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miércoles, 18 de enero de 2012

¿Alergia al celular?



Laura Serrano-Conde/EFE-Reportajes
16 Enero 2012

Mareos, golpes de calor, picores, son los primeros síntomas de lo ya se denomina electrosensibilidad, ¿una enfermedad del siglo XXI?


La hipersensibilidad afecta a una de cada mil personas y es una dolencia para la que, por el momento, no hay medicamentos. Foto EFE

Madrid, España.- Las ondas electromagnéticas están cada vez más presentes en las sociedades modernas. Provienen de hornos, microondas, teléfonos inteligentes, ordenadores, dispositivos inalámbricos, redes wifi y otros muchos aparatos que se usan cotidianamente, pese a que ya está demostrado que pueden provocar cierta alergia en algunas personas más sensibles. Mareos, golpes de calor, sensación de quemazón, picores, náuseas, palpitaciones y cefaleas son algunos de los síntomas de una patología que los expertos han llamado electrohipersensibilidad, ¿una enfermedad del siglo XXI?

LA ELECTROSENSIBILIDAD, UNA ENFERMEDAD INVISIBLE

La hipersensibilidad electromagnética, también llamada electrosensibilidad o alergia a las ondas electromagnéticas, es una enfermedad relativamente nueva que afecta a las personas más sensibles a esas ondas que emiten algunos aparatos en un radio amplio de distancia.

Según estudios recientes, esta dolencia afecta a una de cada mil personas, y en algunos países, como en Suecia, ya se considera un transtorno, mientras que en otros, los afectados aún luchan por que se les reconozca su enfermedad.

"El hecho de que afecte a una de cada mil personas indica que no es una enfermedad rara, es una enfermedad relativamente frecuente. Sin embargo, la OMS no ha declarado que la electrosensibilidad sea una enfermedad. En medicina hay cierta tendencia a no meterse en temas no consolidados, y este aún no lo está, a pesar de que ya hay muchas personas afectadas", ha explicado a Efe Joaquím Fernández Solá, médico consultor senior del Servicio de Medicina Interna del Hospital Clínic de Barcelona.

Fernández es uno de los pocos médicos que diagnostican esta enfermedad en todo el mundo. Sus pacientes acuden a él con el fin de que encuentre una solución a su problema, sin embargo, no existen investigaciones sobre esta dolencia y detectarla resulta complicado.

"Lo primero que hacemos es hacer un diagnóstico de caso, estudiamos los síntomas que presentan estas personas para saber si se trata de electrosensibilidad o de otro problema", comenta.

Irritabilidad, insomnio, mareos, dolor de cabeza, pérdida de memoria, sensación de quemazón, picores, náuseas y palpitaciones son algunos de los síntomas que presentan los pacientes que sufren esta patología, que va camino de convertirse en uno de los grandes males del siglo XXI.

"Como en todas las enfermedades, hay grados. Hay gente que puede vivir con ello, que solo necesita tomarse un analgésico para el dolor de cabeza, y hay otros que la antena de la casa del vecino no les permite salir de casa a pasear", cuenta.

CAMBIO DE LA RUTINA

Muchas de las personas que la sufren, se ven obligadas a alterar su rutina. Algunas tienen que protegerse con mantas de las ondas electromagnéticas y otras no pueden salir a la calle y viven encerradas como ermitaños. Hacen lo que pueden para prevenir esta alergia, aunque resulta algo complicado ya que están rodeadas de aparatos tecnológicos.

La antena de la casa de al lado, los móviles de la gente que pasea por la calle, los ordenadores en la oficina, el wifi de un autobús. Las ondas envuelven las sociedades del siglo XXI como una tela de araña de la que es difícil escapar.

"Lo principal es detectar de dónde proviene la emisión de ondas, si de un cable que va por la pared de detrás de la cama, o de la antena del vecino, o del wifi del trabajo... Y luego intentar evitar las fuentes de exposición en la medida de lo posible", subraya.

Las personas electrosensibles, explica, suelen ser "pacientes con sensibilidad química, que no toleran los olores, ni los cambios de temperatura, que son muy sensibles a los cambios ambientales".

UNA ENFERMEDAD SIN MEDICAMENTOS

Los síntomas generados por la hipersensibilidad son raramente diagnosticados. No hay demasiados estudios, existe un gran desconocimiento general en torno a este problema y tampoco existe ningún medicamento específico que acabe con ella.

"Sí hay estudios sobre cómo afectan las ondas electromagnéticas de los móviles, pero no del wifi, o de los ordenadores... Tampoco hay referencias históricas, pero lo que es cierto es que las ondas que recibían nuestros padres y las que recibimos nosotros no tiene nada que ver, hemos experimentado un incremento brutal a la exposición de ondas electromagnéticas", apunta.

