martes, 15 de noviembre de 2011

Afectados exigen la igualdad de trato en las enfermedades crónicas

SEGOVIA

Los pacientes reclaman al sistema público el reconocimiento de las dolencias de sensibilización central

Afectados exigen la igualdad de trato en las enfermedades crónicas
Mercedes Escudero y su marido, Miguel Ángel López, atienden ayer a los medios. :: EL NORTE
La fibromialgia, el síndrome de fatiga crónica, el de sensibilidad química múltiple y la electrohipersensibilidad. Algunos nombres sonarán más, de otros probablemente será esta la primera vez que los leen o escuchan. Todas son patologías tremendamente crueles, silenciosas, perennes y lo peor de todo, por ahora incurables, pese a los esfuerzos investigadores que se llevan a cabo en busca de un tratamiento que se hace de rogar en demasía. Forman parte de las denominadas enfermedades de sensibilización central. Son dolencias que incapacitan personal y laboralmente a quienes las padecen. Condicionan sus vidas. El día 12 de cada mes, afectados y sus allegados se manifiestan en España e incluso en el extranjero.
Aquí luchan frente a las «denegaciones sistemáticas del Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS) respecto a los expedientes que se presentan para valorar las incapacidades laborales», según argumenta la carta con la que este colectivo intenta llamar la atención sobre su situación y sumar adhesiones para reclamar al Estado la igualdad de trato para estas enfermedades respecto al resto de males crónicos e invalidantes.
Una vida tras la mascarilla
La segoviana Mercedes Escudero sufre sensibilidad química múltiple en grado severo. Apenas puede alargar la exposición del calvario que atraviesa desde que le diagnosticaron la dolencia en el año 2005. A pie de calle, se retira por un instante la mascarilla que la protege de todos los peligros que acechan su salud y lanza su mensaje.
La simple combustión de los coches, el jabón, un perfume, la lejía... la exposición a la enorme variedad actual de productos químicos que forman parte del desarrollo habitual de la vida cotidiana son susceptibles de desencadenar una reacción de la enfermedad. Por eso se cubre y no prolonga sus explicaciones y demandas.
Pero sí deja clara una reclamación, la principal, la que cada día 12 le lleva a concentrarse ante la sede de la Seguridad Social: pide el reconocimiento de estas enfermedades. «Los enfermos se encuentran desprotegidos en el sistema sanitario y social de este país. Se necesitan tanto medidas sanitarias como administrativas para que los afectados no queden sin cobertura e indefensos ante una situación de incredulidad y desinformación por parte de los equipos de valoración», demanda el documento instando al director general INSS.

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