María José Moya Villén
(afectada de sensibilidad química múltiple grave, colaboradora en diferentes medios, autora de “MI ESTRELLA DE MAR” espacio pionero en castellano sobre SQM)
Estimados amigos, lo primero de todo dar las gracias a Altea-SQM por invitarme a pronunciar unas palabras entre ponentes tan ilustres, en estas primeras Jornadas sobre Salud y Medio Ambiente, que la ciudad de Huelva lleva a cabo.
Lamento no poder estar presente, como quisiera, pero como afectada de sensibilidad química múltiple grave que soy, me resulta imposible trasladarme a ningún lado, y aún menos viajar.
Para que se hagan una idea, llevo prácticamente recluida en mi casa desde 2006 --excepto puntuales ocasiones--. Actualmente, el promedio de salidas que hago de mi hogar es de una vez, cada uno o dos meses. El “objetivo” es el cajero, con el fin de que la ayuda domiciliaria que tengo asignada por Asistencia Social –y que es mi enlace con el exterior-, disponga de dinero suficiente para realizar por mí las compras básicas necesarias para las semanas siguientes. Mis salidas son de apenas unos metros y planificadas para momentos en que haya poca gente por la calle.
Como pueden ver, ni la pena de cárcel más restrictiva se asemeja al enclaustramiento en que vivimos los enfermos graves y no tan graves de SQM, y sin haber hecho nada “imputable”.
Por seguir con el símil penitenciario, no “salimos al patio” para mover nuestros músculos o nos dé el aire. No podemos ver a nuestros amigos, familia o a otros “presos”. No podemos estudiar. No podemos trabajar, para ganar un dinero con el que comprar lo necesario en el Economato de nuestra prisión particular. Y no podemos adquirir o comer lo que nos plazca, o en función de lo que nos permitan nuestras economías.
Toda nuestra existencia --las 24 horas al día--, gira obligadamente --y sin posibilidad de tomar vacaciones de esta condición--, en torno a los químicos, porque cualquier producto no ecológico que aspiremos comamos, bebamos o respiremos, nos empeora notablemente.
Y a nuestra cárcel particular, se suma la fuerte y variada sintomatología diaria con la que convivimos, además de las crisis en las que caemos varias veces por semana, e incluso al día, con mareos; vértigos; migrañas; malestar general; problemas cognitivos; náuseas; fatiga extrema; dolores generalizados, y un largo etcétera que trastoca toda nuestra vida.
Pero lo duro es saber que toda esta agonía y sufrimiento diaria podría evitarse, pero NO INTERESA económicamente poner los medios para hacerlo.
Tal y como acertadamente encabeza el título de estas jornadas (Salud y Medio Ambiente), queramos o no verlo, lo cierto es que nuestra salud y la de las generaciones futuras cada vez están más relacionadas con el desenfreno químico en que vivimos. También nuestra propia genética, alterada por estos químicos. Sin embargo, los intereses económicos siguen primando sobre el ciudadano y su salud, como ustedes mismos constatan en Huelva desde hace años con su tristemente famoso Polo Químico, o nosotros en la Comunidad de Madrid con el rechazo encubierto a la Ley Anti-tabaco.
Vivimos rodeados de MILES DE QUÍMICOS SINTÉTICOS, unos supuestamente inocuos a bajas dosis de los que desconocemos sus efectos acumulativos y de interacción, y otros de los que ya sabemos de su perjuicio para la salud --como ha estudiado, entre otros, el Dr. Olea, oncólogo catedrático de la Universidad de Granada--.
Aún así, siguen coexistiendo con todos nosotros, e incluso siguen siendo considerados “imprescindibles”, entre comillas, gracias a la perseverante y eficaz labor de marketing de la Industria, durante más de un siglo --a golpe de talonario--.
Mientras, sigue creciendo el número de afectados por alteraciones inmunológicas, formas específicas de cáncer, alergias, asmas, sensibilidad química múltiple, y en general patologías derivadas de la pérdida de contacto del Ser Humano con la Naturaleza y de su brutal inmersión en el abrumador cóctel de químicos sintéticos en que vive, junto al Planeta.
En este sentido, ya la resolución del Plan de Acción Europeo sobre Medio Ambiente y Salud 2004-2010, de 2008, expresaba su preocupación por los problemas cada vez más evidentes entre salud y químicos sintéticos tóxicos, y además advertía, y cito textualmente, que: “El Parlamento Europeo (…) pide encarecidamente a la Comisión que (…) no debilite la legislación existente bajo la presión de grupos de interés o de organizaciones regionales o internacionales”.
En este contexto, la Sensibilidad Química Múltiple (enfermedad ambiental emergente crónica, invalidante, multisistémica, y que obliga al enfermo a aislarse --en los casos más severos--, para no ver agravada su salud), es la patología más clara y directamente relacionada --en cuanto a causa-efecto-- con los químicos sintéticos tóxicos.
Quizás haya sido este “apuntar con el dedo” tan directo el que haya hecho que, a día de hoy, la Organización Mundial de la Salud aún no la haya reconocido oficialmente, cuando en casos como la Gripe A se hizo en escasas semanas a pesar de las crecientes voces críticas que se levantaron al respecto...
Lo que está claro es que rechazar un problema no lo hace desaparecer, ni evita que sus afectados dejen de luchar por lo que es justo, en nuestro caso nuestro reconocimiento oficial y la creación de políticas –realmente eficaces- de prevención.
Finalmente, les rogaría que cuando salgan de estas Jornadas no nos olviden a los afectados de SQM. Muchos vivimos prácticamente encerrados de continuo, cada uno en la cárcel de su hogar, y aún así luchamos dentro de lo que los límites de nuestra salud nos permiten… pero sin la ayuda y el apoyo de ustedes (profesionales y medios de comunicación, que sí pueden salir a la calle y no tienen sus capacidades mermadas), no podremos hacernos visibles, ni ser amparados por esas instituciones que --a día de hoy--, se niegan a reconocernos oficialmente, y con ello nos cierran las puertas a nuestros derechos más básicos como enfermos.
Para acabar, dar las gracias a quienes luchan por el Planeta y por sus enfermos ambientales --desde sus profesiones o desde sus ratos de ocio--; y por lo que es justo.
También a todos, por su atención. Muchas gracias.
MI ESTRELLA DE MAR
I Jornadas "Salud y Medioambiente". Huelva. 5-6 mayo 2010
NOTA (28/12/2010): a día de hoy desde que confeccioné este texto (mayo), mi promedio de salidas a la calle se ha visto reducido a dos en los últimos seis meses. Una a finales de julio y otra el 15 de octubre, ambas por gestiones administrativas imperiosas a pocos metros de mi hogar. Desde hace unos meses me he visto obligada a gestionar con el banco la manera de no tener que salir al cajero para disponer de efectivo.
http://mi-estrella-de-mar.blogspot.com/2010/12/sqm-ponencia-mi-estrella-de-mar-huelva.html
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