A pesar de que Fernández reconoce que la exposición a estas ondas puede ser un problema, no está en contra de los avances tecnológicos: "No estoy en contra de las mejoras en la calidad de vida, al contrario. Sin embargo, creo que deberíamos tener precaución porque puede convertirse en un problema importante".

DESTACADOS:

* Mareos, golpes de calor, picores, náuseas, palpitaciones y cefaleas son algunos de los síntomas de la electrohipersensibilidad.

* Según estudios recientes, esta dolencia afecta a una de cada mil personas, y en algunos países, como en Suecia, ya se considera una discapacidad.

* Los síntomas generados por la hipersensibilidad son raramente diagnosticados

sábado, 31 de diciembre de 2011

Pitido dentro de la cabeza: ¿lo oyes? – Antenas cangerígenas

http://teatrevesadespertar.wordpress.com/2010/08/16/pitido-dentro-de-la-cabeza-%C2%BFlo-oyes/

Posted on 16 agosto, 2010


¿QUÉ ME ESTÁN HACIENDO?

Sonidos dentro de la cabeza
24:00 horas, me dispongo a dormir, me meto en la cama, abro un libro en el silencio de la noche y de repente ……….. qué es ese ruido? muy leve, pero intenso, una especie de “piiiiiiiiiiiiiiii….” diminuto, como si hubiese estado toda el día en una discoteca, observo aún más detenidamente y un “booomm, booom …” cíclico y muy suave, igual dentro de mi cabeza ……… pero , por qué ? Esto antes de que pusieran esta antena no me pasaba. Será la radiofrecuencia que atraviesa mi cerebro constantemente lo que los produce?

Os pasa igual ? fijaros. Yo no soy el único que lo “oye” (siente).



Algunos videos interesantes sobre las antenitas:



Documental MALAS ONDAS:

`




CUANDO EL RIO SUENA, AGUA LLEVA

Nos están exterminando, manipulando mentalmente, bombardeando electromagnéticamente. Las antenas de supuesta telefonía movil no solo sirven para dar cobertura telefónica, sino para apoyar el proyecto HAARP mediante el que se bombardeá la ionosfera y magnetosfera para provocar el cámbio climático, así como la manipulación de las ondas cerebrales.

FUENTE: http://planetaesclavo.wordpress.com


sábado, 15 de octubre de 2011

"Los móviles del futuro podrían llevar el mensaje 'usarlo puede matar'"



'El conejo blanco' es la primera novela de Nino Treusch, un thriller que aborda las consecuencias que las ondas electromagnéticas pueden tener para la salud



ALBERT DOMÈNECH
Barcelona Periodista

Es una de las preguntas del millón y de momento ya les avanzo que no existe una respuesta contundente. ¿Son los móviles perjudiciales para la salud?
Según varios estudios, una prolongada exposición a las radiaciones que emiten estos aparatos puede crear trastornos cerebrales, cataratas, Alzheimer o cáncer. Pero también es cierto que hay expertos y científicos de renombre que han descalificado estas investigaciones. Con este tema de actualidad de telón de fondo, Nino Treusch, que trabajó ocho años en una multinacional del sector, ha editado su primera novela, ‘El conejo blanco’, con la que abre un debate ético y moral sobre el uso de una determinada tecnología y los posibles peligros que encierra la utilización del móvil. La Organización Mundial de la Salud alertó el pasado mes de junio sobre el riesgo de desarrollar un tumor cerebral tras el uso “intenso y continuado del móvil”. El debate científico y social sigue más abierto que nunca, y ahora Treusch quiere con su libro debut lograr que la gente se haga preguntas para un problema que podría tener sus primeras consecuencias visibles en “diez o quince años”.

-Su novela empieza fuerte, con un hombre enterrado vivo a punto de morir, yo también lo haré. Directo. ¿Son los móviles dañinos para la salud?
-Empecé a escribir el libro a principios de 2004. Ese año publicaron una investigación sobre los efectos de las ondas electromagnéticas en células in vitro. Son unas 500 páginas y me tomé el tiempo de leérmelo. No soy médico, pero la última página en particular me parecía un poco preocupante. Tenía miedo y empecé a pensar. Piense además que en 2003 y 2004 el mercado de móviles no era tan grande como el de ahora. Así me llegó la idea de escribir sobre un concepto más ético que confrontase las problemáticas sobre cómo se puede comercializar una tecnología en la que hay dudas. Es el reflejo de cómo vivimos hoy en día, lo queremos todo rápido. Las cosas que necesitan de tiempo o de años parece que no interesan mucho a la gente.

