y recriminaciones entorno a la relación y
no solo por lo que se refiere a la sexualidad, sino, más
extensamente, a la relación de pareja. Como consecuencia
de dichas tensiones y disputas, no solo el enfermo, sino
también su compañero/a se sienten insatisfechos.

Qué puede ocurrir cuando la falta de satisfacción en la
actividad sexual y de pareja se manifiesta? La respuesta
la encontramos enla falta de placer, de disfrute de la
actividad sexual, lo que provoca que,poco a poco, nos
distanciemos y dediquemos menos tiempo a una práctica
que, inicialmente, se espera que sea gratificante,
satisfactoria.

El malestar general que se deriva de la fibromialgia puede
contribuir a la inhibición del deseo sexual. La persona se
encuentra ante una situación de dolor crónico, a la que se
añade la falta de soluciones efectivas a su malestar y,
en algunas ocasiones, el tener que enfrentase a la
incomprensión por parte de las personas de su entorno
inmediato, incluyendo a su pareja.

Otra de las dificultades asociadas a la actividad sexual es
el vaginismo. Esta disfunción suele producirse por el miedo
al dolor que puede producir la penetración (dispaurenia).
Se genera una contractura del tercio anterior de la vagina
que impide la penetración. Esta contractura también puede
relacionarse con el dolor propio de la fibromialgia.

Si durante alguna de las experiencias sexuales se
ha padecido dolor, éste puede quedar condicionado.
Es decir,el dolor que ha sufrido la persona durante la
relación sexual lleva a que, ante una nueva relación, el
propio cuerpo reaccione contrayendo la musculatura para
impedir la penetración (el cuerpo mantiene en la memoria
que en otra ocasión fue dolorosa, es como un medio de
defensa). Este proceso impide el disfrute de la actividad
coital. Esta descripción, que está más centrada en la mujer,
también puede ser válida para el hombre. Es decir, puede
aparecer dolor en el pene durante la actividad coital y
se relacionará con los mismos aspectos ya descritos
para el caso de la mujer.

Las causas médicas y las causas emocionales son
los principales motivos de aparición de la
inapetencia sexual

Otra disfunción que pueden padecer las personas con
fibromialgia es la dificultad de concentración en las
sensaciones sexuales y la incapacidad para relajarse
ante la relación sexual. Las causas médicas
(enfermedad crónica, dolor, efecto de los fármacos...)
y las causas emocionales (depresión, estrés, problemas
de pareja...)son los principales motivos de aparición de
la inapetencia sexual.

Con lo descrito hasta ahora, podemos inferir que el
enfermo de fibromialgia se halla ante un nivel de tensión,
más o menos eleva do, cuando afronta la actividad sexual,
y esta tensión influirá en la respuesta de acercamiento
íntimo.

Los estudios sobre sexualidad humana revelan que
existen dos fuentes principales por las que la persona
puede sentir tensión.

La primera es aquella que se deriva del estrés que se va
acumulando a lo largo del día. Esta condición se acentúa
en personas que tienden a ser perfeccionistas o que viven
en situaciones realmente exigentes, o aquellas que viven
en un estado de tensión crónica. En esta descripción se
puede ubicar un número importante de personas que
padecen fibromialgia, sobre todo, aquellas que se ven
obligadas a retomar la actividad laboral o familiar normal,
por lo que se les añade un grado de exigencia que no
siempre resulta abordable.

La segunda fuente de tensión que puede interferir en la
actividad sexual es la tensión, la preocupación, la angustia
anticipatoria ante la práctica sexual. Elementos como la
tensión creada por las expectativas, los miedos, las
aspiraciones, son proyectados como preocupaciones, y
éstas se dejan notar en las relaciones de pareja.

Por lo que se refiere a la condición médica asociada a la
fibromialgia, cabe esperar que los fármacos administrados
ayuden a reducir óptimamente el dolor y el malestar físico.
A partir de esta mejoría, desde la psicología se propone
actuar sobre los aspectos emocionales y el trabajo sobre
el control del dolor mediante actuaciones terapéuticas
específicas, y especialmente enfocadas a la potenciación
de la sensualidad.

Oscar Asorey Martínez
Psicòleg, ISEP Clínic Baix Camp

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