Cuando digo sensibilidad me refiero al Síndrome Químico Múltiple, una respuesta de nuestro organismo cuando está tan intoxicado que deja de tolerar dosis mínimas de compuestos químicos. Y lo hace provocando dolores insoportables, puesto que afecta a nuestro sistema nervioso central, daña nuestro sistema inmunológico -las defensas se atacan a sí mismas-, provocando un rechazo a ese ambiente, mediante vómitos, náuseas, pérdida de conocimiento, incluso paradas cardiorespiratorias, problemas en todos los órganos y una imposibilidad de llevar a cabo una actividad normal, incluso que procure la autonomía de la persona.
Una de las más atroces consecuencias de sufrir Sensibilidades Químicas, es el no poder habitar en entornos donde hay diversas fuentes de contaminación, como son todos los núcleos urbanos. De hecho, la recomendación terapéutica básica consiste en la evitación de los productos desencadenantes, (el control ambiental) lo que obliga a las personas afectadas a confinarse en verdaderas prisiones acondicionadas -si se lo pueden permitir- o a iniciar una ruta nómada en búsqueda del lugar más adecuado para reestablecer la salud. Aquí podéis consultar el Manual de Control Ambiental que escribimos un grupo de activistas y ver documentales sobre casos graves, una buena síntesis es la de Eva Caballé en este vídeo
En algunos casos, la búsqueda se vuelve una epopeya, más que épica y nos enseña sobre la degradada calidad ambiental en que convivimos, a pesar de nuestra ignorancia sobre el asunto. Este aspecto es muy difícil de afrontar psicológicamente, puesto que de repente descubrimos que no estamos tan protegidos/as como nos creíamos y que nuestro entorno tiene serios problemas ecológicos.
La imposibilidad de habitar cerca de antenas de telefonía, lugares con densidad de población que usa cientos de productos tóxicos, espacios públicos contínuamente fumigados por imperativo sanitario -tanto exteriores como interiores-, unido a las corrientes atmosféricas que arrastran los contaminantes por todo el planeta, viajando por lugares en principio “saludables”… hace de esta búsqueda una verdadera tragedia griega.
La búsqueda de refugio ambiental cuando tu cuerpo no soporta la toxicidad de las ciudades, requiere el apoyo familiar y personal. Muchas veces, la incomprensión sobre esta necesidad terapéutica, complica las relaciones íntimas y destroza familias. Otras, por suerte, las une y las fortifica. Lo que es seguro es que, en esa búsqueda, las personas necesitan recursos, tanto económicos, como psicológicos, como contactos y conocimientos adecuados. Son decisiones imperativas de alta complejidad, que suman un tanto en la falta del derecho más básico a la salud y el bienestar, negado tajantemente -por desconocimiento o negligencia- al colectivo de personas afectadas por productos químicos. Colectivo que crece exponencialmente, ante la impotencia de las personas que tratamos de hacer prevención y divulgación para evitar el incremento de casos, consecuencia perversa e indeseada de nuestro sistema consumista. La comodidad y el “desarrollo” tienen su cara amarga. Parece evidente que nos hemos excedido en estos límites, nos lo dicen nuestros cuerpos, también nuestro entorno y nuestra crisis económica.
Para facilitar estos procesos trabajamos mediante varias asociaciones sin ánimo de lucro y voluntariamente. En mi caso desde la Asociación ENA, fundada en 2006 y como socióloga- formadora, acompañando a casos graves y haciendo redes entre grupos terapéuticos, ecologistas y sensibilizados. En este mismo blog tenéis información sobre la Red EcoSalud.
Recientemente, las compañeras de Hogares limpios para SQM, han creado este mapa, con la intención de orientar a las personas que, desesperadamente, tienen que dejar sus casas, porque es la única manera de limitar la exposición a los productos químicos que les enferman, y muchas veces no saben a donde ir.
MAPA DE HOGARES LIMPIOS PARA SQM
Esperamos ampliar el mapa, ampliar nuestras redes y grupos sensibilizados con semejantes objetivos, para prevenir el aumento de los casos y procurar las condiciones de vida más básicas que requiere esta población que sufre ante la indiferencia de las administraciones. No olvidemos el mensaje para toda la sociedad que conlleva esta realidad, aprendamos de los errores y mejoremos nuestras condiciones de vida en términos saludables.
Buscamos espacios sanos ambientalmente (llamadas zonas blancas) y cesiones con aportaciones colectivas.
lauradrosado@gmail.com
Gracias por difundirlo y colaborar.
SALUD.
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