-Si usted empezó a escribir sobre ello es porque no lo veía nada claro…
-Sí, pero siendo que consciente que cuando se escribe sobre algo así puede ser que con los años salgan otras investigaciones que te digan lo contrario, algo que sería muy bueno para nosotros en este caso. Me leí todas las investigaciones públicas que llegaron, que eran bastantes, y me pareció terrible todo lo que leí.-¿Por qué?
-Todas acaban con la misma conclusión, que se necesitan más estudios. Cuando hablamos de algo dañino, no nos referimos a algo que pase mañana, o cada día. Es un efecto que de producirse, no tendríamos resultados hasta los próximos 10 o 15 años.

-Según estos estudios no quedaría mucho tiempo, quizás mientras algunos sigan estudiando podrían aparecer los primeros síntomas…
-Ese es el tema del libro, parte de un problema ético. En Estados Unidos los casos de medicinas que han sido más dañinas que las que han curado se han aumentado considerablemente. Es el mal de esta sociedad que busca la inmortalidad, ser todos guapos, fuertes, etc. Se están tomando cosas que antes necesitaban un poco más de tiempo para experimentar y validar.

-¿También pasa con los móviles?
-Piensa en la gente que telefonea una hora cada día. De aquí diez años, si siguen con esta media, habrán pasado un año entero ocho horas al día enganchados al móvil. Puede ser un efecto acumulativo que afecte a mucha gente.

-En España hay un refrán que dice, “cuando el río suena, es que agua lleva”…
-Este año la Organización Mundial de la Salud también se ha pronunciado en este sentido. Entiendo que al consumidor le cueste creerlo porque no hay nada cien por cien cierto, pero hoy en día tenemos muchos datos como para aconsejar ir con mucho más cuidado en el uso de estos móviles. Escribir esta novela es una manera de poner a todo el mundo en contacto con un problema que puede ser real. Hay mucho debate, con opiniones antagónicas, y esto tampoco ayuda.

-Usted ha trabajad en una multinacional del sector. ¿Las compañías de telefonía están financiando, es decir, pagando estudios que digan que los móviles no son nocivos?
-No, no creo que pase eso. La empresa donde trabajé es un poco el reflejo de este mundo. Ellos no son responsables, si no hay una ley que lo prohíba, no hacen nada mal, y así piensa mucha gente. Son otras las organizaciones que necesitan poner reglas. Y en cierto modo, lo hacen. Pero el problema es que hay dos problemas, que falta dinero y que en la mayoría de las investigaciones que se han hecho hasta ahora el dinero ha llegado de las compañías que hacen estos teléfonos. Pero sí que es cierto que si uno mira los gastos en marketing y en investigaciones verá que son dos mundos diferentes, y en un segundo tema es que no se invierte lo suficiente. Luego también está el tiempo que se necesita para confirmar si estos aparatos pueden ser dañinos o no, diez años son muchísimos.

-Se lo diré de otra forma. ¿Cuánto tiempo cree que tiene que pasar para que podamos calibrar si los móviles son o no nocivos para nuestra salud?
-Pienso que el mundo tiene bastantes problemas como para preocuparse ahora de ello, esta es la sensación que me transmiten. Necesitas primero que la comunidad científica unifique un método de investigación. Hay mucho debate sobre cuál es el mejor método para calibrar el efecto de estas ondas.

-Entiendo que en su opinión, y a pesar de que no hayan estudios que lo demuestren, es necesario que el consumidor adopte las máximas medidas posibles.
-Sí, creo que la gente está hoy más preocupada que en 2003 cuando salieron los primeros estudios. Se ha hablado mucho de este tema y no hay consenso, algo que no es bueno para un aparato que usan seis millones de personas y del que se venden 1,4 millones de unidades al año. Imaginarse hoy el mundo sin teléfonos móviles es imposible. Pero sí que podemos poner más atención en las llamadas que hacemos, muchas de ellas son inútiles. Cuando llamas por ejemplo para decir “estoy llegando”. Creo que cada uno puede hacer balance de su vida.

-¿Recomienda reducir el número de llamadas al día o restringir directamente el uso del móvil?
-Lo primero que recomiendo es que la gente use auriculares. Lo segundo es pensar un poco en qué tipo de comunicación es importante hacer. Esto no es solo aplicable al teléfono. Se transmite mucha información que no es importante.

-Los últimos estudios ponen el acento en que los niños son los que están más expuestos a estas ondas. Precisamente en un momento en que cada vez se tiene móvil a menos edad…
-Sí, en 2003 los niños no tenían teléfono, es por eso que ahora se habla más de este tema. Según los estudios, los niños son los que están expuestos a un riesgo mayor porque su cerebro es más vulnerable. Cada país está tratando el tema de manera diferente, en Inglaterra se habla mucho de prohibir el teléfono a los menores, por ejemplo. En los países del norte también está el debate.

-¿Prohibiría el uso del teléfono a los menores?
-Los menores pueden vivir sin móvil, se sabe siempre donde están y siempre van con alguien de más edad y que tiene teléfono. No creo que sea necesario si se tiene organización. Mi hija tiene siete años y yo también me planteo esta cuestión porque sé que algún día me lo preguntará, y espero que lo haga lo más tarde posible. Creo que esta novela puede servir también a la gente joven para que empiecen a cuestionarse cosas.

-Para que no acaben convertidos en conejos blancos…
-Sí, la idea es que el mundo no sea un conejo de laboratorio.

-No me ha contestado, ¿prohibiría el móvil a los menores?
-No creo que el móvil sea necesario para los menores de diez años. Hasta que no lleguen los resultados definitivos es importante tomar un poco de distancia.

-¿Con los imparables avances tecnológicos que hay hoy en día nos hemos convertido todos en conejos blancos sin saberlo?
-En estos últimos años he hablado con profesores, médicos, etc. Cuando se escribe sobre algo delicado uno tiene que hacerlo con el máximo rigor. He encontrado a mucha gente increíble, y son todos mucho más negativos que yo.

-Hágame autocrítica, que por algo ha escrito la novela. ¿Tienen las multinacionales de móviles que invertir mucho más en investigación de lo que se hace?
-Sí, pero no solo este sector, sino todos los sectores. Es la parte más difícil, porque significa pensar a largo plazo cuando seguro que hay otros problemas, es el ritmo de vida que llevamos hoy. A la gente le gusta la tecnología, cambiar cada dos o tres meses de aparato, tener lo último. Para mí la seguridad es tener la certeza de que sabes que no te hace daño, y eso no lo podemos asegurar. Hay gente que incluso lo ha comparado con el tabaco.ç

-El tabaco puede matar, eso sí es demostrable.
- Sí, pero para mí hay una diferencia, y es que es difícil vivir en una ciudad donde estamos rodeados de tecnología, también hay mucha gente que piensa que las antenas de los teléfonos móviles te pueden influenciar, pero si vives en una ciudad es imposible no estar cerca de alguna.

-¿Comparar el uso del móvil con el tabaco es alarmista?
-Pienso que hay muchas cosas similares, cuando hay debates así siempre se acaba “matando” al consumidor. Puede ser que algún día el teléfono lleve escrito el mensaje de “usarlo puede matar”. Y después el consumidor hará lo que quiera, es una de las maneras más simples para solucionar el problema.

-Algunos de los estudios no dudan en hacer una lista de las patologías que se pueden desarrollar a consecuencia del uso del móvil. Alzheimer, cataratas o cáncer son algunas de ellas. De momento la única enfermedad demostrable es la de la adicción al aparato. ¿Irá a más?
-Hay países donde existe más que en otros. El mundo ha cambiado mucho, antes los niños jugaban en la calle, ahora se pasan el día en casa conectados. Hay un estudio reciente de Harvard que dice que la gente es menos productiva cuánto más conectada está. Es importante que la tecnología no te cambie, el contacto humano sigue siendo el más importante. Hay mucha gente que es adicta a la tecnología y, personalmente, no entiendo porqué.

-No sé si a sus colegas de sector les ha hecho mucha gracia que debutara con una novela tan polémica para ellos…
-(Ríe). No, les ha gustado, pienso que no he escrito nada que no se puede mirar desde un prisma de investigación. La gente del sector que lo ha leído no tiene ninguna queja, entre otras cosas porque es un tema del que ya se hablaba antes, yo no he descubierto nada. La industria no es tonta, pero hasta que no haya una ley en este sentido ya te he dicho que no pueden hacer nada. Son pequeñas cositas las que se pueden hacer, como llevar un auricular.

-¿Nadie le ha acusado de alarmista?
-Hay gente que ha dicho que he escrito sobre este tema para incrementar las ventas. Simplemente es una novela. La gente que habla de alarmismo es la que quiere cerrar los ojos. Si vas a Google y pones la palabra teléfono móvil y cáncer verás que te llegan 20 millones de páginas. Es un tema que a la gente le toca de cerca pero que le gustaría tener un poco más de confianza, y eso es lo he querido reflejar en el libro.

-A día de hoy la seguridad total no existe.
-No, haciendo caso a las investigaciones o a lo que dice la OMS nadie puede estar tranquilo.

-Por cierto, ¿usted tiene móvil?
-Sí, pero siempre llevo auriculares y por la noche siempre lo apago. Teniendo línea fija es una tontería.


Fuente: http://www.lavanguardia.com/vida/20111013/54228603662/los-moviles-del-futuro-podrian-llevar-el-mensaje-usarlo-puede-matar.html

viernes, 14 de octubre de 2011

"No se olvide de apagar el wi-fi por la noche"

Foto: Kim Manresa
Pionero

Una exposición prolongada y continuada en el tiempo a las radiaciones que emite el wi-fi tiene efectos nocivos en la salud. En casi todos los colegios el acceso a internet se hace a través de wi-fi. Se estima que los niños están un mínimo de 6 horas al día expuestos a estas radiaciones, 132 horas al mes, 1.188 horas al año. La Organización para la Defensa de la Salud, la Fundación Vivo Sano y la Fundación para la Salud Geoambiental han lanzado una campaña nacional para retirar el wi-fi de los colegios. Bocos es uno de los pocos abogados especializados en contaminación electromagnética en España, fundador de Juristas Contra el Ruido y profesor de máster en Derecho Ambiental.

¿Por qué hay que retirar el wi-fi de los colegios?
Emiten radiaciones electromagnéticas a una potencia muy elevada; las consecuencias son nocivas para todos, pero en especial para los niños, más vulnerables porque están en pleno desarrollo.

Inglaterra, Francia y Suecia los están retirando.
Sí, de escuelas, museos, bibliotecas y lugares públicos. La tecnología inalámbrica no está revisada por sanidad ni por ningún organismo que nos pueda decir qué potencia emite y cómo se controla esa emisión.

¿Hay estudios?
Existe un informe de acceso público, Bioiniciative, que resume más de 2.000 estudios internacionales. En la resolución del Consejo de Europa de mayo se recogen las conclusiones de este informe: los estudios vinculan la exposición prolongada a radiaciones electromagnéticas con ciertos tumores.

Radiaciones malignas, pero necesarias.
Para conectarse existen otros sistemas que permiten disfrutar de internet a través de la red eléctrica.

¿Qué dice la OMS?
Ha clasificado oficialmente este tipo de radiaciones como posible cancerígeno.

Si sumamos las radiaciones de los wi-fi de un edificio, debemos estar todos fritos.
Mi consejo es utilizar cable. Ya hay estudios que relacionan la hiperactividad, las cefaleas y el mal dormir infantil con estas ondas. ¿Para qué correr riesgos, si existen tecnologías alternativas sin riesgo?

Es el progreso.
En todo caso, hay que apagarlo por la noche, es lo mínimo.

¿Qué le llevó a dedicarse a estos temas?
Hace doce años, junto a un refugio de perros y gatos, en medio del campo, instalaron una antena de telefonía móvil. Me llamaron porque los animales estaban muy nerviosos, se autolesionaban y querían escapar.

¿Ganó el caso?
Sí, no tenían ni permiso. El siguiente caso, hace diez años, fue el del colegio García Quintana de Valladolid, en el que estaba personalmente implicado.

¿Sus hijos?
Sí. Hubo cinco casos de leucemia. Cerca del colegio había un edificio plagado de antenas de telefonía en la azotea. Presentamos un escrito al Ayuntamiento explicando que había estudios que vinculaban la leucemia infantil con la radiación electromagnética. Queríamos saber la potencia de esas antenas.

El alcalde debió de preocuparse.
Se negó a recibirnos, dijo que éramos "unos padres histéricos". Pusimos una querella criminal por una supuesta prevaricación y contra las operadoras por contaminación ambiental. Ganamos, pero una niña murió.

¿Ha ocurrido en otros colegios?
Ahora mismo en un colegio de Pinto, en Madrid, hay varios casos, y en el Dos Hermanas, en Sevilla, hay cuatro casos.

Mala solución tienen, si queremos hablar por teléfono.
Se están investigando tecnologías alternativas de telefonía móvil sin microondas en Japón y EE.UU. Mientras, hay que utilizar el móvil con cautela, con el altavoz o con aparatitos que evitan las radiaciones, porque si te lo pones en el cerebro eres tú la antena.

Empiezan a aparecer casos de hipersensibilidad a las ondas electromagnéticas.
Y ya hay una sentencia que concede una incapacidad por ello, la Seguridad Social va a pagar a esa persona una pensión de por vida. Es el primer caso, pero me temo que va a haber muchos más.

La potencia que emiten estos aparatos ¿está controlada?
España permite 400 microvatios por centímetro cuadrado. Castilla-La Mancha, 0,1 microvatios; Catalunya, 200. En Nueva Zelanda, el nivel permitido es de 0,01, y en Nueva Gales del Sur, Australia, 0,001. Es como decir que en un lugar se puede ir a 200 kilómetros por hora y en otro a 100.000.

¿Y no tienen problemas de cobertura?
No. Entonces, ¿por qué someter a la población a tanta potencia si no se necesita? La normativa española no protege en absoluto a los ciudadanos, los niveles son muy altos, y si quisiéramos saber qué cantidad de radiación estamos recibiendo, sólo lo conseguiríamos poniendo una denuncia.

Uf.
No existe un sistema de control permanente y fiable que permita a los ciudadanos saber en todo momento las radiaciones a las que están expuestos.

Sería necesario.
La contaminación electromagnética se está incrementando a pasos de gigante en muy poco tiempo y no sabemos qué va a pasar, probablemente lo sepamos cuando las consecuencias sean irreversibles. La propia UE está instando a los estados a que reduzcan los niveles. Hoy se estipula que por encima de 0,1 hay peligro de daño sobre la salud.

¿Alguna iniciativa ciudadana?
La Universidad Politécnica de Madrid ha ideado un sistema de control permanente y de acceso libre para todos los ciudadanos de Leganés a través de internet y de una pantalla gigante en el Ayuntamiento.

¿En qué punto está?
Las operadoras pusieron un recurso, y se dictaminó la suspensión cautelar. Yo defiendo a la federación de vecinos, y hemos recurrido. Esperemos que estos sistemas se generalicen, porque los ciudadanos tenemos derecho a saber.


http://www.lavanguardia.com/lacontra/20111010/54228364832/no-se-olvide-de-apagar-el-wi-fi-por-la-noche.html

sábado, 10 de septiembre de 2011

VUELTA AL COLE 2011: SIN MÓVILES EN LAS MOCHILAS Y CARTERAS



Estimados padres y madres:

La vuelta al cole ya está aquí y con ella las compras del material escolar y otros útiles, las necesarias y las que nos tientan, y entre estas últimas, se plantea la compra de un teléfono móvil para su hijo escolarizado. Tiene tantas ganas… y después de todo…, ¿no se sentiría Vd más seguro de tenerlo localizado en cualquier momento?

No obstante CUIDADO.

Los signos de alarma relacionados con la peligrosidad de las radiofrecuencias utilizadas fundamentalmente por los teléfonos móviles se multiplican. Por no citar más que el último, la OMS, más bien próxima a la industria,decidió el pasado 31 de marzo clasificar las radiofrecuencias en el grupo de “posibles cancerígenos”. Podrán localizar numerosos estudios científicos incontestables que demuestran este riesgo en la web de Robin des Toits.

Cualquiera que sea el riesgo, es más elevado para los niños, ya que su cráneo es más fino, los tejidos son menos espesos y sobre todo, el cerebro se encuentra en desarrollo. Es por ello que el DAS (Tasa de Absorción Específica, cuya inscripción en los puntos de ventas y en la publicidad de los móviles es obligatorio ya para siempre), calculada para el organismo de un adulto, no es válida para los niños. Para ellos, un mismo teléfono, supone un nivel más elevado respecto al nivel de seguridad establecido.

Podemos decidir, por nosotros mismos, de exponernos a una fuente de riesgo. Perono tenemos el derecho de aplicar esa opción para nuestros hijos, que no están preparados para decidir de forma clara, que son más frágiles, y que estarán expuestos durante más tiempo a lo largo de sus vidas. Hemos crecido protegidos de las ondas. Ese no es su caso. Debemos protegerles. En presencia de niños, el principio de precaución debe imperar.

Se están realizando dos estudios sobre los efectos de los móviles en los niños. El primero, es un estudio internacional “Mobikids” cuyos resultados no serán conocidos hasta dentro de unos años. El segundo… es el que estamos realizando ahora, en vivo, con nuestros hijos. ¿Quiere convertir a su hijo en una cobaya?

“¡Pero si fuera peligroso para los niños estaría prohibido!”, piensa Usted. Pues lo está casi. El artículo L5231-3 del código de salud pública expone: “Toda publicidad, cualquiera que sea el medio o el soporte, que tenga por objeto directo promover la venta, la disposición al público, la utilización o el uso de un teléfono móvil a niños menores de catorce años está prohibida”. Podemos sacar en claro que no tenemos el derecho de hacer publicidad de móviles para los menores de 14 años. No se puede decir más claramente que es peligroso, aunque la industria desvía esta interdicción a base de rostros difuminados o casi ocultos o “packs familiares”.

Y desde el punto de vista educativo, tampoco es positivo. El portátil acostumbra a obtener las cosas de inmediato, facilita la desorganización, la incapacidad de fijar la atención cinco minutos seguidos sobre alguna cosa, a la espera constante y a la impaciencia de la próxima llamada o mensaje. Hemos aprendido a organizarnos, a prever, a esperar, a llegar a la hora, y los portátiles llegaron después y nos facilitaron la vida, pero para los niños, no existirá este aprendizaje necesario. Pregunte a los educadores su punto de vista sobre los portátiles para los niños, será edificante.

“¡Pero el portátil permite su seguridad!” piensa Usted. No. Educar un niño, esorganizar sus actividades, vigilar sus compañías y darle el nivel de confianza que corresponda a su edad; no tenerlo geolocalizado o espiándolo. Los secuestros o desapariciones de niños no han desaparecido con la emergencia de los portátiles, y además del riesgo para la salud, el portátil, sobre todo si incluye internet, puede permitir también contactos que Usted no desee para sus hijos. Si tenemos en cuenta además el riesgo de robo o extorsión, el móvil se convierte en un factor de inseguridad más que en un factor seguro.

“¡Pero todos sus amigos lo tienen!”, dice Usted. No todos, si mira bien a su alrededor, verá que hay padres razonables en el lote. Y si Usted facilita a su hijo un móvil,reforzará la presión sobre aquellos que aún resisten.

“¡Pero es que se muere de ganas!” Intente analizar lo que subyace en esta demanda. Si es una petición de comunicación, su hijo puede tener una dirección protegida por una clave en el ordenador familiar. Si se interesa sobre todo a la música ofrézcaleun reproductor de música digital…

Y no contemos con un comportamiento “razonable” de un niño con un móvil. Un niño no puede integrar el mensaje de salud pública: hace caso a sus padres; si fuese peligroso, no se lo habrían ofrecido; si le dan uno, es que no es peligroso. Nosotros mismos no somos capaces de tener un uso moderado de estos maravillosos juguetitos, ¿qué espera de un niño? ¿Y los auriculares? ¿Ha visto Usted a algún niño utilizar auriculares?

Si el mal está hecho, si su hijo está ya equipado, y si le parece que ya es imposible hacer marcha atrás, ayúdele al menos a tomar las medidas de protección necesarias:

  1. Respeto al número máximo de llamadas
  2. Enviar SMS mejor que realizar llamadas
  3. Uso de auriculares
  4. No usarlo en los transportes públicos donde la emisión es máxima
  5. No mantenerlo cerca de órganos vitales, es decir, nada de móviles en el bolsillo,
  6. Mantener el portátil apagado durante la noche y sobre todo no dejarlo en la mesita de noche o debajo del almohadón.: un móvil emite constantemente y estas emisiones afectan al sueño, el reposo y la memoria.

¡Haga circular este mensaje a todos los padres que conozca!

Más información en www.robindestoits.org

Fuente: ROBIN DES TOITS

Traducción: Francisca Gutiérrez Clavero

Texto original:

RENTREE 2011 : PAS DE PORTABLES DANS LES CARTABLES !!!


Chers parents,

La rentrée approche, avec elle l’achat des fournitures scolaires, celles qui sont nécessaires mais aussi celles qui tentent, et à cette occasion, l’achat d’un téléphone portable pour votre enfant scolarisé se pose. Il en a tellement envie et après tout, ne seriez-vous pas rassurés de le savoir joignable à tout moment ?

Attention cependant.

Les signaux d’alarme concernant la dangerosité des radiofréquences utilisées notamment par les téléphones mobiles se multiplient. Pour ne citer que le dernier, l’OMS, pourtant notoirement proche de l’industrie, a décidé, le 31 mars dernier, de classer les radiofréquences dans le groupe des « cancérigènes possibles ». De nombreuses études scientifiques incontestables, que vous trouverez sur le site de Robin des Toits, prouvent ce risque :
http://www.robindestoits.org/_a1251.html

Et quel que soit le risque, il est plus important pour les enfants, dont le crâne est plus mince, dont les tissus sont moins épais, et surtout dont le cerveau est en développement. C’est pour cela que le DAS (débit d’absorption spécifique, dont l’affichage sur les points de vente et les publicités des téléphones mobiles est désormais obligatoire), calculé en fonction d’un organisme adulte, n’est pas valable pour les enfants. Pour eux, pour un même téléphone, il est plus élevé, voire supérieur au seuil de sécurité.

Nous pouvons décider, pour nous-mêmes, de nous exposer à une source de risque. Nous n’avons pas le droit de faire ce choix pour nos enfants, qui ne sont pas en mesure de décider de façon éclairée, qui sont plus fragiles, et qui seront exposés plus longtemps au cours de leur vie. Nous avons grandi à l’abri des ondes. Ce n’est pas leur cas. Nous devons les protéger. En présence d’enfants, le principe de précaution doit l’emporter.

Deux études sont en cours sur les effets du portable sur les enfants. La première, c’est l’étude internationale « Mobikids » dont les résultats ne seront pas connus avant des années. La deuxième… c’est celle que nous sommes en train de faire maintenant, in vivo, avec nos
enfants. Voulez-vous faire de vos enfants des cobayes ?

« Mais si c’était dangereux pour les enfants, ce serait interdit ! » pensez-vous. Mais ça l’est presque ! L’article L5231-3 du code de la santé publique dispose « Toute publicité, quel qu’en soit le moyen ou le support, ayant pour but direct de promouvoir la vente, la mise à
disposition, l’utilisation ou l’usage d’un téléphone mobile par des enfants de moins de quatorze ans est interdite ». En clair, on n’a pas le droit de faire de publicité pour les portables vers les moins de 14 ans. On ne dit pas plus clairement que c’est dangereux, même si les
industriels tournent allègrement cette interdiction à coup de visages floutés ou à demi-cachés ou de « packs familles ».

Et d’un point de vue éducatif, ce n’est pas bon non plus… Le portable donne l’habitude de l’immédiat, de l’inorganisation, de l’attention incapable de se fixer cinq minutes de suite sur quelque chose, de l’attente constante et impatiente du prochain appel ou message. Nous
avons appris à nous organiser, à prévoir, à attendre, à arriver à l’heure, et puis les portables sont arrivés ensuite et nous ont facilité la vie, mais pour les enfants, il n’y aura pas cet
apprentissage pourtant nécessaire. Demandez aux enseignants leur avis sur le portable pour les enfants, vous serez édifiés.

« Mais le portable assure leur sécurité ! » » pensez-vous. Non. Eduquer un enfant, c’est organiser ses activités, surveiller ses fréquentations et lui faire une confiance adaptée à son âge ; pas le géolocaliser ou l’espionner. Les enlèvements ou disparitions d’enfants n’ont pas disparu avec l’émergence des portables, et outre les risques pour la santé, le portable, surtout s’il inclut Internet, peut aussi être l’occasion de contacts que vous ne souhaitez pas pour votre enfant. Sans compter les risques de vol ou de racket. Le portable est un facteur d’insécurité plus que de sécurité.

« Mais tous ses copains en ont ! » dites vous. Pas tous, si vous regardez bien, il y a forcément des parents raisonnables dans le lot. Et si vous dotez votre enfant d’un portable, vous renforcerez la pression sur ceux qui résistent encore.

« Mais il en meurt d’envie ! » Essayez d’analyser ce qui se cache sous cette demande. Si c’est une demande de communication, votre enfant peut avoir une adresse protégée par un mot de passe sur l’ordinateur familial. S’il s’intéresse surtout à la musique, offrez lui un baladeur numérique…

Et ne comptons pas sur un comportement « raisonnable » d’un enfant avec un portable. Un enfant ne peut pas intégrer le message de santé publique : il fait confiance à ses parents ; si c’était dangereux, ils ne lui en auraient pas offert un ; s’ils lui en donnent un, c’est que ce n’est pas dangereux. Nous ne sommes pas capables d’avoir un usage modéré de ces merveilleux joujoux, alors un enfant ? Et l’oreillette ? Avez-vous déjà vu un enfant utiliser une oreillette ?

Si le mal est fait, si votre enfant est déjà équipé, et s’il vous semble impossible de revenir en arrière, aidez-le au moins à prendre les mesures de protection qui s’imposent : forfait respecté, SMS plutôt qu’appels vocaux, usage de l’oreillette, pas d’usage dans les transports en commun où l’émission est maximum, pas de maintien près des organes vitaux - c'est-à-dire en clair pas de portable dans la poche, portable éteint la nuit et surtout pas posé allumé sur la table de chevet, voire sous l’oreiller : un portable émet tout le temps et ces émissions perturbent le sommeil, temps du repos et de la mémorisation.

Faites circuler ce message vers tous les parents de votre connaissance !!

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www.robindestoits.org.

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